lo cuarto quizá como consecuencia de lo tercero y lo segundo
pues es notorio que cada vez hay menos gente para atropellar
como ven esta avenida no sólo es larga sino también monótona
apenas acotada por la biblioteca nacional
donde autores místicos y no místicos hacen voto de clausura
y por la presencia enigmática de la otrora universidad
hoy museo maravilloso de figuras y albedríos de cera
y sin más avancemos hacia el obelisco en desafío
homenaje al candor del siglo diecinueve
si tuviéramos tiempo aguardaríamos a que lloviese
pues con la lluvia adquiere un brillo espléndido para el agfacolor
pero como no lo tenemos doblemos a la derecha por el bulevar
con sus embajadas y patrulleros y palomas y rameras de siempre
y sus pinos cabeceantes y reflexivos
que recuerdan todo lo que aquí olvidamos
y ahora por fin el río ancho como mar
donde el sol esmerila los delicados hombros femeninos
y las cicatrices unisex
y en la arena descansan los caracoles
y los mutilados y los niños huérfanos y los mastines
de orejas curiosas y puntiagudas y colas como radares
miren de vez en cuando hacia el horizonte
no se sabe si las toninas vienen o se van
en cambio sí se van los transatlánticos
y los remolcadores de caronte
el aire salitroso es bueno para el alma y malo para el asma
quizá por eso estén aumentando considerablemente las dificultades respiratorias
a nivel nacional y también exista
un cierto desnivel entre los que aspiran y los que expiran
pero la alegría popular sin embargo es notoria
gracias al planificado y riguroso dispendio
de protóxido de nitrógeno y otras oportunidades de concomio
el mar angosto como río lame impertérrito nuestras rocas
no le importan los siglos ni las siglas
el mar angosto como río lame nuestras heridas digo los que las tengan
no los sanos y salvos como ustedes y yo
el mar angosto como río tiene una memoria sin fondo
y en el sin fondo yacen barcos y motivos de expiación
y otros despojos más o menos anónimos
el mar angosto como río crece y decrece
y acaba por desorientarnos cuando por fin se cambia
en río ancho como mar
a tal punto que uno no sabe
cuál es su calma chicha y legal
cuál su rompiente clandestina
les pido excusas por este paréntesis hipocondríaco
y los convido a embestir otra vez contra el paisaje
que aquí y allá tiene mansiones y bicicletas
vean qué niñas rubias si esto parece escandinavia
pero no vayan a hacerse una imagen falsa o fragmentaria
hay otros barrios con niñas menos rubias y menos bicicletas
en rigor más parecidos al nordeste brasileño
que a stavanger o a lund o a björneborg
al fin y al cabo una diáfana señal de nuestra famosa diversidad
pues hay que decir que últimamente estamos
mejor en diversidades que en universidades
pero todo forma parte de lo transitorio como bien descubrieron
por distintos caminos el eclesiastés y carlitos darwin y charles gardel
y basta ya de historia y ecología y antropofagia
he aquí nuestra meta final nuestro objetivo lúcido y lúdico
el casino casino más casino de los mares del sur
o quizá de los ríos del sur anchos como mares
les presento formalmente al inasible fantasmal azar
ese miedoso ese intrépido ese inconsciente
ese tuerto ese ciego ese dios con capucha
francamente no sé a qué viene este símil
o sea señores y relojes / niños y disimulos / señoritas y fuegos
les presento formalmente al azar ese necio ese escéptico
ese improvisador ese espontáneo ese implacable
sepan no obstante que no dejamos ni dejaremos el azar al azar
pero claro esto es un mero juego de palabras
y ustedes buscan un juego de verdad
pero créanme la verdad no siempre está en la tercera docena
o en el color o en los impares o en la línea
a lo mejor la verdad está en cada uno de ustedes
o cerquita de ustedes
o debajo de ustedes
