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Authors: Joseph Campbell

Tags: #Ensayo, Referencia

El poder del mito (33 page)

BOOK: El poder del mito
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C
AMPBELL
: Sí. Los pueblos semíticos estaban invadiendo el mundo de los sistemas de la Madre Diosa, con lo que las mitologías de orientación masculina se volvieron predominantes, y la Madre Diosa se convierte… pues en algo así como la Abuela Diosa, algo muy, muy lejano en el pasado.

Fue en la época del esplendor de la ciudad de Babilonia. Cada una de estas ciudades primitivas tenía su propio dios o diosa protectores. La característica de un pueblo imperialista es tratar de que su propio dios local sea nombrado jefe de los dioses de todo el universo, ya sabes. Ninguna otra divinidad debe imponérsele. Y el modo de lograrlo es aniquilando al dios o diosa que reinaba antes. Bueno, en Babilonia, la que estaba antes del dios babilónico Marduk era la Diosa Madre de Todo. La historia empieza con un gran concilio de los dioses varones allá en el cielo, cada dios una estrella, y se han enterado de que la Abuela viene de visita, la vieja Tiamat, el Abismo, la Fuente inextinguible. Llega en forma de un gran pez o dragón, ¿y qué dios tendrá el coraje de enfrentarse a la Abuela? El que se atreve, por supuesto, es el dios de nuestra actual gran ciudad. El es el más grande.

Así que cuando Tiamat abre la boca, el joven dios Marduk de Babilonia arroja a su garganta y vientre unos vientos que la hacen estallar en pedazos, y después la descuartiza, y con los pedazos de su cuerpo da forma a la tierra y los cielos. Este tema del desmembramiento de un ser primordial y la construcción del universo con sus pedazos aparece en muchas mitologías, bajo muchas formas. En la India aparece con la figura de Purusha, el reflejo de cuyo cuerpo es el universo.

Ahora bien, la madre diosa, en las antiguas mitologías de madre diosa, era en sí misma el universo, por lo que la gran hazaña creativa de Marduk fue un acto excesivo. No tenía necesidad de cortarla en pedazos y fabricar el universo, porque ella ya era el universo. Pero el mito de orientación masculina se impone, y
él
se convierte, aparentemente, en el creador.

M
OYERS
: Y el interés pasa de la Diosa a su hijo, este joven trepador político que…

C
AMPBELL
: Bueno, el interés era específicamente el interés de los gobernantes varones de la ciudad de Babilonia.

M
OYERS
: De modo que la sociedad matriarcal empezó a dar paso a…

C
AMPBELL
: Oh, para esa época (el 1750 a.C. más o menos) el matriarcado ya no existía.

M
OYERS
: Hoy día hay mujeres que dicen que el espíritu de la Diosa ha estado exiliado durante cinco mil años, desde…

C
AMPBELL
: Es imposible remontarse tan lejos, cinco mil años. La Diosa fue una figura muy potente en tiempos helenísticos en el Mediterráneo, y volvió con la Virgen en la tradición católica romana. No hay celebración de la Diosa realizada de modo más bello y magnífico que las catedrales francesas de los siglos XII y XIII, todas ellas llamadas Notre Dame.

M
OYERS
: Sí, pero todos esos motivos y temas eran manipulados por hombres (sacerdotes, obispos) con exclusión de las mujeres, de modo que, independientemente de lo que la forma pudiera significar para el fiel, la imagen estaba en manos de la figura masculina dominante al servicio del poder.

C
AMPBELL
: Puedes poner el énfasis en ese punto, pero creo que es un poco exagerado, porque hubo grandes santas mujeres. Hildegarde de Bingen, por ejemplo, estuvo a la altura de un Inocencio III. Y en cuanto a Leonor de Aquitania, no creo que haya habido nadie en la Edad Media de una talla equivalente a la suya. Ahora podemos mirar atrás e indignarnos por el cuadro general, pero la situación de la mujer no era tan mala, de ningún modo.

M
OYERS
: No, pero ninguna de esas santas habría llegado nunca a ser papa.

C
AMPBELL
: Llegar a papa no es tan buen negocio, realmente. Es una posición burocrática. Ninguno de los papas pudo haber llegado nunca a ser la madre de Cristo. Hay papeles diferentes que interpretar. El trabajo del hombre fue proteger a las mujeres.

M
OYERS
: De ahí surgió la idea paternalista.

C
AMPBELL
: Las mujeres son parte del botín, son bienes. Con la caída de una ciudad, todas las mujeres que vivían en ella eran violadas.

