Nigel entró en la lista. Para dominar los procesadores colectivos tuvo que aislarse completamente, abierto únicamente al uniforme tecleteo salutatorio de los datos de la sonda, enfocando el declinar y surgir de sensaciones provenientes de las sondas según atravesaban sistemas estelares, se zambullían en densas atmósferas y, finalmente, avanzaban desde sus cápsulas y recorrían incluso las tierras alienígenas.
La primera sonda automatizada alcanzó la estrella Barnard y redujo su velocidad rebasando dos planetas pequeños. Las señales llegaron sólo unos meses después de que el
Lancer
abandonara Isis. Los mundos, del tamaño de Mercurio, eran baldíos, carentes de interés. No parecía haber nada interesante en relación a las estrellas, aparte de las mediciones rutinarias de arcos de ondas de choque, escrutinio de cometas y análisis de manchas solares. A medio camino del sistema, la sonda dejó de transmitir bruscamente. No volvió a dejarse oír. Los astrónomos sospechaban que, al estar cruzando el plano eclíptico del sistema por aquel entonces, la sonda no había logrado esquivar un asteroide.
Nigel se pasaba el tiempo en una cápsula de aislamiento, monitorizando caudales de datos de Epsilón Eridani. La sonda se internó, localizando el distante brillo móvil que eran los planetas, cartografiando el plano de la eclíptica de Eridani, bosquejando las historias orbitales con diestras pinceladas newtonianas. Las tres personas, en sus frías vainas oscuras, enlazados con datos holográficos, de plenitud sensorial, vieron a la sonda pasar rutilante junto a un reducido punto lumínico de un gris oscuro.
Antes de que pudieran conjuntar sus impresiones propias, los programas astrométricos de a bordo de la sonda examinaron el volumen cercano, escucharon en busca de murmullo infrarrojo o chasquidos similares del gris, y hallaron cuatro: una nube Oort de protocometas que trazaban sus lentos picados en mortaja de polvo. La sonda con forma de araña continuó veloz, siguiendo su propia lógica. Los receptores humanos insertos en el flujo de números y espectros, compusieron una semblanza con implicaciones humanas. Masa de la estrella: 0,83 solar. Seis planetas. Tipo espectral K2, manchas solares visibles. Dos gigantes gaseosos; un mundo del tamaño de Marte; el resto, meras rocas. Ningún océano, ausencia de vida.
“Sí, pero el del tipo terrestre tiene atmósfera
,
¿ves?...”
, cuando todos sintieron a la sonda que aminoraba la velocidad, maniobraba... “
Claro, aunque no hay nada de oxígeno y nada de gases en desequilibrio hasta donde alcanzo...”, el
mundo estaba aumentando ante ellos... “
Convincente, pero eso es pura teoría...”
, un amasijo de grises y marrones y negros abigarrados...
“Mira, eso es una cubierta de nubes, cierto; el preliminar lo pasópor alto...”
, campos de piedra que destellan como las ventanas distantes de una ciudad al reflejar el amarillo sol poniente... “
No lo sé, mica tal vez...”
, cadenas montañosas escarpadas, valles sinuosos... “
Algunos indicios de actividad tectónica y, yo diría, que algo
de actividad volcánica por allí, junto al borde...”
, el azote del viento y mesetas ruinosas, grises y llenas de recovecos... “
Un planeta insignificante en realidad, tenue atmósfera, sobre el 0,32 de la masa terrestre...
“
, ninguna salpidacura de verdor a la vera de los ríos que van labrando... “
Mira esa lectura, C0
2
más las trazas esperadas...”
, tormentas ululantes, azules sobre las fruncidas tierras pardas; ningún oído que preste atención a su paso... “
Todo el sistema es un desastre, si
éste es el mejor...”
, la sonda describe un arco sobre el planeta, pondera para sí la utilidad de desplegar un aparato de superficie... “
No, espera, vuelve a esa
última imagen...”
, la curva de este mundo es de un esplendoroso color plateado sobre negro... “
Exacto, la toma, del horizonte...”
, una esquirla de un gris acerado como un fino cable... “
Curioso, un planeta pequeño como
éste con un anillo de...”
, brillando tenuemente, pero, cuando la sonda sigue trazando el arco, la supuesta línea recta se niega a engrosarse, a mostrar un disco... “
No, míralo, baja directamente a la
Superficie...”
, anclada al ecuador... “
Estoy hecho polvo, es un Gancho del Cielo...”
