La descripción del sitio de Saguntum se ajusta mucho a la realidad. Cualquiera que visite la costa oriental de España y ascienda al enorme afloramiento rocoso cercano a la actual Valencia se dará cuenta de que es un lugar tan impresionante que es fácil imaginar a los soldados de Aníbal asediándolo. La formidable envergadura de su ejército queda atestiguada por las fuentes antiguas, al igual que la forma como quedó mermado debido a las muertes, deserciones y liberaciones de servicio. No sabemos si se quedaron algunas tropas como guarnición en la Galia. Ha habido gran controversia sobre qué ruta tomó el ejército cartaginés después de los Pirineos y por dónde cruzó el Ródano. Los volcos fueron sorprendidos por detrás por un grupo de cartagineses que habían cruzado río arriba; su comandante era un tal Hanno, no Bostar. Los elefantes fueron trasladados por el río tal como describo.
La dramática confrontación entre la embajada romana y el Consejo de Sabios cartaginés parece que tuvo lugar tal como la describo. Igual que el encuentro fortuito entre una unidad de la caballería romana y otra de númidas en una zona rural más arriba de Massilia. Sin embargo, he alterado los acontecimientos para llevar a Publio de vuelta a Roma antes de que se trasladase a la Galia Cisalpina para enfrentarse a los invasores. Minucius Flaccus es un personaje de ficción, pero Minucius Rufus, su hermano, no.
La mayor controversia relacionada con el viaje de Aníbal se refiere al paso que su ejército tomó para cruzar los Alpes. Como no es mi intención entrar en tal polémica, me he limitado a utilizar la descripción que Polibio y Tito Livio nos dejaron para ambientar la escena. Espero sinceramente haber conseguido transmitir parte del terror y la euforia que debió de llenar los corazones de aquellas valerosas almas que siguieron a Aníbal hasta las cumbres de los Alpes. El discurso que pronunció ante sus tropas antes de iniciar el ascenso fue muy parecido al que describo. Aunque no todas las fuentes que mencionan la escena incluyen el vino hirviendo y la roca, me pareció que debía incluirlo.
El término «Italia» se empleaba en el siglo III a.C. como expresión geográfica; comprendía la península situada al sur de Liguria y la Galia Cisalpina. El término no tuvo significado político hasta la época de Polibio (mitad del siglo II a.C.). De todos modos, decidí emplearlo. Simplificaba el asunto y evitaba las referencias constantes a las distintas partes de la República: Roma, Campania, Latium, Lucania, etc.
La descripción del ternero que nace con los órganos internos en el exterior no es fruto de mi imaginación: he realizado dos cesáreas a vacas para sacar el llamado
Schistosomus reflexus
. Sin duda fueron dos de las cosas más repugnantes que he visto en mi vida. En una ocasión, el pobre ternero seguía con vida. Aunque ocurrió hace quince años, la superstición del ganadero resultó obvia y estuvo muy inquieto hasta que le practiqué la eutanasia a la cría. No es difícil imaginar qué tipo de reacción provocaría una criatura como esas en la época antigua.
Los duelos entre prisioneros cartagineses y la recompensa para el que sobreviviera se describen en los textos antiguos. Al igual que la suerte que corrió Taurasia. Cuando había que dejar las cosas claras, Aníbal era tan despiadado como cualquier otro general. Las pérdidas romanas en la escaramuza del Tecino fueron considerables y el encarnizado ataque nocturno por parte de sus supuestos aliados galos no fue más que otro golpe a la confianza de Publio. Me he inventado la emboscada cartaginesa en el río Trebia, pero los detalles de la extraordinaria batalla que tuvo lugar a continuación son el máximo de fieles posible. La victoria de Aníbal en aquel crudo día de invierno demostró sin lugar a dudas que no había cruzado los Alpes de chiripa. Tal como los romanos descubrirían una y otra vez en meses subsiguientes, era una fuerza verdadera con la que batirse.