M
OYERS
: También nos encontramos con la contradicción ética que tú mencionas en tu libro, citando el Éxodo: «No matarás, no desearás a la mujer de tu prójimo… salvo fuera de tu tierra. Entonces podrás pasar por la espada a todos los hombres, y a todas las mujeres podrás tomarlas para ti». Eso es lo que dice el Viejo Testamento.

C
AMPBELL
: El Deuteronomio. Son pasajes de gran crueldad.

M
OYERS
: ¿Y qué te dicen sobre las mujeres?

C
AMPBELL
: Dicen más sobre el Deuteronomio que sobre las mujeres. Los hebreos eran absolutamente despiadados en relación a sus vecinos. Pero este pasaje es una afirmación extrema de algo inherente a la mayoría de las mitologías de orientación sociológica. Es el hecho de que el amor y la compasión se reservan para el grupo interno, y la agresión y las injurias se proyectan hacia fuera, sobre los otros. La compasión se reserva para los miembros del propio grupo. Los que están fuera de ese grupo son tratados tal como lo enuncia aquí el Deuteronomio.

Ahora bien, hoy ya no existe ningún grupo que esté fuera en todo el planeta. Y el problema de la religión moderna es hacer funcionar esa compasión para con la humanidad entera. Pero ¿qué sucede entonces con la agresión? Este es un problema que el mundo tendrá que afrontar, porque la agresión es un instinto natural tanto como la compasión, y más inmediato que ella, y lo será siempre. Es un hecho biológico. Por supuesto, en tiempos bíblicos, cuando llegaron los hebreos, barrieron a la Diosa. El término usado en el Viejo Testamento para la diosa canaanita es «la Abominación». Al parecer, a lo largo del periodo representado en el Libro de los Reyes, por ejemplo, hubo un ir y venir entre los dos cultos. Muchos de los reyes hebreos son condenados en el Viejo Testamento por haber adorado en las cimas de las montañas. Estas montañas eran símbolos de la Diosa. Y hubo una lucha muy fuerte contra la Diosa entre los hebreos, cosa que no hallamos en las mitologías indoeuropeas. Aquí tienes a Zeus
casándose
con la Diosa, y después los dos actúan juntos. De modo que lo que tenemos en la Biblia es un caso extremo, y nuestra subyugación occidental de la hembra es una función del pensamiento bíblico.

M
OYERS
: Porque cuando sustituyes al macho por la hembra, tienes una psicología diferente, una inclinación cultural distinta. Y en tu cultura es permisible hacer lo que hacen los dioses, así que uno…

C
AMPBELL
: Es así, exactamente. Yo diría que hay tres situaciones. Primero, la más temprana, de la Diosa, donde el macho apenas si llega a ser una divinidad importante. Después lo contrario, cuando el macho se impone por entero.

Y por último, el estadio clásico, en que los dos están en interacción… como lo están también, por ejemplo, en la India.

M
OYERS
: ¿De dónde procede este estadio?

C
AMPBELL
: Viene de la actitud de los indoeuropeos, que no devalúan completamente el principio femenino.

M
OYERS
: ¿Y la concepción de una madre virgen? De pronto, la Diosa reaparece adoptando la forma del receptáculo casto y puro elegido para la acción de Dios.

C
AMPBELL
: En la historia de las religiones occidentales, éste es un desarrollo muy interesante. En el Viejo Testamento, tienes un Dios que crea un mundo sin una diosa. Después cuando llegas a los Proverbios, allí está ella, Sofía, la Diosa de la Sabiduría, que dice: «Cuando Él creó el mundo, yo estaba ahí, y yo fui Su mayor alegría». Pero en la tradición hebrea la idea de un
hijo
de Dios es repulsiva, no se toma en cuenta en absoluto. El Mesías como hijo de Dios no es en realidad hijo de Dios. Es alguien que por su carácter y dignidad es digno de ser
comparado
con el hijo de Dios. Estoy persuadido de que en esa tradición no existe la idea del nacimiento de una virgen. El nacimiento virginal aparece en el cristianismo por vía de la tradición griega. Cuando lees los cuatro evangelios, por ejemplo, el único en el que aparece el nacimiento virginal es el Evangelio según san Lucas, y Lucas era griego.

M
OYERS
: ¿En la tradición griega había imágenes, leyendas, mitos sobre concepciones de vírgenes?

C
AMPBELL
: Oh, sí… Leda y el cisne, Perséfone y la serpiente, y tantos más. La concepción de una madre virgen está representada en todas partes.

M
OYERS
: Entonces no fue una idea nueva lo que apareció en Belén. Pero ¿cuál es el significado de la concepción de una virgen?

