Maestra del Alma (Spanish Edition) (16 page)

30. El plan de la sombra

 

—Bueno Alina por fin se ha animado a dormirse —dijo Mayra cansada—. Ahora empieza a hablar Daesuke. Lórien dijo que tú sabías todo.

De nuevo en sus aposentos, Mayra, Elio y Emir habían encerrado en uno de los extremos más alejados de donde Alina descansaba en una de las hamacas, como si de alguna forma pudiesen intimidar al demonio.

—¿Qué quieres que te cuente?

—Todo

—Tendrás que ser un poco más específica.

—Desde el comienzo del viaje que podrías haber roto la restricción que te habíamos puesto con el collar, ¿no es así?

—Si

—Me di cuenta desde que usabas tu poder para ayudar a que Alina durmiese cuando entramos al bosque. Lo que me intriga es, ¿por qué ahora?

—Mis órdenes era acompañarlos en su viaje y averiguar lo más posible sobre ustedes y sus intenciones. El problema es que realmente detesto a estos insectos, quería demostrarles que no tienen tanto poder como ellos creen, dejarlos en ridículo y vengarme porque me el insecto me llamó perro faldero –dijo rápidamente como intentando convencerse a sí mismo.

—Parecen razones un poco tontas considerando que has puesto en riesgo tu vida.

—Soy una persona muy impulsiva –contestó Dai, sus pupilas rasgadas desenfocadas por un segundo e instintivamente se llevó una de sus manos a la cabeza con una expresión consternada.

—Esta información que estabas recolectando, ¿cuándo se la pensabas dar a la sombra? —preguntó Elio como dándose cuenta de que algo no cerraba

—Se la transmitía en el momento

—Ahí tienen la explicación que faltaba sobre el ataque de Eleutheria –dijo Elio.

—¿Cómo? —preguntó Emir confundido— Nunca te alejaste de nosotros ni vimos que mandaras ningún mensaje y el tiempo no te hubiera dado para hacerlo mientras dormíamos.

—Digamos que mi cabeza es como un túnel hacia la sombra, no necesito más que escucharlos para transmitirle.

—Entonces ahora mismo le estás enviando información —dijo Elio mientras se levantaba de su asiento y alzaba su espada hacia él.

—Tranquilo chico bonito, desde que arruiné los planes de Lorien el otro extremo está cerrado. La sombra no perdona, ahora soy un fugitivo.

—Pero si tú estabas buscando información de un modo tan disimulado, ¿por qué Lorien actuó tan abiertamente? Echó todo a perder siendo tan agresivo, no tiene sentido —preguntó Emir sin entender

—La sombra no estaba contenta con lo que yo había podido descubrir. En especial está muy intrigada en el rol de Alina en su grupo, y francamente yo también lo estoy. No sabe usar el poder y parece haber salido de adentro de una cueva, ¡no conoce nada de nada! Sé que la sombra sabe más de lo que yo sé, pero sigue estando intrigada. Por eso le dijo a Lorién que intentase sonsacarle información, pero tampoco esperaba una actitud tan estúpida de su parte. Creo que Lorién quiso intentar aprovechar la oportunidad para tomar mi lugar como segundo de la sombra si llegaba a tener éxito. Ahora ustedes saben lo que ella quería descubrir y uno de sus más preciados aliados la ha traicionado, les puedo asegurar que no está nada contenta.

Todos se mantuvieron en silencio durante unos minutos sin saber qué decir hasta que por fin Emir, que miraba alternadamente a cada uno de forma nerviosa, rompió el hielo.

—La sombra está intentando matarte como castigo, ahora me inspira aún menos confianza tu presencia...

—Cree lo que quieras pequeña rata, no me importa. Iré con ustedes hasta poco después de los límites del bosque, dado que tenemos un enemigo en común les puedo asegurar que cuantos más seamos mejor y yo puedo resultar bastante útil si nos atacan. Luego los dejaré para que sigan su viajecito tranquilos —propuso Daesuke.

—De ninguna manera —contestó Emir con un chillido.

