Read Cuentos inconclusos de Númenor y la Tierra Media Online

Authors: J.R.R. Tolkien

Tags: #Fantasía

Cuentos inconclusos de Númenor y la Tierra Media (39 page)

Tar-Palantir se casó tarde y no tuvo hijos varones y a su hija le dio un nombre élfico y la llamó Míriel. Pero cuando el Rey murió, Pharazôn, hijo de Gimilkhâd (quien también había muerto), la desposó contrariando la voluntad del Rey, y también la ley de Númenor, pues ella era hija del hermano de su padre. Entonces tomó el cetro y adoptó el título de Ar-Pharazôn (Tar-Calion); y Míriel fue llamada Ar-Zimraphel.
[15]

XXV. Ar-Pharazôn (Tar-Calion)

El más poderoso y último Rey de Númenor. Nació en el año 3118 y gobernó sesenta y cuatro años, y murió durante la Caída en el año 3319, usurpando el cetro de

Tar-Míriel (Ar-Zimraphel)

Nació en el año 3117 y murió en la Caída.

Los hechos de Ar-Pharazôn, su gloria y su locura, se cuentan en la historia de la Caída de Númenor que Elendil escribió, y que se preservó en Gondor.
[16]

Nota del editor

Aunque es en su forma un mero registro dinástico, lo he incluido porque constituye un importante documento para la historia de la Segunda Edad, y porque gran parte de los materiales que conciernen a esa Edad aparecen de alguna manera en los textos y comentarios de este libro. Es un magnífico manuscrito, en el que las fechas de los Reyes y las Reinas de Númenor y de sus reinados han sido abundante y a veces oscuramente corregidos: he procurado dar la última redacción. El texto introduce varios acertijos cronológicos menores, pero también permite la clarificación de algunos errores que aparecen en los Apéndices de
El Señor de los Anillos
.

El cuadro genealógico de las primeras generaciones de la Línea de Elros ha sido tomada de varios cuadros estrechamente relacionados, que cubren el período de la formulación de las leyes de sucesión en Númenor. Hay algunas variantes en nombres menores: así, Vardilmë aparece también como Vardilyë, y Yávien como Yávië. Creo que las formas que doy en el cuadro I son posteriores.

IV
La Historia de Galadriel y Celeborn

Y de Amroth, Rey de Lórien

E
n ninguna parte de la historia de la Tierra Media hay más dificultades y problemas que en el cuento de Galadriel y Celeborn, y es preciso admitir que graves incoherencias «impregnan las tradiciones»; o, para examinar la cuestión desde otro punto de vista, que el papel desempeñado por Galadriel y su importancia sólo fueron emergiendo lentamente, y que su historia se fue rehaciendo de continuo.

Así, en un comienzo, de acuerdo con la concepción inicial, resulta claro que Galadriel fue sola al Este por sobre las montañas de Beleriand, antes del fin de la Primera Edad, y que se encontró con Celeborn en Lórien, su tierra; esto se dice explícitamente en un texto inédito, y la misma idea se encuentra en las palabras que Galadriel dirige a Frodo en
La Comunidad del Anillo
, II, 7, donde dice de Celeborn que «ha residido en el Oeste desde os tiempos del alba, y yo he vivido con él innumerables años; pues crucé las montañas antes de la caída de Nargothrond o de Gondolin, y juntos hemos combatido durante siglos la larga derrota». De acuerdo con esta concepción, es muy probable que Celeborn fuera un Elfo nandorin (es decir, uno de los Teleri que se negaron a cruzar las Montañas Nubladas en el Gran Viaje de Cuiviénen).

Por otra parte, en el Apéndice B de
El Señor de los Anillos
aparece otra versión posterior de la historia; porque se dice allí que al principio de la Tercera Edad, «En Lindon, al sur del Lune, vivió por un tiempo Celeborn, pariente de Thingol; su esposa era Galadriel, la más renombrada de las mujeres Elfo». Y en las notas de
The Road Goes Ever On
(1968), se dice que Galadriel «pasó por sobre las Montañas de Eredluin con su marido Celeborn (uno de los Sindar) y fue a Eregion».

