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Authors: Brian Lumley

El origen del mal (54 page)

BOOK: El origen del mal
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—Es que tengo una teoría mía particular —respondió Zek—. Mi habilidad en materia de lenguas me viene de la telepatía. Las lenguas son fáciles si estableces una relación con la mente de un individuo. De todos modos, la conexión entre la lengua de los Viajeros y las lenguas románicas me parece obvia. Y los wamphyri, por supuesto, hablan la misma lengua.

Jazz se dio cuenta de lo que ella estaba insinuando y silbó.

—Los wamphyri expatriados enviados a nuestro mundo llevaron su propia lengua —dijo—. Zek, es una deducción lógica, pero…

—¿Sí?

—Pero entonces esto querría decir que las lenguas latinas tuvieron aquí su origen y no en nuestro mundo.

—También es ésta mi teoría. Y creo también que algunos de aquellos wamphyri antiguos que fueron desterrados se llevaron consigo a sus seguidores, es decir, los Szgany, los zíngaros, los Zigeuner, ¡los gitanos!

—¿Es que las lenguas románicas se difundieron desde Rusia? —preguntó Jazz desconcertado—. No lo creo.

—¿Quién ha hablado de Rusia? —respondió Zek—. Si hay más de una salida en dirección a nuestro mundo, no quiere decir que todas deban estar en Rusia.

—¿En Rumania quizá?

—Eso es lo que yo sospecho. No tienes más que hacerte esta pregunta: ¿de dónde surge en nuestro mundo la leyenda de los vampiros? ¿Dónde tiene sus raíces?

—En Rumania, por supuesto.

—¿Y cuál es la nación que mantiene prácticamente inalterable su lengua desde tiempo inmemorial, a pesar de estar rodeada de países que no guardan con ella ninguna relación lingüística, pues a su alrededor tiene las lenguas húngara y eslava? Entiendo —dijo Zck asintiendo con la cabeza— que será por las inyecciones periódicas de vampiros y seguidores, ¿no crees?

—Es posible. —Jazz comenzaba a admitir aquella idea—. Cuanto más lo pienso, más verosímil me parece —dijo finalmente—. Los primeros wamphyri emigraron (o fueron desterrados) a nuestro mundo hace muchos millares de años. Se llevaron a sus seguidores y su lengua consigo: los gitanos y su lengua, una forma latina. Se difundieron por todas las tierras situadas alrededor de Rumania, pero su tierra natal era Rumania. Pese a haber sido conquistados por los avaros, los magiares, los godos, los gépidos y todos los que quieras, la lengua sólo quedó un poco adulterada, pero no erradicada, porque cuando los conquistadores se trasladaban, había siempre nuevas oleadas de gentes que venían de ese lado de la Puerta y volvían a reforzar aquella lengua que ya se estaba perdiendo. Esto explica por qué Rumania se encuentra tan aislada en su uso de una lengua románica. Y, como dices, esto da pie para las leyendas de vampiros de la tierra. Pero ¿no se creía que los gitanos venían de la India? ¿De las montañas del Karakorum?

—Es posible que los primeros que cruzaron la Puerta fueran a la India —respondió Zek—. ¿Por qué no? Son viajeros, ¿no es verdad? Y de allí se difundieron por todo el mundo. El impulso que los lleva a viajar no es difícil de explicar: les fue inculcado por los wamphyri a lo largo de muchos cientos de años…

—Así es que, resumiendo, lo que tú dices es esto —dijo Jazz—: que en Rumania debe de haber otra Puerta y que a través de ella han estado entrando wamphyri a lo largo de miles de años.

—Nunca en grandes cantidades —respondió ella—, pero en realidad es así. Por lo menos ésta parece ser nuestra conclusión. Yo no he hecho otra cosa que una pequeña alusión y tú lo has deducido todo por tu cuenta. Como has dicho tú, la teoría es plausible.

—Pero ¿por qué no hay nadie que sepa nada acerca de esta Puerta rumana? Me refiero a que una cosa como una esfera tan extraordinariamente resplandeciente no puede mantenerse oculta durante mucho tiempo.

—De eso no sé nada —dijo Zek, volviendo a encogerse de hombros—. Pero lo que sabemos del Habitante nos hace pensar que, efectivamente, tiene acceso a nuestro mundo. Y si no utiliza la Puerta de Perchorsk…

—¿Qué puerta debe de utilizar?

—Eso es lo que yo digo.

Al cabo de un rato Jazz dijo:

—Hemos recorrido un buen trecho; así es que ahora, antes de que nos encontremos demasiado confundidos, pasemos a otra cosa.