—Él vendrá con nosotros, no sé si lo que está diciendo es verdad pero sigo manteniendo mi postura —dijo Mayra fríamente haciendo caso omiso del chillido sofocado de Emir y la exasperación de Elio.

Daesuke por su parte parecía completamente ajeno tanto a la reacción de desprecio de los muchachos como a la ciega esperanza de Mayra. De todas maneras, el demonio miró a Emir deliberando sobre algo hasta que finalmente se dirigió a Mayra.

—Me gustaría cruzar unas palabras contigo a solas —dijo

—Por supuesto —contestó la chica con un deje de tristeza

Mayra esperaba estas palabras desde hacía ya unos días, pero sabía que mientras Daesuke estuviese bajo el comando de la sombra no saldría a la luz y ella sola no quería admitirlo. Había pasado horas intentando buscar una solución, pero nada se le venía a la mente y Alina todavía no había aprendido a usar su poder del alma. ¿Qué haría ahora?

 

* * *

 

Se prepararon para partir a primera hora de la mañana. Sin ceremonias, sin formalidades, Gair acompañado de algunos representantes del pueblo faerlinga entraron a la cabaña de los visitantes y entregaron parte de la corteza del árbol madre.

—A pesar de nuestras discrepancias y los problemas ayer en la noche, nuestro pueblo siempre será aliado en la batalla contra la sombra. Lucharemos codo a codo con el resto de nuestros pueblos hermanos —explicó con una seriedad poco característica de su raza—. En nombre de todos los habitantes de Faerl les ofrezco nuestras más sinceras disculpas e imploro su perdón.

Mayra tomó la corteza del árbol pero sin dirigirle una palabra ni hacer contacto visual con él. Alina tampoco dijo nada, todavía se sentía cansada mentalmente como para entablar una discusión y se sentía un poco humillada, así que se mantuvo al margen.

—Si piensan que con esas pocas palabras serán disculpados por una de las personas más tercas de Babia les deseo suerte —comentó Elio.

—Yo tampoco los perdono, su actitud fue imperdonable y exijo saber cuál será el castigo de Lorién. No lo quiero luchando a mi lado —comentó Emir.

—Quédate tranquilo pequeña rata, pues el castigo de los faerlingas es el peor de los cinco pueblos. De aquí en más, nuestro querido traidor será sometido a tortura mental hasta la muerte —contestó Dai.

—Lórien no será un problema futuro —agregó Gair sin mirar al antiguo demonio, se notaba a la legua que su desprecio por él no había disminuido en absoluto.

Ante la falta de cooperación del grupo para entablar conversación, el comité de faerlingas se retiró y permitió que los viajeros terminaran sus preparativos.

A los pocos minutos, la compañía partía hacia el bosque y, a diferencia de cuándo se encontraban en camino hacia Faerl, no fueron usados a modo de diversión por los jóvenes del pueblo del bosque y comenzaron su nuevo viaje tranquilamente y sin problemas.

 

31. Espía

Caminaban en silencio. Incluso Emir, que siempre animaba el andar con su corriente de palabras, había enmudecido. Alina todavía se sentía un poco avergonzada por lo ocurrido, se le crispaba la espalda cada vez que recordaba cómo se había dejado burlar por una cara bonita. Nunca le había pasado pues siempre leía muy bien a las personas, pero Lórien jugaba con la mente y su instinto había sido nublado. Incluso Dai le había advertido que el poder de la mente era algo peligroso y no solo imágenes bonitas en la cabeza... pensándolo bien también le había advertido sobre Lorien durante la fiesta. Miró de reojo al chico, que parecía más cansado de lo usual y caminaba tras ella a paso lento y arrastrando los pies. Lo espero y cuando Dai estuvo a su lado tironeó suavemente la trenza del chico.

—Auch —fue la única respuesta de Dai que parecía que ni siquiera tenía energía para pelear.

Su rostro estaba hinchado por el golpe que había recibido debido al poder del collar aunque finalmente habían logrado que dejara de sangrar luego de varias horas. A su vez, su voz sonaba gangosa pero todos estaban de acuerdo que había sido un milagro que sus dientes no se hubieran caído, aunque su nariz estaba rota y hubo que colocarla nuevamente en su lugar. 

