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Authors: Carl Sagan

Tags: #Divulgación Científica

Un punto azul palido (50 page)

BOOK: Un punto azul palido
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En la moderna sociedad occidental,
escribe el estudioso Charles Lindholm, la erosión de la tradición y el colapso de las creencias religiosas aceptadas nos deja sin
telos
(un fin por el que luchar), una noción santificada del potencial de la humanidad. Privados de un proyecto sagrado, nos queda solamente una imagen desmistificada de una humanidad frágil y falible, que ya no será capaz de alcanzar la condición de dios.

Opino que es muy saludable —en realidad es esencial— que tengamos bien presente nuestra fragilidad y falibilidad. Me preocupa la gente que aspira a ser como un dios. Pero, en lo que hace referencia al objetivo a largo plazo y al proyecto sagrado, sí tenemos uno ante nosotros. De él depende la propia supervivencia de nuestra especie. Si hemos estado encerrados bajo llave en una prisión del yo, aquí se nos brinda una trampilla para escapar, algo que vale la pena, algo mucho más grande que nosotros mismos, un acto crucial en beneficio de la Humanidad. Poblar otros mundos unifica naciones y grupos étnicos, liga a las generaciones y requiere de nosotros que seamos inteligentes y sensatos a la vez. Libera nuestra naturaleza y, en parte, nos devuelve a nuestros comienzos. Incluso ahora, este nuevo
telos
se halla a nuestro alcance.

El pionero psicólogo William James denominó religión al hecho de «sentirse en casa en el universo». Nuestra tendencia ha sido, tal como he descrito en los primeros capítulos de este libro, fingir que el universo es como quisiéramos que fuera nuestro hogar, en lugar de poner en duda nuestra noción de qué hay de hogareño en
abrazar
el universo. Si al considerar la definición de James estamos pensando en el universo real, entonces no poseemos todavía ninguna religión verdadera. Eso queda para otra época, cuando el aguijón de las grandes degradaciones haya quedado bien atrás, cuando estemos aclimatados a otros mundos y ellos a nosotros, cuando nos estemos extendiendo hacia las estrellas.

El cosmos se proyecta, a todos los efectos prácticos, para siempre. Tras un breve hiato sedentario, estamos recuperando nuestro antiguo estilo de vida nómada. Nuestros descendientes remotos, instalados bien seguros en muchos mundos del sistema solar y más allá, estarán unidos por una herencia común, por la estimación hacia su planeta y por el conocimiento de que, aunque el universo pueda albergar otra clase de vida, los únicos humanos en toda su extensión proceden de la Tierra.

Mirarán hacia arriba y se esforzarán por localizar el punto azul en sus cielos. No por ver su oscuridad y fragilidad lo amarán menos. Se admirarán de cuan vulnerable fue en su día el depositario de todo nuestro potencial, cuan azarosa nuestra infancia, cuan humildes nuestros comienzos, cuántos ríos tuvimos que cruzar antes de encontrar nuestro camino.

A
GRADECIMIENTOS

La mayor parte del material de este libro es nuevo. Algunos capítulos son desarrollos más amplios de artículos publicados primero en la revista
Parade,
un suplemento dominical de la prensa diaria americana que, con un volumen estimado de lectores que alcanza los 73 millones, es posiblemente la revista más leída en todo el mundo. Me siento enormemente en deuda con Walter Anderson, jefe de redacción, y David Currier, editor ejecutivo, por su apoyo y saber editorial, así como con los lectores de
Parade,
cuyas cartas me han ayudado a comprender en qué pasajes me he expresado con claridad y en cuáles lo he hecho de manera más confusa, y me han dado una idea de cómo eran recibidos mis argumentos. Partes de otros capítulos han surgido de artículos publicados en
Issues in Science and Technology, Discover, The Planetary Report, Scientific American
y
Popular Mechanics.

Determinados aspectos de este libro han sido discutidos con numerosos amigos y colegas, cuyos comentarios lo han enriquecido en gran medida. Aunque son demasiados para mencionarlos nombre por nombre, deseo expresar mi más sincera gratitud a todos y cada uno de ellos. No obstante, quiero agradecer especialmente a Norman Augustine, Roger Bonnet, Freeman Dyson, Louis Friedman, Everett Gibson, Daniel Goldin, J. Richard Gott III, Andrei Linde, Jon Lomberg, David Morrison, Roald Sagdeev, Steven Soter, Kip Thorne y Frederick Turner sus comentarios sobre partes o la totalidad del manuscrito; a Seth Kaufmann, Peter Thomas y Joshua Grinspoon su ayuda con los cuadros y los gráficos; así como a un brillante grupo de artistas especializados en astronomía, cuyos nombres figuran en cada ilustración, por haberme permitido actuar como escaparate de su trabajo. Gracias a la generosidad de Kathy Hoyt, Al McEwen y Larry Soderblom, he tenido la oportunidad de dar a conocer algunos de los excepcionales fotomosaicos, mapas aerografiados y otras reducciones de imágenes de la NASA llevadas a cabo en el Departamento de Astrogeología del U. S. Geological Survey.

