Authors: Leandro Palencia
Según Patrick McGilligan en
George Cukor. Una doble vida
(2001) con su hablar obsceno y sus chistes verdes le gustaba reírse en privado de las debilidades de los homosexuales. Con el lenguaje de la época se refería a ellos como «ellas», «chicas» o «maricones». Con los amigos que se sentía más cómodo era con los «distinguidos», es decir, los homosexuales discretos. Entre ellos se encontraban James Vincent (director de diálogo), Rowland Leigh —guionista de varios
Tarzanes
o
La carga de la brigada ligera
(Michael Curtiz, 1936)— y los actores John Darrow, Tom Douglas y Andy Lawler. Con estos tres últimos, más William Haines, se rumorea que Cukor tuvo relaciones sexuales. Según sus amigos sólo había dos cosas que le agradaran, el sexo y su trabajo. Su actividad sexual con jovencitos era voraz, usualmente pagadas, sin vínculos emocionales. A menudo les hacía aparecer en sus películas. Los buscaba en las pruebas de pantalla o en expediciones a la playa, especialmente Long Beach. En una de esas incursiones mientras rodaba
Margarita Gau-tier
—(1936) con Garbo, producida por David Lewis y guión de la lesbiana Zoe Akins-Cukor fue arrestado junto a Haines bajo la acusación de vicio tras ser perseguidos por una muchedumbre enfurecida que les lanzaba verduras porque presuntamente se habían insinuado a un adolescente. El suceso no transcendió del más alto nivel ejecutivo de Metro Goldwyn Mayer, lo que habría destruido su carrera. El estudio se encargó de eliminar las huellas de su detención y le recomendó que fuera más prudente con sus actividades sexuales. Como Cukor tenía fama de ser torpe en los contactos le acompañaba su grupo, que le aprovisionaba de parejas sexuales. Le gustaban los hombres "masculinos": altos, musculosos, con hombros anchos y caras bien esculpidas, preferiblemente de uniforme, marineros jóvenes a quienes sus amigos llamaban en broma "marisco". Por ejemplo, Lawler le pasaba planes o ligues suyos que luego Cukor una semana después, acaso un mes, cedía a cualquier otro miembro del grupo. El montador Bob Steiter, uno de los buscones más legendarios de Hollywood, Cliffton Webb o Irving Rapper se convirtieron pronto en integrantes del círculo. A partir de los años cuarenta se reunían los domingos en casa de Cukor dejando atrás la vida nocturna y la caza de hombres practicada en la década anterior. En ese círculo había varios aficionados a la pornografía masculina por lo que en algunas ocasiones las fiestas podían contar con un surtido de modelos porno para darlas más animación.
Tras la Segunda Guerra Mundial hubo cierta rivalidad entre el círculo de Cukor y otra camarilla de homosexuales que también celebraban sus reuniones los domingos en el hogar de Cole Porter. Se consideraba a ambos las "Reinas" rivales de Hollywood, compitiendo por conseguir apuestos soldados y marineros. En 1951 Cukor comenzó la costumbre de pasar largas temporadas anuales en Europa —en Niza Somerset Maugham y Cukor persiguieron marineros-, acompañándole durante diez años el ex marine Robert Wheaton. A éste le conocía desde 1946 y sabía cómo ligar. Los años cincuenta fueron el apogeo de las fiestas junto a la piscina, volviéndose legendarias. Llenas de chaperos, gente de paso y aspirantes a actores junto con invitados sofisticados como artistas o escritores tipo Maugham, Noel Coward, Tennessee Williams, George Hoyningen-Heune, etc. A inicios de los sesenta los domingos son cosa del pasado. Desde ese momento el apuesto y musculoso joven George Towers se convierte en el hombre más importante en la vida de Cukor, el único con el que tiene una dependencia emocional y psicológica. Viven juntos, Cukor le paga los estudios de derecho y le consigue trabajo. Towers se despide siempre de Cukor con un beso y un abrazo. En 1967 se casó con la aprobación de su mentor y acabó heredando su fortuna.
Cukor nunca trató temas homosexuales en sus películas y ejemplos de sus deseos sexuales u homoerotismo son raros pero se pueden apreciar subtextos
queer.