—Gracias —dijo la chica en voz baja.

—¿Por?

—Sabes por qué... no me hubieran encontrado si no hubieses ayudado rompiendo la ilusión de los faerlingas.

—Me hicieron enojar, no tiene nada que ver contigo

—Lo sé, de todas maneras quería agradecerte. Entonces, ahora que eres uno de los nuestros, ¿Me enseñarás a evitar que jueguen con mi mente?

—¿El poder del insecto ha afectado tu cabeza?

—No, lo digo en serio. No quiero que jueguen conmigo de esa forma. Me siguen gustando las ilusiones pero quiero tener la posibilidad de elegir si dejarme llevar por ellas o no.

—Primero, no soy uno de ustedes, soy alguien con su mismo enemigo. Segundo, no soy Maestro. El poder de la mente que tengo está en mi sangre desde que nací, es innato a mí, no sabría cómo enseñarlo. Nunca tuve clases y nadie me enseñó nada.

—De donde vengo hay un dicho que dice "Los enemigos de mis enemigos son mis amigos"... —dijo Alina sonriendo inocentemente y parpadeando más de lo necesario.

—Cállate, no estoy de humor para pelear contigo —fue la respuesta definitiva de Dai, y se alejó un poco de la chica a paso cansado.

Ya encontraría como convencerlo, pensó Alina.

Mayra había dicho que su próximo destino sería el pueblo de las Logias, el último que quedaba, pero ninguno de sus acompañantes tenía el ánimo como para contarle sobre él así que le deparaban sorpresas... si es que todavía podía sorprenderse.

En el momento en que salieron de los límites de Faerl, Alina comenzó a sentir que la estaban espiando. Al principio lo desechó como ansiedad, pero poco a poco la sensación se fue acrecentando. Todavía seguían en el bosque, aunque ya habían salido de los dominios de los faerlingas, y la chica comenzó a estudiar el alrededor intentando encontrar alguna sombra o algún indicio del espía, pero sus esfuerzos fueron en vano. Era reacia a contarle al resto de sus acompañantes sus sospechas, porque el extraño silencio de sus acompañantes la intimidaba. Lejos estaban las risas y palabras amigables que abundaban al principio del viaje, pero cuando la sensación aumentaba a medida que pasaron las horas, tomó una decisión.

—Nos están siguiendo —le susurró al oído.

—¿Estás segura? —preguntó disimuladamente la otra chica.

—Siento a alguien clavando su mirada en nosotros. ¿Qué hacemos?

—Tomemos un descanso —dijo Mayra en voz alta a modo de respuesta.

Emir y Elio la miraron fijamente sospechando que el descanso no era simplemente eso. Dai, sin embargo, se desplomó sobre el piso con un suspiro de satisfacción como si hubiese estado corriendo durante horas.

—¿Qué sucede? —preguntó Elio en voz apenas audible y casi sin mover los labios mientras el grupo se apiñaba lo más cerca posible.

—Alguien nos sigue —respondió Mayra.

—¿Quién? No he visto ni escuchado nada —comentó Emir mirando para todos lados intentando buscar algún indicio del espía.

—¡Puedes parar eso! ¡No queremos que se sepa que sabemos! —le reprochó Elio pegándole en la cabeza con frustración.

—Puedo asegurarles hay alguien ahí. ¿Qué hacemos ahora? —preguntó Alina nerviosa.

—No lo sé, si nos quedamos así por mucho tiempo empezaran a sospechar y de seguro atacarán, y nosotros no podemos atacar antes sin saber cuántos son ni cuáles son sus intenciones —reflexionó Mayra.

—Es uno solo —dijo Dai con dificultad.

—Entonces atacamos —sugirió Elio.

—¡Pero todavía no sabemos qué quieren! No podemos ir atacando a cada persona que se nos cruce —reprochó Mayra.

