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Authors: John Curran

Tags: #Biografía, Ensayo, Intriga

Los cuadernos secretos (37 page)

BOOK: Los cuadernos secretos
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El Cuaderno 28 contiene todas las notas de esta novela, equivalentes casi a cuarenta páginas. El 1 de octubre de 1957 Agatha Christie escribió a Edmund Cork pidiéndole que verificase la situación legal de una persona en el supuesto de que A fuese juzgado y condenado por el asesinato de su madrastra a pesar de su afirmación de que se encontraba con B en el momento crucial en que se produjo el asesinato. La persona B nunca llega a aparecer, y A muere en prisión, a los seis meses de ser condenado. Entonces B, que había estado un año en el extranjero, aparece y acude a la policía para confirmar la veracidad de lo que había dicho A y así corroborar su coartada. Christie quiso esta aclaración de la situación con respecto a una «libertad condicional» y a la posible reapertura del caso. Aseguró a Cork que si le diera una rápida respuesta podría ponerse «laboriosamente» a trabajar en «este nuevo libro en proyecto». La fecha, «6 de octubre», aparece en la página 20 del Cuaderno 28, confirmando que la novela se planificó y se escribió el año anterior a su publicación.

«Esta novela es de lejos la mejor Christie no etiquetada [es decir, sin Poirot ni Marple] que hemos leído en mucho tiempo…
El inocente
[pues así se llamaba entonces la novela] se aproxima mucho a lograr una mezcla perfecta de la clásica novela de detectives con la moderna concepción de la novela negra.» Tal es la entusiasta sentencia del 1 de mayo de 1958, cuando Collins recibió la última novela de Christie. El lector consideró que no le irían nada mal algunos cortes, y señaló que Agatha Christie se había propuesto hacerlos en persona. Sus demás reservas fueron las relacionadas con el título, y sugirió algunas alternativas: «Punta de víbora», «El diente de la serpiente», «La carga de la inocencia» y, proféticamente, «Un gato en el palomar». Aunque nadie lo supiera en aquellos momentos, ése había de ser el título del libro del año siguiente.

El relato titulado «Un cantar por seis peniques» (véase el capítulo 4), recogido en
El misterio de Listerdale
, contiene claras similitudes con esta novela. Al igual que en el relato, un investigador ajeno al entorno llega al domicilio de la víctima asesinada, cuyos parientes recelan los unos de los otros, y descubre que el asesino es un joven que tiene relaciones emocionales con el anciano criado de la familia. Cámbiese el «hijo» del relato por el «amante», y son asombrosas las similitudes con Kirsten Lindstrom y Jacko en
Inocencia trágica
, donde Arthur Calgary llega a la casa de los Argyle. Aunque el relato se publicó por vez primera en diciembre de 1929, casi treinta años antes, los paralelismos que tiene con
Inocencia trágica
son demasiados para que sean mera coincidencia: el detective que llega de fuera, la anciana matriarca que muere a palos por el dinero, la corrosiva sospecha y la desconfianza mutua, la eventual revelación de una sociedad emocional y criminal de la que no se sospechaba nada.

Inocencia trágica
sigue siendo una de las mejores novelas de la última etapa de Christie. Es una novela negra, a diferencia del clásico relato detectivesco, con una serie de profundas convicciones sobre la verdad y la justicia, la culpa y la inocencia. La estropea tan sólo en parte la inclusión, en las últimas veinte páginas, de dos crímenes sin trascendencia, un intento de asesinato y otro que sí se lleva a cabo. En efecto, al producirse ya cerca del final de la novela, no resultan convincentes ni como ilustración del pánico del asesino ni como ejercicio que aumente el suspense; los cuadernos, sin embargo, nos proporcionan una visión más ajustada sobre la inclusión de estos asesinatos.

