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Authors: Natsuo Kirino

Tags: #Intriga, policiaco

Grotesco (35 page)

En 1990, cuando Sato tenía veintinueve años, se trasladó provisionalmente a un laboratorio de investigación en ingeniería afiliado a la corporación G. En esa época fue hospitalizada por anorexia. A Sato se le había diagnosticado bulimia durante el bachillerato. En mayo de 1991 se empleó como chica de alterne a tiempo parcial, después del trabajo, en un club. En 1994 comenzó a citarse con hombres en hoteles para mantener relaciones sexuales a cambio de dinero. En 1998 acabó ejerciendo la prostitución en toda regla en las calles del área de Shibuya.

Yuriko Hirata, la víctima mencionada en el primer cargo, fue al Instituto Q para Chicas con Kazue Sato, aunque estaban en clases diferentes y nunca se relacionaron, ni en el colegio ni después de él.

Punto segundo:
Las circunstancias personales del acusado en lo que respecta al caso presente

Tras cometer el crimen descrito en el primer cargo de esta acusación, Zhang dejó sus empleos en el restaurante Shangri-la y en el albergue para indigentes de Futomomokko y entró a trabajar en un hotel del amor de Musashino conocido como Dreamer. Sin embargo, no cambió de domicilio, sino que siguió viviendo en el apartamento 404 del Edificio Matoya, en los números 4-5 de Maruyama-cho, en Shibuya. Además de los anteriormente mencionados Dragón, Huang y Chen-yi, otras dos personas de nacionalidad china, llamadas Niu-hu y A-wu, vivieron durante algunos períodos en el apartamento.

El acusado trabajaba en el Dreamer todos los días de la semana excepto el martes, desde el mediodía hasta las diez de la noche, limpiando habitaciones, lavando ropa y haciendo otras tareas menores.

Cuando comenzó allí en 1998, era aplicado y formal, pero al año siguiente su actitud hacia su tarea cambió gradualmente. Llegaba tarde y se marchaba antes de hora, y a menudo faltaba al trabajo. Para limpiar las habitaciones se precisaban dos personas, por lo que el comportamiento del acusado afectaba a la rotación laboral y perjudicaba a su compañero, un empleado iraní que se quejó de él al jefe. Además, el acusado fue reprendido por echarse siestas en las habitaciones, robar pastillas de jabón, champú y toallas, por mirar vídeos para adultos y otras conductas inapropiadas.

En febrero de ese mismo año, un vecino del local declaró haberlo visto coger los preservativos que el hotel proporcionaba a sus clientes, llenarlos de agua y arrojarlos por la ventana al gato del dueño de la tienda de sushi de al lado. En ese momento, el propietario del Dreamer consideró despedir al acusado.

Por entonces, Zhang ganaba 750 yenes por hora, lo que ascendía a un salario medio mensual de 170.000 yenes. No recibía ninguna suma adicional en concepto de transporte. Sus ingresos habían disminuido en comparación con la cantidad que cobraba en el Shangri-la, y el acusado empezó a pedir dinero prestado a sus compañeros de piso. Pidió 100.000 yenes a Dragón, 40.000 a Huang y 60.000 a Chen-yi. Les dijo que habían hospitalizado a su madre en China y que debía enviarle más dinero.

También pidió un préstamo a Niu-hu y a A-wu, que pasaban algunos días en el apartamento abarrotado. Y, al mismo tiempo, seguía percibiendo el alquiler de Dragón y los demás igual que antes. Como consecuencia de esto, las relaciones con sus compañeros de piso empeoraron progresivamente. Incluso Chen-yi, con quien el acusado anteriormente se llevaba más o menos bien, se puso en su contra cuando le llamaron la atención en Dreamer por su comportamiento inadecuado. Chen-yi había sido quien le había presentado a su propietario.