—¿Y qué sugieres? ¿Quedarnos sin hacer nada hasta que traigan refuerzos? ¿Estamos seguros que el demonio no nos traicionará? —contestó Emir.

—Podría tratarse de algún faerlinga que nos está acompañando un poco más de lo usual —sugirió Elio.

—No, la sensación comenzó LUEGO de dejado atrás Faerl.

—Cállense.... no los soporto más, necesito dormir así que terminemos esto de una vez —anunció Dai cansadamente mientras se desplomaba en el suelo y cerraba sus ojos.

El resto lo miró desconcertado hasta que sintieron la ya sacudida del ambiente, no tan fuerte como la de la noche anterior, pero si lo suficiente como para entender lo que estaba sucediendo. Un grito desgarrador y lastimero surgió desde las sombras de los árboles, y Elio, con la espada desenvainada en alto, se apresuró a acudir a la fuente. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, relajó sus músculos y descansó la espada mientras buscaba con la mirada al resto de sus acompañantes.

—Ehhhh.... tienen que ver esto —dijo un poco desconcertado.

32. Hikaru

 

Excepto Dai, todos fueron hacia Elio un poco nerviosos y en guardia. Abrazándose las piernas y gritando de sufrimiento una pequeña figura que no podía pertenecer a nadie más que a un niño se acurrucaba detrás de un gran árbol. Estaba cubierto por una pesada túnica con capucha de color violeta oscuro, usaba guantes y botas largas de cuero negro tal que no se podía distinguir ni si quiera un milímetro de su piel. Incluso la capucha que cubría su cabeza contaba con una tela de tul cosida que impedía ver el rostro de la figura.

—Dai, ¡ya es suficiente! ¡Basta! —gritó Mayra.

—No podré mantenerlo en línea de nuevo, ¿seguro que no quieren sacarle información antes? —preguntó el chico haciendo caso omiso a los gritos del niño.

—Ya déjalo —insistió Mayra.

El niño dejó de gritar en cuanto Dai dejó de usar su poder de la mente, pero seguía sollozando desconsoladamente.

—¿Te encuentras bien? —preguntó cuidadosamente Elio.

En lugar de tranquilizar al niño, esas palabras parecieron surtir el efecto opuesto en él. Dejó de sollozar y se abrazó el cuerpo con más fuerza queriendo esconderse de todos los que los rodeaban.

—¡No me miren! ¡No me miren! ¡Cierren los ojos rápido! ¡Váyanse! —gritó frenéticamente mientras intentaba escurrirse detrás del árbol sin dejar de abrazarse las manos.

—Calma, ten calma, no podemos verte, estas totalmente cubierto —dijo con voz tranquilizadora Mayra.

—¡No! ¡No lo sabes! Cierren los ojos y déjenme ir —insistió el niño

—Bien hecho Dai, ha perdido la cordura —reprochó Emir

—Si hubiese sido algún agente de la sombra me hubieran tratado como un héroe.

—Dejen de discutir ustedes dos, necesitamos calmarlo, quizá pueda preparar un sedante.... pero eso llevaría tiempo.... pero tampoco sabemos quién es así que no podemos cerrar los ojos... —comenzó a pensar en voz alta Emir

—¿Alguien me puede explicar qué ocurre? —se atrevió a preguntar Alina sin obtener respuesta.

La chica se acercó al niño encapuchado y cautelosamente acarició su cabeza, pero solo provocó un mayor estremecimiento en él.

—No sé por qué tienes tanto miedo, pero no puedes hacernos daño... es todo culpa de Dai que puso alguna visión fea en tu cabeza. Déjame ver tu rostro —dijo llevando sus manos a la costura del tul con la capucha para separar ambos.

—¡¡¡¡NO!!!! —gritaron todos al unísono incluyendo el niño, mientras Elio la tomaba fuertemente del brazo y la apartaba de un tirón que le dejó magullones.

—¿Qué? ¿Qué tiene de malo? —preguntó.

—Luego te explico —suspiró Mayra.

