que el hijo del patrón gane su pan
con el sudor de nuestra pereza
desinformémonos
pero también desinformemos
verbigracia
tiranos no tembléis
por qué temer al pueblo
si queda a mano el delirium tremens
gustad sin pánico vuestro scotch
y dadnos la cocacola nuestra de cada día
desinformémonos pero
también desinformemos
amemos al prójimo oligarca
como a nosotros laburantes
desinformémonos hermanos
hasta que el cuerpo aguante
y cuando ya no aguante
entonces decidámonos
carajo decidámonos
y revolucionémonos.
Hay que ir acostumbrándose de a poco
la jornada es tan plena tan bien fundada
que nadie se anima a partirla en dos
las cábalas se ocultan tras las columnas y los arbolitos
los pésames se van chapoteando entre nubes
hasta el hollín se demora en los toldos
pocas veces amaneció tan invencible
el pueblo andrajoso y bienaventurado
regresa con su olor que acalambra al barrio norte
con su miseria que asusta a los miserables
con su hambre que aterra a los dietistas del imperio
el pueblo regresa puteando alegremente
desanda sus lunas de humillación
traga las desventajas y las muertes
rescata consignas de las alcantarillas
y las escribe a lo ancho del cielo
le da al bombo con su más generoso rencor
y despliega la enorme pancarta de sus montoneros
desde la casa rosada donde tiene lugar el exorcismo
hasta la verde memoria del queharán
por la perpetua rivadavia
ruedan colmados semi remolques
generaciones casi repletas
frente a los enarbolados rostros de trelew
hombres condecorados por el aguante y la osadía
dejan que en el consolado desconsuelo
broten por fin los vivas y las lágrimas
es posible que estos resistentes estos fieles
nada sepan de materialismo histórico o de jorge luis borges
pero trelew lo llevan en sí mismos como un coágulo
y el coágulo trelew se vuelve brújula
por eso en este jardín no hay senderos que se bifurquen
el coágulo-brújula apunta sin vacilación hacia devoto
adiós al laberinto adiós al dédalo
adiós al relajo en antiguas lenguas germánicas
este camino es recto
el pueblo avanza puteando alegremente
y las puteadas tampoco se bifurcan
dan en el blanco y al igual
que en el viejo parque japonés de retiro
los quepis van cayendo como patos
entre las verdes olas de madera
por rivadavia pasan generaciones
pasan camiones como tribunas
el lunes abrirán los grandes bancos
sus puertas segurísimas
mas no serán los mismos
se instalarán los oligarcas
en sus inodoros rosa pálido
más no serán los mismos
los consabidos asesores y aun los sinsabidos
leerán making a president y la santa biblia
mas no serán los mismos
en modestos y cautos titulares
la nación y la prensa mostrarán su amargura
mas no serán los mismos
después de todo no está mal
que en su primera faena de poder
el pueblo alias la mersa haya buscado por sí mismo
con más intuición que las computadoras políticas
y más sinceridad que los partidos electrónicos
la libertad para los suyos
la jornada es tan plena
que nadie se anima a concluirla
en devoto las puertas rechinan
los calabozos retumban a vacío
y en las paredes dice patria o muerte.
Buenos Aires, 25 de mayo de 1973.
Tenemos una paciencia verde y sólida como un caimán
una paciencia a prueba de balas y promesas
sabemos aguantar con los delirios en acecho
hacer almácigos con nuestros odios mejores
tenemos una esperanza blanca y prójima
como una paloma que ya no es mensajera
tenemos una esperanza a prueba
de terremotos y congojas
sabemos esperar rodeados por la muerte
sabemos desvelarnos por la vida
tenemos una alegría temprana como un gallo
una alegría convicta maniatada y rabiosa
sabemos cómo desatarla y sabemos
que al alba cantarán los gallísimos sueños.