, el silencio gélido por respuesta, mientras observan el enorme artefacto, siendo visible ahora su larga curva, como un pelo aún, fino y atrasándose hasta el ecuador... “
¿Por qué?
,
¿por quélevantaría nadie un Gancho de Cielo en un desierto?...”
, nada se mueve sobre la fibra. Pueden constatarlo en las exposiciones sucesivas que envía la sonda, centrando su propia evaluación en la fina cuña de color gris contra las estrellas... “
¿Minería? Ninguna otra cosa vale una mierda ahíabajo...”
, la sonda retrocede ahora, cambia la visión...”
Tal vez no fue siempre de esa forma...”
, vuela en círculo por campos de estrellas... “
¿Quieres decir que hay rastros de vida ahíabajo?¿Una civilización? Pero, no hay traza alguna de...”
, una mota que crece... “
Ahora no, no...”
, la sonda rodea el árido horizonte... “
En una escala de tiempo geológica
,
¿quéperduraría?...”
, un punto redondo incrementándose... “
Es por algo que, bueno no hay nada de vida, quépodría...”
, la media luna informe, mordisqueada... “
Sí, si los nativos construyeron eso, hace tiempo que desaparecieron, estamos hablando de decenas de millones de años fácilmente y no creo...”
, irregular, grises y negros, un lado aplastado como por un impacto lateral, líneas de tensión en la roca arcaica de la pequeña luna de este mundo... “
Es lógico, claro, hay algunos cráteres pero no tantos y, en cualquier caso
,
¿cómo puedes exterminar toda una biosfera...”
, algo destella con súbita luz naranja en las fosas ensombrecidas de la luna...
“Eh
,
¿estás viendo eso..?”
, una llama intermitente... “
Justo como...”
, se proyecta al exterior, crece hacia la sonda... “
Un objeto como el anterior, un Vigilante...”
, abarca la lente... “
Debe ser de un alcance de doscientos klicks, incluso más...”
, un caos naranja punteado de rojo encendido... “
Dios, espero...”
, las manos crispadas, aunque todos eran sabedores de que esto había ocurrido ya años antes, a parsecs de distancia... “
Nos ha alcanzado...”
, pero la rauda propagación les atrapa cuando los brazos anaranjados se alargan y envuelven las antenas disco... “
Cristo, si abrasa a
ésos, nosotros...”
, el acústico de a bordo registra una descarga ondulante que viene hacia los tres como un rumor... “
Perdiendo la baja frecuencia...”
, una sensación hiriente, fulminante... “
Lo freirá, sin duda, si eso alcanza el equipcom...”
, plasma ionizando los interferómetros alineados con precisión... “
La telemetría estáfluctuando...”
, lentes que han encarado el vacío extremo durante una década, empañadas, agujereadas y fracturadas... “
Pérdida de presión en el criotanque derecho...”
, un calor menguante se difunde a través de los delgados sellos... “
Maldita sea, maldita sea, mira eso...”
, las nubes ensortijadas se disipan, refulgen unos chorros violáceos, el hidrógeno ionizado escinde y decolora los UV... “
La microonda prácticamente
ha cesado...”
, las estrellas retornan... “
Las funciones principales están averiadas...”
, el punto decreciente absorbe su propia lengua de un rojo sangre... “
Era esa velocidad de pasada y rebote, lo alcanzóa más de nueve klicks por segundo...”
, la consumida superficie de debajo semejante a una cripta, se enturbia y brilla con la
distancia...
“Sobrepasada, es todo...”
, cae la sonda hacia las estrellas, cegada en la negrura, y paralizada... “
Me pregunto por quéaquello dejóel Gancho del Cielo...”
Parados sus motores... “
¿Aquello?¿Quéaquello?...”
y vuelve abnegadamente a medir las miasmas de vientos solares... “
El aquello que puso el pie en ese yermo, dejando detrás a nuestro Vigilante...”
, la mujer inserta la imagen de él en su plexo, le mira... “
Quizásea demasiado problemático derribarlo...”
Se desembarazan, cada uno, del laberinto acoplativo... “
¿Después de hacer eso a la superficie?...”
Trastornados, macilentos, estremecidos todos... “
Sabe Dios cómo, pero...”
, interrogantes luces verdes de Control destellan sin ser percibidas... “
Eso es una suposición, claro. Vale, puede que teniendo un ascensor a mano...”
La cabeza de Nigel está agachada, su mano mesa su pelo cano abstraídamente... “
¿Para qué?
¿Para trabajar en superficie?...”
Frío fulgor de esmalte... “
O para subir materias primas
,
¿cómo voy a saberlo...?”