En
El Silmarillion
se menciona el encuentro de Galadriel y Celeborn en Doriath, y el parentesco de éste con Thingol; y se dice que se encontraban entre los Eldar que permanecieron en la Tierra Media después del fin de la primera Edad.

Las razones y los motivos que explican que Galadriel se quedara en la Tierra Media son de diverso orden. El pasaje que acabamos de citar de
The Road Goes Ever On
dice explícitamente: “después de la derrota de Morgoth al cabo de La primera Edad, se le prohibió volver, y ella replicó con orgullo que no lo deseaba». No hay declaración explícita sobre esto en
El Señor de los Anillos
; pero en una carta escrita en 1967 mi padre decía:

A los Exiliados se les permitió volver, excepto a unos pocos de los principales responsables de la rebelión, entre los que sólo quedaba Galadriel en tiempos de
El Señor de los Anillos
. Luego de su Lamento en Lórien, creía que esto sería permanente, mientras la Tierra durara. De ahí que el lamento concluyera con la expresión de un deseo o una plegaria para que a Frodo se le concediera como gracia especial una permanencia expiatoria (aunque no punitiva) en Eressëa, la isla solitaria a la vista de Aman, aunque para ella el camino estuviera cerrado. Su ruego fue escuchado, pero también a ella le fue levantada la prohibición, como recompensa por sus servicios en la lucha contra Sauron, y sobre todo por no haber caído en la tentación de aceptar el Anillo cuando se lo ofrecieron. Así la vemos al fin subir a un navío y hacerse a la mar.

Este pasaje, muy positivo en sí mismo, no demuestra sin embargo que la idea de que a Galadriel se le hubiera prohibido volver al Oeste estuviera presente cuando se compuso el capítulo «Adiós a Lórien», muchos años antes; y me inclino a pensar que no (véase más adelante: «De Galadriel y Celeborn»).

En un ensayo muy posterior y primordialmente filológico, ciertamente escrito después de la publicación de
The Road Goes Ever On
, la historia se presenta de modo muy distinto:

Galadriel y su hermano Finrod eran los hijos de Finarfin, el segundo hijo de Indis. Finarfin se parecía a la familia de su madre en mente y cuerpo, pues tenía los cabellos dorados de los Vanyar, un temperamento noble y gentil, y amaba a los Valar. En la medida de lo posible, se mantenía por encima de las contiendas de sus hermanos y de su alejamiento de los Valar, y a menudo intentaba apaciguar a los Teleri, cuya lengua aprendió. Se casó con Earwen, la hija del Rey Olwë de Alqualondë, y sus hijos fueron, pues, parientes del Rey Eru Thingol de Doriath en Beleriand, porque él era hermano de Olwë; y este parentesco influyó en su decisión de unirse a los Exiliados, y fue de gran importancia luego en Beleriand. Finrod se parecía a su padre por su hermosa cara y por el dorado de sus cabellos, y también por la nobleza y la generosidad de su corazón, pero tenía también el coraje de los Noldor y, cuando era joven, su impaciencia e inquietud; y tenía también de su madre Telerín el amor por el mar y soñaba con tierras lejanas que nunca había visto. Galadriel fue la más grande de los Noldor, excepto Fëanor quizá, aunque era más sabia que él, y su sabiduría creció en el curso de sus largos años.

El nombre de su madre era Nerwen («doncella-hombre»),
[1]
y llegó a ser más alta aún que las mujeres de los Noldor; era fuerte de cuerpo, de mente y de voluntad, digna rival, en los días de su juventud, tanto de los sabios como de los atletas de los Eldar. Aun entre los Eldar se la encontraba hermosa, y sus cabellos se consideraban una maravilla sin par. Eran dorados como los de su padre y los de su antecesora Indis, pero más espeso y esplendoroso, porque en su oro había un matiz que recordaba la plata estelar de su madre; y los Eldar decían que la luz de los Dos Árboles, Laurelin y Telperion, había quedado enredada entre sus trenzas. Muchos consideraron que estas palabras hicieron pensar a Fëanor por primera vez en la posibilidad de capturar y mezclar la luz de los Árboles, lo que más tarde cobró forma en sus manos como los Silmarils. Porque Fëanor contemplaba los cabellos de Galadriel con asombro y deleite. Tres veces le pidió una trenza, pero Galadriel no quiso darle ni siquiera un cabello. Estos dos parientes, los más grandes de entre los Eldar de Valinor, nunca fueron amigos.