—Como, por ejemplo, ¿por qué me dejó en libertad Karen?

—Sí, si no te importa.

—Pues bien, las cosas ocurrieron de la siguiente manera:

»No sé cuánto tiempo permanecí en el nido de águilas de lady Karen. En sitios así parece como si el tiempo se hubiera detenido, refrenado por el horror. Sin embargo, no parece prolongarse interminablemente, puesto que una gran parte del tiempo uno lo pasa durmiendo, a causa del agotamiento. Vivir en un sitio así acaba con cualquiera, tanto en el aspecto físico como mental. Da la impresión de que te acecha constantemente la amenaza, de que los nervios están tan tensos que van a romperse y de que, a pesar de que hasta la habitación más pequeña es inmensa, persiste la sensación de claustrofobia. Los silencios se prolongan horas enteras, rotos a veces por las carcajadas de los wamphyri o por gritos de la más espantosa agonía. Un nido de águilas es como una antecámara de Satanás.

»Y pese a todo, lady Karen se convirtió en amiga mía o todo lo amiga que puede ser una vampira de un ser humano.

»Tal vez no sea tan difícil de entender. Ella había sido una simple Viajera. Recordaba su vida anterior, conocía el horror de sus actuales circunstancias y preveía un futuro más monstruoso todavía. Había sido una de las mujeres más bellas de su tribu y yo tampoco carecía de atributos de belleza. Encontró puntos comunes en mí, y en las penalidades que yo había pasado también encontró ecos de las que ella había vivido. Sabía también que su faceta de vampira no tardaría en adquirir preponderancia y que, cuando ocurriera, sus acciones ya no serían totalmente suyas.

»Si no hubiera sido una mujer, si aquel nido de águilas hubiera sido el de uno de los señores, las cosas habrían sido muy diferentes. Yo ahora no estaría aquí para contarte esa historia. ¿Imaginas qué significa ser amada físicamente por uno de esos wamphyri? La palabra "amor" no forma parte de su lengua en el sentido espiritual, pero en su sentido físico…

»Cuando un vampiro coge a una mujer para obtener placer de ella…, no ya para alimentarse, sino para obtener placer sexual pura y simplemente…, te aseguro, Jazz, que la cosa no tiene nada de pura y mucho menos de simple. No hay nada prohibido en las cosas que puedan hacer juntos un hombre y una mujer en sus relaciones amorosas pero, cuando se trata de un vampiro y una mujer o de una vampira y un hombre… Los vampiros son seres muy poderosos. Ya has oído la frase que dice "un destino peor que la muerte", ridicula al fin y al cabo, porque ¿hay algo peor que la muerte? Sin embargo, creo que unas relaciones así deben de serlo y no quisiera tener que describirlas.

»Pero Karen era una mujer de pies a cabeza y sus elementos femeninos estaban potenciados por el parásito que había en ella. No tenía nada de lesbiana… por lo menos de momento, aunque sólo Dios sabe en qué puede convertirse más tarde. Por consiguiente, no creo que ni siquiera se le ocurriera que podía utilizarme como entretenimiento sexual…, en beneficio propio.

»Sin embargo, sus lugartenientes sí me deseaban.

»Por supuesto que disponían de mujeres, chicas Viajeras que habían raptado, pero ellas eran morenas y yo rubia. Yo era de un color totalmente desconocido para ellos, aparte de que era una habitante de la Tierra de los Infiernos. Tenía también otra cualidad: podía robar los pensamientos. Ahora bien, los wamphyri auténticos, los nacidos de un huevo de vampiro, poseen unas ciertas dotes telepáticas, cualidad que no tienen los seres inferiores de su estirpe… a menos que les sea inculcada específicamente al criarlos o como un don de sus amos. En resumen, yo constituía una propiedad sumamente preciada. Karen temía que, cuando el vampiro que había en ella alcanzase su madurez, perdería la poca compasión que todavía existía en ella, después de lo cual mi futuro se haría mucho más incierto y mi destino mucho menos predecible. Pero ella no deseaba esto para mí.

