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Authors: Maurice Nicoll

Tags: #Autoayuda, #Esoterismo, #Psicología

Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky Volumen II (73 page)

BOOK: Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky Volumen II
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En todo ello verá la gran diferencia que hay entre vivir mecánicamente y vivir la vida más conscientemente. Todos sufrimos de nuestro nivel de Ser. Hemos de comprender que nosotros mismos tenemos que hacer algo, cada uno de nosotros. La manera mecánica en que entendemos todo caracteriza nuestro nivel de Ser. Es preciso tomar las cosas diferentemente y el Trabajo nos muestra de qué modo hemos de empezar a hacerlo. Y aun cuando una persona se ha comportado mal, aun cuando se haya entregado a las emociones negativas y aun a peores experiencias, aun cuando haya reaccionado mecánicamente, puede retroceder y discernir en qué lugar se dejó dominar por el sueño y de algún modo corregirlo, y recordar que la próxima vez tiene que vivir más conscientemente, porque todo el Trabajo apunta al vivir más conscientemente en la vida mecánica.

Quaremead, Ugley, 7 de julio, 1945
Sobre comenzar a vivir más conscientemente

Cada uno de ustedes está bajo la Ley del Péndulo. Cada uno se siente bien y luego mal, se siente feliz y luego afligido. Cada uno siente afecto y agrado y luego siente lo opuesto —desagrado— y este curioso opuesto al efecto para el cual no hay ninguna palabra. Todo ello es vida mecánica. Todo ello es vivir mecánicamente. Todo ello es vivir en la oscilación del Péndulo de la vida, y mientras lo siga haciendo lo que gana de un lado lo perderá del otro y así permanecerá siempre en el mismo nivel de Ser. En este momento ama, en el próximo aborrece; en este momento se siente entusiasta; en el próximo, se siente desalentado; en este momento cree ser una persona cabal y en el próximo siente que no lo es. Esta es la Ley del Péndulo que oscila de un lado para el otro. De un modo u otro no deberíamos estar tan sometidos a esta inevitable Ley del Péndulo que es la causa del flujo y reflujo de las mareas, que hace que al invierno siga el verano, al verano el invierno, y que en el caso de nuestro corazón hace que se expanda y se contraiga. La Ley del Péndulo está muy bien ilustrada por la acción del corazón. El corazón tiene dos fases llamadas diástole y sístole. La diástole del corazón es cuando recibe la sangre, la sístole del corazón es cuando se contrae e impulsa la sangre hacia el cuerpo. La idea del Péndulo tal como la ilustra la acción del corazón es muy interesante porque cuando el corazón es pasivo y recibe la sangre está en un lado del Péndulo, acepta lo que le viene, y luego, en cierto momento, cambia de ritmo y se vuelve activo e impulsa fuera de sí lo que ha recibido, y de este modo nutre todo el cuerpo. Diástole se relaciona con un verbo griego que significa poner en orden, arreglar, disponer. Esto significa que cuando el corazón no hace nada sino que recibe la sangre tal como es, por así decirlo, arregla, pone en orden, deja todo dispuesto para la próxima fase llamada contracción o sístole. Sístole significa, en griego, unir lo que ha sido recibido e impulsarlo hacia fuera, tal como ocurre en la contracción del corazón que impulsa hacia el cuerpo la sangre que ha recibido. He pensado a menudo que ésta es una excelente forma de concebir lo que significa el Péndulo en un sentido práctico. Tenemos a veces momentos de expansión y otras veces momentos de contracción. Tenemos momentos en que las cosas andan bien y momentos en que las cosas andan mal. El Péndulo de nuestra psicología, de nuestras emociones, de nuestros sentimientos generales, oscila de un lado para el otro. Pero cuando la oscilación del Péndulo vuelve a su lugar de partida ésta es de seguro una fase en que las cosas se ordenan, en que uno se examina a sí mismo, en que uno pone las cosas en su correcto orden y se prepara antes que se produzca el próximo movimiento. No se puede esperar ser siempre el mismo. Empero, cuántas personas están desengañadas cuando, después de haber sentido alguna cosa, hallan que por el momento ya no la sienten más. Entonces se querellan. En otras palabras, la oscilación negativa del Péndulo es para la mayoría de las personas simplemente un vacío. Pero no tendría que ser un vacío. Tendría que ser una fase habitada por la conciencia en que uno se recoge a sí mismo otra vez y reflexiona, y no cree necesariamente que todo ha terminado, que todo ha llegado a su fin.