Golpea preocupado la escotilla de cada uno del equipo externo... “
Ha estado ahíuna inmensidad de tiempo, yo diría que para hacer reparaciones, acuérdate del armatoste chafado que iba de pasada. Era de esperar; asípues, se arregla a símismo...”
, sudoroso y confinado, entonces la escotilla se abre... “
Bueno, podría ser, pero
¿por quétomarnos una instantánea?...”
, desenredando el espagueti electrónico... “
Cuando el de Isis simplemente dejóal
Lancer
que se fuera
,
¿quieres decir? Hum, tal vez, tal vez
éste consideróque no tenía nada más que averiguar.
Hum.”
Nigel se preguntaba cómo, en una sociedad tan meticulosamente regida como ésta, “pavor” se había convertido en el término de argot aceptado por pavo relleno.
Trabajaba en el pavor mismo. Era una masa enorme, viscosa, anegada de nutrientes. Crecía tan deprisa que un equipo tenía que cortar tajadas, utilizando servobrazos, para que la carne no agotara sus suministros químicos. Pseudovida, con todas las verificaciones genéticas sobre excedentes hábilmente eliminadas. Malthus a la enésima potencia.
Cuando dispuso de tiempo, empleó parte de su preciado almacén de madera, dando forma y cepillando los tablones hasta que tuvieron un acabado lustroso. El aserrín exudaba su dulce peso en el aire impersonal de la nave. Escamoteó algunos de los soportes de celulosa de crecimiento forzado de los invernaderos, y trabajó los blandos pedazos con ardorosa energía, martilleando y cepillando y utilizando la sierra para dar textura al grano poroso. El material no era muy consistente, pero valdría para muebles. Le recordó que también él era tres cuartos de agua, corriendo y refrenándose a instancias del sordo palpitar de sus venas, un ser hidrostático. Con una pizca de sal añadida, para significar su origen.
Cada primavera, cuando era niño, rememoró Nigel, había ido de excursión por las húmedas praderas. Allí, y en las cunetas, escucharía un coro pequeño, estridente, que resonaba por todo el mundo como un “Estamos aquí, estamos aquí, estamos aquí”, interminablemente repetido. Ranas, confiados animalejos, que anunciaban su ocupación de ese nicho ecológico concreto. Sospechaba que ahora, para algún oído mayor que el nuestro, la burbuja expansiva de chapurreo radial del hombre debía constituir una resonancia similar que se propalaba un corto trecho en la noche. Únicamente al hallarse cerca sería molesta, cuando cada vez se pudiera captar una voz estridente.
Desde las alturas de las encapotadas colinas cercanas, las ranas se confundían, no demasiado mal, con todas las otras voces ambiciosas que, croando y gorjeando, decían lo mismo: Estamos aquí, estamos aquí, estamos aquí. Un ciclista, pendiente de su meta, podía rodar por entre el coro de las ranas, sintiendo que estaba ahí aunque sin prestarle atención alguna, sin intentar distinguir la miríada de voces. Una civilización en la galaxia auténticamente avanzada, probablemente haría lo mismo ante el leve zumbido radial, o ante la sonda ocasional en vuelo de pasada, zumbando, como un mosquito, más allá de su oído.
Otras podían asestar un manotazo causal a tan irritante transeúnte. O incluso solicitar la intervención del control de plagas.
Wolf 359, era una estrella mortecina con sólo un minúsculo volumen cercano susceptible de mantener vida. No obstante, un mundo orbitaba allí, uno remarcablemente similar al que circundaba Epsilón Eridani: pequeño, árido, con una tenue miasma de atmósfera. No arcaico, como el mundo del “Gancho del Cielo”, si bien había indicios de que había estado habitado. Ninguna biosfera subsistía. Los pequeños lagos se estaban desecando.
Las estrellas clase M son las que más tiempo han vivido, y los espectros de Wolf 359 decían que era tan vieja como la galaxia. Hubo sobrados eones para que la vida se alzara bajo este sol tibio.
Y tiempo para que sucumbiera. El aire y la tierra contenían rastros de los equilibrios químicos que eran la mínima definición de la vida. Estos rastros estaban declinando lentamente, pero hablaban en favor de una biosfera que debía haber existido en los últimos millones de años.