si tuviéramos tiempo quizá podría ayudarles a desentrañar
esa verdad subterránea subcutánea subestimada y subdesarrollada
pero como no lo tenemos y por otra parte
mi ámbito es la superficie más superficial
y no el subsuelo subsolar
simplemente les digo
señores y relojes / niños y disimulos / señoritas y fuegos
ha sido un verdadero placer acompañarlos
y dejarlos aquí junto al azar
y un último consejo
catequícenlo
y ganen
si los dejan
pero si no los dejan
catequícenlo
y ganen
Después de tanto tiempo
y en un aire de nieve
hallo por fin a carlos
a lilian al flaco
vivieron
cinco seis siete años
confinados
en el fermento de los crueles
los quiero los abrazo qué derroche
pero resulta casi insoportable
comprender y admitir
que mientras yo escribía / caminaba / buscaba
escuchaba a troilo y a leo brouwer
y atravesaba el riesgo
y sumaba expulsiones y amenazas
pero gozaba el sol
y tenía a mano el mar y la mujer
durante cinco seis siete años
vale decir durante
toda una estropajosa eternidad
ellos miraban firmes o rabiosos
o tristes o distantes o serenos
las arrugas del muro impenetrable
1
Poco a poco se fueron convenciendo
de que habían convencido
pero el silente dijo no
o sea
no consiguieron cambiar la imagen
ni tampoco lograron
desarrugar el ceño
sin embargo
y a pesar de sí mismos
llevaron a cabo
toda una hazaña
que no los venciera un frente
ni un partido
ni una forma de lucha
ni el carisma de un líder
sino que los derrotara
como un todo
el pueblo
2
Durante siete años
así se lo dijeron
tuvo la libertad
tuvo la justicia
tuvo el bienestar
tuvo el orden
tuvo la seguridad
tuvo el sosiego
antes de ir a votar
tomó la precaución
de mirarse al espejo
y entonces calladito
sin dudarlo un instante
votó por la opresión
y por la injusticia
y la incomodidad
y por el desorden
y la inseguridad
y el desasosiego
3
Por razones obvias
no fue
exactamente
una toma de conciencia
colectiva
sino apenas la suma
de seiscientas mil
tomas de conciencia
individuales
Es el Jefe, el baqueano
JESUALDO:
Artigas
Desde el palmar inmóvil reconoce a su gente
cuánto orgullo y tesón cuánta distancia
en un octubre opaco y remotísimo
habían arrancado del puro desaliento
acamparon primero en el monzón
pasaron la cuchilla del perdido
después el cololó y el yapeyú y la cuenca
del vera y el perico flaco y luego
los campos de tres patos y un arroyo
el bellaco y otro arroyito el sánchez
una tregua discreta en paysandú
vado del san francisco y el chingolo
y uno más importante el del queguay
alguno que otro insomnio en el quebracho
paso del chapicuy rumbo al daymán
diciembre en salto chico
cruce del uruguay ese río frontera
el peñón de san carlos los bosques de concordia
y por fin este abril junto al ayuí
desde el palmar inmóvil reconoció el baquiano
la patriada en andrajos ese pueblo
que incluía a su padre don martín
y al cura figueredo y los lamas los suárez
y bartolomé hidalgo poeta fundador
y zambos negros indios gauchos y criollos pobres
y acémilas troperos carruajes tolderías
la patria todavía era dudosa
quizá / pero el baquiano no dudaba
muchos de ellos quemaron sus viviendas
atrás dejaron toda una vida una muerte
tierras propias que eran tierra de nadie
pero en las setecientas carretas casi en ruinas
viene la dignidad como un sistema
doloroso implacable inocente y porfiado
sobre todo implacable con su propia inocencia
el general baquiano apoya el brazo terco
en la palma yatay la más cercana
y deja su mirada en las arenas limpias
para poder imaginar mejor
a principios de junio / con su pésima fe
llegará sarratea el bribón el cobarde
y con su buena fe / el caudillo frugal
habrá de sorprenderse porque a veces
las maldades lo encuentran desarmado
no olvidar que peleando ganaba las batallas
y después lo vencían echándole traidores
