tan fuerte y frágil
ese necesario
ése con dudas sombra rostro sangre
y vida a término
ese bienvenido
que sólo quede afuera
el encargado
de levantar el puente
a esta altura
no ha de ser un secreto
para nadie
yo estoy contra los puentes levadizos.
Que golpee y golpee
hasta que nadie
pueda ya hacerse el sordo
que golpee y golpee
hasta que el poeta
sepa
o por lo menos crea
que es a él
a quien llaman.
Sigo en pie
por latido
por costumbre
por no abrir la ventana decisiva
y mirar de una vez a la insolente
muerte
esa mansa
dueña de la espera
sigo en pie
por pereza en los adioses
cierre y demolición
de la memoria
no es un mérito
otros desafían
la claridad
el caos
o la tortura
seguir en pie
quiere decir coraje
o no tener
donde caerse
muerto.
No hay ángeles
no hay dios
no hay cielo
no hay regreso
sin embargo
y sin duda
hay sueños como ángeles
hay miedos como dios
hay cielos como cielo
sin embargo
y sin duda
lo que no hay
es regreso.
Soñamos juntos
juntos despertamos
el tiempo
mientras tanto
hace o deshace
no le importan
tu sueño
ni mi sueño
somos dóciles
torpes
destructibles
pensamos que no cae
esa gaviota
que más allá del fin
hay otra orilla
que la batalla es nuestra
o de ninguno
vivimos juntos
juntos
nos destruimos
pero la destrucción es una broma
un detalle
una ráfaga
un instante
un abrir y cerrarse
de ojos ciegos
ah nuestra intimidad
es tan inmensa
que la muerte la esconde
en su vacío.
Es importante hacerlo
quiero que me relates
tu último optimismo
yo te ofrezco mi última
confianza
aunque sea un trueque
mínimo
debemos cotejarnos
estás sola
estoy solo
por algo somos prójimos
la soledad también
puede ser
una llama.
Con esta soledad
alevosa
tranquila
con esta soledad
de sagradas goteras
de lejanos aullidos
de monstruoso silencio
de recuerdos al firme
de luna congelada
de noche para otros
de ojos bien abiertos
con esta soledad
inservible
vacía
se puede algunas veces
entender
el amor.
Cierro los ojos
y no existe
el prójimo
se terminan
la lucha
el mar de agravios
los dueños del dinero
la nube que amenaza
se terminan las trampas
los zánganos que dictan
la ley
los eruditos
el odio
y aquel látigo
que corta el aire
cierro los ojos
y no existe el prójimo
pero él sabe vengarse
ahora
o cuando quiera
puede cerrar los ojos
sólo cerrar los ojos
y entonces
yo
no existo.
Después de todo es fácil recordar
basta con arrimarse al horizonte
basta con bostezar en plena euforia
alcanza con entrar en la agonía
es fácil recordar
se abren las manos
y se cierran
y en el puño vacío
está el juguete
están la cruz o el seno
que se desentendieron del presente
que quedaron atrás
que todavía
es fácil
basta con decir un nombre
basta con desandar cierta tristeza
alcanza con quebrar el odio ajeno
la gran proeza
la mejor hazaña
de la memoria
es olvidarlo todo.
Tal vez en un desnudo amanecer con frío
ese frío corpóreo y a la vez transparente
que viene desde arriba como el ojo de un búho
en un exacto mundo todavía con árboles
todavía con monstruos y rocío y pregones
corrompido o a punto de encontrar su pureza
en una edad que desmorone juicios
que embista rangos y madure insomnios
y cambie lo imposible en inminente
en un tiempo con ruinas y paciencia
y un nuevo resplandor que no nos abochorne
y esa enorme tristeza que se llama sosiego
allí en ese desnudo amanecer con frío
ya sin consternación y casi alegres
descubriremos la presencia estable
de otra armonía y otro paradigma
y el bienaventurado cataclismo
ese impróspero azar que es la justicia
pero de aquí hasta entonces hasta ese
ecuánime relámpago de veras
de aquí hasta ese fulgor irremediable
cómo vivir esperanzadamente
en esta noche atroz leonina abyecta
cómo vivir en este socavón sin escape.
Hay sólo una miseria
que se prende con uñas en el muro
y quisiera trepar
y a veces trepa
una vasta miseria que nos mira
y junta su rencor
y nos invade
por eso desde hoy y desde dentro
y a pesar de mi pan y de mi suerte
me siento miserable
como si nunca hubiera sonreído
o visto sonreír
como si cuando sueño
mis ensueños
no encontraran lugar
bajo mis párpados
ya no es la culpa higiénica
la desazón precaria
el relamido umbral
de la conciencia
es mucho más
ahora mi miseria
incluye el estrellarse
y usar todo el coraje para el miedo
y caer de rodillas
sin plegaria
y sentirse extranjero
y condenado
a no encontrar la brecha
a no encontrar la brecha.
Ya no sólo de pánico
vive el hombre
por eso
es una paz no dulce
no tranquila
no alegre
con esa pobre cuota
de promesas y aves
que necesita el cielo
de una siesta cualquiera
sin embargo
los hombres y mujeres
ya no entornan los ojos
como era previsible
y lo contemplan todo
el futuro diezmado
la brisa que ahora adula
como al pasar
las hojas
la ola que no llega
la voz que no se rompe
toda la paz sencillamente no
el cascarón del orden
el salto o dios o cuervo
que se cierne
sobre la paz no mansa
sobre la paz en sombra
sobre la paz espera
a quién.