Alrededor del pequeño planeta había dos lunas. Una de considerable tamaño, apenas limitada a su primaria. La otra más pequeña, de unos cuantos kilómetros de anchura. Poseía marcas extrañas aquí y allá, marcas que podían ser el resultado natural del bombardeo de meteoritos a lo largo del tiempo e, igualmente, podían no serlo. La sonda captó sólo un fugaz atisbo de ella al trazar un arco en torno al mundo parduzco y erosionado de debajo, prosiguiendo luego. Pasó al lado de un gran gigante gaseoso en su trayecto de salida del sistema.
“Dios, tener que medir esto y analizar aquello es realmente un trabajo de perros, y todo
para que los de astronomía...”
, el planeta, ceñido por una banda, entra desde la izquierda... “
Sí, cuando piensas en ello
,
¿quédiferencia supone? En la Tierra están sumando la misma base de datos...”
, una salpicadura de luz en el plano de rotación... “
Vale, vale. Dios, Nigel, sólo porque seas jefe de equipo no significa que no puedas burlar un...”
, puntos brillantes, algunos blancos y otros bermejos por el fulgor reflejado del mundo gigantesco... “
Sí, la conozco...”
, la sonda cae en picado a una cita relámpago... “
Trabaja en agro, creo, duerme en P4...”
, en un vuelo de pasada cronometrado de dos lunas... “
No estámuy buena, pero he oído...”
, cae sin energía... “
Hablóel viejo Aarons.
¿Dientes de conejo? Podría comerse una manzana a través de una raqueta de tenis, y todo el personal...”
, evalúa los vientos estelares y calibra partículas energéticas, densidad del plasma, flujo de UV... “
Lavera, te estás rezagando...”
, se aproxima ahora a la primera luna... “
Recibe curiosamente, cantidad de luz retrodispersa del plano de rotación, un disco
de hielo probablemente. Es muy frío, a esta distancia...”
, retículas que se despliegan, lentes que oscilan para encarar la faz agujereada y moteada que se avecina... “
¡Eh! He resuelto que el pretendido disco de hielo no es granuloso en absoluto. Es una larga sarta de materia, uniformemente espaciada como cuentas en un collar; perlas ciertamente, porque son muy blancas y el radar indica que lisas. Ninguna retrodispersión en las longitudes de onda de un centímetro...”
, valles de surcos profundos arrojan largas sombras al aniquilador azul... “
Multitud de fuentes pequeñas en el plano, pero vienen
únicamente de esta luna. Me refiero a que no la hay a mayor distancia en...”
, una costra de hielo veteada de negro... “
La sonda pasarácerca de una de ellas dentro de unos minutos...”
, ningún cráter... “
En el primer flash parece una estructura oblonga. Debe ser un
asteroide, o tal vez una luna fracturada. Puede que las fuerzas de la marea la hicieran pedazos y dejaran toda esta basura a la deriva hacia la primaria...”
, un punto gris como los demás, aumentando... “
Me inclino a pensar que no...”
, alargado... “
Sí
,
¿por qué?...”
, dos gotas de un gris más luminoso separadas de la imagen central... “
¿Por quéiban a lanzarse contra esta luna los detritus de ese tipo?...”
Las dos gotas se transforman ahora en círculos... “
Una formación muy insólita...”
, el ángulo cambia según se mueve la sonda, que se acerca, se centra y de pronto, una esplendorosa llamarada arde en el campo visual... “
¿Quées eso tan veloz?...”
, por lo que la sonda reduce la entrada de información, aplicando polarizadores y filtros... “
Es un reflejo, luz reflejada de Wolf 359...”
, hasta que su movimiento la lleva más allá, la luz mengua y logra ver mejor la minúscula cabina de control en el sitio exacto entre las dos enormes velas solares... “
Debe estar utilizándolas para obtener algo de impulso...”
y detrás de ella la oscura masa de hielo apelotonado y la urdimbre constrictora que sujeta la carga... “
¿Lanzada desde esa luna, quiere decir?...”
, las velas captan pacientemente los rojos fotones del lejano sol y se ladean para que la inercia que imparten impela el hielo umbrío suavemente desde el gigante gaseoso... “
Lavera, adjudica una línea visual a estos objetos, calcula sus trayectorias suponiendo, por simplificar, que algo los estásacando a intervalos de esa luna...”
, durante décadas, hasta que el tirón gravitacional del planeta es equilibrado por el impulso de la débil estrella roja... “
Sí, se están deteniendo correctamente; una espiral pequeña y hermosa...”
, motas distantes extendidas en una amplia curva lisa... “
Sólo que separa más afuera, y aquellos parece que se arraciman...”
