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Authors: Maurice Nicoll

Tags: #Autoayuda, #Esoterismo, #Psicología

Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky Volumen II (34 page)

BOOK: Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky Volumen II
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Prosigamos: todo el Trabajo se ocupa de poner nuestros centros ordinarios en un estado conveniente de modo que puedan transmitir inteligentemente las influencias de los centros superiores completamente formados que existen en nosotros y que obran incesantemente, pero a los cuales no podemos responder. "¿Por qué", preguntó alguien, "ocurre esto así?" "Porque, contestó el Sr. O., nos identificamos continuamente con mil y una cosas inútiles tanto en la vida como en nosotros mismos". El Sr. O. subrayaba siempre la importancia de trabajar sobre la parte negativa del Centro Emocional. En una oportunidad dijo claramente: "Nos identificamos más con nuestras emociones negativas que con cualquier otra cosa. Al parecer creemos tener derecho a ser negativos, mientras que de acuerdo con lo que les enseño es todo lo contrario, es decir, tenemos derecho a no ser negativos". Ser negativo es lo mismo que tener una vena rota, que deja derramar nuestra sangre. Mientras se permita que la parte negativa de nuestro Centro Emocional, con la cual no hemos nacido sino que la hemos adquirido de los otros, exista sin control alguno, le será imposible a nuestro Centro Emocional sentir las influencias del Centro Emocional Superior. Por esta razón,
observar nuestros estados negativos y separarse de ellos es uno de los aspectos más importantes del trabajo práctico
. La transformación de las emociones negativas pertenece al Segundo Choque Consciente y es ahí donde aparece todo el Trabajo y también su valoración total. Se puede ser negativo pero es preciso sentir que no es uno quien es negativo sino
Ello.
Este es el comienzo de la separación interior, de la no identificación con los estados negativos, de la no identificación consigo mismo.

Para resumir lo que hemos dicho, es preciso comprender que recibir la enseñanza de este Trabajo sobre las emociones negativas es algo valioso, pero acercarse a ella como mero conocimiento es inútil. Seguirá siendo sólo un saber teórico, en la memoria. Es preciso que se aplique el conocimiento a sí mismo y esto es sólo posible por medio de la observación de sí. A no ser que conecte el conocimiento de este Trabajo con la Observación de Sí, nada le sucederá. El Trabajo seguirá siendo puramente teórico y no práctico. La función de la Observación de Sí, por consiguiente, es algo que puede ser comprendido muy lógicamente. Su objeto es claro. No obstante, al principio la Observación de Sí es muy imperfecta, muy irregular, y está mezclada con la observación de vida de uno mismo; esto es, el espejo del Trabajo está mezclado con el espejo de vida, y esto es inevitable. De hecho, por largo tiempo, el espejo del Trabajo no difiere mucho del espejo de vida. Está, por así decirlo, conectado con la fuerza neutralizante de vida y no con la fuerza neutralizante del Trabajo, puesto que esta última proviene de una fuente por entero diferente. A medida que se ahonda la valoración del Trabajo los dos espejos se separan y en el caso de que uno de los espejos procure muchos halagos y deleite de sí, no se ve la misma imagen en el otro, y esto provoca un trastorno interior. Sin embargo los dos espejos no son antagónicos. Reflejan diferentes aspectos de uno mismo. En el Cuarto Camino, que es este Trabajo, es preciso estar al mismo tiempo en el Trabajo y en la vida, y el Cuarto Camino no establece contradicción ninguna, entre la vida y el Trabajo. Algunos aspectos pertenecen a la vida y otros al Trabajo. Se asemeja más bien a un correcto arreglo de los diferentes "Yoes" y a ubicarlos en el lugar que les corresponde y a tener suficiente energía como para no ver tan sólo los opuestos.
Es
la distinción de los "Yoes" por el sentido interior. Necesitamos al mismo tiempo el Trabajo y la vida, y de los dos extremos nuestra fuerza. Es lo mismo que tener dos habitaciones, muy distintas, y que sin embargo se comunican una con la otra, porque las dos forman parte de la propia casa. A nadie se le indica en el Trabajo apartarse de la vida, encerrarse en un monasterio o ir al desierto. Y sin embargo los dos son por completo diferentes y su fuerza proviene de dos lados diferentes.