»Un día me dijo: "Zekintha, podrías hacer algo por mí y, cuando lo hayas hecho, te llevaré a la Tierra del Sol y te dejaré allí para que los Viajeros den contigo. No veo la razón de que tengas que convertirte en lo mismo que yo me he convertido, en lo que me puedo convertir todavía". "¿Me estás ofreciendo un camino para salir de este lugar?", le pregunté. "Dime, entonces, qué debo hacer." "Mira", me dijo, "hay una tregua. Los Wamphyri han convocado una reunión. Todos los señores se reunirán en un sitio, con sus múltiples banderas, para ver si pueden encontrar un terreno común para una determinada causa. Ahora bien, ¿no adivinas dónde van a reunirse?" "¿Aquí?" "En efecto. En el nido de águilas de Karen. Esto, que quieran tener aquí sus conversaciones, me parece altamente sospechoso, una cosa de muy mal agüero. De todos modos, yo tomaré mis medidas. Ahora bien, ¿qué piensas tú de todo esto?" "Yo sólo sé de esos señores lo que tú me has contado, señora", respondí, "lo que equivale a decir que les tengo un gran temor. Creo que si dejas entrar en tu castillo a Shaithis, a Lesk, a Lascula y a todos los demás, lo perderás. De entre todas las columnas, la tuya ocupa una posición preponderante, Karen, y es lógico que ambicionen ocuparla. Saben, además, que me tienes aquí y que yo tengo poderes mágicos. En consecuencia, soy deseable. Tus guerreros se pasarán a aquel que te mate, y ellos son los mejores guerreros que hay, pues no hay ninguno que pueda igualar a Dramal Doombody. Son tus propias palabras, que yo repito. Pero si tu castillo y tus animales y yo misma somos deseables, tú eres más deseable todavía, Karen. Ellos retozarían a gusto contigo, con las dos, antes de poner final a todo esto. Pero tú eres wamphyri y tú durarías mucho más tiempo que yo y, por consiguiente, también sufrirías mucho más que yo." "¿Has terminado?" "De momento, sí." "Normalmente estaría de acuerdo con todo lo que has dicho, pero siempre hay dos maneras de mirar las cosas. Por ejemplo, quizá no hay nada hostil en eso, por lo menos inmediatamente. Admite esto, por lo menos: que si los señores deben reunirse, deben hacerlo en un terreno neutral, aunque sólo sea para llegar a la conclusión de que no se entienden. Éste sería el sitio ideal, porque ellos no me tienen por una igual; lo único que hago es alquilarles una habitación. Yo les dije también que pondría unas condiciones, con lo que quería significar que tomaría precauciones contra la traición. En primer lugar, debían venir solos, sin sus lugartenientes. Ésta sería la primera condición. Y la segunda: nada de guanteletes." "¿Cómo?", dije yo, extraordinariamente sorprendida, "¿pero ellos van a hacerte caso? ¿Crees, en serio, que se avendrán a venir sin sus guanteletes de guerra?" "¡Aunque sólo fuera como protección personal!", dijo ella con una sonrisa casi humana, "de este modo no sentirían la tentación de pelearse entre ellos si el ambiente se caldeaba. Así es que… o nada de guanteletes… ¡o a la calle! Seguro que estarían de acuerdo, porque tienen muchas ganas de solucionar este asunto. Y finalmente, la tercera condición: la reunión tendría que ser en estas cámaras, en esta misma sala, con uno de mis guerreros en cada esquina. ¡Todos en jaque! Y al más mínimo intento de ataque contra mí, mis servidores se lanzarían al ataque. Recuerda, Zekintha, que pese a toda su fuerza y su poder, un vampiro no es otra cosa que carne y sangre. La muerte le sobreviene en las circunstancias adecuadas y dadas las condiciones correctas. Y una de esas condiciones es su disgregación en los ácidos gástricos de un guerrero. Por otra parte, los señores sabrán que si llamo a mis servidores sin que medie provocación, entonces ellos tendrán derecho a disponer de mí a su manera: una estaca clavada en mi cuerpo, la decapitación, un baño de aceite hirviendo… Como ya he dicho: ¡todos en jaque! ¿Qué dices ahora?" "Sigo encontrándolo engañoso." "Igual que yo, pero se ha hecho. Y es posible que yo incluso le saque provecho. Ahora mira aquí…"

»A través de una ventana se veían las montañas con su negra silueta, mientras que detrás de ellas se diluía en el cielo meridional un abanico de luz dorada. "Es la puesta del sol", dije yo, "pronto…" "Sí, pronto", repitió ella como un eco. "Cuando todos estos picos estén bordeados de un ribete rosado, entonces comenzarán a agitarse, se montarán en sus bestias y planearán de columna en columna. Aterrizarán después en los niveles de más abajo y a continuación continuarán subiendo a pie hacia arriba por el cuerpo de la columna. Irán llegando uno a uno. En mi mesa habrá platos… nada convencionales: cachorro de lobo con pimienta, corazones de grandes murciélagos en su propia sangre pero disfrazados con hierbas aromáticas, caza de las praderas de la Tierra del Sol y cerveza de hongos de las cuevas de los trogloditas. En fin, nada para inflamar sus pasiones." "Pero ¿cuál es tu propósito, señora?" Yo sentía una gran curiosidad, estaba aterrada, pero me sentía curiosa. "Sé que tú no quieres nada con estos señores, que tú no eres… como ellos. ¿No podrías rechazarlos de plano? ¿No tienen otro sitio mejor para celebrar su reunión?"