—Luego.... ¡ah! Ya sé —dijo Emir corriendo graciosamente a las mochilas y quitando los sacos de cada una de ellas—. Unamos los sacos alrededor de estos árboles con él dentro para que pueda revisar su vestimenta y quedarse tranquilo que está entera y sin agujeros —propuso Emir excitadamente—. El problema es que tenemos que unirlas perfectamente para que no queden rendijas.... habría que unir las hebras a los troncos y entre ellas... .—continuó.

—Yo me encargo de eso —interrumpió Mayra mientras se agachaba hacia el niño—¿Escuchaste? Formaremos una carpa a tu alrededor con los sacos para que puedas revisar tu vestimenta —explicó.

—Sí —contestó simplemente el encapuchado.

Elio y Alina comenzaron a unir las mantas entre sí y con los tres troncos que formaban un triángulo alrededor del niño mientras Mayra se encargaba de unirlos para formar una carpa y Emir, su excitación esfumada, miraba con detenimiento cada movimiento y daba órdenes. Cuando todo estuvo pronto se alejaron un poco para ser precavidos y se lo anunciaron al niño, cuya primera acción fue tantear la carpa en busca de rendijas o agujeros. Luego, durante unos minutos se sintió movimiento dentro y finalmente un tímido "
Listo
"

Con un movimiento de su espada, Elio cortó una de las uniones entre una manta y uno de los troncos dejando a la vista al niño de pie mirando el piso. Alina no podía ver su rostro, pero de alguna manera le pareció que el niño estaba avergonzado y sintió un poco de compasión.

—Ahora que ya te has calmado, ¿puedes por favor explicarnos quién eres y por qué nos estabas siguiendo? —preguntó Mayra.

—Ya has visto el poder de la mente del ex Demonio Dai, así que ni siquiera consideres mentirnos —dijo Elio haciendo caso omiso a la mirada entre divertida y exasperada de Dai.

Al mencionar al muchacho, el niño se puso temeroso de una nueva represalia del Maestro de la mente y entre tartamudeos logró decir:

—Mm..mi nombre es Hi.. Hikaru, vengo de las Logias.

—Eso es evidente. Nos estás siguiendo por... —presionó Emir.

—Quería conocer a la iluminada... —explicó tímidamente Hikaru jugando con sus manos de forma nerviosa.

—Creo que si seguimos así esto nos va a llevar toda la tarde... —se lamentó Elio—Tienes cinco minutos para explicarnos qué quieres antes de que te haga un tajo desde la garganta a la entrepierna —amenazó Elio.

—En realidad, si lo hieres con tu espada cortaras su ropa y sangrará y probablemente todos muramos antes de ver la primera gota así que por favor controla tu carácter. No se tu pero no pretendo morir por tu impaciencia —protestó rápidamente Emir.

—Cállense los dos y dejen que se explique —dijo Mayra golpeando levemente la nuca de ambos como castigo lo que provocó una risa en el niño.

—¿Tú de qué te ríes? No estás en posición para reírte —recriminó Elio, pero dejando escapar una sonrisa.

—En realidad es una historia no muy larga —comenzó a explicar Hikaru tomando confianza —Hace unos meses formulé una teoría... sobre la maldición… pero por supuesto el líder de la logia de la razón y todos mis Maestros y compañeros la menospreciaron y se burlaron. Pasó algo parecido con el líder de la logia de la fe, pero en lugar de reírse me pidió que no le hiciese perder el tiempo. Solicité una audiencia con la iluminada cuando pasara por nuestro pueblo, pero me fue denegada como era de esperar, por eso decidí venir y encontrarlos antes de que llegaran al pueblo, para tener mi audiencia.

—¿Cómo sabías donde encontrarnos? —preguntó Mayra

Por un momento, Hikaru mantuvo silencio, pero cuando notó que la atmósfera se cargaba de sospecha comenzó a hablar nuevamente.

—Espié al director mientras conversaba con alguien de Gael que le decía que vendrían para aquí desde los bosques de Faerl en estos días... este era el camino más directo —admitió Hikaru.

