honesto como el mar o el terremoto
equitativo como una epidemia
tan popular como la misma muerte
ah pero desde cerca es tan distinto
un débil un guiñapo un inseguro
imán de temblorosas pesadillas
un cornudo ideológico o social o somático
o sea un cornudo propiamente dicho
alguien que teme y teme en varios planos
verbigracia por la virginidad
de su cofre y también de sus hijitas
la propiedad privada de sus rezos
la empresa occidental de su prostíbulo
la antigüedad de su conciencia hectárea.
Tenés tal maña, tal arte
y un suspiro tan discreto
que podría revelarte
mi secreto.
Usás tan suaves maneras,
la sonrisa tan gustosa,
que podés pedir, de veras,
cualquier cosa.
Hacés gestos tan humanos
y tan dóciles al ruego
que por vos ponen las manos
en el fuego.
Sos de marca vieja y sabia
sos ligera en el encargo,
sos simpática de labia.
Sin embargo
sos tan sólo tus despojos.
Que no fuiste tan astuta
como para arriar tus ojos
de falluta.
Lo decidí anteanoche mientras iba
caminando sin rumbo y sin apuro
bajo la lluvia lenta mansa justa
no voy a ir así que no me espere
usted dirá qué tipo quién lo entiende
con un cielo sin fin tan confortable
empedrado de malas intenciones
un sueño tan formal y tan augusto
ah me consta que el cielo ha mejorado
sus condiciones habitacionales
con un confort solemne y cibernético
con nuevos eugenistas y mitólogos
con reinas de belleza y de vendimia
y un escuadrón de arcángeles acróbatas
custodios de oraciones voladoras
con bromas sobre Dios y sobre el diablo
con leyes contra el diablo únicamente
y una gendarmería insuperable
(todos los comisarios van al cielo)
y una censura seca y puritana
(ya sé que a los censores corresponde
la provincia celeste de los cuáqueros)
me consta que allí están los delatores
si delataron por la buena causa
y los torturadores si invocaron
a Dios la democracia y la familia
me consta que allí están los impotentes
insospechables de concupiscencia
y los estafadores si estafaron
antes de darse a la filantropía
me consta todo eso y sin embargo
usted dirá qué tipo quién lo entiende
yo me conozco y sé que extrañaría
ha de ser deprimente no ver rostros
profilácticamente subversivos
ni suicidas colgados de ideales
ni la nostalgia de la carne alegre
ni el peligroso honor de la blasfemia
ni víctimas de un asco melancólico
o de un calambre de desobediencia
yo me conozco y sé que extrañaría
de modo que haré el trámite preciso
para que me permuten el boleto
le ruego me comprenda y me disculpe
diga si quiere que me fui al infierno
pero si esta palabra está vedada
o si al decirla arriesga usted su puesto
diga sencillamente que renuncio
porque el cielo está tan organizado
que en su autopista no hay cómo extraviarse
bajo la lluvia lenta mansa justa.
En primavera
cuando surgen
las consabidas muchachas de ojos verdes
y el nuevo viento agita con esperanza
antenas y divisas y follajes
y cada miserable sobretodo
vuelve a su ropería monacal
y los escotes rebosan de golondrinas
es fácil creer en Dios
y en los horóscopos
proporcionar migajas a los mendigos
complejos vitamínicos a las palomas
salpicarse sobriamente de optimismo
o imaginar que por los hilos del telégrafo
viajan canciones pegadizas
y más o menos insurreccionales.
