Read Inventario Uno 1950-1985 Online

Authors: Mario Benedetti

Tags: #Poesia

Inventario Uno 1950-1985 (27 page)

BOOK: Inventario Uno 1950-1985
5.67Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

ellas respondían con guiños cómplices y corruptos

qué suerte unos pocos estábamos en la pomada

éramos el resumen la quintaesencia el zumo

ellas las contraseñas nos valseaban el orgasmo

abanicaban nuestra modesta vanidad

mientras el pueblo ese desconocido

con calvaria tristeza decía no entendernos

no saber de qué hablábamos ni de qué callábamos

hasta nuestros silencios le resultaban complicados

porque también integraban la partitura excelsa

ellas las palabras se ubicaban y reubicaban

eran nuestra vanguardia y cuando alguna caía

acribillada por la moda o el sentido común

las otras se juntaban solidarias y espléndidas

cada derrota las ponía radiantes

porque como sostienen los latinoamericanos del boul mich

la gran literatura sólo se produce en la infelicidad

y solidarias y espléndidas parían

adjetivos y gerundios

preposiciones y delirios

con los cuales decorar el retortijón existencial

y convertirlo en oda o nouvelle o manifiesto

las revoluciones frustradas tienen eso de bueno

provocan angustias de un gran nivel artístico

en tanto las triunfantes apenas si alcanzan

logros tan prosaicos como la justicia social

en el después será el verbo

y el verbo tampoco será dios

tan sólo el grito de varios millones de gargantas

capaces de reír y llorar como hombres nuevos y mujeres nuevas

y las palabras putas y frágiles

se volverán sólidas y artesanas

y acaso ganen su derecho a ser sembradas

a ser regadas por los hechos y las lluvias

a abrirse en árboles y frutos

a ser por fin alimento y trofeo

de un pueblo ya maduro por la revolución y la inocencia.

CASI UN RÉQUIEM

Mientras mi padre se asfixia en la pieza 101

mientras mi padre se asfixia como un pobre pájaro

definitivamente vencido

y usa su último hilo de voz para un quejido humilde que parte el alma

fuera de este recinto suceden cosas

el presidente nixon sale indemne de un examen médico de rutina

el presidente el mismo que también parte el alma pero con napalm

jóvenes camboyanos de educación pentagonal decapitan

cadáveres norvietnamitas y se fotografían sonrientes

con una cabeza en cada mano

el venerable heath vende sus armas a los arcángeles de sudáfrica

y aquí en montevideo eficaces torturadores compran tiernos

regalos para dejar en esta noche de reyes a sus

bien alimentados pichones

todo esto mientras mi padre que fue un hombre decente y

generoso se asfixia y muere en la pieza 101.

5 de enero de 1971.

MUERTE DE SOLEDAD BARRETT

Viviste aquí por meses o por años

trazaste aquí una recta de melancolía

que atravesó las vidas y las calles

hace diez años tu adolescencia fue noticia

te tajearon los muslos porque no quisiste

gritar viva hitler ni abajo fidel

eran otros tiempos y otros escuadrones

pero aquellos tatuajes llenaron de asombro

a cierto uruguay que vivía en la luna

y claro entonces no podías saber

que de algún modo eras

la prehistoria de ibero

ahora acribillaron en recife

tus veintisiete años

de amor templado y pena clandestina

quizá nunca se sepa cómo ni por qué

los cables dicen que te resististe

y no habrá más remedio que creerlo

porque lo cierto es que te resistías

con sólo colocárteles en frente

sólo mirarlos

sólo sonreír

sólo cantar cielitos cara al cielo

con tu imagen segura

con tu pinta muchacha

pudiste ser modelo

actriz

miss paraguay

carátula

almanaque

quién sabe cuántas cosas

pero el abuelo rafael el viejo anarco

te tironeaba fuertemente la sangre

y vos sentías callada esos tirones

soledad no viviste en soledad

por eso tu vida no se borra

simplemente se colma de señales

soledad no moriste en soledad

por eso tu muerte no se llora

simplemente la izamos en el aire

desde ahora la nostalgia será

un viento fiel que hará flamear tu muerte

para que así aparezcan ejemplares y nítidas

las franjas de tu vida

ignoro si estarías

de minifalda o quizá de vaqueros

cuando la ráfaga de pernambuco

acabó con tus sueños completos

por lo menos no habrá sido fácil

cerrar tus grandes ojos claros

tus ojos donde la mejor violencia

se permitía razonables treguas

para volverse increíble bondad

y aunque por fin los hayan clausurado

es probable que aún sigas mirando

soledad compatriota de tres o cuatro pueblos

el limpio futuro por el que vivías

y por el que nunca te negaste a morir.