Ahora bien, si se puede ocupar con la conciencia ambos lados de la oscilación del Péndulo en cada centro, en cada parte de un centro, ya nuestra vida no nos disgustará más, no será más una mera función de la oscilación del péndulo. Se aprende a ver las cosas desde dos puntos de vista. Se aprende a considerarse uno mismo desde dos puntos de vista y en especial se aprende a considerar a las otras gentes de la misma manera. En lugar de sentirse disgustado o desengañado o aburrido, se empieza a ocupar ese país incivilizado de uno mismo, esa comarca bárbara, con pensamientos más conscientes, con la memoria y luego se retoma a la oscilación del péndulo habiendo preparado algo, y una vez más vuelve a entrar en la vida sin estar deprimido y sentirse desesperanzado. Todo lo que digo esta noche tiene que ver con el examen de ambos lados, el oscuro y el brillante, conjuntamente, por medio de la memoria consciente, por medio del trabajo, y tan sólo mediante el trabajo es posible recordar ambos lados del Péndulo y así pasar gradual y psicológicamente a la parte media del Péndulo donde está todo lo que buscamos en el Trabajo. Corresponde esto a un circulo cerrado, a ser capaz de dar la vuelta al círculo de la vida para que éste no sea más un movimiento pendular sino un movimiento circular que no está gobernado por los opuestos. (Ya les he dicho que el movimiento del Péndulo, es realmente un movimiento circular visto en dos dimensiones. Traten de hallar un ejemplo en la práctica.) Ahora bien, cuando se gira en torno del círculo de toda experiencia se incluye el lado oscuro de uno mismo en la propia conciencia y no se ven más contradicciones como las que presenta la visión pendular de la vida. Esto significa un acrecentamiento de conciencia. Esto significa que ya no se ve más que el verano y el invierno son opuestos sino que están en un círculo, un ritmo que es necesario. Las gentes que viven demasiado en los opuestos, las gentes que siempre están discutiendo si esto es justo o aquello es justo —tal como lo vemos obviamente hoy— están en la ilusión del Péndulo.

Les citaré un dicho muy antiguo sobre este particular. Mientras permanezcan sobre una rígida base de lo justo y lo injusto no podrán realizar este círculo psicológico en si mismos como, por ejemplo, en el Eneagrama sobre el cual hace ya tiempo que no hablamos. La cita pertenece a los escritos de Kwang-ze. Dice: "Todos los temas pueden contemplarse desde dos puntos de vista, desde éste y desde aquél... Pero esta opinión, involucra al mismo tiempo un justo y un injusto. Las dos opiniones no han hallado su punto de correspondencia que es llamado el punto fundamental del Tao. Tan pronto como se halla ese punto fundamental, que está en el centro del anillo (o pensamiento) es posible responder sin término a las cambiantes opiniones, ya sea a aquellas que afirman como a las que niegan. Por tanto digo: "Nada hay como la propia luz (de la mente)".

Esta cosa llamada el Tao es en realidad el Trabajo. Es una reconciliación de los opuestos en uno mismo, es decir, la obtención de un nivel en el que los opuestos ya no lo controlan a uno. Es llamado el Tao en el antiguo esoterismo chino. Es un Camino. Tao significa un Camino o un Camino armonizante. Por ejemplo, en determinado momento una persona se cree buena y en el próximo momento se cree mala, y si dicha persona se observa críticamente se verá siempre en este dilema, en este doble sentimiento.

