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Authors: Felipe Botaya

Tags: #Intriga, #Ciencia Ficción, #Bélico

Kolonie Waldner 555 (9 page)

Con el plano delante, Schutz intentó explicar el funcionamiento de ese cañón que ya había sido probado en el frente con excelentes resultados.

—Puedo decirles que cada vez que el cañón abría fuego, era algo fuera de lo normal. De entrada los servidores de la pieza debían permanecer a unos diez metros de la misma en el momento del disparo. El humo del disparo tenía el efecto visual de un vómito de gas que podía afectar a los pulmones de los servidores, por ello estaban a una cierta distancia. El aire líquido, no sólo formaba parte del obús, sino que también actuaba como propulsor del mismo. En el campo de pruebas de tanques en Padernborn y al mando del coronel de artillería Kruse, se realizó un test con treinta animales, caballos y vacas. Se dispararon cuatro proyectiles y no sólo los animales murieron, sino que sus restos quedaron escampados en un área de casi tres kilómetros. Sin embargo, lo más extraordinario es que los animales murieron porque sus pulmones estallaron, no por los proyectiles en sí mismos.

»Les explico todo esto porque nuestro trabajo va en la dirección clara de un nuevo sistema barato y fiable de mover nuestros motores convencionales. Si lo conseguimos, no necesitaremos equipos de prospección, tuberías o refinerías. La materia prima, el aire, está en todas partes. Podemos tratarlo fácilmente, embotellarlo y guardarlo a conveniencia el tiempo que haga falta. Hemos llegado a pensar que quizás podríamos usarlo como propulsor de una de las naves discoidales para vuelos en atmósfera terrestre únicamente, que mientras vuela y consume su depósito va generando nuevo aire líquido para continuar su vuelo indefinidamente. Es sólo una idea…

—Me parece una idea excelente, doctor Schutz —dijo Neustadt—. Pero el aire, por si mismo, no se quema. Es decir, para lograr lo que usted indica, el aire líquido debe inflamarse. En un fuego, por ejemplo, el oxígeno no se inflama, pero suministra el oxígeno suficiente para la combustión. Por ello, entiendo que el nitrógeno deberá ser el agente inflamable de toda la operación. —Schutz afirmaba con un leve movimiento de cabeza las palabras del doctor Neustadt.

—Totalmente de acuerdo con usted y por ello siempre hemos considerado el nitrógeno como un gas inerte. Sin embargo, el nitrógeno se inflama si alcanza una temperatura suficiente. Los truenos son la prueba de ello. Cuando se produce una descarga de rayos, el nitrógeno que hay en la atmósfera se quema por la temperatura provocada por el rayo. El nitrógeno se combina rápidamente con el oxígeno en la atmósfera, causando un área de baja presión. El trueno es el sonido generado por los gases de la atmósfera traspasando esa bolsa de baja presión y quemando el nitrógeno. Lo que cae desde el cielo entonces son moléculas de nitrógeno combinadas con oxígeno y que es aprovechado por las plantas como un fertilizador natural. Por ello, sabemos que el nitrógeno puede arder cuando recibe suficiente temperatura.

»De todas maneras, también hay otro sistema para extraer energía del aire líquido como base propulsora y es a través de su conversión de un líquido congelado a unos ciento cuarenta y siete grados centígrado a gas a través de la aplicación rápida de calor. Teóricamente, la inyección de aire líquido a una cámara de combustión, tras su rápido incremento de temperatura, por ejemplo, por descarga eléctrica el gas resultante se expande con una potencia muy elevada. Un motor convencional de explosión puede trabajar así y además gana en potencia. El problema está en los aceites lubricantes que deberán usarse ya que el nivel de desgaste con un aceite de motor convencional a esas presiones de trabajo es muy alto.

»Y aquí entramos en el último capítulo de esta reunión de trabajo y dentro del apartado «Otros». Se trata de lubricantes sintéticos para motores, de alto rendimiento y vida útil. Hemos logrado sintetizar la molécula que forma parte del aceite convencional de engrase, utilizando dos procesos en los cuales hemos aplicado nuevos productos químicos. Pueden imaginarse que el conglomerado IG Farben con el doctor Defltsa a la cabeza, está muy interesado en estos adelantos. Estos dos procesos de investigación han dado como resultado el aceite clorado de parafina. Nuestro trabajo se ha realizado sobre polímeros con las propiedades deseadas como lubricante, incluyendo su resistencia a un elevado grado de temperatura en el cual podría llegar a combustionar. Es decir, de alta resistencia a las temperaturas. También con un alto índice de viscosidad y un bajísimo índice de temperatura en el que podría perder sus propiedades de lubricación y densidad. Hemos trabajado los polímeros sobre catalizadores específicos, como el cloruro férrico y el cloruro de tionil. Pueden imaginarse que hablamos de hidrocarbones
clorados —Schutz mostró dos páginas donde se veían unas gráficas—. Aquí pueden ver el diagrama con las puntas de desgaste y la caída de potencia usando aceites convencionales y otro con las mejoras en todos los parámetros por el uso del nuevo aceite o lubricante sintético. Tenemos muestras para ustedes y la fórmula química de su desarrollo. Hemos adelantado, según solicitud 3266/43, al doctor Defltsa, de la IG Farben en Berlín, todo este material que, según nos consta, ya ha sido recibido sin problemas. —Siegfried aprobó las palabras de Schutz.