Galadriel nació en los tiempos felices de Valinor, pero no pasaron muchos años, según los cómputos del Reino Bendecido, antes de que esa felicidad empezara a menguar; y en adelante ya no tuvo paz. Porque en esos tiempos de prueba, en medio de las contiendas de los Noldor, era arrastrada de un lado a otro. Era orgullosa, fuerte y resuelta, como todos los descendientes de Finwë, salvo Finarfin; y como su hermano Finrod, de todos sus parientes el que estaba más cerca de su corazón, tenía sueños de tierras lejanas y dominios en los que pudiera mandar sin tutela. Sin embargo, y aún más profundamente, vivía en ella el espíritu noble y generoso de los Vanyar, y un temor reverente por los Valar, a quienes no podía olvidar. Desde sus más tempranos años tuvo el maravilloso don de penetrar en la mente de los otros, pero juzgaba a todos con clemencia y comprensión, y a nadie negaba su buena voluntad, salvo a Fëanor. Advertía en él una oscuridad que odiaba y temía, aunque no alcanzó a ver que la sombra del mismo mal cubría las mentes de todos los Noldor, y también la suya propia.

Así fue que cuando la luz de Valinor sucumbió, para siempre, como lo pensaron los Noldor, se unió a la rebelión contra de los Valar, que ordenaban que nadie se fuera; y una vez que hubo echado a andar por el camino del exilio ya no cedió, y rechazó el último mensaje de los Valar, y la alcanzó la Maldición de Mandos. Aun después del implacable ataque a los Teleri y a sus navíos, aunque luchó fieramente contra Fëanor en defensa de los parientes de su madre, no retrocedió. El orgullo le impedía volver como derrotada suplicando perdón; pero ahora ardía en deseos de seguir a Fëanor a cualquier sitio adonde pudiera ir, para contrariar y frustrar sus designios en todo lo posible. El orgullo la movió también cuando al final de los Días Antiguos, después de la derrota de Morgoth, rechazó el perdón de los Valar para todos los que hubieran luchado contra él, y se quedó en la Tierra Media. Pero cuando hubieron transcurrido otras dos largas edades, y tuvo por fin todo lo que había deseado de joven, el Anillo del Poder y el dominio de la Tierra Media con el que había soñado, había creado sabiduría, y lo rechazó todo, y pasada la última prueba, abandonó la Tierra Media para siempre.

Esta última frase se relaciona estrechamente con la escena en Lothlórien cuando Frodo ofrece el Anillo Único a Galadriel (
La Comunidad del Anillo
, II, 7): «Y ahora al fin llega. ¡Me darás libremente el Anillo! En el sitio del Señor Oscuro, instalarás a una Reina».

En
El Silmarillion
se dice que en el tiempo de la rebelión de los Noldor en Valinor, Galadriel

estaba ansiosa por partir. No pronunció ningún juramento, pero las palabras de Fëanor sobre la Tierra Media le habían ardido en el corazón, y anhelaba ver las amplias tierras sin custodia y gobernar allí un reino a su propia voluntad.

Hay aquí sin embargo varios elementos que no se encuentran en las páginas de
El Silmarillion
: el parentesco de los hijos de Finarfin con Thingol como factor que influye en su decisión de unirse a la rebelión de Fëanor; el peculiar desagrado y desconfianza que experimenta Galadriel por Fëanor desde un principio, y el efecto que ella tuvo sobre él; y La lucha en Alqualondë entre los mismos Noldor. Angrod sólo dijo a Thingol en Menegroth que los parientes de Finarfin eran inocentes de la matanza de los Teleri (
El Silmarillion
). Más notable sin embargo en el pasaje que acabamos de citar es la afirmación explícita de que Galadriel
rechazó el perdón de los Valar
al fin de la Primera Edad.