a Raúl Sendic
Estarás como siempre en alguna frontera
jugándote en tu sueño lindo y desvencijado
recordando los charcos y el confort todo junto
tan desconfiado pero nunca incrédulo
nunca más que inocente nunca menos
esa estéril frontera con aduanas
y pelmas y galones y también esta otra
que separa pretérito y futuro
qué bueno que respires que conspires
dicen que madrugaste demasiado
que en plena siesta cívica gritaste
pero tal vez nuestra verdad sea otra
por ejemplo que todos dormimos hasta tarde
hasta golpe hasta crisis hasta hambre
hasta mugre hasta sed hasta vergüenza
por ejemplo que estás solo o con pocos
que estás contigo mismo y es bastante
porque contigo están los pocos muchos
que siempre fueron pueblo y no lo saben
qué bueno que respires que conspires
en esta noche de podrida calma
bajo esta luna de molicie y asco
quizá en el fondo todos conspiramos
sencillamente das la señal de fervor
la bandera decente con el asta de caña
pero en el fondo todos conspiramos
y no sólo los viejos que no tienen
con qué pintar murales de protesta
conspiran el cesante y el mendigo
y el deudor y los pobres adulones
cuyo incienso no rinde como hace cinco años
la verdad es que todos conspiramos
pero no sólo los que te imaginas
conspiran claro está que sin saberlo
los jerarcas los ciegos poderosos
los dueños de tu tierra y de sus uñas
conspiran qué relajo los peores
a tu favor que es el favor del tiempo
aunque crean que su ira es la única
o que han descubierto su filón y su pólvora
conspiran las pitucas los ministros
los generales bien encuadernados
los venales los flojos los inermes
los crápulas los nenes de mamá
y las mamás que adquieren su morfina
a un abusivo precio inflacionario
todos quiéranlo-o-no van conspirando
incluso el viento que te da en la nuca
y sopla en el sentido de la historia
para que esto se rompa se termine
de romper lo que está resquebrajado
todos conspiran para que al fin logres
y esto es lo bueno que quería decirte
dejar atrás la cándida frontera
y te instales por fin en tus visiones
nunca más que inocente nunca menos
en tu futuro-ahora en ese sueño
desvencijado y lindo como pocos.
Hace tiempo fuimos sancionados de veras
y alguien nos colocó junto al río desplegado
hizo pozos en la cóncava arena materna
para que sintiéramos la obligación de instalarnos
creó un oleaje que de acuerdo a lo previsto
desorientó las esperanzas y los muelles
y en cada crepúsculo propenso a la angustia
nos despeinó con una tierna brisa
tal vez por esa razón cuando suenan
las rituales consignas del verano
nos insertamos sin fe y también sin violencia
en esta tradición poco menos que inmóvil
como si las noticias acerca de suicidios
y motines y estupros y explosiones
llegaran de una memoria no sólo derruida
sino además científicamente inexacta
durante esa vacación o letargo
de quince semanas y un miércoles anexo
vemos rocas y nostalgias y pájaros
a través de los mismos anteojos ahumados
y el higiénico ocio yacente
respirando con apática perseverancia
nos otorga por fin un inmune pellejo
de matizadas y saludables escamas
mientras tanto en alguna paciente llanura
se amontonan agüeros y simples profecías
vaya uno a saber dónde tiene el futuro
su aleatoria y portátil confianza
su depósito con furgones de pánico
su espléndido acopio de torturas
sus disciplinadas agujas que enhebran
modestos hilos de sangre caliente
no nos importa que el lejano dolor
esté pagando su carísimo peaje
en rigor no nos importa ni tampoco nos alude
nada de lo que ocurre a espaldas nuestras
estamos aquí para admirar los transatlánticos
que desandan el alegre horizonte
por lo menos estaremos mientras duren
el celaje y el sopor estivales
sólo ahora comprendemos el error sin disculpa
de no haber impedido que algo o que alguien
tomara la decisión de colocarnos
irreversiblemente junto al río
y creara y fomentara con tan laxo talante
desatendidos y brevísimos veranos
insuficientes para despreocuparnos
como los viejos moluscos que somos
la verdad es que la publicitada primavera
siempre nos pareció demasiado ventosa
no estamos ni remotamente preparados
para el otoño y su catástrofe de hojas
y por supuesto odiamos un invierno que carece
hasta de una nieve inobjetablemente estética
es por todo lo expuesto que exigimos
la inmediata ampliación del verano.
Voy a cerrar los ojos en voz baja
voy a meterme a tientas en el sueño.
