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Authors: Maurice Nicoll

Tags: #Autoayuda, #Esoterismo, #Psicología

Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky Volumen II (35 page)

BOOK: Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky Volumen II
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En una oportunidad G. dijo: "Tras el 'Yo' Real está Dios". Pero el comienzo de ese retorno a nuestro verdadero origen se inicia con el "Yo" Observante. Esto significa desde luego que se inicia con el Trabajo mismo, porque el "Yo" Observante debe saber qué observar y hacerlo desde lo que el Trabajo enseña. Si se tiene un espejo equivocado, un "Yo" Observante equivocado, un "Yo" social, no es en el sentido del Trabajo un "Yo" Observante. Pero si puede establecer en sí mismo un punto de observación desde el cual comprende lo que el Trabajo le enseña observar, está en el primer peldaño de la escalera que lleva finalmente al "Yo" Real. La gente cree que es fácil establecer un "Yo" Observante en este verdadero sentido del Trabajo. Yo diría más bien que es un asunto muy difícil y exige una larga lucha, mucha sinceridad interior y no pocos fracasos. Una vez que el "Yo" Observante está establecido, reúne a su alrededor a otros "Yoes" que desean trabajar, que desean comprender mejor, que desean hallar el secreto de la propia existencia. En realidad todos tenemos ese secreto sentimiento acerca de nosotros mismos, pero no lo ponemos en acción; no sabemos qué hacer y así se convierte simplemente en una fuente de emociones negativas. Cuando el Mayordomo Delegado se ha formado, suele atraer al Mayordomo y finalmente al "Yo" Real. Pero estas palabras están grávidas de significación. Para entender esta escala del Trabajo se necesita mucho tiempo y reflexionar muy profundamente. Por ejemplo, es preciso pensar intensamente sobre qué trata el Trabajo, y volver a pensarlo y ver el estado del propio ser y no verlo. Exige mucha comprensión interior, requiere un continuo acrecentamiento de valoración, una continua renovación de la valoración, una continua re-comprensión de lo que se comprende, ver dónde se está y qué se es. Ya este respecto les diré que todos aquellos que siguen la senda del Trabajo y que han comprendido desde hace mucho tiempo que no es algo que se escribe en un pizarrón, hallarán que hasta las afirmaciones más sencillas del Trabajo se transforman en significados cada vez más profundos. Hallarán, en, suma, que este Trabajo y todos sus breves postulados sólo pueden provenir de una fuente que conoce y comprende mucho más que nosotros.

Ahora bien, en lo que concierne al pasaje que estamos discutiendo:

"Empero el menor de esos grados o niveles (actos de Recuerdo de Sí) es mayor, es decir, está un nivel por encima, que la Observación de Sí más plena."

