Read Cuentos inconclusos de Númenor y la Tierra Media Online
Authors: J.R.R. Tolkien
Tags: #Fantasía
La narración de Amroth continúa:
Pero durante la Tercera Edad, los presagios abrumaron a Galadriel, y viajó con Celeborn a Lórien, y se quedó allí largo tiempo con Amroth, dedicada sobre todo a enterarse de todas las nuevas y rumores acerca de la sombra que crecía en el Bosque Negro, y la oscura fortaleza de Dol Guldur. Pero el pueblo estaba contento con Amroth; era valiente y sabio, y en el pequeño reino había todavía prosperidad y belleza. Por tanto, después de muchas jornadas de búsqueda en Rhovanion, desde Gondor y las fronteras de Mordor hasta Thranduil en el norte, Celeborn y Galadriel cruzaron las montañas para llegar a Imladris, y allí vivieron por muchos años; porque Elrond era pariente de ellos, pues a principios de la Tercera Edad [en el año 109, de acuerdo con la Cuenta de los Años] se había casado con Celebrían.
Después del desastre de Moria [en el año 1980] y las penurias de Lórien, que había quedado sin gobernante (pues Amroth se había ahogado en el mar en la Bahía de Belfalas sin dejar heredero), Celeborn y Galadriel volvieron a Lórien y el pueblo los recibió de buen grado. Allí vivieron mientras duró la Tercera Edad, pero no tomaron el título de Rey o de Reina; porque decían que eran sólo los guardianes del pequeño reino, tan hermoso, la última avanzada de los Elfos en las tierras del este.
En otro sitio hay una nueva referencia a los movimientos de Celeborn y Galadriel durante esos anos:
Celeborn y Galadriel volvieron dos veces a Lórien antes de la Última Alianza y el fin de la Segunda Edad; y en la Tercera Edad, cuando la sombra de Sauron volvió a levantarse, vivieron allí otra vez largo tiempo. En su sabiduría, Galadriel vio que Lórien sería una fortaleza y un punto de apoyo para impedir que la Sombra cruzara el Anduin en la guerra inevitable que sobrevendría, antes de que la derrotaran otra vez (si eso fuera posible); pero que para eso se necesitaba un gobierno de mayor fuerza y sabiduría que el del pueblo silvano. No obstante, sólo después del desastre de Moria (cuando por medios que Galadriel no había podido prever, las tropas de Sauron cruzaron al fin el Anduin y Lórien estuvo en gran peligro: perdido el rey, desbandado el pueblo, el país en peligro de caer en manos de los Orcos), Galadriel y Celeborn se instalaron al fin en Lórien y tomaron el gobierno. Pero no se dieron el título de Rey o de Reina, y fueron los guardianes que mantuvieron a salvo el país mientras duró la Guerra del Anillo.
En otra discusión etimológica del mismo período, el nombre de Amroth se explica como un mote, porque el Rey había morado en un alto
talan
o
flet
, las plataformas de madera sostenidas en lo alto de los árboles de Lothlórien en las que vivían los Galadhrim (véase
La Comunidad del Anillo
II, 6). Amroth significaba «trepador», el que «trepa a lo alto».
[16]
Se dice aquí que el hábito de vivir en los árboles no era costumbre de los Elfos silvanos en general, sino que se desarrolló en Lórien por la naturaleza y disposición del terreno: un país llano sin piedras de calidad, salvo la que pudiera extraerse de las montañas del oeste, y que luego había que llevar penosamente aguas abajo por el río Vía de Plata. La riqueza principal era los árboles, un resto de los grandes bosques de los Días Antiguos. pero vivir en los árboles no era una costumbre común ni siquiera en Lórien, y al principio los
telain
o
flets
eran lugares de refugio en caso de ataque, o, más a menudo (sobre todo en la cima de los grandes árboles), puestos de observación desde donde la mirada de los Elfos podía vigilar los alrededores, porque Lórien, cuando acabó el primer milenio de la Tercera Edad, se convirtió en una tierra peligrosa, y luego de que Dol Guldur se estableciera en el Bosque Negro, Amroth tuvo que haber vivido en una inquietud creciente.