El arranque de la novela sigue con toda precisión las anotaciones más antiguas del Cuaderno 28, incluso en la cantidad que es preciso pagar al barquero. El transbordador que toma Arthur Calgary es el que hoy en día aún hace el trayecto desde el final de Greenway Road, pasando por la impresionante cancela de la residencia veraniega de Dame Agatha.

Arthur Calgary… travesía en transbordador… comienza

El transbordador se detuvo ruidosamente al rozar con los guijarros del fondo… A. C. pagó los cuatro peniques y desembarcó

En fin, eso había de ser… Supuso que aún estaba a tiempo de volver sobre sus pasos, etc.

Una de las primeras páginas del Cuaderno 28 va derecha al grano, al crimen. Sigue siendo en gran medida el mismo, con la excepción de que se emplea un hierro de chimenea en vez de un saco de arena. En esta etapa el personaje de Jacko que aparece en el libro sigue llamándose Albert en el cuaderno:

Violenta discusión entre Albert y la señora A… Él la agrede… Ella no muere por muy poco… K. lo manda marchar para dar con una coartada. A las 8 en punto está de nuevo con ella y la mata, la apuñala tal vez… Ella se incorpora… le habla de su historia.

Posible curso de los acontecimientos reales…

Albert… resuelto a sacarle el dinero a la señora Argyle, trata de ganarse los favores de Lindstrom… Quiere casarse con ella… Ella está de acuerdo… La señora A no está a favor… Leo tampoco… Se la va ganando… el saco de arena bajo la puerta… A las 8:15 una forma que no logra entender… La señora A se agacha… K la liquida

Los miembros de la familia experimentaron distintos cambios en sus nombres, pero siguen siendo reconocibles, a la vez que el señor Argyle, Kirsten y Maureen siguen siendo en esencia los mismos que en la novela ya terminada. El cálculo de la edad que tiene Tina demuestra que estas notas se escribieron en 1958:

Tina, una muchacha mestiza… (5 en 1940, 23 ahora) ¿se casa con el cartero de la localidad? ¿Con un albañil? ¿Con un granjero?

Linda… se casa con un hombre que es paralítico… vive allí
[Mary]

Johnnie… trabajo en Plymouth, viene a la casa con frecuencia

Albert… mala gente… inestable,
ahorcado
condenado por el asesinato de la señora Argyll
[Jacko]

El señor Argyll, un erudito

El Argyle – (o señor Randolph) ¿Randolph Argyle? ¿Ambrose Randolph?

Fino… etéreo… rodeado de libros

¿Kirsten?

Un rostro hogareño, como un panqueque… la nariz rodeada por un cabello teñido de rubio intenso

¿No sería mejor que fuese morena, pelo corto, con hoyuelos? No como una monja contemplativa… sino de las que te inspeccionan por la rejilla antes de franquearte el paso al salón, o dejarte en presencia de la madre superiora

Calgary entra y ve… a Maureen (¿casada con él?)… Es una muchacha corriente, una tontuela… pero es astuta… Acudió a la familia cuando la detuvieron… Nadie sabía que estuviera casada.

Mary… casa de vecinos en Nueva York… Odia a todos y odia todo… Madre en la calle… pasa un coche… La señora A… adopción… planes para ella… Conoce a Philip… No tiene información de fondo… Se marcha a casarse con él… Él monta un negocio… Fracasa… Luego polio… La señora Argyle quiere que estén allí, con ella… Él está dispuesto a ir… va al hospital… Mary va a hospedarse en Sunny Point

También se analiza a fondo a las dos víctimas subsiguientes. Como se ve en las notas que siguen, sin embargo, la intención original no era que Philip ni Tina fuesen víctimas:

¿A quién se asesina? Philip envenenado… No se despierta, o Tina es apuñalada… va caminando desde donde está Kirsty hasta donde está Mickey… Se desploma