Encuentro que es difícil dar una respuesta correcta. Ante todo significa que un acto de Recuerdo de Sí es mayor que un acto de Observación de Sí. Diría, para empezar, que hablar de la Observación de Sí más plena está fuera de cuestión. La plena Observación de Sí sólo puede venir con un enorme acrecentamiento de conciencia y en este sentido sería lo mismo que el aumento de conciencia del Estado de Recuerdo de Sí, de la Percepción de Sí, de la Conciencia de Sí. Tener plena percepción de uno mismo corresponde al Tercer Estado de Conciencia. Un Acto de Recuerdo de Sí es para nosotros, tal como somos, una cosa muy débil. Un acto de Observación de Sí suele ser distinto. Los dos están en distinto nivel, aunque un estado de plena Observación de Sí pertenecería a un nivel que está por encima, de nosotros. Pero, ¿come se puede esperar desde nuestro nivel de conciencia observar plena- mente alguna cosa en nosotros mismos? ¿Cómo podríamos, por ejemplo, observar plenamente toda nuestra vida, simultáneamente, o en verdad cómo podríamos observar desde nuestro nivel de conciencia todo lo que está sucediendo en cada parte de un centro? Es sabido que se cuentan muchas historias de gente que al estar parcialmente ahogada recuerda toda su vida. Esas historias son muy ciertas. Creo que en el momento de la muerte un hombre puede pasar a un estado diferente de conciencia. En términos de este Trabajo habría que llamarlo el Tercer Estado de Conciencia, esto es, el Estado de Recuerdo de Sí, de Conciencia de Sí o de Percepción de Sí. Luego, sin duda alguna, un hombre lograría la plena observación de sí. Pero, tal como somos, la Observación de Sí es una cosa muy pequeña, aunque muy esencial, semejante a llevar una lucecita al visitar un caserón oscuro y ver una cosa tras otra. Al cabo de un tiempo la memoria —esto es, la memoria de Trabajo o memoria creada por medio del esfuerzo consciente en la Observación de Sí— puede conectar entre sí a todas esas lucecitas separadas y convertirlas en una poderosa luz. Esto quiere decir que un hombre empieza a tomar fotografías dé si mismo, esto es, empieza a observarse a sí mismo, simultáneamente, por un tiempo. Desde ese momento puede tener una vislumbre de su Rasgo Principal; puede ver los hilos que se entrecruzan en su vida. Comienza a ver el diseño del tapiz de su vida. Habrán notado que en las tres definiciones del Tercer Estado de Conciencia el término Percepción de Sí está conectado con la plena Observación de Sí. Encuentro que la respuesta a esta parte de la cuestión es difícil porque supone que la plena observación es una posibilidad en nuestro nivel de conciencia. Si un hombre en el nivel de conciencia en que está al presente tuviera un instante de plena observación enloquecería probablemente, porque significaría que ve todas las contradicciones interiores en si mismo. Llegar a tal percepción interior requiere un arduo trabajo y el Trabajo nunca permite que una persona vea más de lo que puede soportar. Creo que todos nos equivocamos al creer que somos capaces de alcanzar un grado más elevado de conciencia en un instante. Consideren cuánto tiempo les tomó aprender a leer o escribir. Se presta atención al Trabajo durante mucho tiempo, del mismo modo que el niño ve sus letras durante mucho tiempo, pero se necesitan varios anos antes de que sea capaz de hablar o escribir. Mencionaré una cosa curiosa: así como el niño de súbito se da cuenta de que sabe leer,'del mismo modo en el Trabajo de súbito uno se da cuenta de que comprende algo que había oído repetidas veces. Esto significa que se está pronto para ello, que se lo ha ganado. Ahora nos ocuparemos de la última parte de la cuestión:

"Todo el trabajo sobre sí que está por debajo de ese nivel es una preparación para progresar hacia la Conciencia. Además, un hombre puede protegerse psicológicamente sólo por el Recuerdo de Sí."