Debo agradecer también a Andrea Barnett, Laura Parker, Jennifer Bland, Loren Mooney, Karen Gobrecht, Deborah Pearlstein, así como a la difunta Eleanor York su capacitada asistencia técnica; y a Ann Godoff, Kathy Rosenbloom, Andy Carpenter y Martha Schwartz su colaboración en la producción. Beth Tondreau es responsable del elegante diseño de estas páginas.

En materia de política espacial, me he beneficiado de discusiones con otros miembros de la junta directiva de la Sociedad Planetaria, especialmente con Bruce Murray, Louis Friedman, Norman Augustine, Joe Ryan y el difunto Thomas O. Paine. Dedicada a la exploración del sistema solar, la búsqueda de vida extraterrestre y las misiones internacionales tripuladas a otros mundos, es la organización que mejor encarna la perspectiva que presenta este libro. Los lectores que estén interesados en obtener una información más detallada sobre esta organización sin ánimo de lucro, el grupo más importante de interesados por los temas espaciales en toda la Tierra, pueden ponerse en contacto con:

THE PLANETARY SOCIETY 65 N. Catalina Avenue Pasadena, CA 91106 Tel: 1-800-9WORLDS

Tal como ha ocurrido en cada uno de los libros que he escrito desde 1977, no tengo palabras para expresar mi gratitud a Ann Druyan, por sus aportaciones críticas y fundamentales contribuciones, tanto en lo que se refiere al contenido como al estilo. En la inmensidad del espacio y del tiempo, me siento feliz de poder disfrutar del privilegio de compartir un mismo planeta y una misma época con Annie.

N
OTAS SOBRE EL AUTOR

C
ARL
S
AGAN
ha jugado un papel principal en el programa espacial americano desde sus comienzos. Siendo consejero de la NASA a partir de los años cincuenta, instruyó a los astronautas del programa Apolo antes de que partieran hacia la Luna, y formó parte del equipo de experimentación en las expediciones de los
Mariner, Viking, Voyager
y
Galileo
a los planetas, incluyendo la primera misión planetaria coronada por el éxito, la del
Mariner 2.
Contribuyó a resolver los misterios de la elevada temperatura de Venus (origen: un masivo efecto invernadero), de los cambios estacionales observados en Marte (origen: polvo levantado por el viento) y de la envoltura roja de Titán (origen: presencia de moléculas orgánicas complejas).

Asimismo, ha sido pionero en la comprensión de las consecuencias globales de una confrontación nuclear, en la búsqueda de vida en otros planetas mediante naves espaciales, en la caza de señales de radio procedentes de civilizaciones distantes en el espacio, así como en lo que concierne a los estudios realizados en el laboratorio respecto a los pasos que conducen al origen de la vida.

El trabajo del doctor Sagan ha sido reconocido con las medallas de la NASA por Méritos Científicos Excepcionales y (en dos ocasiones) por Servicio Público Distinguido, así como el Premio Apollo Achievement de la NASA. El asteroide 2709 Sagan fue bautizado con su nombre. También le fue concedido el Premio de Astronáutica John F. Kennedy de la Sociedad Americana de Astronáutica, el premio del
15
aniversario del Explorers Club, la medalla Tsiolkovsky de la Federación Soviética de Cosmonáutica, el Premio Masursky de la Sociedad Americana de Astronomía («por su extraordinaria aportación al desarrollo de la ciencia planetaria») y, en 1994, la medalla del Bienestar Público, la más alta distinción de la Academia Nacional de Ciencias («por su notable tributo a la aplicación de la ciencia al bienestar público... Nadie ha conseguido nunca transmitir las maravillas ni el carácter estimulante y jubiloso de la ciencia con tanta amplitud como lo ha hecho Cari Sagan... Su habilidad para cautivar la imaginación de millones de personas y para explicar conceptos complejos en términos comprensibles constituye un magnífico logro»).

Ganador del Premio Pulitzer, el doctor Sagan es autor de muchos bestsellers, entre los que destaca
Cosmos,
el libro científico más leído de cuantos se han publicado en lengua inglesa. La serie de televisión homónima, ganadora de los premios Emmy y Peabody, ha sido seguida por más de quinientos millones de personas en sesenta países. Actualmente, Sagan es profesor de la cátedra David Duncan de Astronomía y Ciencias del Espacio, así como director del Laboratorio de Estudios Planetarios de la Universidad de Cornell; Distinguished Visiting Scientist del Laboratorio de Propulsión a Chorro del Instituto de Tecnología de California, y cofundador y presidente de la Sociedad Planetaria, la asociación más importante del mundo dedicada a temas del espacio.

B
IBLIOGRAFÍA

(Citas y sugerencias para profundizar el tema)

Exploración planetaria en general:

J. Kelly Beatty y Andrew Chaiken, eds.,
The New Solar System,
3.
a
ed., Cambridge, Cambridge University Press, 1990.

Eric Chaisson y Steve McMillan,
Astronomy Today,
Englewood Cliffs, N. J., Prentice Hall, 1993.