No sé hasta dónde irán los pacificadores con su ruido metálico de paz
pero hay ciertos corredores de seguros que ya colocan pólizas contra la pacificación
y hay quienes reclaman la pena del garrote para los que no quieren ser pacificados
cuando los pacificadores apuntan por supuesto tiran a pacificar
y a veces hasta pacifican dos pájaros de un tiro
es claro que siempre hay algún necio que se niega a ser pacificado por la espalda
o algún estúpido que resiste la pacificación a fuego lento
en realidad somos un país tan peculiar
que quien pacifique a los pacificadores un buen pacificador será.
No creo en vos
mordaza
pero voy a decirte
por qué no creo
ya ves
ahora no digo
ni hoy
ni ay
y sin embargo
igual destapo el verbo
respiro el grito
y armo la blasfemia
pienso
luego insisto
hago inventario
de tu alegre pálpito de la miseria
de tu crueldad sin muchas ilusiones
de tu ira lustrada
de tu miedo
porque mordaza
vos
sos muchísimo más que un trapo sucio
sos la mano tembleque que te ayuda
sos el dueño flagrante de esa mano
y hasta el dueño canalla de tu dueño
porque mordaza
sos muchísimo más que un trapo sucio
con gusto a boca libre y a puteada
sos la ley malviviente del sistema
sos la flor bienmuriente de la infamia
pienso
luego insisto
a tu custodia quedan mis labios apretados
quedan mis incisivos
colmillos
y molares
queda mi lengua
queda mi discurso
pero no queda en cambio mi garganta
en mi garganta empiezo
por lo pronto
a ser libre
a veces trago la saliva amarga
pero no trago mi rencor sagrado
mordaza bárbara
mordaza ingenua
crees que no voy a hablar
pero sí hablo
solamente con ser
y con estar
pienso
luego insisto
qué me importa callar
si hablamos todos
por todas las paredes
y por todos los signos
qué me importa callar
si ya sabés
oscura
qué me importa callar
si ya sabés
mordaza
lo que voy a decirte
porquería.
Ahora sí que es de noche
y tenebrosa
te acordás cuando el bando reclamaba
una sola confianza por ambiente
y de pocas bujías
el apagón es grande
y extendido
ahora sí que es de noche
y de noche todas las leyes son pardas
la libertad está como boca de lobo
la justicia no se ve ni las manos
el apagón es grande
y extendido
prestame tu luciérnaga de pueblo
su latido sin sombra
su foco inagotable
mirá si estamos todos
como perros guardianes
y después apagala
apagala y después
pensemos o rumiemos o
soñemos con los ojos bien abiertos
hasta que llegue
inexorable
el día.
1968-1969
Es fácil vaticinar que los propagandistas de la infancia no van a interrumpir su campaña
quieren vendernos la inocencia cual si fuera un desodorante o un horóscopo
después de todo saben que caeremos como gorriones en la trampa
piando nostalgias inventando recuerdos perfeccionando la ansiedad
los geniales demagogos de la infancia
así se llamen Amicis o Proust o Lamorisse
sólo recapitulan turbadores sacrificios móviles campanarios
globos que vuelven a su nube de origen
su paraíso recobrable no es exactamente nuestro siempre perdido paraíso
su paraíso tan seguro como dos y dos son cuatro no cabe en nuestro mezquino walhalla
ese logaritmo que nunca está en las tablas
los impecables paleontólogos de la infancia
duchos en exhumar rondas triciclos mimos y otros fósiles
tienen olfato e intuición suficientes como para desenterrar
y desplegar mitos cautivantes pavores sabrosos felicidad a cuerda
esos decisivos restauradores
con destreza profesional tapan grietas y traumas
y remiendan con zurcido invisible el desgarrón que
arruinaba nuestro compacto recuerdo de cielo
sin embargo un día de éstos habrá que entrar a saco la podrida infancia
no el desván
allí apenas habitan los juguetes rotos los álbumes de sellos
el ferrocarril rengo o sea la piel reseca de la infancia
no las fotografías y su letargo sepia
habrá que entrar a saco la miseria
porque la infancia