No haré ningún comentario sobre esta parte de la cuestión pero es necesario comprenderla. La forma de la frase es correcta. Para ser protegido psicológicamente de la escena externa de la vida es preciso recordarse a sí mismo. Esto significa que es preciso hallar algo que ocupe el lugar de la identificación con todo cuanto sucede en la vida. Si se toma la vida como si fuera un negocio, y se cree que no se es otra cosa que el cuerpo, no habrá posibilidad de recordarse a sí mismo. Si se cree que los ojos ven, y que no hay algo que ve a través de ellos, no habrá posibilidad de recordarse a sí mismo. Si se cree que todo cuanto se siente y se piensa pertenece al cuerpo, será imposible recordarse a sí mismo. Uno se asemejará entonces a la gente religiosa que cree que el cielo es algo que está arriba y el infierno algo que está abajo, y no comprenden que el cielo y el infierno están en ella, en sí misma. Esa gente toma como realidad los mensajes provenientes de los sentidos exter nos, y sin duda creerá que el "Yo" Real es algo que existe en la lejanía, en las estrellas visibles. No comprenderá que existe en ella, en un nivel más profundo de su comprensión y que sólo puede lograrlo comprendiendo todo lo que dice este Trabajo sobre el separarse de las actividades equivocadas que siguen mecánicamente su curso todos los días, que nos mantienen pegados al lado más externo, más superficial de nosotros, ese lado que es gobernado por todo cuanto nos sucede exteriormente, que depende para su bienestar de cómo la gente nos trata. Y esto es inevitable mientras uno no tenga una conducta interior que seguir. El Trabajo se ocupa de la conducta interior que otorga un centro de gravedad independiente de las cosas externas, pero, lo repito, si piensa que es la misma cosa que su cuerpo y que sus ojos ven y sus oídos oyen, si no concibe que es usted quien ve por sus ojos y usted quien oye por sus oídos y que hay en usted algo diferente de sus sentidos físicos —y, de hecho, superior— entonces no será capaz de recordarse a sí mismo. Si es un hombre natural, un hombre que sólo cree en la realidad que sus sentidos le muestran, que cree que el mundo natural con todos sus eventos es la causa de todo, nunca será capaz de recordarse a si mismo. Ni tampoco será capaz de comprender el Rayo de Creación, ni la Octava Lateral del Sol. Nunca será capaz de comprender que hay influencias provenientes de un nivel superior que obran tanto sobre la Tierra como sobre usted, y que recibe esas influencias según la calidad de su ser.

Birdlip, 28 de octubre, 1944
El hombre como experimento

PARTE I

Prefiero hablar esta noche sobre una o dos de las explicaciones generales del Trabajo concernientes a nuestra existencia en la Tierra. Como lo han oído muchos de ustedes, el Trabajo enseña que el Hombre es un experimento en la Tierra, un experimento de auto-evolución. El Trabajo dice también que ya se realizaron muchos experimentos similares y resultaron en fracasos y que es muy posible que el Hombre sea considerado un fracaso, en cuyo caso llegará a ser tan pequeño e insignificante como las hormigas. Como es sabido, las hormigas empezaron obviamente a hacer ensayos consigo mismas y siguiendo alguna clase de lógica científica sacrificaron todo lo que podía hacerlas individuales, hasta sus alas y su sexo, y quedaron sujetas a una organización puramente estatal, y aparentemente se organizaron en una especie de servicio militar continuo, porque es obvio que se atacan las unas a las otras implacablemente y no tienen piedad ninguna. En una ocasión el Sr. O., al preguntársele cuáles eran las mejores condiciones de vida, dijo que las mejores condiciones prevalecían en los lugares donde la enseñanza esotérica estaba al alcance del pueblo.