G. dijo una vez en pocas palabras: "Todo lo que este Trabajo le enseña le servirá de ayuda para su vida y para alcanzar la meta de su vida". Basta imaginar que un hombre del Trabajo podría pasar a los asuntos de la vida y si por medio del trabajo interior aprendió a no identificarse cabe comprender que tal hombre es capaz de cumplir su propósito en la vida mucho más fácilmente que un hombre mecánico y negativo. Mas para lograrlo es menester que sienta incesantemente el Trabajo y a tal punto que su valoración del Trabajo sea mucho más intensa y real para él que cualquier otra cosa que haya valorado o logrado en la vida.

Ahora bien, nos identificamos por medio de los mezquinos e inadvertidos sentimientos de nosotros mismos que nos inducen a hacer inacabables cuentas internas y construir infinitos sistemas negativos en nosotros. Esos sistemas negativos, una vez formados, son muy difíciles de tratar. En ese nivel lo hacemos todo de una seudo manera, debido a nuestro amor de sí, a nuestro gusto de sí, al afán de progresar, de ser alabados, y de este modo nos sentimos muy fácilmente heridos y desengañados. Basta suprimir ese estímulo y apenas existimos, y al parecer ya no tenemos objetivo ninguno. Esto es ser una máquina. Toda esta base de sentimiento de sí no lleva lejos en el Trabajo. Sólo la puede vencer el sentido de algo más grande que nosotros mismos. Esto nos lleva a la cuestión del
Recuerdo de Sí
a la que se da tanto énfasis en el Trabajo ya que es el necesario y constante acompañamiento de la observación de sí. "El hombre", decía G., "debería recordarse constantemente, pero tal como es carece de la energía necesaria y ni siquiera puede recordar que tiene que recordarse". El Sr. O. dijo al comienzo de su enseñanza en Londres, cuando la gente le hacía incesantes preguntas acerca de lo que debía hacer —si debía fumar o no, comer o no, etc.—: "Lo más importante es recordarse a sí mismo. Pueden hacer lo que quieran a condición de recordarse a sí mismos". Esto nos pareció muy extraño a muchos de nosotros. Significaba al parecer que cada uno podía hacer lo que quería a condición de recordarse a sí mismo. Supongamos que uno dé rienda suelta a sus apetitos y se identifique con ellos, digamos, con la comida, y luego diga que le está permitido hacer lo que quiere pues el Trabajo lo dice así. Pero, ¿lo dice en realidad así? Dice que se puede hacer lo que se quiere mientras se recuerde uno a sí mismo y es obvio que si se identifica uno con la comida no se recuerda a sí mismo. El Recuerdo de Sí nos ubica en un diferente estado de conciencia. En ese estado de conciencia se pueden hacer las cosas sin caer inmediatamente en el sueño y se puede ver lo que sucede, esto es, es posible ver como uno se identifica consigo mismo. O para decirlo de un modo diferente, si se hacen ciertas cosas y se recuerda uno a sí mismo al mismo tiempo, esas cosas se harán de un modo muy diferente. Cuando se empiece a comprender la sutileza de esta observación: "Se puede hacer lo que se quiere mientras se recuerde uno a sí mismo", se verá que en realidad significa que no se puede hacer lo que se quiere, al menos del modo ordinario en que se suele hacerlo. Una forma de Recuerdo de Sí finca en tener la sensación del "Yo que hace esto" o del "Yo que dice esto". Si cuando está furioso y habla interna o externamente de un mal modo tiene la sensación del "Yo" que dice esto, cambiará por completo la situación. Se dará cuenta de que
"Ello"
lo está haciendo, su propia máquina.