de todos modos eso será junio / ahora
el general baquiano riguroso y sin dudas
entrecierra los ojos para soñar mejor
y es explicable porque su baquía más sólida
es un sueño que invade como escarcha
a los hombres la historia los potreros
el olor y el otoño de su verde provincia
atraviesan las leguas / no son muchas
para su pueblo quiere la gran cosecha patria
pero duele dejar la tierra abandonada
los ranchos en cenizas los poblados vacíos
la mazorca en el viento y el viento en la congoja
aquí al atardecer las fogatas se animan
pero el hogar de veras está allá en el oriente
en estas setecientas carretas de penuria
vino la dignidad como un sistema
y él sabe como nadie que ser digno
resultará más arduo cada día
desea por supuesto la gloria de su pueblo
pero antes que la gloria cazará la justicia
está dispuesto a dar su vida pero sabe
que eso no es decisivo / lo primero
es transformar la vida
y con un solo hombre que le quede
con él hará la guerra como estribo del cambio
el pueblo es soberano pero aún no lo sabe
él debe convencerlo de su soberanía
no necesita abrir nuevamente los ojos
para ver la llanura de lealtad
y saber que esos leales son su tropa
casi sin proponérselo los abre y nos distingue
a nosotros / llegados tantas penas después
nuestro destierro es múltiple pero estamos aquí
como única madera de juntar y juntarnos
no tenemos carretas caballos tolderías
apenas los estigmas de la nueva redota
allá quedaron vidas y viviendas
unas saqueadas otras solitarias
tan sólo están repletos
camposanto y ergástula
allá quedaron trozos de nosotros
trajimos la esperanza sin embargo
y por suerte está ilesa y está joven
hace tiempo partimos también del desaliento
acampamos primero en el asombro
pasamos las cuchillas del perdido
y cruzamos sin puente el río de la sangre
vadeamos la ciénaga del horror y su lástima
y fuimos esquivando el salto chico
de la nostalgia y creo que un arroyo
el bellaco y otro arroyito el vil
una noche de tregua y luego desde el alba
los lisos farallones del rencor
de la muerte arrancamos como yuyos
las razones de vida
todo esto un poco antes de cruzar nuevos ríos algunos
de los tantos ríos que hacen frontera
y allí empezó otro rumbo
y así empezó otro verde
el peñón del orgullo los bosques de concordia
y por fin este abril junto al baquiano
los troperos y gauchos nos recorren
nos miran con recelo durante un lustro apenas
sus primeras fogatas enrojecen las nubes
y bah después de todo no somos tan distintos
tan sólo un poco más de siglo y medio
entre ellos y nosotros
incluso hay quien pregunta si ya vimos al jefe
y nos señala dónde está y lo vemos
y también él nos da la bienvenida
con un silencio grave y sabio y duro
en el que sin embargo está claro un emblema
una antigua verdad
nada tenemos
que esperar
sino de nosotros mismos
1978-1979
Sin jactancias puedo decir
que la vida es lo mejor que conozco.
FRANCISCO URONDO
La noche fácil y aparentemente sagrada
o mejor dicho el abismo de la noche
no es como otros abismos
tiene fondo
su tálamo de niebla o relente o fango
acoge escarabajos desamparados
ronquidos de mal tiempo
sobornables insomnios
labios absueltos que se reconcilian
todas las resonancias del silencio
y las noticias de la lóbrega
todas las alegrías inoportunas
y los presagios confirmados
caen como gotas de sudor o rocío
en el abismo con fondo de la noche
son demasiados alumbrones y furias
por esta sola vez el abismo tiene
no sólo fondo sino espesas modorras
así que aprovecho el bostezo universal
para instalarme en sus fauces y sentir
cómo la niebla el relente o el fango
pasan sobre mis párpados
los borran.
a roberto y adelaida
De vez en cuando la alegría
tira piedritas contra mi ventana
quiere avisarme que está ahí esperando
pero hoy me siento calmo
casi diría ecuánime