El 25 de marzo del año 2000, Dragón, Huang y Chen-yi, como sabían que el acusado iba a cobrar su mensualidad, decidieron presionarlo para que les devolviera el dinero que les había pedido prestado. El acusado tenía previsto pagarles a cada uno la mitad de lo que les debía, pero puesto que los tres sabían que guardaba más de 240.000 yenes en un maletín bajo llave, rechazaron aceptar sus condiciones de pago. Al mismo tiempo, le recriminaron que sacara tantos beneficios del alquiler que le pagaban.

Bajo presión, al acusado no le quedó más remedio que acceder a las nuevas condiciones que le imponían sus compañeros. Accedió a pagarles un total de 200.000 yenes para saldar la deuda que tenía con ellos, y 50.000 más a cada uno para cubrir los desajustes del pasado en el alquiler. El acusado tuvo que recurrir a su salario del Dreamer y al dinero que hasta entonces había acumulado.

Como consecuencia de esto, al acusado sólo le quedaron 60.000 yenes para el resto del mes, a la espera de la siguiente paga. La privación que le supuso esto, debilitó aún más sus relaciones con Dragón, Huang y Chen-yi.

Por la misma época, Chen, a cuyo nombre estaba el apartamento 404 de Matoya, urgía al acusado para que encontrara otro lugar donde vivir. A principios de enero, Chen informó al acusado varias veces de que debía abandonar el piso a mediados de marzo. Cuando el acusado le dijo que no tenía ningún otro sitio adonde ir, Chen le permitió quedarse hasta finales de abril. También le informó de que había un piso vacío en el edificio contiguo: el apartamento 103 de Green Villa, números 4-5 de Maruyama-cho, en Shibuya-ku. A un precio de 150.000 yenes, se ofreció a ayudarle para alquilarlo. Como evidencian estas circunstancias, el poder adquisitivo del acusado había disminuido considerablemente.

El iraní que trabajó con Zhang en el Dreamer declaró posteriormente que el acusado pedía dinero prestado —a pesar de que tenía una buena cantidad ahorrada— porque quería comprar un pasaporte falso. Su propósito era emigrar a Estados Unidos.

Punto tercero:
Las condiciones en el apartamento 103 de Green Villa

El edificio Matoya, números 4-5 de Maruyama-cho, en Shibuya-ku, era una construcción de hormigón armado de cuatro plantas situado cien metros al norte de una calle estrecha de un solo sentido que estaba justo al otro lado de la cara norte de la estación de Shinshen, de la línea de tren de Inokashira-Keio. Los apartamentos Green Villa, donde tuvo lugar el crimen en cuestión, era un edificio de madera al norte del edificio Matoya. Con un sótano y dos plantas, el Green Villa comprendía varias tiendas pequeñas y algunos pisos. La propietaria de ambos edificios era Fumi Yamamoto.

Había tres pisos en los apartamentos Green Villa. El crimen en cuestión tuvo lugar en el 103, que daba a la calle de un solo sentido. El piso 102 estaba desocupado; Kimio Hara vivía en el 101. En el lado oeste del edificio había una escalera metálica que llevaba a la segunda planta. En el sótano, justo debajo del piso 103, había un pequeño restaurante llamado Las Siete Fortunas.

En la cara sur del edificio había una acera estrecha de cemento que permitía a los residentes acceder a sus apartamentos desde la calle. En la parte sur del apartamento 103, una puerta exterior y una ventana a la altura de la cabeza daban a esa calle. Al entrar en el apartamento, la cocina estaba en la pared sur y, al lado, había una habitación de estilo japonés de unos doce metros cuadrados. Entre el recibidor y la habitación estaba el baño.

Chen había conocido a Fumi Yamamoto a través de unos parientes, y alquilado el piso 404 del edificio Matoya por 45.000 yenes. A su vez, realquiló el apartamento al acusado por 65.000 yenes. La familia de Chen había abierto un restaurante chino en la ciudad de Niiza, en la prefectura de Saitama, y necesitaban el apartamento para alojar a sus empleados. Por esta razón, el acusado debía abandonarlo. Cuando el acusado le dijo a Chen que no tenía otro lugar donde vivir, éste habló con la casera, la señora Fumi Yamamoto, y le propuso alquilarle el apartamento de Green Villa. El acusado dijo que quería ver el apartamento y la señora Yamamoto le dio la llave del 103 el 28 de enero del año 2000.

