La posibilidad de morirse antes que
Lillian Hellman
... morirse y convertirse en simple carnaza para los cuentos de Lilly. Toda la vida y la reputación de una persona reducidas a un simple
golem
, a un monstruo de
Frankenstein
que la señorita Hellman puede reanimar y manipular para hacerle lo que a ella se le antoje. Si hay un destino peor que la muerte es pasarse la eternidad con el arnés puesto, haciendo de zombi para Lilly Hellman, devuelta a la vida solo en cenas de sociedad. En tertulias radiofónicas y en las autobiografías de la Hellman.
Fue Walter Winchell quien dijo una vez: «Después de cenar con Lilly Hellman, lo que quieres no es tomar postre y café: lo que de verdad te hace falta es el antídoto».
Hasta los nombres más ilustres, en cuanto llevan muertos el tiempo suficiente, quedan reducidos a ruidos absurdos de animales.
Gruñido, ladrido, rebuzno
...
Ford Madox Ford... Miriam Hopkins... Randle Ayrton
.
Sentado a mi derecha,
Charlie McCarthy
me felicita por el éxito de mi libro. Esta semana
Insuperable
cumple veintiocho en el número uno de la lista de los libros más vendidos del
New York Times
.
Sentada al otro lado de la mesa,
Madeleine Carroll
me pregunta, con ese gracioso acento británico que tiene, cómo se llama la criatura que tengo en el regazo.
Y yo le explico que esta huerfanita diminuta fue adoptada por la señorita Kathie y que ahora yo me he convertido en su tutora legal. Que he heredado la casa, los derechos de
Insuperable
, todas las inversiones y también a esta niñita, que ahora gorjea y sonríe, un angelito rubio y perfecto. Y le explico que se llama
Norma Jean Baker
.
No, ninguno de nosotros da la sensación de ser muy real.
No somos más que personajes secundarios en las vidas de los demás.
Cualquier verdad real y cualquier dato valioso quedará siempre perdido en una montaña de ficciones hechas trizas.
Hago una señal y uno de los lacayos me sirve más vino. Ya me estoy inventando mentalmente una historia en la que
Lillian Hellman
agita los brazos y monta el número e interpreta a una idiota tediosa y egocéntrica.
Lillian Hellman
hace de villana igual que Webster. En mi versión de esta noche, de esta cena, yo seré la mujer distante y contenida y correcta. De mis labios saldrá la réplica perfecta. Yo interpretaré a la heroína.
Por favor, prométanme que NO me han oído decir esto.
Corten. A imprimir. Pasen créditos.
(fin)
Chuck Palahniuk
nació en Portland, Oregón, en 1964. Escribió su primera novela,
El club de la lucha
(Literatura Mondadori, 2010), en tres meses; no tardó en convertirse en best seller y ser adaptada al cine. Actualmente, Palahniuk es un autor de gran éxito, y su nombre aparece muy a menudo en la lista de más vendidos en Estados Unidos. Otros títulos suyos son:
Monstruos invisibles
(Debolsillo, 2003),
Asfixia
(Literatura Mondadori, 2001),
Nana
(Literatura Mondadori, 2003),
Diario. Una novela
(Literatura Mondadori, 2004),
Error humano
(Literatura Mondadori, 2005),
Fantasmas
(Literatura Mondadori, 2006),
Rant. La vida de un asesino
(Literatura Mondadori, 2007),
Snuff
(Literatura Mondadori, 2010),
Pigmeo
(Literatura Mondadori, 2011) y
Al desnudo
(Literatura Mondadori, 2012).