—¿Qué tiene que ver tu teoría con Mayra? Realmente quiero escucharla, aunque sean disparates de niño. No me gusta la idea de los sacerdotes de las Logias y nadie ha tenido una buena idea en siglos. Cuéntame, ¿qué piensas? ¿Y en dónde encaja Mayra en todo esto? —preguntó Emir excitado.

—Bueno, como saben, la iluminada es un ser creado por energía positiva mientras que la sombra es creada por energía negativa. Ambas son grandes acumulaciones de energía, tanto que cuando ambas se juntan se destruye todo lo que hay a su alrededor, algo parecido a lo que pasa con los logianos. Nosotros destruimos toda la vida que nos rodea si alguien ve siquiera una mínima porción de nuestro cuerpo. En mi opinión, nuestra energía, la de la sombra y la de la iluminada están relacionadas. En los tres casos, se encuentra tan concentrada dentro de los seres que cuando emerge sin control destruye todo a su paso. Ahora, el único punto en al que no puedo encontrar solución es el tipo de energía que llevamos los logianos. En nosotros usualmente hay un balance entre la energía positiva y la negativa, evitando esos estallidos de destrucción, cosa que claramente nosotros no tenemos. Tampoco puede que sea positiva o negativa, pues esos tipos están concentrados en la iluminada y en la sombra. La única respuesta posible es que existe algún tercer tipo base de energía, desconocido, al cual le falta el balance clave para controlarlo. Es por eso que quiero acompañarlos, para estudiar el tema un poco más.

Por un momento reinó un silencio pensativo, hasta que Emir se encargó de romperlo.

—Es una buena idea no voy a negarlo, ¿pero estás al tanto del terreno en el cuál te estás adentrando? Nadie sabe exactamente cómo funciona la energía que se manifiesta en la sombra y en la iluminada. Hay teorías recientes sobre de dónde proviene esa energía que pocos están al tanto... pero una nueva fuente de energía no encaja dentro de ellas. Eres muy joven y estoy seguro que tienes buenas intenciones pero...

—Has dicho lo mismo que los vejestorios de mi ciudad... con palabras más bonitas. Pero realmente estoy seguro que estoy tras la pista de algo, solo necesito una oportunidad para probarlo. Por favor, déjenme acompañarlos —imploró Hikaru moviéndose incómodamente mientras ladeaba su rostro hacia donde se encontraba Mayra.

—Será un estorbo, es un crío —dijo Elio como si el niño no estuviera allí.

—Soy muy bueno con el poder curativo, uno de los mejores de mi clase. Estoy seguro que pueden hacer uso de mis servicios —apresuró a decir Hikaru atropelladamente.

—Se cansará y nos enlentecerá... y ya tenemos a una persona que no puede defenderse —siguió diciendo Elio señalando sin vergüenza a Alina.

—He estudiado mucho sobre la iluminada y la sombra debido a mi teoría. Puedo ayudarlos a encontrar algún punto débil o una forma de manejar el poder de la iluminada para superar al de la sombra.

Esas fueron las palabras que convencieron a Elio por supuesto, pero como no quería admitirlo simplemente quedó en silencio.

—Está bien, puedes acompañarnos, pero entrenarás con Elio y Alina para poder defenderte tú mismo —concluyó Mayra ignorando la mirada de descontento de Elio.

—¡¿Entrenar?! –preguntó Alina– Esto es nuevo.

—Entrenarás a aprender a usar una espada

—Se terminó la beca de inutilidad, por lo que veo

Alina no supo bien qué era lo que hacía a la pequeña figura encapuchada tan expresiva si todo su cuerpo se encontraba cubierto y, en especial, no podía ver sus ojos, pero pareció como si el niño brillara de alegría mientras agradecía excitado a Mayra.

—Genial, un inútil más al grupo —fue lo único que dijo Dai despertándose de una pequeña siesta.

—Bueno, retomemos la marcha a ver si podemos llegar a las Logias antes de mañana en la noche —sugirió Emir yendo hacia el camino.

Alina no dijo nada, aun pensando en la teoría del niño. ¿Qué otro tipo de energía proveniente de su mundo podría manifestarse en este?

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