En este instante el odio no trabaja
para la muerte, que es su pobre dueño
la voluntad suspende su latido
y yo me siento lejos, tan pequeño
que a Dios invoco, pero no le pido
nada, con tal de compartir apenas
este universo que hemos conseguido
por las malas y a veces por las buenas.
¿Por qué el mundo soñado no es el mismo
que este mundo de muerte a manos llenas?
Mi pesadilla es siempre el optimismo:
me duermo débil, sueño que soy fuerte,
pero el futuro aguarda. Es un abismo.
No me lo digan cuando me despierte.
Falta saber el último sentido
quiero decir: si es pueblo o es imperio.
Cada noticia con su desmentido,
cada desolación con su misterio.
Claro, cuando el misterio es de mentira
nadie se atreve a perdonar en serio
ni a romper el espejo en que se mira
ni menos a gritar, porque ese grito
no tiene otro respaldo que su ira.
Qué difícil negocio el infinito.
Al destino encomiendan la aventura
yo a las pruebas del mundo me remito.
Siempre que la verdad está madura
despiadado el azar nos fiscaliza.
Menos mal que su voz es insegura:
"No hay fénix", dice. "Sólo habrá ceniza".
Cuando el barco es dejado por las ratas
a uno le vienen malos pensamientos;
alarmas sin razón, carencias natas,
pereza para aliarse con los vientos
o no prever lo mucho que fatiga
la plenamar con sus aburrimientos.
No obstante puede ser que Dios bendiga
la quiebra del bauprés, las velas rotas,
y antes que en sombras llegue la enemiga
y las gotas se junten con las gotas
antes que el mar se encrespe o se confunda
decore al fin el mástil con gaviotas
y el barco quede hermoso. Aunque se hunda.
Esa pared me inhibe lentamente
piedra a piedra me agravia
ya que no tengo tiempo de bajar hasta el mar
y escuchar su siniestra horadante alegría
ya que no tengo tiempo de acumular nostalgias
debajo de aquel pino perforador del cielo
ya que no tengo tiempo de dar la cara al viento
y oxigenar de veras el alma y los pulmones
voy a cerrar los ojos y tapiar los oídos
y verter otro mar sobre mis redes
y enderezar un pino imaginario
y desatar un viento que me arrastre
lejos de las intrigas y las máquinas
lejos de los horarios y los pelmas
pero puertas adentro es un fracaso
este mar que me invento no me moja
no tiene aroma el árbol que levanto
y mi huracán suplente ni siquiera
sirve para barrer mis odios secos
entonces me reintegro a mi contorno
vuelvo a escuchar la tarde y el estruendo
vuelvo a mirar el muro piedra a piedra
y llego a la vislumbre decisiva
habrá que derribarlo para ir
a conquistar el mar el pino el viento.
En caso de vida o muerte, se debe
estar siempre con el más prójimo.
ANTONIO MACHADO
Y está tu corazón
próximo prójimo
hermano a borbotones
ensimismado dócil triste exangüe
con terribles secretos en tu fondo
con tu ebria soledad acompañada
próximo
algunas veces lejanísimo prójimo
cuántos rostros
me diste me estás dando
sobreviviente atroz sobreviviente
de esta herida sin labios
de esta hiedra sin muro
qué maga
qué sin trenzas viniste
ah prójimo-muchacha la primera
a instalarte delante de mis ojos de niño
que no sabía nada
que no sabía nada
mi dialecto era verte y anunciar para siempre
entre diez compañías de soldados de plomo
mi gran amor deslumbre
mi pobre amor a cuerda
vino el amigo absorto
sin percances
y no se habló de muertes
en su cercado limbo
tan sólo se jugaba
al más allá
y el sábado
era una bruma pero sin reloj
sin llave urgente ni contradicciones
amigo nada más
amigo muerto
los padres
claro
como un gran suburbio
amor congénito en mansa barbarie
amor subordinado e invasor
amor ciego o miope o astigmático
aún puedo abrigarme en sus imágenes