Ya lo sabemos
es difícil
decir que no
decir no quiero
ver que el dinero forma un cerco
alrededor de tu esperanza
sentir que otros
los peores
entran a saco por tu sueño
ya lo sabemos
es difícil
decir que no
decir no quiero
no obstante
cómo desalienta
verte bajar de tu esperanza
saberte lejos de ti mismo
oírte
primero despacito
decir que sí
decir sí quiero
comunicarlo luego al mundo
con un orgullo enajenado
y ver que un día
pobre diablo
ya para siempre pordiosero
poquito a poco
abres la mano
y nunca más
puedes cerrarla.
A la muerte a la muerte a la muerte
no importa que el verano nos ataje
que las piedras incrédulas nos miren
los sordomudos del amor los militantes
de la felicidad nos exorcicen
que los guías nos lleven a otra parte
que nos propongan paraísos varios
cada uno con su aval de eternidad
a la muerte a la muerte a la muerte
caminando despacio o a caballo o a nado
o bien trepados en el sufrimiento
no importa el medio de transporte vamos
decididos porfiados mortalmente optimistas
repartiendo memorias testamentos hijuelas
proyectos de obra póstuma últimas voluntades
frases finales para los que siguen
a la muerte a la muerte a la muerte
sin matarnos simplemente viviendo
nuestro largo atareado suicidio
nuestra desolación en compañía
después de todo somos los vitales
los que vamos como toros o búfalos
como rinocerontes de inocencia
como los obligados obedientes
a la muerte a la muerte a la muerte.
Aquella noche Hyde y Jekyll
decidieron tomar un trago
silbó bajito el Dr. Jekyll
y dijo hoy me siento ufano
tengo tranquila la conciencia
la digestión de buen talante
creo que vivir vale la pena
bajó los ojos míster Hyde
y dijo torvamente mierda
luego elevaron las dos copas
de vino tinto y vino blanco
y brindaron por esa eterna
y saludable coincidencia
por fin salieron abrazados
como dos buenos enemigos
estornudaron al unísono
y se metieron en el Hombre.
Tus ojos miran como dos latidos,
tu corazón no puede con su roca,
tu memoria se tapa los oídos.
Maldices aunque no muevas la boca,
sigues comprando el surco y los matones,
el azar, los desnudos y la poca
vergüenza que te pisa los talones,
sigues comprando hectáreas y tristezas.
Pero son demasiadas emociones.
Como todos, escondes tus flaquezas
y tu memoria sabe lo que sabe.
Llega la hora. Y además empiezas
a crujir, enemigo. Eso es muy grave.
La plaza es por ahora una mancha de sol
los árboles son nada más que árboles
o sea que no entran aún en la metáfora
el remoto mercado distribuye sus gritos
dispuestos a flotar sobre el vasto cantero
ufano en su primera liquidación de hojas
metido en semejante silencio hecho de ruidos
el transistor propone sucesivas enmiendas
el presidente johnson declaró declaraba
declarará declara estaría declarando
sobre la hoja el insecto avanza por su mano
la gota verde no se decide a suicidarse
a dejar de ser gota sobre la tierra esponja
misiones de limpieza al norte de saigón
dos versos más acá en su walhalla mínimo
ella lo besa a él como el nido a su rama
ciento cincuenta raids todos cristianos
en sólo una jornada prodigio de eficiencia
desmantelado y todo mueve nubes el cielo
hinchadas y prudentes dan vueltas las palomas
y como hasta ahora nadie les pidió el visto bueno
para reconvertirlas en símbolos de paz
su paso tiene a veces la amargura confiada
la solvente tristeza de las viudas encintas
en rapto que no ha sido justamente apreciado
el general westmoreland bombardea sus tropas
en soledad perpetua se mira un niño y corre
tras la pelota siempre de nuevo revelada
al norte de otro norte la escalada prosigue
la fuerza aeronaval no reconoce pérdidas
no reconoce alarmas el otoño en su banco
insiste el surtidor con destemplada
transparencia y a veces estornuda
el presidente johnson el presidente johnson
la araña azul vigila su red de cementerios
y su mala conciencia se hace indisimulable
en el tic irrisorio de su séptima pata
para u thant es probable el tremendo holocausto
durante diez minutos el viento aliento sopla
la despeinada copa dice otra vez que no
y pierde dos pestañas y un coleóptero
sentémonos sugiere el presidente johnson
a la mesa del diálogo del amor de la tregua
las palomas no saben que están siendo aludidas
no saben que están siendo bombardeadas
la pareja no sabe que peligra su beso
el insecto no sabe la criatura no sabe
el transistor no sabe que el napalm de la paz
no sólo incendia arengas depósitos hogares
en aquel paralelo que está sólo en un mapa
también inflama el aire de esta plaza en modorra
y el futuro esa zona desmilitarizada.
Con todas las letras y con todos los números
dijo mi amigo que la moral era anacrónica
mi amigo dijo que había que ser realista
después llegaron los capitanes del Tesoro
hicieron el consabido acopio de síes
y los almacenaron y los ordenaron
a un lado los síClaro y los síViva
a otro los síPero y los síAunque
después vinieron los ecónomos del hambre
los estadígrafos de la alegre miseria
levantaron un prolijo censo de lo frágil
descartaron la conciencia ese pólipo inútil
y admitieron una sabia dosis de humillaciones
por último llegaron los verdugos sonrientes
los muchachos de dios y cocacola
por piedad arrojaron las bombas
a cada aldea le dieron su sagrado napalm
y a cada cadáver su mejor padrenuestro
no obstante el panorama está mucho más claro
desde las colinas del pasado
desde las montañas del porvenir