además del estanque de azogada piedad
que a cualquier precio adquieren los ávidos turistas del regreso
además de la espiga y la arañita
y el piano de Mompou
además del alegre asombro que dicen hubo
además de la amistad con el perro del vecino
del juego con las trenzas que hacen juego
además de todo eso
tan radiante tan modestamente fabuloso
y sin embargo tan cruelmente olvidado
la infancia es otra cosa
por ejemplo la oprobiosa galería de rostros
encendidos de entusiasmo puericultor y algunas veces de crueldad dulzona
y es (también la infancia tiene su otoño) la caída de las primeras máscaras
la vertiginosa temporada que va de la inauguración del pánico
a la vergüenza de la masturbación inicial rudimentaria
la gallina asesinada por los garfios de la misma buena
parienta que nos arropa al comienzo de la noche
la palabra cáncer y la noción de que no hay exorcismo que valga
la rebelión de la epidermis las estupefacciones convertidas
en lamparones de diversos diseños y medidas
la noche como la gran cortina que nadie es capaz de
descorrer y que sin embargo oculta la prestigiosa momia del porvenir
por ejemplo la recurrente pesadilla
de diez cien veintemil encapuchados
cuyo silencio a coro repetirá un longplay treinta años más
tarde con el alevoso fascinante murmullo de los
lamas del Tibet en sus cantos de muerte
pero que por entonces es sólo una interminable fila
de encapuchados balanceándose saliéndose del sueño
golpeando en el empañado vidrio de la cocina
proponiendo el terror y sus múltiples sobornos anexos
la otra infancia es qué duda cabe el insomnio con los ardides de su infierno acústico
uno dejándose llevar despojado de sábanas mosquitero camisón y pellejo
uno sin bronquios y sin tímpanos
dejándose llevar imaginándose llevado hacia un lejanísimo
casi inalcanzable círculo o celda o sima donde no
hay hormigas ni abuela ni quebrados ni ventana
ni sopa y donde el ruido del mundo llega sólo como
un zumbido ni siquiera insistente
es el golpe en la cara para ser más exacto en la nariz
el caliente sabor de la primera sangre tragada
y el arranque de la inquina la navidad del odio
que riza el pelo calienta las orejas aprieta los dientes gira los puños
en un molinete enloquecido mientras los demás
asisten como un cerco de horripiladas esperanzas
timideces palabrotas y ojos con náuseas
es la chiquilina a obligatoria distancia
la teresa rubia
de ojos alemanes y sonrisa para otros
humilladora de mis lápices de veneración de mis insignias
de ofrenda de mis estampillas de homenaje
futura pobre gorda sofocada de deudas y de hijos
pero entonces tan lejos y escarpada
y es también el amigo el único el mejor
aplastado en la calle
sí
un día de éstos habrá que entrar a saco la podrida infancia
habrá que entrar a saco la miseria
sólo después
con el magro botín en las manos crispadamente adultas
sólo después
ya de regreso
podrá uno permitirse el lujo la merced el pretexto el disfrute
de hacer escala en el desván
y revisar las fotos en su letargo serpia.
Usted quiere matarse en nuestro nombre
ahí
en el inestable centro del mundo
solo frente al espejo avejentado
usted quiere matarse en nuestro nombre
ser el vicario de nuestras cotidianas agonías
el portavoz de nuestro dulce asco
sin embargo se mira francamente a los ojos
tiene presente que ésa puede ser la penúltima mirada
y se halla viejo como un viejo rencor
acabado como una noticia
por fin admite que
(a la mierda vicarios portavoces)
no ha de matarse
por lo menos que no ha de matarse por nadie
que no sea
usted mismo.
Te anuncio tierravirgen que parirás felicidad
después de resecarte dividida y de absorber hasta la última
gota de sangre como un abono inesperado
después de hundirte surco abrirte tumba y cumplir la
sagrada misión de consternar los atardeceres
después del aguacero radioactivo y la limpia baba de dios