Analicemos otra vez las cosas que hemos dicho sobre el Recuerdo de Sí. Digámonos a nosotros mismos: "Yo no soy mi". Convendría mejor si tomo mi propio caso; supongo que puedo decir: "Yo no soy Nicoll y Nicoll no es mí" o que el Sr. Bush diga de sí mismo: "Yo no soy Bush y Bush no es mi" o el Sr. Taylor: "Yo no soy Taylor y Taylor no es mí". Si somos capaces de decirnos esto correctamente a nosotros mismos nos producirá una extraña sensación con respecto a lo que somos. En verdad esta sensación está conectada con un sentido de disolución de nuestra Personalidad. Sin embargo, como es sabido, este es uno de los objetos del Trabajo que se expresa en el importante postulado de que es preciso que la Personalidad sea pasiva para que la parte real de sí —la Esencia— pueda crecer. Pero sólo se lo puede lograr por medio de un largo y gradual proceso de discernimiento. Recuerdo que el Sr. O. me dijo una vez: "¿Por qué no dice a veces: 'Qué trata de hacer Nicoll'?" Ahora bien, en el supuesto caso de que pudiera siempre decirme a mí mismo: "¿Qué trata de hacer Nicoll?" y el Sr. Bush pudiera decir "¿Qué trata de hacer Bush?" y el Sr. Taylor: "¿Qué trata de hacer Taylor?" y todos ustedes pudieran decir la misma cosa de un modo auténtico en alguna oportunidad, significaría entonces que se produjo algún grado de separación interior, la percepción de que no se es lo mismo que la Personalidad adquirida, con todos sus orgullos y topes adquiridos, esa figura artificial que la vida ha construido y que se toma como si fuera uno mismo, porque se es incapaz de hacer otra cosa. Tal sentimiento, tal sensación interior, es el comienzo del Recuerdo de Sí. Cuando intento recordarme a mi mismo no recuerdo a Nicoll: Yo no deseo recordar a Nicoll, pero desde luego está siempre allí. Pero si no tengo el sentimiento de que no soy Nicoll (aunque en realidad sea un esclavo de Nicoll), cuando me recuerde a mi mismo recordaré simplemente a Nicoll. Claro está, Nicoll siempre recordará mecánicamente a Nicoll y por cierto Nicoll está satisfecho de Nicoll y no cabe duda de que lo considera como una persona maravillosa. En este caso, el Recuerdo de Sí sólo acrecentará la propia satisfacción de sí, esto es, realzará la Personalidad. Pero esto no es Recuerdo de Sí, o, digamos, es recordar al si equivocado. No es un acto consciente sino un acto mecánico. ¿No han notado cómo siempre se justifican a si mismos? No es querer alcanzar otra cosa, sino una intensificación y una justificación de lo que ya se es. Eso no puede conducir a un cambio en el nivel de Ser. No tiene nada que ver con el Recuerdo de Sí en el sentido del Trabajo. Significa por lo general que falta una verdadera observación de sí, una observación de sí realizada por medio del espejo del Trabajo. El Trabajo aún no ha empezado a romper la Personalidad. Se toma simplemente el Trabajo desde la Personalidad como algo añadido a los propios méritos, como una medalla. Claro está que esto no es el Trabajo. El Trabajo no puede tener su punto de partida en la plenitud de la Personalidad. El Trabajo sólo puede tener su punto de partida en la comprensión de que no es lo que se cree, lo que se finge. Basta leer el Sermón de la Montaña para ver lo que esto significa. Cuando el Trabajo da realmente en el blanco, la casa de naipes que uno toma como sí mismo se desmorona. Sabemos que el Trabajo habla sobre la necesidad de llegar al punto en que se da cuenta uno de la propia y total
nadidad.
Esto, empero, es misericordiosamente demorado y es algo que no se puede entender artificialmente. No se puede fingir que no se es nada. Es un espectáculo muy penoso ver a una persona que finge que no es nada.

Ahora bien, el Recuerdo de Sí está conectado con todo esto. Recordarse a sí mismo simplemente tal como se es ahora no es Recuerdo de Sí. El Recuerdo de Sí proviene de lo alto y el pleno Recuerdo de Sí es un estado de conciencia en el cual la Personalidad y todos sus pretextos casi dejan de existir y uno es, por así decirlo, nadie, y sin embargo la plenitud de ese estado, que es una verdadera bendición, hace que uno sea, por primera vez, alguien.

Birdlip, 21 de octubre, 1944
Observación de sí y recuerdo de sí II

En esta segunda disertación contestaremos a las preguntas que se mencionaron en la última disertación. Repetiré la primera parte de esa pregunta:

"Por lo que he entendido hay una diferencia de calidad entre el estado de Recuerdo de Sí y el acto de Recuerdo de Sí y muchos grados o niveles de calidad entre los actos de Recuerdo de Sí; no obstante el menor de esos grados o niveles es mayor, es decir, está un nivel por encima, que la Observación de Sí más plena..."