VICTORIA DEL VENCIDO

Y ya que en un descuido sale el sol

y un cauto optimismo inunda los mustios corredores

y una clemente tregüita se instala en este confín de la tortura

qué les parece si nos tomamos un respiro

para escurrir la angustia y ponerla a secar

como una prenda más en el alambre pusilánime

la verdad es que las urgencias

aún las fervorosas

siempre acaban por deformarnos

y así se nos lisian la presunción y el orgullo

o por el contrario se hinchan como tumores

así se nos concentran el odio y el amor

en esta dura orografía que es el maniqueísmo del corazón

así se nos caen las frívolas escamas del pretexto

y la triste rabia queda en carne viva

así los párpados de la conmiseración se alzan para siempre

y la mirada se nos convierte en una espada fija e implacable

hay muertos en el crepúsculo y muertos en el ardor del mediodía

muertos que se ponen y muertos que se levantan como el sol

adolescentes que metieron en su última sonrisa toda su fe en

la vida y en la sobrevida

muchachas que parieron un sacrificio y le pusieron nombre

y lo amamantaron

y cuando sonó la metralla lo cubrieron con su lindo cuerpo

para que se salvara

y el sacrificio se salvó

a duras penas

pero

se salvó

por eso

porque en una comarca equivocada y gris

donde nadie era capaz de regalar diez minutos o diez pesos

estos hombres y mujeres

inmortales y sobrios

fueron capaces de donar su vida

por eso su derrota se liga con la tierra

y germina y renace

en banderas y sueños que flamean

en promesas alegremente cumplidas

en árboles y furias y guitarras y abrazos

y sobre todo en criaturas que heredan los ojos de victoria

de aquellas dulces intrépidas mafiosas

que ya sin ver

miraban

en las fotos

del diario.

MILITANCIA

A mis compañeros del

Movimiento "26 de Marzo"