Ahora bien, citaré un escrito posterior sobre el mismo tema. Según lo que refiere Platón, Sócrates dice a sus alumnos que en una oportunidad fue a ver a una mujer sabia, la profetisa Diotima, y le hizo una pregunta sobre el amor. Dijo a la mujer que el Amor era una poderosa y bella deidad, pero Diotima replicó que no era bella ni buena. "Pues, ¿entonces el Amor es feo y malvado?" adujo, pero Diotima le contestó: "¿Crees que todo lo que no es bello ha de ser por necesidad feo?" "Por cierto", dijo Sócrates. Verán aquí que Sócrates estaba pensando en los opuestos, esto es, estaba pensando de la manera común en que todos pensamos, que si una cosa no es bella ha de ser fea y si una cosa no es buena ha de ser mala. La conversación prosigue. Diotima pregunta a Sócrates: "¿Crees que todo lo que no es sabio es ignorante? ¿No percibes que entre la ignorancia y la sabiduría hay algo?" "¿Qué es lo que hay?" dijo Sócrates. "Tener una opinión justa o conjetura", fue la respuesta, "una opinión justa es algo entre la comprensión y la ignorancia". Sócrates admitió la verdad de esto y Diotima luego prosiguió: "No digas pues que lo que no es bello es por necesidad deforme, ni lo que no es bueno es por necesidad malo, ni tampoco, ya que has confesado que el Amor no es ni bello ni bueno, infieras, por tanto, que es deforme o malvado, sino más bien una cosa intermedia".

Si estamos en el Péndulo todo pensamiento y sentimiento está en los opuestos. Si un hombre no está de acuerdo con sus opiniones políticas, para usted es un hombre odioso. Si un hombre no simpatiza con usted, le tiene antipatía. Esta es la Ley del Péndulo que se evidencia en todos nosotros en nuestro actual estado de Ser y Conocimiento. Es así como el mundo de guerra y lucha prosigue por las gentes que no están de acuerdo las unas con las otras con arreglo a la Ley del Péndulo. En este Trabajo nos proponemos encontrar la manera de conciliar estos opuestos y de no estar en todo momento en la oscilación del Péndulo, porque ya han de saber todos que al estar en la oscilación del Péndulo y al atenerse a pareceres opuestos nada llega a conciliarse, ninguna armonía puede producirse, y nuestra propia vida y la vida de la humanidad seguirán siendo lo que siempre fueron. Lo derribo y luego usted me derriba. Un lado produce el otro. El opuesto con el cual uno se identifica hace instantáneamente que la gente se atenga a la opinión opuesta. Me parece tan importante que todos se den cuenta de ello, y en especial en lo que respecta a ustedes mismos porque sus propias opiniones están en esos opuestos y están gobernadas sobre todo por la Falsa Personalidad. Todos ustedes hacen muchas cosas que no aceptan, que no incluyen en el sentido general de sí mismos, y así oscilan todo el tiempo y carecen de punto central, de individualidad. Es por eso por lo cual el Trabajo nos enseña a observarnos imparcialmente porque solamente observándonos a nosotros mismos imparcialmente podemos dar la vuelta al círculo entero de nuestro Ser, de lo que realmente somos, y esto destruirá completamente a la Falsa Personalidad. Destruirá todas las ideas fantasiosas, todo el orgullo, toda la vanidad, en una persona. Ya no será más la misma persona que imaginaba ser, porque la imaginación miente siempre. Pero, como dije en un reciente comentario, esto es imposible a no ser que lo sostenga la fuerza del Trabajo, quiero decir, que esta comprensión de ambos lados del Péndulo en sí mismo no será posible a menos que tenga un muy fuerte sentido de algo que lo detiene y le hace aceptar esos opuestos, y le permite lograr un sentido enteramente nuevo de lo que es. Recuerde que su vida privada es muy diferente de su vida pública y advierta también que siempre es parcial a este respecto y no la incluye en la estimación de sí mismo. Pero su persona entera debe ser incluida en su conciencia de sí porque, a no ser que la conciencia se expanda en su Ser total no tendrá un verdadero conocimiento de sí mismo y siempre estará fingiendo, siempre estará bajo la influencia de un pequeño "Yo" momentáneo. Al incluir eventualmente a todos los "Yoes" en su sentimiento de sí mismo, la Falsa Personalidad se disolverá en algo muy nuevo y, de hecho, muy maravilloso. Es sabido cómo el fariseo que está en usted finge tanto y le da un falso sentido de sí mismo. Qué molesto es el fariseo que está en uno mismo. Qué maravilloso es poder verlo. ¿Qué es el fariseo que está en usted mismo? El Trabajo lo llama Falsa Personalidad, y es donde usted cree tener razón, donde se siente mejor que los otros. El fariseo en usted es todo su fingimiento y su Falsa Personalidad. ¿Por qué las relaciones humanas son tan difíciles? O. dijo una vez: "Son tan difíciles porque dos personas enteramente inventadas, dos personas enteramente fingidas, tratan de unirse". Y en otra ocasión dijo que nada en la vida era lo que pretendía ser. Si tiene algún discernimiento interior, alguna sinceridad, esta observación no lo sorprenderá. Ya conocerá la verdad de dicha observación. Y aquí presentaré otra vez la idea de lo que el Buen Dueño de Casa es llamado en el Trabajo. Es un hombre que hace lo que tiene que hacer en la vida por su sentido de deber. No cree en la vida ni tampoco cree que lo lleve a alguna parte.