, cuando titubean y evacúan luego sus reservas de combustible por toberas de baja tracción, liberando vapor que ha entrado en ebullición desde la superficie de los hielos que transportan... “
Y parece que pierden la costra y vuelven a internarse moviéndose muy despacio, aunque...”
, esta vez moviéndose no en espirales sino en largas órbitas hiperbólicas de baja energía... “
Y empiezan a diseminarse ganando velocidad. Supongo...
“
, zambulléndose en la presa del mundo rodeado por una banda amarilla y naranja, rebasadas las giratorias bandas marrones a mayor velocidad de la que han visto nunca, corrigiendo sus rumbos en virtud de instrucciones de la arcaica y distante luna nodriza... “
Después de eso las he ido perdiendo, supongo que se esparcen demasiado para poder detectarlas, pero ya no están limitadas por la gravedad, eso puedo precisarlo...”
, caen libres por fin hacia el mundo interior que lo había iniciado todo millones de años antes... “
Me inclino a creer que con ese impulso tan leve el viaje...”
, transportando valioso hielo que intersectará la órbita del pequeño planeta y se adentrará en el vestigio de atmósfera... “
Correcto, Nigel, le doy cinco, seis años hunnert para llegar al sistema interior. Parece que ese terratipo es la meta, asimismo, o próximo a ella...”
, de forma que el cielo empieza a brillar con una lluvia de meteoritos que vierten vapor cuando caen libres... “
¿Todo esto
únicamente para trasladar trozos de hielo?...”
, icebergs que se deshacen en lluvias que centellean en el cielo nocturno por encima de una llanura agreste... “
Saca el promedio, puede que uno al mes...”
, el cielo se calienta... “
y a ese ritmo
llevaría cuarenta eternidades formar un océano...”
, suaves, húmedas brisas se levantan bajo un sol mortecino aunque perpetuo... “
Cierto, pero
ése es precisamente el tiempo del que muy bien pueden disponer...”
, los icebergs vienen en ayuda de una biosfera muerta desde hace mucho, pero que puede, con la presión constante de las leyes químicas, originar de nuevo... “
Lo que es más, apreciarás que había lagos en ese lugar desahuciado...”
La sonda pivota y, bajo una faz austera, pasa de largo rauda... “
La cuestión es
,
¿quélos estáenviando?...”
Llanuras cortadas de hielo y roca y regresar a una mancha central de un marrón acribillado de huellas... “
Algo que puede usar energía solar debe de hacerlo para que perdure todo este tiempo...”
, vastas pantallas brillantes, plantas manufacturadoras desperdigadas, todas cubiertas de hielo... “
Por el mismo argumento, las máquinas han de ser capaces de repararse a símismas, de construir otras
idénticas a símismas cuando sea necesario, de guiarlas en vuelo...”
Lento y uniforme, desmenuzando montañas veteadas de azul, cargando lanzaderas electromagnéticas catapultadas... “
¿Quién pondría en marcha todo esto? Es decir
,
¿quéobjeto tiene...?”
, el hielo se ha dislocado y roto bajo fuerzas variables producidas al quitar el peso, y la luna está resquebrajada, llena de fallas y agujereada, según es corroída... “
Lo que quiera o quienquiera que viviese ahí, en ese planeta, hace millones de años, y puso esto en marcha...”
, las máquinas continúan, se oxidan, se paran y son reemplazadas... “
Pero se han extinguido, Nigel, la biosfera se ha consumido...”
, la sonda oscila junto a la luna y sobrepasa como una flecha el gigante gaseoso, cambiando su inercia para lanzarse hacia la próxima estrella que se cierne a una docena de años luz... “
Seguramente, pero esas motas negras no saben que...”
, la antorcha de fusión interviene... “
¿Siguen funcionando, pues? Cristo, no tiene sentido cuándo lo que sea que acabócon toda una maldita biosfera
subsistió. Por quéno eliminar estas pequeñas...”
Atronando, los campos magnéticos se expanden y atrapan iones para sazonar el nuevo fuego de fusión... “
Me imagino que no es
posible precisarlo partiendo de este cúmulo de hechos tan precario, pero ten en cuenta que había un Vigilante en torno a ese planeta...”
, el gigante gaseoso aparece indistinto en su exhausto... “
Bueno, puede ser que no echamos una buena ojeada, y Landon dice que no ve tanta semejanza...”
, partiendo... “
Lo bastante buena, pero
¿cómo va a explicar
él el otro hecho?...”
, los mundos extintos muy atrás, la luna conmocionada... “
¿Quéhecho? No...”
, hacia afuera...”
Que no había ningún Vigilante alrededor de esa luna.”