La bibliografía de los libros de texto que he consultado para la escritura de
Aníbal: enemigo de Roma
precisaría de varias páginas, así que mencionaré solo los más importantes por orden alfabético según el autor:
The Punic Wars
de Nigel Bagnall;
The Punic Wars
de Brian Caven;
Greece and Rome at War
de Peter Connolly;
Hannibal
de Theodore A. Dodge;
La caída de Cartago
de Adrian Goldsworthy;
Armies of the Macedonian and Punic Wars
de Duncan Head;
Hannibal’s War
de J. F. Lazenby;
Carthage Must Be Destroyed
de Richard Miles;
The Life and Death of Carthage
de G. C. & C. Picard;
Daily Life in Carthage (at the time of Hannibal
) de G. C. & C. Picard,
Roman Politics 220-150 B.C
de H. H. Scullard;
Carthage and the Carthaginians
de Reginald B. Smith y
Warfare in the Classical World
de John Warry. Deseo expresar mi agradecimiento a Osprey Publishing por numerosos volúmenes excelentes, a Oxford University Press por el impresionante Oxford Classical Dictionary, y a Alberto Pérez y Paul McDonnell-Staff por su excelente artículo en el volumen III, número 4 de la revista
Ancient Warfare
. Como siempre, gracias a los miembros de
www.romanarmy.com
cuyas rápidas respuestas a mis preguntas raras suelen resultar muy útiles. También debo mencionar y agradecer a los tres hermanos Wood australianos: Danny, Ben y Sam. Su excelente miniserie de viajes
On Hannibal’s Trail
no podía haber sido emitida por la BBC4 en un mejor momento y me resultó de gran ayuda cuando escribí el capítulo sobre el cruce de los Alpes.
Estoy inmensamente agradecido a mucha gente de mi maravillosa editorial, Random House. Está Rosie de Courcy, mi editora infatigable que siempre me da aliento; Nicola Taplin, el excelente gerente editorial; Kate Elton, que tuvo la generosidad de abrirme las puertas del gran y feliz mundo de Arrow Books; Rob Waddington, que se asegura de que mis novelas lleguen a todos los puntos de venta del planeta; Adam Humphrey, que gestiona el márketing con amabilidad, inteligencia y éxito; Richard Ogle, que, en colaboración con el ilustrador Seven Stones, diseña las bonitas cubiertas de mis libros; Ruth Waldram, que me garantiza todo tipo de publicidad exitosa; Monique Corless, que convence a tantos editores extranjeros para que compren mis libros; David Parrish, que se asegura de que las librerías extranjeras también los compren. Muchas gracias a todos. Aprecio sobremanera lo duro que trabajáis en mi nombre.
Debo mencionar a muchas otras personas: Charlie Viney, mi agente, merece un gran agradecimiento. Sin él, todavía estaría ejerciendo de veterinario y trabajando con tesón en mi primera novela sobre los romanos. ¡Gracias, Charlie! Le estoy muy agradecido a Richenda Todd, mi correctora de estilo, que hace unas aportaciones de lo más incisivas a mis manuscritos; Claire Wheller, mi excelente fisio, que impide que mi cuerpo se caiga a pedazos después de pasar demasiadas horas delante del ordenador; Arthur O’Connor, el hombre más discutidor de Offaly (por no decir de Irlanda), que también me ofrece críticas excelentes y mejoras en mis historias. Y por último, pero decididamente no por ello menos importante, Sair, mi esposa, y Ferdia y Pippa, mis hijas, que me conectan con la realidad y me dan mucho amor y alegría. Gracias. Mi vida es mucho más rica por teneros a las tres.
acetum
: vino agrio, la bebida universal que se servía a los soldados romanos. También significa «vinagre», el desinfectante más habitual empleado por los médicos romanos. El vinagre resulta ideal para matar bacterias y su uso generalizado en la medicina occidental se prolongó hasta finales del siglo XIX.
ágora
: desconocemos cómo llamaban los cartagineses a la zona de reunión central de sus ciudades. He empleado el término griego para diferenciarlo del Foro principal de Roma. El ágora habría sido sin duda el punto de reunión más importante de Cartago.
Asamblea del pueblo
: el grupo de debate público al que pertenecían todos los ciudadanos varones cartagineses. Su principal cometido era elegir a los sufetes una vez al año.
Astarté
: diosa cartaginesa cuyos orígenes se remontan a Oriente. Es posible que representara el matrimonio y quizá fuera considerada la protectora de las ciudades y de distintos grupos sociales.
atrium
: estancia grande situada a continuación del vestíbulo de entrada en una casa romana. Solía estar construida a gran escala y era el centro social y de culto de la casa.
Baal Hammón
: el dios principal en la época de la fundación de Cartago. Era el protector de la ciudad, el sol fecundador, el proveedor de salud y el garante del éxito y la felicidad. El Tofet, o la zona sagrada donde se veneraba a Baal Hammón, es el lugar donde se han encontrado huesos de niños y bebés, lo cual dio pie al controvertido asunto del sacrificio infantil. Para quienes estén interesados, existe un interesante apartado sobre el tema en el libro de Richard Miles
Carthage Must Be Destroyed
. El término «Baal» significa «Señor» o «Amo» y se empleaba delante del nombre de varios dioses.