Más adelante en este ensayo se dice que aunque su madre la llamaba Nerwen y su padre Artanis («mujer noble»), el nombre que ella escogió fue el sindarin Galadriel, «porque era el más bello de los nombres, y le había sido dado por su enamorado, Teleporno de los Teleri, con quien se casó más tarde en Beleriand». Teleporno es Celeborn, al que se atribuye aquí una historia diferente como se lo expone más adelante; sobre el nombre en si mismo, véase el Apéndice E.

En una nota muy posterior y en parte ilegible, aparece, bosquejada, pero no desarrollada, una versión totalmente diferente de la conducta de Galadriel en los tiempos de la rebelión de los Noldor: el último texto de mi padre sobre el tema de Galadriel y Celeborn, y probablemente también sobre la Tierra Media y Valinor, escrito en el último mes de su vida. Aquí subraya la capacidad de mando de Galadriel ya manifiesta en Valinor, la misma de Fëanor, aunque de diferentes cualidades; y se dice que, lejos de unirse a la rebelión de Fëanor, se le oponía en todo. Deseaba en verdad abandonar Valinor e ir al vasto mundo de la Tierra Media, con el propósito de dar allí libre curso a sus talentos; pues «como era brillante de mente y rápida en la acción, había absorbido todo lo que era capaz de las enseñanzas que los Valar consideraban atinado impartir a los Eldar», y se sentía confinada en el tutelaje de Aman. Este deseo de Galadriel, según parece, era conocido de Manwë, y no se lo había estorbado; pero tampoco le había dado autorización formal para partir. Reflexionando sobre lo que podría hacer, los pensamientos de Galadriel se volcaron sobre los barcos de los Teleri, y fue por un tiempo a vivir con los parientes de su madre en Alqualondë. Allí conoció a Celeborn, que en este texto es otra vez un príncipe telerín, nieto de Olwë de Alqualondë, y por tanto un pariente próximo. Juntos planearon construir una nave y partir en ella a la Tierra Media; y estaba por pedir la licencia de los Valar, cuando Melkor huyó de Valmar, y retornando con Ungoliant, destruyó la luz de los Árboles. En la rebelión de Fëanor que siguió al Oscurecimiento de Valinor, Galadriel no tuvo parte: en verdad, junto con Celeborn, luchó heroicamente en defensa de Alqualondë, y el barco de Celeborn quedó a salvo del ataque de los Noldor. Galadriel, sin la esperanza de ir a Valinor, y horrorizada por la violencia y la crueldad de Fëanor, se hizo a la vela en la oscuridad sin esperar la autorización de Manwë, que sin duda no se la habría concedido en ese momento, aunque el deseo de Galadriel fuera legítimo. Ocurrió así que quedó sometida a la prohibición impuesta a toda partida, y desde entonces el regreso a Valinor estuvo cerrado para ella. Pero junto con Celeborn llegó a la Tierra Media algo antes que Fëanor, y navegó hasta el puerto donde Círdan era señor. Allí se le recibió con alegría como pariente de Elwë (Thingol). En los años que siguieron no se unieron a la guerra contra Angband, que juzgaban perdida ahora bajo la prohibición, y sin poder contar con la ayuda de los Valar; y su designio era retirarse de Beleriand y fortalecerse en el este (de donde temía que Morgoth buscara refuerzos) haciendo amistad con los Elfos Oscuros y los Hombres de esas regiones, ofreciéndoles ayuda e instrucción. Pero como una política semejante no tenía ninguna posibilidad de ser aceptada entre los Elfos de Beleriand, Galadriel y Celeborn franquearon el Ered Lindon antes del fin de la Primera Edad; y cuando tuvieron autorización de los Valar para regresar al Occidente, la rechazaron.

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