Un puesto de observación semejante, utilizado por los guardianes de las fronteras del norte, fue el
flet
donde Frodo pasó la noche. La vivienda de Celeborn en Caras Galadhon era también del mismo origen: el más alto
flet
que
La Comunidad del Anillo
llegó a ver, era el más alto punto de la tierra. Anteriormente, el
flet
de Amroth, en la cima del montículo o colina de Cerin Amroth levantado por obra de muchas manos, había sido el más alto, tenía por principal objetivo vigilar Dol Guldur más allá del Anduin. La conversión de estos
telain
en moradas permanentes ocurriría más tarde, y estas viviendas sólo abundarían en Caras Galadhon. Pero Caras Galadhon era en verdad una fortaleza, y sólo una pequeña parte de los Galadhrim vivía dentro. Vivir en esas moradas fue sin duda considerado en un principio una costumbre singular, y Amroth fue quizá el primero en hacerlo. Y así es probable que su nombre —el único que recordó luego la leyenda— derivara del hecho de que viviera en un alto
talan
.
Una nota a las palabras «y Amroth fue quizá el primero en hacerlo» dice:
A no ser que fuera Nimrodel. Tenía otros motivos. Ella amaba las aguas rápidas y las cascadas de Nimrodel y no podía estar mucho tiempo separada de ellas; pero cuando los tiempos fueron oscureciéndose, se pensó que la corriente estaba demasiado cerca de las fronteras del norte, y que ahora vivían allí sólo unos pocos Galadhrim. Quizá ella fue quien le dio a Amroth la idea de habitar en un alto
flet
.
[17]
Volviendo a la leyenda de Amroth y Nimrodel, ¿cuál era el «puerto del sur» en que Amroth esperaba a Nimrodel, adonde (como él se lo dijo) «muchos de los suyos habían ido hacía ya tiempo»? Dos pasajes de
El Señor de los Anillos
se refieren a esta cuestión. Uno pertenece a
La Comunidad del Anillo
, II, 6, donde Legolas, después de cantar la canción de Amroth y Nimrodel, habla de «la Bahía de Belfalas, donde los Elfos de Lórien se lanzaron a la mar». El otro aparece en
El Retorno del Rey
, V, 9, donde Legolas, al mirar al Príncipe Imrahil de Dol Amroth, vio que era «alguien que tenía sangre élfica en las venas» y le dijo: «Hace ya mucho tiempo que el pueblo de Nimrodel abandonó los bosques de Lórien, pero se puede ver aún que no todos dejaron el puerto de Amroth y navegaron rumbo al Oeste». A lo cual el Príncipe Imrahil replicó: «Así lo dicen las tradiciones de mi tierra».
Otras notas posteriores y fragmentarias explican un tanto estas referencias. Así, en una discusión sobre las interrelaciones políticas y lingüísticas en la Tierra Media (de 1969 o posterior) se alude al hecho de que en los días en que las primeras colonias se establecieron en Númenor, las costas de la Bahía de Belfalas estaban todavía prácticamente desiertas, «salvo un puerto y un pequeño poblado de Elfos al sur de la confluencia del Morthond y el Ringló» (es decir, justo al norte de Dol Amroth).
Este poblado, de acuerdo con las tradiciones de Dol Amroth, había sido fundado por los navegantes sindar que habían venido de los puertos occidentales de Beleriand, y que huyeron en tres pequeñas embarcaciones, cuando el poder de Morgoth abrumó a los Eldar y los Atani; pero la población creció luego con la presencia de Elfos silvanos que se aventuraban en busca del mar, bajando por el Anduin.
Los Elfos silvanos (se observa aquí) «no estuvieron nunca del todo libres de la inquietud y de la nostalgia del Mar, que a veces impulsaba a algunos de ellos a dejar sus hogares y marcharse lejos». Para relacionar la historia de las «tres pequeñas embarcaciones» con las tradiciones registradas en
El Silmarillion
, tendríamos que suponer que estos Elfos escaparon probablemente de Brithombar o Eglarest (los puertos de las Falas en la costa occidental de Beleriand), cuando fueron destruidos en el año que siguió a la Nirnaeth Arnoediad (
El Silmarillion
); pero que mientras Círdan y Gil-galad se refugiaron en la Isla de Balar, las tripulaciones de estos tres navíos bordearon las costas hacia el sur, hasta Belfalas.