Ahora bien, en el aspecto psicológico práctico les hablaré esta noche de la objeción. Recientemente se hizo una muy buena pregunta acerca de si la antipatía y la objeción eran la misma cosa. Pero el Trabajo enseña que hay que poner fin a las objeciones. Se puede tener antipatía a una persona pero no hay necesidad de hacerle cargos a dicha persona. Recuerdo que me ordenaron limpiar una pocilga de un puerco de 6 años y por cierto no me causó ninguna gracia. El hedor era espantoso. Advertí una cosa interesante: a condición de no poner reparos a mi tarea no tenía ganas de vomitar. La tarea me disgustaba pero no le oponía objeción alguna. Noté entonces la diferencia entre objetar y desagradar. Ahora bien, muchas personas objetan todo. ¿Cuál es el resultado? ¿Aumentan la Segunda Fuerza, esto es, la fuerza de resistencia? ¿Será su vida más fácil o más difícil si objetan a todo? Sí, si objetan a todo su vida será cada vez más difícil. Ponen reparos al té, al café, a levantarse, a la gente que conocen, al estado del mundo, al estado del tiempo, al gobierno, a sus padres, etc. Verán en seguida que objetar es una forma de consideración interior, es decir, hacer cuentas interiores. Las gentes con fantasías descabelladas, las gentes que viven en sueños en los que bellas personas las visitan y les dicen que son príncipes y princesas, las gentes que se imaginan que nunca deberían estar en las viles circunstancias en que están, que nunca deberían haberse casado con la gente con quienes se casaron, que nunca deberían vivir en las casas donde viven, o tener las rentas que tienen, todas esas personas inevitablemente descontentas siempre objetan a todo, siempre están haciendo cuentas interiores, y todas las cuentas internas, toda la consideración interna de este tipo, las hace que encuentren todo mal y que se sientan continuamente desdichadas hasta tal punto que, aun cuando se casen con gentes diferentes o tengan casas más amplias o rentas más cuantiosas, siempre objetarán por hábito a las mismas cosas. Desde el punto de vista del Trabajo tales gentes son completamente inútiles a menos que se examinen a si mismas, se observen a sí mismas y vean que a quienes deben culpar es a ellas mismas.

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