Hace apenas dos años que nos juntamos

para hacer algo

aunque fuera bien poco

por la patria doméstica

la pobrecita jodida

al principio sentíamos una culpa tibiona

algo así como la húmeda fiebre que anuncia un constipado

porque claro cada uno declamaba su teoría-congoja

que de algún modo permitía entender el malentendido comunitario

en realidad eran pocos los que habían desenvainando su furia o su nostalgia

y el futuro mantenía las catástrofes detrás de sus biombos neblinosos

los salarios eran bajos pero en cambio los presagios eran altísimos

sin embargo los almaceneros y los sastres ya en ese entonces

eran tan necios que no aceptaban presagios a cuenta

como siempre acontece en las amargas crisis y en las dulces hecatombes

los acaparadores acaparaban las ausencias

o sea que sus conciencias y galpones estaban normalmente repletos

de omisiones de incurias de coartadas

y en consecuencia muchos tipos no tenían con qué matar el hambre

y entonces se limitaban a torturarla

hace dos años que empezó a ser lindo

juntarnos de a muchos para saber qué pocos éramos

y admitir por unanimidad el desorden del mundo y de la vida

jurar sobre la biblia o mejor sobre el reglamento provisorio

que nunca intentaríamos ordenar del todo vida y mundo

simplemente íbamos a procurar que el caos se dejara organizar de a poco

y que el hombre mereciera sus castigos pero también sus recompensas

y sobre todo que no recibiera recompensas o castigos

a los que nunca se había hecho acreedor

de pronto empezaron a morir nuestros hermanos y nuestras hermanas

y al primer vómito de angustia advertimos que no estábamos

preparados para que nos estafaran así nomás la vida

la muerte dejó de ser un niño vietnamita quemado con

napalm y cocacola en alguna zona desmilitarizada

para ser un invierno aquí una bomba aquí un dolor aquí

un fusilamiento por la espalda una tristeza inmóvil

apenas visible entre el humo de doscientos cigarrillos

con cien mil nudos en cien mil gargantas

una tarde cualquiera empezamos a llevar amistades y amores

a la teja al del norte al buceo

al santo camposanto del no olvido

y se acabaron todas las variantes de la joda

hubo que pensar milímetro a milímetro el vasto territorio del deber

está visto que un pueblo sólo empieza a ser pueblo cuando

cada singular necesita perentoriamente su plural

y fue precisamente la necesidad de plural la que nos llevó a

encontrarnos y vernos las caras y vernos los miedos y vernos la osadía

la cosa no abundaba

pero era suficiente

no es cierto que el coraje se junte a paladas

más bien se recoge en cucharitas

y sin embargo alcanza

y sin embargo alcanza aunque no sobre

como decía el viejo baldomero

después de darle al hijo soberana paliza

este método es decididamente notable

pero tan sólo para sobrevivientes

no obstante descubrimos que la militancia

esa palabra tantas veces desfondada por la leyenda y los discursos

era algo tan normal como el estado civil

y tan colectivo como el tiranos temblad

que la militancia ese alfabeto de tradiciones

era sin embargo tan poco tradicional como el amor

por supuesto no es para dar hurras

ni todavía para cantar victoria

ni mucho menos para soltar palomas en la plaza

o para echar esperanzas y campanas a vuelo

ni siquiera para silbar hosannas por el colmillo de los tangos melancólicos

en realidad falta mucho por vivir y morir

mucho que aprender y desaprender

la historia está como siempre pletórica de edificantes corazonadas

pero en cambio los miserables suburbios de la historia

están llenos de albañales de frustración y letrinas de resentimiento

de cepos ideológicos donde se calumnia a los que luchan

de mezquinas envidias por el valor ajeno

de verdades que se fingen para tapar la verdad

hace apenas dos años que nos juntamos

para hacer algo

aunque fuera bien poco

por la patria doméstica

la pobrecita

jodida

y si una cosa hemos por fin aprendido

es que el rencor no vale casi nada

pero menos aún vale el perdón

así que será útil que vayan sabiendo

los buenos

los regulares

y los malos

que si de ahora en adelante caminamos y crecemos

y buscamos y hasta cantamos juntos

eso no quiere decir de ningún modo

que hayamos empezado a perdonar

la militancia también es

una memoria

de elefante.

Abril de 1973.

TORTURADOR Y ESPEJO

Mirate

así

qué cangrejo monstruoso atenazó tu infancia

qué paliza paterna te generó cobarde

qué tristes sumisiones te hicieron despiadado

no escapes a tus ojos

mirate

así

dónde están las walkirias que no pudiste

la primera marmita de tus sañas

te metiste en crueldades de once varas

y ahora el odio te sigue como un buitre

no escapes a tus ojos

mirate

así

aunque nadie te mate

sos cadáver

aunque nadie te pudra

estás podrido

dios te ampare

o mejor

dios te reviente.

DESINFORMÉMONOS

Desinformémonos hermanos

tan objetivamente como podamos

desinformémonos con unción

y sobre todo

con disciplina

qué espléndido que tus vastas praderas

patriota del poder

sean efectivamente productivas

desinformémonos

qué lindo que tu riqueza no nos empobrezca

y tu dádiva llueva sobre nosotros pecadores

qué bueno que se anuncie tiempo seco

desinformémonos

proclamemos al mundo la mentidad y la verdira

desinformémonos

nuestro salario bandoneón se desarruga

y si se encoge eructa quedamente

como un batracio demócrata y saciado

desinformémonos y basta

de pedir pan y techo para el mísero

ya que sabemos que el pan engorda

y que soñando al raso

se entonan los pulmones

desinformémonos y basta

de paros antihigiénicos que provocan

erisipelas y redundancias

en los discursos del mismísimo

basta de huelgas infecto contagiosas

cuya razón es la desidia

tan subversiva como fétida

garanticemos de una vez por todas

BOOK: Inventario Uno 1950-1985
5.67Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

Other books

The Well of Stars by Robert Reed
The Medici Conspiracy by Peter Watson
Out of the Easy by Ruta Sepetys
Needs (An Erotic Pulsation) by Chill, Scarlet
The Madman Theory by Ellery Queen
Betrayed (The New Yorker) by Kenyan, M. O.
151 Days by John Goode
Tempest by Rose, Dahlia
El Sótano by David Zurdo y Ángel Gutiérrez Tápia


readsbookonline.com Copyright 2016 - 2024