Sin embargo, en un bosquejo inconcluso sobre el origen del nombre de Belfalas, se da otra explicación, muy distinta, pues este puerto habría sido fundado mucho más tarde. Se dice aquí que aunque el elemento Bel deriva por cierto de un nombre prenúmenóreano, es en realidad de origen sindarin. La nota se interrumpe aquí, pero el origen sindarin de Bel se explica porque «había en Gondor un elemento pequeño pero importante, y de una especie del todo excepcional: una colonia eldarin». Después de la caída de Thangorodrim, los Elfos de Beleriand, si no navegaron por el Gran Mar o se quedaron en Lindon, erraron a la ventura más allá de las Montañas Azules, y se internaron en Eriador; pero parece, no obstante, que los que se dirigieron hacia el sur en el principio de la Segunda Edad fue un grupo de Sindar. Eran un resto del pueblo de Doriath, que aún guardaban rencor a los Noldor; y después de haber permanecido un tiempo en los Puertos Grises, donde aprendieron el arte de la construcción de barcos, «fueron con el curso de los años en busca de un lugar para vivir por cuenta propia, y por fin se establecieron en la desembocadura del Morthond. Había allí ya un puerto primitivo de pescadores, pero éstos, temerosos de los Eldar, huyeron a las montañas».
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En una nota escrita en diciembre de 1972, o aun después, y entre los últimos escritos de mi padre acerca de la Tierra Media, hay un comentario sobre la ascendencia élfica de los Hombres: se la advertía en hombres de aspecto lampiño (no tener barba era una característica de los Elfos); y se precisa aquí, a propósito de la casa principesca de Dol Amroth, que «esta línea tenía una ascendencia élfica especial, de acuerdo con sus propias leyendas» (con una referencia a las palabras intercambiadas entre Legolas e Imrahil en
El Retorno de el Rey
, V, 9, antes mencionadas).
Como lo muestra la mención que Legolas hace de Nimrodel, había un antiguo puerto élfico cerca de Dol Amroth, y una pequeña colonia de Elfos silvanos, originarios de Lórien. Según la leyenda uno de los primeros antepasados del príncipe se había casado con una doncella Elfo: en algunas versiones se dice (con harta improbabilidad) que era en verdad la misma Nimrodel. En otros cuentos, con mayor verosimilitud, la joven habría sido una de las compañeras de Nimrodel, perdida en el alto valle de una montaña.
Esta última versión de la leyenda aparece en forma más detallada en una nota que sirve de apéndice a una genealogía inédita de la Línea de Dol Amroth de Angelimar, el vigésimo príncipe, padre de Adrahil, padre de Imrahil, príncipe de Dol Amroth en los tiempos de la Guerra del Anillo:
De acuerdo con la tradición de esta casa, Angelimar fue el vigésimo príncipe de Galador, en descendencia ininterrumpida, primer Señor de Dol Amroth (c. Tercera Edad 2004-2129). Según las mismas tradiciones, Galador era hijo de Imrazôr el Númenóreano, que vivió en Belfalas, y de la Dama-Elfo Mithrellas. Ella era una de las compañeras de Nimrodel, entre los muchos Elfos que huyeron a la costa alrededor del año 1980 de la Tercera Edad, cuando el mal asomó en Moria; y Nimrodel y sus doncellas se internaron en las colinas boscosas y se extraviaron. Pero en este cuento se dice que Imrazôr albergó a Mithrellas y la tomó por esposa. Pero cuando le hubo dado un hijo, Galador, y una hija, Gilmith, huyó a escondidas una noche, y él no volvió a verla. Pero aunque Mithrellas pertenecía a la raza silvana menor (y no a la de los Altos Elfos o los Elfos Grises), se sostuvo siempre que la casa y la parentela de los Señores de Dol Amroth eran de sangre noble, y que todos ellos tenían rostros hermosos y gran entendimiento.