Esther C. Goddard, ed.,
The Papers of Robert H. Goddard,
3 vols.,Nueva York, McGraw-Hill, 1970.

Ronald Greeley,
Planetary Landscapes,
2.
a
ed., Nueva York, Chapman and Hall, 1994.

William J. Kaufmann III,
Universe,
4.
a
ed., Nueva York, W. H. Freeman, 1993.

Harry Y. McSween, Jr.,
Stardust to Planets,
Nueva York, St. Martin's, 1994.

Ron Miller y William K. Hartmann,
The Grand Tour: A Traveler's Guide to the Solar System,
edición revisada, Nueva York,Workman, 1993.

David Morrison,
Exploring Planetary Worlds,
Nueva York, Scientific American Books, 1993.

Bruce C. Murray,
Journey to the Planets,
Nueva York, W. W. Norton, 1989.

Jay M. Pasachoff,
Astronomy: From Earth to the Universe,
Nueva York, Saunders, 1993.

Cari Sagan,
Cosmos,
Barcelona, Planeta, 1982.

Konstantin Tsiolkovsky,
The Call of the Cosmos,
Moscú,

Foreign Languages Publishing House, 1960 (trad. inglesa).

Capítulo 3. Las grandes degradaciones

John D. Barrow y Frank J. Tipler,
The Anthropic Cosmological Principie,
Nueva York, Oxford University Press, 1986.

A. Linde,
Particle Physics and Inflationary Cosmology,
Harwood Academy Publishers, 1991.

B. Stewart, «Science or Animism?»,
Creation/Evolution,
vol. 12, núm. 1, 1992, pp. 18-19.

Steven Weinberg,
Dreams of a Final Theory,
Nueva York, Vintage Books, 1994.

Capítulo 4. El universo no se hizo para
nosotros

Bryan Appleyard,
Understanding the Present: Science and the Soul of Modern Man,
Londres, Picador/Pan Books Ltd., 1992. (Los pasajes citados aparecen por orden en las páginas siguientes: 232, 27, 32, 19, 19, 27, 9, XIV, 137, 112-113, 206, 10, 239, 8, 8.)

J. B. Bury,
History of the Papacy in the 19th Century,
Nueva York, Schocken, 1964. Aquí, como en muchas otras fuentes, el
Syllabus
de 1864 aparece transcrito a su forma «positiva» (por ejemplo: «La revelación divina es perfecta»), en lugar de formar parte de una lista de errores condenados («La revelación divina es imperfecta»).

Capítulo 5. ¿Hay vida inteligente en la tierra?

Carl Sagan, W. R. Thompson, Robert Carlsson, Donald Gurnett y Charles Hord, «A Search for Life on Earth from the
Galileo
Spacecraft»,
Nature,
vol. 365, 1993, pp. 715-721.

Capítulo 7. Entre las lunas de saturno

Jonathan Lunine, «Does Titan Have Oceans?»,
American Scientist,
vol. 82, 1994, pp. 134-144.

Carl Sagan, W. Reid Thompson y Bishun N. Khare, «Titan: A Laboratory for Prebiological Organic Chemistry»,
Accounts of Chemical Research,
vol. 25, 1992, pp. 286-292.

J. William Schopf,
Major Events in the History of Life,
Boston, Jones and Bartlett, 1992.

Capítulo 8. El primer planeta nuevo

I. Bernard Cohen, «G. D. Cassini and the Number of the Planets», en
Nature, Experiment and the Sciences,
Trevor Levere y W. R. Shea, eds., Dordrecht, Kluwer, 1990.

Capítulo 9. Una nave americana en las fronteras del sistema solar

Murmurs of Earth,
CD-ROM del disco interestelar de la nave
Voyager,
con introducción de Carl Sagan y Ann Druyan, Los Ángeles, Warner New Media, 1992, WNM 14022.

Alexander Wolszczan, «Confirmation of Earth-Mass Planets Orbiting the Millisecond Pulsar PSR B1257 + 12»,
Science,
vol. 264, 1994, pp. 538-542.

Capítulo 12. El suelo se funde

Peter Cattermole,
Venus: The Geologica!
Survey,
Baltimore, Johns Hopkins University Press, 1994.

Peter Francis,
Volcanoes: A Planetary Perspective,
Oxford, Oxford University Press, 1993.

Capítulo 13. El obsequio de Apolo

Andrew Chaikin,
A Man on the Moon,
Nueva York, Viking, 1994.

Michael Collins,
Liftoff,
Nueva York, Grove Press, 1988.

Daniel Deudney, «Forging Missiles into Spaceships»,
World Policy Journal,
vol. 2, núm. 2, primavera 1985, p. 271-303.

Harry Hurt,
For All Mankind,
Nueva York, Atlantic Monthly Press, 1988.

Richard S. Lewis,
The Voyages of Apollo: The Exploration of the Moon,
Nueva York, Quadrangle, 1974.

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