C
AMPBELL
: Creo que el mejor modo de responder a eso es hablar de un sistema que tienen en la India para describir los estadios del desarrollo espiritual. En la India hay un sistema de siete centros psicológicos que suben por la espina dorsal y representan planos psicológicos de interés, conciencia y acción. El primero está en el recto: representa la alimentación, la función básica del sostén de la vida. La serpiente representa perfectamente esta compulsión, como una especie de esófago móvil que anda por ahí comiendo, comiendo, comiendo. No podríamos sobrevivir si no comiéramos durante toda la vida. Lo que comes es siempre algo que apenas un momento antes estaba vivo. Éste es el misterio sacramental de la comida, en el que con frecuencia no se nos ocurre pensar cuando nos sentamos a la mesa. Si rezamos antes de comer, es para agradecerle nuestra comida a esta figura extraída de la Biblia. Pero en mitologías anteriores, cuando la gente se sentaba a comer, daban las gracias al animal que estaban a punto de consumir por haberse entregado en sacrificio voluntario.

Hay un magnífico dicho en uno de los Upanishads: «¡Oh maravilla, oh maravilla, oh maravilla, soy comida, soy comida, soy comida! Soy un comedor de comida, soy un comedor de comida, soy un comedor de comida». Hoy día no pensamos así de nosotros. Pero apegarte a ti mismo y no dejarte transformar en comida es el acto primordial de negación de la vida. ¡Estás interrumpiendo el flujo! Y entregarse al flujo es la gran experiencia de misterio que acompaña el dar gracias a un animal a punto de ser comido por haberse entregado. Tú también te entregarás a tu vez.

M
OYERS
: Soy naturaleza, la naturaleza es yo.

C
AMPBELL
: Sí. Pues bien, el segundo centro psicológico en el ordenamiento indio del desarrollo espiritual está simbolizado por los órganos sexuales, lo que equivale a la necesidad de la procreación. Un tercer centro está a la altura del ombligo, y ahí reside el centro de la voluntad de poder, de aprender una habilidad, o, en su aspecto negativo, de conquistar, dominar, aplastar y esclavizar a los otros. Esta es la tercera función, la agresiva. Y si queremos reconocernos en el simbolismo del sistema psicológico indio, la primera función, la alimentación, es la de un instinto animal; la segunda, la procreación, es la de un instinto animal, y la tercera, el dominio o conquista, es también propia de un instinto animal; y estos tres centros están localizados simbólicamente en la cavidad pélvica.

El siguiente centro, el cuarto, está a la altura del corazón; y es la apertura a la compasión. Aquí sales del campo de la acción animal a un campo que es propiamente humano y espiritual.

Y a cada uno de estos cuatro centros le corresponde una forma simbólica. En la base, por ejemplo, la primera, el símbolo es el lingam y el yoni, los órganos masculino y femenino en conjunción. Y en el centro del corazón, están
una vez más
el lingam y el yoni, es decir, los órganos masculino y femenino en conjunción, pero aquí representados en oro como símbolos del nacimento virginal, es decir del nacimiento del hombre espiritual a partir del hombre animal.

M
OYERS
: Y eso sucede…

C
AMPBELL
: Sucede cuando, en el plano del corazón, accedes a la compasión, es decir, al sufrimiento compartido, la participación experimentada en el dolor de otro. Ahí comienza la humanidad. Y las meditaciones de la religión están en ese nivel, el nivel del corazón.

M
OYERS
: Dices que es el comienzo de la humanidad. Pero en estas historias es el momento en que nacen los dioses. Cuando la virgen da a luz… nace un dios.

C
AMPBELL
: ¿Y sabes qué es ese dios? Eres

. Todos estos símbolos de la mitología se refieren a ti. Puedes tener problemas con lo que hay
afuera
, y pensar que todo está ahí afuera. Estás pensando en Jesús con todos los sentimientos puestos en cómo sufrió, fuera de ti. Pero ese sufrimiento es algo que debería estar sucediendo en ti. ¿Has renacido espiritualmente? ¿Has muerto a tu naturaleza animal y vuelto a la vida como una encarnación humana de la compasión?

M
OYERS
: ¿Por qué es importante que sea una virgen?

C
AMPBELL
: El engendrador es espiritual. Se trata de un nacimiento espiritual. La virgen que concibe de la palabra que entra por su oído.

M
OYERS
: La palabra llega como un rayo de luz.

C
AMPBELL
: Sí. Y de Buda, con el mismo sentido, se dice que nació del costado de su madre al nivel del chakra del corazón.

M
OYERS
: ¿Chakra del corazón… ?

C
AMPBELL
: Sí, el chacra del corazón es el centro simbólico asociado con el corazón. Chakra significa «círculo» o «esfera».

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