A parte de
La gran aventura de Silvia
(1935) está el "gay" Mr. Ernest (Tyrell Davis), un instructor de danza en
Our Betters
—1933 (basada en una obra de Maugham)— que dice «Oh, que espectáculo exquisito, ¡dos mujeres con título besándose la una a la otra!». En la cinta, ambas compartían a un joven y ello se puede leer como dos viejos gays que hacen lo propio con otro joven. En
Una hora contigo
(codirigida con Lubitsch en 1932, aunque éste le quitó de los créditos) un hombre va disfrazado del Renacimiento a una fiesta de etiqueta porque su ayudante le engañó porque «Ah,
monsieur,
tenía tantas ganas de verle en leotardos». El decadente Kip (David Wayne) de
La costilla de Adán
(1949) puede ser entendido como gay y en ella también puede oírse un discurso feminista de Hepburn. O en
Ricas y famosas
(1981), donde rueda las escenas de sexo de Jacqueline Bisset como si ella fuera un gay, recreándose ésta en cómo se desnuda un jovencito (Matt Lattanzi). Igualmente, Cukor muestra con erotismo a actores como Joel McCrea, Cary Grant, Aldo Ray o Michael York.
Cukor manifestó un temprano interés por el teatro llegando a ser director de escena en Broadway. En 1929 emigra a Hollywood para trabajar como entrenador de diálogos, hasta que en 1930 codirige su primera película,
Grumpy.
Su primera película solo (la cuarta) fue
Honor mancillado
(1931), con Tallulah Bankhead en su debut en el sonoro. Por 1933 está firmemente establecido en la industria. Tuvo que abandonar
El mago de Oz —
Víctor Fleming, 1939 (Cukor se encargó de las pruebas de Garland, supervisó la preparación de la cinta e incluso rodó durante dos días)— para hacerse cargo de
Lo que el viento se llevó
(Fleming, 1939). Pero a las dos semanas y media del rodaje es sustituido cuando Clark Gable estalla «¡A mí no me dirige un marica! ¡Yo tengo que trabajar con un hombre de verdad!». Algunos especulan que Gable estaba temeroso de que Cukor divulgara su relación con Haines, aunque el director jamás respondió si esa fue la verdadera razón del despido.
Vivien Leigh y Olivia de Havilland continuaron siendo entrenadas en secreto por él. En
Mujeres
(1939), donde no aparece ningún personaje masculino, se dice «Sabes que lo único bueno del divorcio es que te permite dormir hasta con tu madre». Le ofrecen dirigir
La gata sobre el tejado de zinc
(Richard Brooks, 1958), pero la rechaza porque habían eliminado el tema gay. A mitad del rodaje de
Something's Got to Give
Monroe se suicida. Algunas escenas reconstruían la casa de Cukor en Beverly Hills, incluida la piscina, donde se rodaron las famosas escenas en las que ella aparecía desnuda.
En
Mi bella dama
(1964) tiene muy malas relaciones con el prestigioso y exquisito decorador Cecil Beaton. La cinta, que no se basa en la obra original de George Bernard Shaw sino en la película de Anthony Asquith y Leslie Howard
Pygmalion
(1938), le consigue su único Oscar como director. La esposa de Samuel Goldwyn, Frances Howard, está enterrada a su lado porque aunque no fue un amor correspondido ella estuvo enamorada de él.
10 de noviembre de 1945 en Liverpool
Nace en el seno de una familia de obreros católicos siendo el benjamín de diez hermanos. Con 15 años comienza a trabajar como oficinista, frente al famoso Cavern Club de Liverpool, donde actuaron los primerizos
The Beatles,
local que Davies nunca pisó. En esa época se une al Club de Escritores de Liverpool y colabora como actor en grupos teatrales locales. En 1972 ingresa en la Escuela de Arte Dramático de Conventry y escribe su primer guión, el cortometraje
Children
(1976), primera parte de la que sería conocida como
La trilogía de Terence Davies
(1984). La completan
Madonna and Child
(1980) y
Death and Transfiguration
(1983). La trilogía tiene una fuerte carga autobiográfica, crónica de Robert Tucker quien intenta lidiar con su educación religiosa y su homosexualidad mientras cuida de su madre enferma. La plasmación de gays, jóvenes y adultos, a rebosar de sufrimiento, poco tiene que ver con los estereotipos de las imágenes positivas. Davies vivía su homosexualidad como una maldición. «La detestaba. Arruinó mi vida, sólo quería ser normal y corriente». Actualmente, Davies se considera un gay célibe y ha renunciado al "sueño" de tener novio y una vida gay doméstica. Declaró que la trilogía sólo «ha sido vista por tres personas y un perro» pero lo cierto es que se exhibió con enorme éxito en festivales de todo el mundo y se considera el mayor esfuerzo artístico del género etiquetado "gay como marginado". De entonces le viene la fama de rodar las películas más tristes de la historia del cine, llegándose a decir que «Hacen que Ingmar Bergman parezca Jerry Lewis». En 1984 publicó la novela "Hallelujah Now", que, como su obra anterior, trataba de la culpa religiosa y sexual.
