A veces pienso que hubiera sido mejor haberle gustado a una niña que fuera más normal que M. M., parece que en vez de una amiga tengo un guardaespaldas. Y no sé cómo hace, pero siempre que se me acerca me da en la cara, o de la risa me arrea un terrible cabezazo. Mi abuelo dice que hay amores que matan, así que yo espero sobrevivir al terrible cariño que me tiene M. M., porque, aunque no te lo creas, todavía me quedan miles de cosas que contarte, pero hoy no puedo, el Orejones y yo hemos quedado con Melody en el descampao de al lado de la cárcel, porque ella nos va a enseñar a fugarnos de cárceles de alta seguridad, y ella de eso lo sabe todo. Se lo ha contado su padre, que, por cierto, ya ha aparecido, y está dentro de una de ellas.