"Toda la enseñanza esotérica", dijo sin ambages, "se funda en la idea de que el Hombre puede sufrir un cambio que ya es posible para él y que, por así decirlo, le está destinado. El Hombre es un organismo mucho más complejo de lo que es necesario para vivir en este mundo. Tiene mucho más en él de lo que es necesario para la vida ordinaria. Puede convertirse en individuo, lo cual es el verdadero sentido de su existencia. Pero a este respecto es un experimento del Laboratorio Solar y puede resultar un fracaso. Es preciso que todos comprendan lo que significa que el Hombre haya sido hecho como un organismo capaz de auto-desarrollo. No quiere decir, por ejemplo, que el Hombre ya esté hecho, sino que debe hallarse a sí mismo, hallar en sí la senda que debe seguir, y por esta razón la enseñanza es siempre sembrada en el mundo e impartida de diversas maneras y en formas exteriores a fin de mostrarle lo que ha de hacer para recrearse a si mismo, para evolucionar hasta llegar a ser lo que debe ser". En lo que respecta a estas palabras del Sr. O., creo que todos ustedes estarán de acuerdo conmigo en que hoy existe la tendencia general de no tener en cuenta al individuo y de poner la vida humana bajo vastos planes colectivos de seguridad social. Esto hace que el Hombre dependa cada vez más del Estado, que sea una persona cada vez más controlada por el Estado, y por cierto lo hace menos libre en nombre de la libertad. Como tal, se convierte en un ser a quien se le dice lo que debe hacer y pensar, y que sólo ve la meta de la humanidad en el futuro del Tiempo en la forma de un creciente conglomerado masivo y de una uniformidad general que se extenderá por toda la superficie de la Tierra. Entonces todo será lo mismo y no cabe duda de que la naturaleza "será conquistada" como suele decirse. Pero esta enseñanza nos dice que esto será el principio del fin y que se hará otro experimento. Y es preciso recordar que "Naturaleza" significa muchas cosas en esta enseñanza. Muchas son las influencias que obran sobre la Tierra provenientes de los seis diferentes niveles del Rayo de Creación, además de las Tres Fuerzas pertenecientes a la Tierra misma que mantienen su propio equilibrio. Conquistar la naturaleza, luego, no es cosa fácil, pero desdichadamente existen hoy muchos lunáticos en la Ciencia y en la Política —lunáticos en el sentido de las definiciones del Trabajo: Amo de Casa, Lunático, Vagabundo y Hasnamous. Ya hemos visto que muchos hombres Hasnamous subieron al poder en este siglo —hombres cuyo bienestar depende del malestar de los otros—. Esta combinación de Hasnamous y de Lunáticos no nos augura nada de bueno.

PARTE II.

Sócrates dice en algún lugar que el "Hombre está pegado a sus sentidos", y por esa razón pierde el contacto consigo mismo. El Hombre se ha extraviado. Su alma está sumergida en las cosas exteriores, en las posesiones y en el poder. El alma debe dar una vuelta en redondo para hallar su rumbo correcto y de este modo devolver al Hombre las realidades y significaciones que ha perdido. El alma es un órgano que pone al Hombre en relación con influencias que están en un nivel más elevado de intensidad que las influencias del mundo. Sócrates dice: "Cuando el alma retornando a sí misma reflexiona, va derecho a lo que es puro, eterno e inmortal y semejante a si misma, y por estar emparentada con ello lo penetra cuando el alma está sola y nada se le opone. Y entonces el alma descansa de sus errores y es semejante a si misma, así como lo es lo Eterno con quien el alma está ahora en contacto. Este estado del alma es llamado sabiduría".

Ahora bien, todo esto nos recuerda la enseñanza del Trabajo. Nos referimos escasamente al alma, pero el Trabajo dice que la Esencia proviene de un orden muy elevado en el Rayo de Creación y ha descendido hasta el nivel de la Tierra, donde debe llegar a estar rodeada por la Personalidad. Entonces, para aquellos que recuerdan algo —esto es, para aquellos que tienen Centro Magnético— empieza el camino que conduce al regreso, mediante el trabajo contra la Personalidad y haciendo que ésta se vuelva gradualmente pasiva, de modo que la Esencia pueda crecer. A través del crecimiento de la Esencia el hombre llega a la individualidad, al "Yo" Real, y al mismo tiempo alcanza a ser consciente en otro nivel de influencias.

Reflexionemos sobre la idea de que somos un experimento. Una vez que se la aprehende, cambia nuestras relaciones con nosotros mismos y nuestra vida. Basta decirse a si mismo: "Soy un experimento". Si uno se lo dice correctamente, en el lugar apropiado de sí, notará que el significado de la oración choca contra algo resistente, algo que no quiere creerlo, que quizá quiere gritar y patalear y llorar antes que aceptar este punto de vista. Es posible que lo haya advertido en relación con otras ideas del Trabajo —cómo se desinteresa totalmente de ellas y aborrece escucharlas, y desea seguir siendo lo que es, todo vestido de etiqueta, por así decirlo. No obstante, somos experimentos. Y en una oportunidad el Sr. Ouspensky agregó:

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