E
ntre los escritos inéditos no hay otras referencias a la historia de Celeborn y Galadriel, excepto en un manuscrito muy rudimentario de cuatro páginas titulado «La Elessar». Se trata sólo de un primer borrador, pero tiene unas pocas correcciones hechas con lápiz; no hay otras versiones. Ligeramente revisada y corregida, cuenta lo siguiente:
Había en Gondolin un orfebre llamado Enerdhil, el más grande entre los Noldor en esa artesanía, desde la muerte de Fëanor. Enerdhil amaba todas las cosas verdes que crecían, y su mayor alegría era ver la luz del sol a través de las hojas de los árboles. Y resolvió en su corazón hacer una joya que aprisionase la clara luz del sol, pero la joya tenía que ser verde como las hojas. E hizo esa joya, y aun los Noldor se maravillaron al verla. Porque se dice que miradas a través de esta piedra, las cosas marchitas o quemadas se erguían otra vez, o recuperaban la gracia de la juventud, y que las manos que tocaban la piedra eran capaces de curar cualquier herida. Esta gema dio Enerdhil a Idril, la hija del Rey, y ella la llevaba sobre el pecho; y así se salvó del incendio de Gondolin. Y antes de hacerse a la mar, Idril dijo a Eärendil, su hijo: —Te dejo la Elessar, porque hay grandes males en la Tierra Media que quizá podrás curar. Pero no se la confiarás a ningún otro. —Y por cierto, en el Puerto de Sirion había muchas heridas que curar, tanto en los Elfos como en los Hombres, y en las bestias que huían del horror del Norte; y mientras Eärendil vivió allí, curaron y prosperaron, y por un tiempo todas las criaturas estuvieron verdes y hermosas. Pero cuando Eärendil emprendió sus grandes viajes por el Mar, llevaba la Elessar sobre el pecho, porque en todas sus búsquedas siempre tenía un pensamiento: que quizá encontrara a Idril otra vez; y su primer recuerdo de la tierra Media era la piedra verde sobre el pecho de Idril mientras le cantaba inclinándose sobre la cuna, cuando Gondolin estaba todavía en flor. Así fue que la Elessar se perdió, pues Eärendil nunca regresó a la Tierra Media.
En edades posteriores hubo otra vez una Elessar, y de ésta se dicen dos cosas, aunque la verdad sólo la conocen los Sabios, y ahora ya han partido. Porque algunos dicen que la segunda piedra era en verdad sólo la primera, recuperada por gracia de los Valar; y que Olórin (que se conoce en la Tierra Media como Mithrandir) la había traído con él desde el Occidente. Y en una ocasión Olórin fue al encuentro de Galadriel, que vivía entonces bajo los árboles del Gran Bosque Verde, y tuvieron una larga conversación. Porque los años de exilio empezaban a pesar en la Señora de los Noldor, y deseaba tener noticias de sus parientes, y echaba de menos la tierra bendecida que la había visto nacer, aunque no estaba dispuesta a abandonar la Tierra Media. [Esta oración se alteró de la manera siguiente: «pero aún no se le permitía abandonar la Tierra Media»]. Y cuando Olórin le hubo contado muchas cosas, ella suspiró y dijo: —Me duelo por la Tierra Media, porque sus hojas caen y sus flores se marchitan; y en mi corazón hay nostalgia por los árboles y hierbas que no mueren. Me gustaría tenerlos en mi hogar.
Entonces Olórin dijo: —¿Querrías entonces la Elessar?
Y Galadriel dijo: —¿Dónde está ahora la Piedra de Eärendil? Y Enerdhil, que la hizo, se ha ido lejos.
—¿Quién sabe? —dijo Olórin.
—Es seguro —dijo Galadriel— que la piedra ha cruzado el Mar, como casi toda cosa bella, por otra parte. ¿Y la Tierra Media ha de marchitarse entonces y perecer para siempre?
—Ese es su destino —dijo Olórin—. Sin embargo, eso podría remediarse, por un tiempo al menos, si la Elessar regresara.