Baal Safón
: el dios cartaginés de la guerra.
birreme
: barco de guerra antiguo que quizá fuera inventado por los fenicios. Constaba de una vela cuadrada y dos grupos de remos a cada lado. Fue utilizado con profusión por los griegos y los romanos.
caetrati (sing. caetratus)
: infantería íbera ligera. Llevaban unas túnicas blancas de manga corta con un ribete carmesí en el cuello, dobladillo y mangas. Su única protección era un casco de tendones o bronce, y una rodela de cuero y mimbre, o lana, llamada
caetra
. Iban armados con espadas
falcata
y puñales. Algunos quizá portaran jabalinas.
caligae
: sandalias gruesas de cuero que llevaban los soldados romanos. Constaban de tres capas resistentes (suela, plantilla y empeine) y parecían una bota que dejaba los dedos al aire. Las correas podían ceñirse para adaptarse a la medida de cada uno. Las docenas de tachones de metal de la suela les proporcionaban un buen agarre y podían cambiarse cuando fuera necesario.
carnyx (pl. carnyxes)
: trompeta de bronce que se sostenía en vertical y coronada con una campana en forma de animal, normalmente un jabalí. La utilizaban muchos pueblos celtas y era omnipresente en la Galia. Producía un sonido temible por sí sola o en combinación con otros instrumentos. Solía representarse en las monedas romanas para denotar la victoria sobre distintas tribus.
Cartago
: la moderna Túnez. Fundada según parece en el año 814 a.C., aunque los restos arqueológicos más antiguos encontrados datan de unos sesenta años antes.
cenaculae (sing. cenacula)
: los penosos apartamentos de varias plantas en los que vivían los plebeyos romanos. Atestados, mal iluminados, calentados únicamente con braseros y de construcción endeble por lo general, las
cenaculae
no tenían ni agua corriente ni sistema de recogida de residuos. Se accedía a los apartamentos mediante escaleras construidas en el exterior del edificio.
Choma
: el cuadrilátero hecho por el hombre situado al sur/sureste de los principales puertos de Cartago. Probablemente se construyera como zona de descarga de barcos, para almacenar mercancía y para que funcionara como cabecera de muelle que protegiera de la fuerza del viento a las embarcaciones que pasaban.
Cisalpina, Galia
: la zona norte de la actual Italia, que comprende la llanura del Po y los límites montañosos de los Alpes a los Apeninos. En el siglo III a.C. no pertenecía a la República.
cónsul
: uno de los dos magistrados elegidos anualmente, nombrados por el pueblo y ratificados por el Senado. Como gobernantes reales de Roma durante doce meses, se encargaban de asuntos civiles y militares y enviaban a los ejércitos de la República a la guerra. Cada uno de ellos podía invalidar al otro y se suponía que ambos debían tener en cuenta los deseos del Senado. Ningún hombre podía servir como cónsul en más de una ocasión.
Consejo de Sabios
: el sistema político cartaginés resulta muy confuso debido al gran número de órganos de gobierno. Sin embargo, el Consejo de Sabios era uno de los más importantes. Lo componían algunos de los hombres más prominentes de Cartago y sus ámbitos de actuación incluían el tesoro público y los asuntos extranjeros. Otro órgano de gobierno era el Tribunal de Ciento Cuatro. Estaba compuesto por los miembros de la élite aristocrática y supervisaba la conducta de los funcionarios del gobierno y los líderes militares; además de funcionar como una especie de tribunal superior constitucional.
crucifixión
: en contra de la creencia popular, los romanos no inventaron esta terrible forma de ejecución; de hecho es muy probable que fueran los cartagineses. Su práctica está documentada por vez primera durante las guerras púnicas.
decurión
: oficial de caballería al mando de diez hombres. En los últimos tiempos, el decurión estaba al mando de una
turma
, unidad de unos treinta hombres.
didracma
: moneda de plata que valía dos dracmas, que era una de las principales monedas de la Italia del siglo III a.C. Curiosamente, los romanos no hicieron monedas por iniciativa propia hasta más adelante. El
denarius
, que se convertiría en la moneda principal de la República, no fue introducido hasta el año 211 a.C. aproximadamente.
Escila
: monstruo mítico de doce pies y seis cabezas que habitaba una cueva situada frente a la orilla opuesta del remolino de Caribdis, en el actual estrecho de Mesina.
Esculapio
: hijo de Apolo, dios de la salud y protector de los médicos. Venerado por los cartagineses y también por los romanos.
Eshmún
: dios cartaginés de la salud y el bienestar, cuyo templo era el mayor de Cartago.
estadio
: de la palabra griega
stadion
. Hacía referencia a la distancia que había que recorrer en la carrera a pie original de los Juegos Olímpicos de la Antigüedad de 776 a.C., y eran unos 192 metros de longitud. La palabra «estadio» deriva de ella.
estrígil
: pequeña herramienta de hierro curvado empleada para limpiar la piel después del baño. Primero se aplicaba aceite perfumado y luego se empleaba el estrígil para retirar una mezcla de sudor, suciedad y aceite.