»Ella se quedó un momento pensativa y me dijo: "La mayor parte de estos hombres no han puesto nunca los pies en el nido de águilas de Dramal Doombody, actualmente mi nido de águilas. Creo que Shaithis fue a visitar una o dos veces a Dramal cuando éste era joven y había algo en común entre los dos. Solían cazar mujeres juntos durante la puesta de sol en la Tierra del Sol. No tanto por amistad como por rivalidad. Pero para los demás es una oportunidad ver qué tengo aquí. Sé que querían utilizar la visita para ver qué defensas tengo contra alguna posible invasión futura. En cambio, si yo me negara a su petición, si me resistiera a brindarles… hospitalidad, lo único que provocaría es que se unieran contra mí". "Antes me has dicho que tú tendrías ocasión de aprovecharte de su visita", le recordé, "¿en qué sentido te aprovecharías de ella?" "¡Ah, sí! Aquí es donde apareces tú", me dijo ella, "nosotros, los wamphyri, tenemos poderes, Zekintha. Tú no eres la única. Yo también tengo la facultad de robar los pensamientos de los demás. Por supuesto que se trata de un talento del vampiro que hay en mí, que se ha transferido a mi persona. Sin embargo, se trata de una facultad poco desarrollada, insegura en el mejor de los casos. Nunca puedo tener la seguridad de haber hecho una lectura correcta y, cuando la distancia es muy grande, ni siquiera merece la pena intentarlo. Por otra parte, como soy wamphyri, ellos pueden saber si la prospección que he hecho es suficientemente profunda. Nuestras mentes, por ser vampiros, son similares. Pero tú no eres wamphyri…" "¿Quieres que yo descubra sus pensamientos? ¿Y si ellos me descubren a mí?" "Ellos querrán descubrirte a ti. ¿De qué les iba a servir tener un ladrón de pensamientos y dejar que se pierda su talento? Pero la estratagema es ésta: hay que meterse en sus pensamientos sin que se aperciban de ello y estar muy atenta para que no lean los tuyos. ¿Que te pueden descubrir mentalmente? Es posible, pero no existe un peligro real, como ya te he dicho, porque ellos pretenden lo mismo. No podrán descubrirte físicamente, porque te esconderé en lugar seguro. Las cosas que quiero saber son las siguientes: sus ideas y planes en relación conmigo; si el que celebren aquí su reunión es totalmente sincero o no es más que un truco mediante el cual esperan descubrir cuáles son mis puntos flacos; cuáles son sus fallos, sus puntos débiles, en el caso de que los tengan. Ve explorando sus mentes una por una y procura descubrir lo que haya en ellas. Solamente quiero hacerte una advertencia: no te preocupes de Lesk el Glotón. Tiene el cerebro podrido. El vampiro que hay en él está loco. ¿Cómo es posible descubrir la verdad en una mente tan veleidosa como la suya? Ni él mismo sabe poner orden en sus pensamientos, ni qué estaba pensando cinco minutos antes. Pero tiene un nido de águilas formidable y su fuerza es prodigiosa. De no ser así, los demás ya habrían acabado con él hace mucho tiempo." "Haré todo lo posible", le dije yo, "pero de momento todavía no me has explicado cuál es el objetivo de esta reunión. ¿Qué es lo que los impulsa a reunirse?" "Pues el causante es el que ellos llaman El-Habitante-en-su-Jardín-de-Occidente", respondió ella, "le temen, a él, a su alquimia y a su magia. Y como le temen, ¡le odian! Él se atreve a establecer su casa en los picos occidentales, a medio camino entre la Tierra del Sol y la de las Estrellas, sin ni siquiera pedir permiso a nadie. Da albergue a los Viajeros y los instruye en sus misteriosos caminos. Y si alguno se atreviera a levantarse contra él… ¡ah, la de historias que pueden contar!" "¿Y tú también estás contra ese Habitante?", le pregunté, a lo que ella, mirándome con sus ojos inyectados en sangre, me respondió: "Nosotros veremos lo que veamos, y ahora ve a descansar tus pensamientos, reposa y duerme. Así te preparas. Cuando sea el momento, te pasaré a buscar y te diré en qué sitio puedes esconderte. Haz lo que te digo y yo mantendré mi promesa". "No te fallaré", le dije yo encaminándome a mi dormitorio. Pero el sueño tardó mucho en llegar…

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