—Sí, pero ¿cómo? —dijo Galadriel—. Porque los Valar se han marchado, y ya no piensan en la Tierra Media, y todos lo que se aferran a ella están bajo una sombra.
—No es así —dijo Olórin—. No tienen ahora ojos más débiles, o corazones más duros. Como prueba, ¡mira esto! —Y alzó ante ella la Elessar, y ella la miró y se maravilló. Y Olórin dijo: —Esto te envía Yavanna. Utilízala como puedas, y por un tiempo la tierra de tu morada será el lugar más bello de la Tierra Media. Pero no es para que tu te quedes con ella. La pondrás en otras manos cuando sea el momento. Porque antes de que te canses y abandones por fin la Tierra Media, llegará alguien a quien tendrás que dársela, y su nombre será el de la piedra: se llamará Elessar.
[19]El otro cuento dice así: Mucho tiempo atrás, antes de que Sauron engañara a los herreros de Eregion, Galadriel fue a ver a Celebrimbor, el principal de los herreros élficos, y le dijo: —Estoy triste en la Tierra Media, porque se caen las hojas y las flores que tanto amo se marchitan, de modo que la tierra de mi morada está llena de una pena que ninguna primavera consigue curar.
—¿Cómo puede ser de otro modo para los Eldar, si se aferran a la Tierra Media? —dijo Celebrimbor—. ¿Quieres, pues, cruzar el Mar?
—No —dijo ella—. Angrod se ha ido y Aegnor se ha ido y ya no existe Felagund. De los hijos de Finarfin, yo soy la última.
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Pero mi corazón es todavía orgulloso. ¿Qué mal hizo la dorada casa de Finarfin para que yo deba pedir el perdón de los Valar, o me contente en una isla cuando mi tierra nativa fue Aman la Bendecida? Aquí soy más poderosa.—Pues entonces, ¿qué quieres? —preguntó Celebrimbor.
—Querría a mi alrededor árboles y hierbas que no muriesen… aquí, en esta tierra que es mía—respondió ella—. ¿Qué ha sido de la habilidad de los Eldar? —Y Celebrimbor dijo:— ¿Dónde está ahora la Piedra de Eärendil? Y Enerdhil, que la hizo, se ha ido.
—Han cruzado el Mar —le respondió Galadriel— como casi todas las cosas bellas. pero ¿entonces la Tierra Media ha de marchitarse y perecer para siempre?
—Esa es su suerte, según creo —dijo Celebrimbor—. Pero sabes que te amo (aunque preferiste a Celeborn de los Árboles), y por ese amor haré lo que pueda, si mi arte es capaz de amenguar tu dolor. —Pero no dijo a Galadriel que él mismo había vivido en Gondolin, mucho tiempo atrás, y que había sido amigo de Enerdhil, aunque Enerdhil lo superaba en casi todas las cosas. No obstante, si entonces Enerdhil no hubiera estado allí, Celebrimbor habría tenido más renombre. Por tanto, se puso a pensar, y comenzó un largo y delicado trabajo, y así, por Galadriel, hizo la mayor de sus obras (excepto sólo los Tres Anillos). Y se dice que la gema verde que él hizo era más sutil y clara que la de Enerdhil, aunque su luz tenía menos poder. Porque mientras que la de Enerdhil estaba iluminada por el Sol todavía joven, ya habían transcurrido muchos años cuando Celebrimbor comenzó su trabajo, y ya en ningún lugar de la Tierra Media era la luz tan clara como antes; porque aunque Morgoth había sido expulsado al Vacío, y no le era posible volver, su larga sombra aún cubría la región. Radiante, sin embargo, era la Elessar de Celebrimbor; y la engarzó en un gran broche de plata con la forma de un águila que va a echarse a volar con las alas extendidas.
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Merced a la Elessar, todas las cosas se volvieron bellas en torno a Galadriel, hasta que la Sombra llegó al Bosque. Pero después, cuando Celebrimbor le envió el anillo llamado Nenya, el principal de los Tres,
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pensó que ya no necesitaba la piedra y se la dio a Celebrían, su hija, y así llegó a manos de Arwen y a Aragorn, que fue llamado Elessar.