El acto de Recuerdo de Sí es un esfuerzo consciente hecho con el fin de recordarse a sí mismo. El estado de Recuerdo de Sí es el resultado del acto y la calidad del estado de Recuerdo de Sí depende de la calidad del acto, esto es: la calidad del esfuerzo hecho para recordarse a si mismo. Intentemos ilustrarlo de una manera fácil. El acto de tomar una guitarra y tocar algunas notas es muy diferente del ser capaz de tocar música en la guitarra. No obstante, tendré que hacer un esfuerzo para tomar la guitarra y tocar antes de ser capaz de tocar música. Además, si quiero mejorar mi conducta o tener mejores maneras, el acto de intentarlo no es la misma cosa que haber logrado tener mejor conducta o maneras. Si hago el esfuerzo correcto, puedo llegar al estado que deseo alcanzar, y el resultado será según la calidad de mi esfuerzo. El acto de intentar recordarse a sí mismo es esforzarse mediante repetidas pruebas para llegar a un nuevo estado de sí mismo llamado el Estado de Recuerdo de Sí. Si ya conozco la manera de alcanzar ese estado entonces el acto o esfuerzo que hago me pondrá en ese estado. Pero no puede esperar alcanzar ese Estado al comienzo ejecutando el acto de Recuerdo de Sí. Tan sólo por un prolongado trabajo, por innumerables actos tendré éxito en alcanzar el estado que me propongo alcanzar.

Tomemos ahora la segunda parte de la cuestión en la cual se dice:

"No puede haber progreso ninguno a menos que un hombre se recuerde a sí mismo..."

Creo que convendría más decir que a no ser que un hombre se eleve por medio del Recuerdo de Sí no recibirá ayuda, y a no ser que un hombre reciba ayuda no alcanzará un diferente nivel de ser. Pero al mismo tiempo, a menos que se prepare uno a sí mismo por medio de la Observación de Sí e intente separarse de lo que según la enseñanza del Trabajo son funciones equivocadas, no recibirá las influencias que provienen de los Centros Superiores. El Hombre tiene que preparar sus centros inferiores de modo que puedan oír las voces de los Centros Superiores que siempre nos están hablando y tratando de cambiarlos pero a los cuales no podemos oír. No quiero decir exactamente con ello que los Centros Superiores intentan cambiarnos, porque son neutrales, y no violentos o acusadores. Se nota la ausencia de los Centros Superiores en una sensación general de incomodidad semejante a haber olvidado algo que antes se conocía. A menos que los centros inferiores empiecen a oír los Centros Superiores no hay posibilidad ninguna de obtener ayuda para evolucionar. Recuerden, el Hombre fue creado como un organismo capaz de auto-desarrollo, pero para evolucionar debe recibir la ayuda de la enseñanza esotérica. Está desconectado del "Yo" Real que pertenece a los Centros Superiores y puede transmitir su significado. El 'Yo' Real entiende el lenguaje de los Centros Superiores pero el "Yo" falso no lo entiende. El "Yo" Real es lo que uno es y el por qué de la existencia: o, más bien, si existe para ponerse en contacto con el "Yo" Real. En uno de los escritos esotéricos de la India se dice: "Si un hombre no logra llegar a Dios renace incesantemente en la existencia. Y de este modo no deja de girar en el ciclo completo de nacimientos posibles hasta que comprenda por qué existe". Ya que todos tienen un "Yo" Real pero en un nivel más elevado, es decir, más profundo que aquel en que comúnmente viven y piensan y sienten, cada hombre fue creado con la posibilidad de ponerse en contacto con ese "Yo" Real del cual no es sino un insensato reflejo o imitación. Todo hombre tiene un centro eterno de gravedad, pero, al estar dominado por los sentidos, por el sentimiento de que no es otra cosa que su cuerpo y por el impacto de impresiones provenientes de la vida externa, se aleja mucho de este centro de gravedad. El Recuerdo de Sí es el intento de hacernos regresar al interior de nosotros mismos y de este modo a nuestro verdadero centro de gravedad. Esta es la razón por la cual a una persona muy exterior, que se deja gobernar simplemente por el efecto que produce en las otras personas, le cuesta mucho comprender qué significa el Recuerdo de Sí y, en suma, qué significa el Trabajo.

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