Voces distantes
(1988) es su primer largometra-je y le establece como cineasta relevante. Cuenta de nuevo su propia historia, cómo su familia estaba dominada por un padre tiránico y violento que les ofreció su corazón como mejor supo, a golpes. La fotografía que cuelga en la pared del comedor es la del propio padre de Davies y, según este, la cinta es «un homenaje a mi madre y a mi familia». Una película contra la sociedad falocéntrica. Su padre murió contando él ocho años pero «El daño que te hizo cuando eras niño es perdurable. Especialmente la desaparición de tu autoestima. Nunca puedes recuperarla. Yo me siento inferior a la mayoría de los hombres, especialmente si ellos tienen buenos cuerpos y son guapos».
El largo día acaba
(1992) prolonga la anterior y se ambienta en el Liverpool de mediados de los años cincuenta para contar los últimos momentos felices de la infancia de un niño de once años. Ambas obras intentan trasladar mediante imágenes líricas, escenas fragmentarias y elipsis la estructura resonante de la memoria. A Davies se le considera el Marcel Proust del proletariado. Sus planos sostenidos intentan registrar lo extraordinario dentro de lo cotidiano. Su narrativa es vaga aunque las canciones populares de la época tienen una presencia tan destacada que casi son musicales. Davies está fascinado por este género de Hollywood. Con
La Biblia de neón
(1995) abandona definitivamente la carga de sus recuerdos de infancia. Es una adaptación de la novela homónima de John Kennedy Toole. Toole nunca aceptó su homosexualidad, si bien su obra expresa simpatía por los marginados sociales.
La casa de la alegría
(2001) es hasta el momento su última producción. Se basa en la novela de Edith Wharton sobre cómo la belleza y la riqueza pueden ser corrompidas y destruidas. Fue protagonizada por Gillian Anderson, Scully en la teleserie "Expediente X". Sus siguientes proyectos —tiene dos guiones finalizados— no han encontrado aún financiación.
Robert Creel Davis
6 de noviembre de 1949 Tallahassee (EE.UU.) — 8 de septiembre de 1991 en Los Ángeles (EE.UU.)
Tras su muerte los medios de comunicación se refirieron a él como «el primer actor heterosexual que muere de sida». Si bien su bisexualidad era bien conocida en el mundo del espectáculo. En 1985 descubrió que era seropositivo. Asustado porque le impidieran trabajar sólo se lo dijo a su esposa y a algunos amigos. Un médico iba a su casa para atenderle y si Davis tenía que acudir al hospital ingresaba por la noche y firmaba con su verdadero nombre, no el artístico. Según Robert Pela, ante el fracaso del tratamiento cometió suicidio asistido. Al final de su vida había declarado que tenía la enfermedad y denunció a Hollywood y al Gobierno por rechazar e ignorar a sus víctimas: «Hollywood es una industria que da miles de millones para caridad e investigación. Pero si se rumorea que un actor está infectado de sida, no encontrará ningún apoyo personal. No trabajará». Su esposa insistía en que Davis era heterosexual y que debió contraerlo por su adicción a las drogas, a la vez que revelaba que en sus inicios en Nueva York, Davis había sido chapero en
Times Square
y convivido con travestís. Según el escritor gay Rodger McFarlane, su amigo Davis nunca negó que fuese bisexual, algo que también se puede deducir de la respuesta que dio a Boze Hadleigh, «Alguien dijo que, en el fondo, todos somos bisexuales, ¿verdad?». Y el actor Timothy Patrick Murphy aseguró que había tenido un
affaire
con él a mediados de los años ochenta. Su primer papel protagonista le dio el éxito, fue en
El expreso de medianoche
(Alan Parker, 1978). Contenía una escena de ducha homoerótica en una durísima prisión otomana.
Querelle
(R.W. Fassbinder, 1982) le convirtió en un icono gay. Basada en la novela "Querelle de Brest" de Jean Genet trata de cómo ese marinero (Davis) pierde una apuesta y es sodomizado —«Sólo pondré mi culo. Nada más». — por el marido de la propietaria (Jeanne Moreau) de un burdel lleno de travestis. Dueña que a la vez es la amante del hermano de Querelle. Se ambienta en la localidad cerrada de Feria, perpetuamente crepuscular, casi el decorado de un musical o uno "suntuoso" de Derek Jarman.