Shizu Kakiya había alquilado el apartamento en cuestión hasta el 18 de agosto de 1999, cuando falleció. Desde entonces, el apartamento había permanecido vacío. El gas se cortó en septiembre de 1999, y la luz un mes después.

Sólo existía una llave del apartamento, que estaba en posesión de la señora Yamamoto. Se la dejó al acusado el 28 de enero de 2000. Hasta ese momento, nadie más había utilizado la llave.

Punto cuarto:
Las relaciones entre el acusado y la víctima

Alrededor de noviembre de 1998, el compañero de piso del acusado, Huang, le contó que había «conocido a una mujer japonesa en una calle oscura y que se había acostado con ella». Los rasgos distintivos de la mujer eran que era delgada y tenía el cabello largo. Al oír eso, el acusado estuvo seguro de que era la misma mujer que había visto a menudo por el barrio. Hacia mediados del siguiente mes, el acusado se encontró con Sato de camino a casa. Al acordarse de la historia de Huang, se volvió para mirarla. Cuando ella lo advirtió, le propuso: «¿Quieres divertirte un rato?» Al ver que el acusado no respondía, continuó: «¿Podemos ir a tu casa?» El acusado rehusó, alegando que «estaba ocupada por unos amigos». A esto, Sato contestó: «¿Cuántos? Puedo hacerlo con todos.» Al oírlo, el acusado se llevó a Sato a su apartamento 404 del edificio Matoya.

A esa hora, dos de sus compañeros estaban en casa, Dragón y Chen-yi. Los tres se turnaron para mantener relaciones sexuales con Sato. Tiempo después, hacia enero del siguiente año, el acusado estaba paseando con Huang cuando se encontraron con Sato en la zona de Maruyama-cho. «¿Es ésa la mujer con la que te acostaste?», preguntó el acusado. Cuando Huang asintió, el acusado dijo que él también se había acostado con ella. Huang ya sabía por Dragón que, en diciembre de 1998, el acusado, Dragón y Chen-yi habían mantenido relaciones sexuales con la mujer en el apartamento. Cuando se lo dijo a Zhang, éste respondió: «De hecho, conocí a esa mujer hace un año más o menos.»

Punto quinto:
Las circunstancias que condujeron al crimen

El 8 de abril de 2000 (sábado), hacia las cuatro de la tarde, Sato salió de su casa sin decir adónde iba. A las seis quedó con un empleado de la empresa con el que ya se había citado varias veces antes. Se encontraron frente a la estatua de Hachiko, en la estación de Shibuya, y de allí fueron a un hotel en Maruyama-cho. El hombre le dio 40.000 yenes y, justo antes de las nueve, se separaron en Dogenzaka. Luego Sato fue vista dirigiéndose hacia la estación de Shinsen.

Ese mismo día el acusado había ido a trabajar al Dreamer. A las diez de la noche, el empleado del último turno llegó y lo sustituyó. El acusado tomó el tren de la línea Keio-Inokashira en dirección a Shibuya y se fue hacia su casa. Al llegar a la estación de Shinsen, salió y comenzó a caminar hacia el edificio Matoya, que estaba a tan sólo dos minutos a pie.

El acusado encontró a Sato a pocos metros de su edificio y decidió tener de nuevo sexo con ella. Pero, a esa hora, Dragón, Huang y Chen-yi estaban en casa, y su relación con ellos ya no era buena. Así pues, dudó, ya que no quería llevar a la mujer al apartamento que compartía con ellos. Por suerte o por desgracia, sin embargo, tenía la llave del apartamento 103 de Green Villa, por las razones anteriormente descritas. Llevó a Sato al apartamento y allí mantuvo relaciones sexuales con ella.