—Si es como usted ha dicho, no necesitamos todo este material. Las SS científicas tenemos una excelente relación con IG Farben y ellos nos ayudan en muchos desarrollos que llevamos nosotros directamente. De todas maneras y me adelanto a lo que seguramente iba a decir el doctor Neustadt. —Éste sonrió afirmando las palabras de Siegfried—. Nos gustaría ver las pruebas de laboratorio sobre motores trabajando con un lubricante convencional y el nuevo. Creo que será suficiente para nosotros.

—No hay problema, señores —indicó Helmut—. Qué les parece si vamos a comer a la cantina y luego pasamos a la zona de pruebas y podemos ver estos desarrollos en marcha. Creo que surgirán preguntas interesantes y podremos ampliar la información que haga falta. —Todos se pusieron de pie.

—Muy bien —dijo Siegfried—. La verdad es que tengo hambre. Luego continuaremos con las pruebas sobre el terreno. Gracias señores ¡
Heil Hitler
! —Todos levantaron el brazo y se dio por concluida la reunión.

—Bien, señores, ante todo debo decir que estamos cumpliendo los plazos en los diferentes proyectos en los que estamos involucrados y que indicaré a continuación. También quiero señalar que tenemos algunos problemas de aprovisionamiento técnico, ya que algunos envíos importantes no han llegado a su destino. Quizá nuestro envío ha sufrido el ataque del enemigo y ha desaparecido en aguas del Atlántico. —Siegfried miró a Neustadt y luego a Helmut tras estas palabras. Poco podían hacer ante la superioridad aliada en aquel momento en el océano Atlántico. En ese instante era un problema sin solución, sin embargo, las SS científicas habían buscado una alternativa de envío.

—Me gustaría explicar el sistema de envíos que utilizamos desde hace poco y que estamos convencidos de que mejorará sustancialmente la llegada de material técnico y personal a las diferentes colonias en Sudamérica y en particular a esta. —Siegfried se apoyó sobre la mesa—. Desde hace dos meses utilizamos un enclave al suroeste de la isla de Fuerteventura, en las islas Canarias, llamado Villa Winter que es una casa inmensa situada en una zona desértica, apartada y deshabitada de la isla, donde podemos trabajar sin problemas. La casa dispone de una instalación subterránea inmensa que nos permite trabajar tranquilos y preparar los envíos de material a Sudamérica que nos llegan desde Alemania a través de España. El general Franco está colaborando con nosotros hasta ahora y no nos plantea complicaciones en nuestro trabajo. —Siegfried mostró unas fotografías de la Villa Winter y de algunas de las instalaciones subterráneas que había comentado. Sin duda se trataba de un auténtico desierto, con la orilla del mar a poca distancia del mar, en la falda de las montañas—.

Villa Winter en la actualidad, totalmente abandonada.
(Foto gentileza de Enrique Dauner, 2010)

Villa Winter en la actualidad, totalmente abandonada.
(Foto gentileza de Enrique Dauner, 2010)

La villa no despierta ninguna sospecha aunque pueda ser detectada por la aviación. Es territorio español y como verán no tiene nada de particular exteriormente. —Señaló algunos puntos de la edificación y los terrenos adyacentes con algunos huertos y maquinaria agrícola. Una torre redondeada remataba el edificio como punto de observación directa sobre el mar. También se veían unas vagonetas tipo minero, sobre raíles que desaparecían en el interior de la casa—. Con estas vagonetas transportamos nuestra mercancía hasta los camiones que la llevan hasta el puerto de Lanzarote y es embarcada en barcos de carga españoles con dirección a Sudamérica. —Luego sacó de su portafolios un mapa de Europa e indicó las rutas que seguían los envíos desde Alemania—. Verá que aquí, a unos diez kilómetros, tenemos una pista de tierra que nos sirve de aeropuerto. Tenemos algunos barracones y material de mantenimiento para los aviones.

Una de las extrañas vagonetas. ¿Qué transportaban?
(Foto gentileza de Enrique Dauner, 2010)

—Una pista de unos dos kilómetros aparecía marcada muy cerca del mar al oeste de la Villa Winter—. Dependiendo del envío, su importancia o urgencia, utilizamos aviones comerciales del
KG200
camuflados como aviones bajo pabellón neutral sueco en vuelos hasta Madrid o incluso a Sudamérica directamente. Muchos hacen escala en el aeropuerto de Villa Winter. Si el material es muy pesado utilizamos el tren hasta España o bien en algunos casos hasta Marsella o Toulon en la costa mediterránea francesa. También hemos utilizado camiones, aunque no somos muy partidarios de los mismos por los problemas que pueden tener en ruta. España es el destino más habitual de nuestros movimientos de mercancías y desde allí, dependiendo del material, se embarca directamente hasta Sudamérica en barcos mercantes españoles, o bien se envía también en barcos españoles hasta Fuerteventura.

Detalle de una de las ruedas. Fabricada por Krupp.
(Foto gentileza de Enrique Dauner, 2010)

Puedo indicarles que hemos utilizado
U-Boots
en alguna ocasión ya que Villa Winter dispone de cuevas naturales por debajo de la misma conectadas a la casa, que permiten la entrada a un submarino. De hecho, las islas Canarias son como un queso gruyer por debajo del nivel del mar. —Hubo algunas sonrisas en el grupo tras este detalle—. No habitualmente, pero algún material ha sido enviado utilizando nuestras bases africanas del sur por el
KG200
, en antiguas colonias alemanas donde todavía tenemos cierta fuerza y podemos trabajar con discreción. En ese caso usamos navieras o líneas aéreas de África del Sur, pertenecientes a propietarios alemanes u holandeses. De hecho, nosotros hemos utilizado esta vía para llegar hasta aquí y ha funcionado muy bien. También usamos esta vía para aprovisionar a nuestra base 211 en la Antártida.

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