El envenenamiento de Philip se desestimó en favor del apuñalamiento. A la vista de la apremiante situación en que se encuentra el asesino, era una solución más expeditiva y más al alcance de la capacidad que tiene el personaje en cuestión. Y una de las posibles razones para que se incluyese el frustrado intento de asesinar a Tina es que aporta un testigo crucial a falta de cualquier otra prueba que incrimine al culpable. Para los lectores que duden de la viabilidad médica del intento de asesinato de Tina, que sigue caminando a pesar de la puñalada que ha sufrido, hay dos números del
British Medical Journal
, del 28 de enero y del 18 de febrero de 1956, entre los papeles de Christie, y en ambos hay páginas que tratan de este tipo de acontecimientos. Los dos artículos están subrayados. Una lectura atenta del muy atrevido capítulo 22 debiera ser suficiente para descartar todas las acusaciones de que pueda haber trampa.

También hubo algunas ideas que nunca fueron más allá de las páginas del Cuaderno 28:

Testamento falsificado… en favor del verdadero asesino… pero ¿mal falsificado? O bien ¿mal falsificado en favor de Albert?

Al marido no le agrada la mujer y odiaba a los hijos. ¿Quiso casarse con otra? O bien tenía un hijo propio.

Ella iba a cambiar el testamento en favor de una fundación de ayuda a los huérfanos, dejando al margen al marido.

Por último, dos ideas intrigantes, ambas en realidad variaciones sobre un mismo tema…

¿O bien era Albert su hijo
[es decir, el hijo de la señora Argyle]
?

¿Es Kirsten la verdadera madre de Albert?

Cualquiera de las dos habría funcionado y, además, habría tenido perfecto sentido desde un punto de vista psicológico. La primera hubiese compuesto un guión sumamente inquietante; la segunda tal vez hubiera sido más eficaz en tanto que móvil de Kirsten (como ya sucedió en su semejante «Un cantar por seis peniques»), más que el finalmente empleado. De todos modos, las posibilidades de una paternidad no reconocida como estratagema de la trama e incluso móvil tienen plena exploración en
Asesinato en la calle Hickory
,
Un triste ciprés
,
La señora McGinty ha muerto
y «El espejo del muerto», entre otras, de modo que tal vez intentó evitar repeticiones innecesarias.

C
on su sempiterno ingenio, Agatha Christie resolvió la espinosa cuestión de la justicia legal y la justicia moral. Cuando escribió
Inocencia trágica
, eran muchos los aspectos de la vida cotidiana que estaban dibujados con más nitidez de lo que están en tiempos posteriores. Si un personaje de una novela de Christie era desenmascarado y era el asesino, el lector tenía la certeza de que había de pagar el precio exigido por su delito. Con la muerte de Jacko en la cárcel mientras cumple condena por un crimen que no ha cometido, Christie pudo ser acusada de deslealtad a la justicia tanto natural como legal. Quince años antes, en
Cinco cerditos
, Caroline Crale es condenada por error, pero lo es por su connivencia en la expiación por un delito anterior. Y también muere estando en la cárcel. Y en
La señora McGinty ha muerto
(1952) el arisco James Bentley también es erróneamente condenado, aunque lo salva Poirot antes de que se proceda a su ejecución. En cambio, en
Inocencia trágica
Jacko finalmente es tenido por responsable moral sin remisión, por más que no fuera él quien asestó el golpe mortal.

Un crimen dormido
11 de octubre de 1976

La casa en la que se ha instalado Gwenda Reed evoca inquietantes recuerdos, y cuando asiste a una representación de
La duquesa de Malfi
ve confirmadas sus sospechas de que, cuando era niña, allí mismo presenció un asesinato. El consejo de la señorita Marple para que no remueva un crimen dormido no es seguido por Gwenda, razón por la cual el asesino se dispone a matar de nuevo.

Aunque publicada diez meses después de la muerte de Christie,
Un crimen dormido
la escribió durante la Segunda Guerra Mundial y, al igual que
Telón
, la dejó en lugar seguro, con la condición de que se publicara sólo después de su muerte. Al menos esto es lo que pensábamos hasta el descubrimiento de los cuadernos…

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