Sato tenía los preservativos que había cogido del hotel del amor en el que había estado con otro cliente. Escogió uno de ellos —un preservativo del hotel Glass Palace, según el envoltorio— y se lo puso al acusado antes de mantener relaciones sexuales. Cuando terminaron, el acusado tiró el preservativo a la acera que había al sur de los apartamentos Green Villa.

Como antes se ha observado, el acusado andaba mal de dinero. Cuando Sato se disponía a marcharse, Zhang decidió robarle. Justo después de medianoche, cuando la mujer se puso la gabardina, el acusado agarró su bolso de piel marrón. Sin embargo, la víctima se resistió. Él le propinó un puñetazo en la cara y, luego, sintiendo un deseo de matarla, le rodeó el cuello con ambas manos y la estranguló hasta dejarla sin vida. A continuación abrió el cierre metálico del bolso, sacó la cartera y cogió los 40.000 yenes que ella le había cobrado anteriormente. Tras dejar el cuerpo tal y como estaba y la puerta del apartamento abierta, huyó a su apartamento 404 del edificio Matoya.

Satoko Sato, la madre de la víctima, empezó a preocuparse por su hija cuando vio que ésta no regresaba a casa la noche del 8 de abril. Hasta ese momento, Sato nunca había pasado una noche entera fuera del hogar. El lunes 10 de abril, cuando Satoko supo que su hija no había ido a trabajar aquella mañana, denunció su desaparición a la policía.

Punto sexto:
Hechos subsiguientes al crimen

El acusado acudió a su puesto en Dreamer el 9 de abril como si nada hubiera ocurrido. Después del trabajo, se fue con dos compañeros a beber cerveza en el parque de Inokashira. Aproximadamente a las 23.30, tomó la línea de Inokashira y se dirigió a casa.

Al día siguiente, tras salir del Dreamer, el acusado se encontró con Chen-yi en la estación de Shibuya. Fueron al restaurante de fideos Tamaryu en el lado este de la estación. Luego fueron a la bolera de Shibuya. Al acabar, hablaron sobre el Green Villa y decidieron no mudarse allí, puesto que era incluso más pequeño que su apartamento del edificio Matoya. Es más, el acusado dijo que estaba planeando marcharse a trabajar a Osaka.

El día 11 de ese mes, el acusado libraba del trabajo. Fue a la ciudad de Niiza, en la prefectura de Saitama, para encontrarse con Chen. El acusado le dio a Chen 100.000 yenes, le informó de que no iba a mudarse a Green Villa y le entregó la llave del apartamento 103. Esa noche Chen devolvió la llave a la casera, la señora Yamamoto, en su casa del distrito de Suginami. Yamamoto, a su vez, le entregó la llave a su hijo, Akira, que regentaba la empresa que administraba tanto el Matoya como los apartamentos Green Villa.

Punto séptimo:
El hallazgo del cuerpo

El 18 de abril, cuando Akira Yamamoto iba de camino a visitar a un conocido en la primera planta del edificio Matoya, decidió asegurarse de que la puerta del apartamento 103 de Green Villa estaba cerrada con llave. Cuando estaba ya junto al apartamento, se asomó a la ventana situada a la altura de la cabeza que estaba al lado de la puerta, y a través del cristal vio, en el interior, la parte superior del cuerpo de una persona que parecía estar dormida. Supuso que la persona o bien era un conocido de Chen o un chino que trabajaba en el restaurante. Akira Yamamoto llamó y luego intentó abrir la puerta, que resultó estar abierta. Vio unos zapatos de mujer en el recibidor. Yamamoto se llevó una desagradable sorpresa cuando se dio cuenta de que el intruso era una mujer. Fue en ese momento cuando advirtió un olor extraño en el apartamento y, sin hacer ruido, giró sobre sus talones, salió del piso y cerró tras de sí. La puerta se podía cerrar por dentro; sólo había que presionar el botón del pomo.

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