y eran necesarios más tanques más rencores
más bombas más aviones más oprobios
porque el hombre de la paz era una fortaleza
para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que afiliarse para siempre a la muerte
matar y matar más para seguir matando
y condenarse a la blindada soledad
para matar al hombre que era un pueblo
tuvieron que quedarse sin el pueblo
Para los europeos
el estalinismo
fue
un hecho
en tanto que
para nosotros
fue tan sólo
noticia
por eso nunca
lo entendimos bien
en cambio
para nosotros
cuba y nicaragua
son hechos
fundamentales y
fundacionales
en tanto que
para ellos
son tan sólo
noticias
por eso nunca
las entendieron bien
Amanecer sabroso / mediodía y fervores /
noche de armas y ramas
ruinas de las que surgen aves confidenciales
descalzos que vindican / ganan gleba por gleba
las ochocientas mil hectáreas del maligno
patria libre o morir o morir o morir
morir ya lo sabían / era pan cotidiano
pero no es tan sencillo habituarse de pronto
al evangelio de la patria libre
viejo pueblo naciente del sueño y de la pólvora
sandino en las gargantas las segovias los muros
voluntarios dispuestos a barrer la desgracia
barricadas que vuelven a ser tronco y ladrillos
casi tocando el cielo de los muchos sin tierra
los sin pan / los sin techo / los sinsontes
casi escuchando el nuevo y crucial terremoto
pienso en tu veintiuno de setiembre / quizá
porque estabas tan solo rigoberto
aunque es claro existían cornelio ausberto edwin
remotos y leales / y acercarte bailando
al tirano insolente / aproximarte como
crucero de la fiesta que iba a ponerse trágica
y acribillarlo y ser acribillado
fue tan poema y tan nicaragüense
como el mejor darío
no el que se inventaba las manos de marqués
sino el que las tenía de indio chorotega
por eso en la pasión de la victoria
ahora que la fiesta es por fin generosa
entre los puños debe estar tu puño
entre las balas debe estar tu bala
entre los corazones tu verde corazón
y en cada patria libre o morir tu campante
muerte / que es uña y carne con la patria que nutres
así mirando sosegadamente
a tu pueblo / insurrecto desde zafras antiguas
de pronto advierto que tu soledad
de hace veintitrés años no era tanta
acaso porque entonces ya escondía / soñándolos
a estos campesinos
a estos combatientes
a estos niños descalzos
Como un exacto curriculum de carlos
así puede leerse de un tirón
el apretado libro de tomás
pero después de ese tirón algo falta
y hay que empezar de nuevo
sólo en la segunda lectura se advierte
que no es un curriculum sino un abrazo
y así empieza a entenderse lo que consta
en las meras entrelíneas de fuego
cuántos días y noches de hermandad
no habrán sido precisos
para encerrar en siete renglones capitales
la muerte de esa niña que no quería morir
y apretarnos no obstante el corazón
sin retórica y casi sin adjetivos
qué suerte que tomás no hiciera un monumento
por eso carlos emerge o lucha
como un escándalo de la cordura
no como un héroe con postura de héroe
sino como un héroe con talante de hombre
y uno llega a sentir que en los afluentes
de esa sobriedad o quizá protegiéndola
como una esperanza inexpugnable antigua
tomás está llorando (él ha contado
que así lloraba carlos) con la ferocidad
que tiene a veces la tristeza
después vino el futuro y vendrán otros
pero no volverá el pasado inmundo
nicaragua ha sido esta vez invadida
por su rotunda gana de ser pueblo
y bien todo esto viene a corroborar
que en algunas diáfanas temporadas
la realidad puede ser una esencia
y hasta un fanal de revelaciones
alegría de un hombre / de una suma de hombres tan saludable como
si el coro de ángeles de sandino
hubiera llegado en ese instante
a una repentina mayoría de edad
Entre el viejo delirio intimidante
convertido en metralla elemental
en azote o plomada o nubarrones
contra surco alfabeto y guaguancó
en astucia falaz pero de llamas
e invasores columpiándose / y pueblo
que los volteaba a tiros del columpio
entre el viejo delirio y el novísimo
que acaso / que tal vez / que puede ser
se vuelva un argumento de napalm
malaventura de pavor y sangre
extrema circunstancia de matar y morir
e invasores columpiándose / y pueblo
que los voltee a tiros del columpio
entre el viejo delirio y el novísimo
hay veinte años de ajustar la vida
de revolucionar a pulso el sueño
de desgarrarse sin perder el gozo
de solidarizarse desde el vamos
e instalar en el cielo colectivo
a un astronauta tan guantanamero
como para entender desde lo alto
a harlem y sus ráfagas de odio
entre el viejo delirio y el novísimo
hay veinte abriles de crear en ascuas
y puede ya preverse / si en el año
2001 todo regresa / habrá
invasores columpiándose / y pueblo
que los voltee a tiros del columpio
Cuando me canse de escuchar
llantos de niños en la brisa
cuando me canse de mirar
pueblos que apenas son ceniza
me iré con lluvias estrelladas
que son diamantes en el barro
glacial cometa de miradas
vivo la noche y desamarro
y con estrellas miel y flores
que son rubíes y topacio
tendré el silencio en los albores
del infinito eterno espacio
cuando me canse de la lluvia
y de la sangre y de la guerra
cuando me canse de esta tierra
me mudaré a la luna rubia
ah tierra-luna tierra-luna
atrás quedó la suerte perra
atrás los muertos y la guerra
adiós
ah tierra-luna tierra-luna
me pongo hoy las alas de oro
y cielo arriba cual meteoro
me voy
así que ahora no te asombres
si desde esta luna hueca
me burlo de la tierra seca
y de los pobres simples hombres
ah tierra-luna tierra-luna
adiós ciudad mi corazón
globo tullido de aflicción
adiós
cuando me canse de esperar
a los indómitos que huyen
cuando me canse de soñar
sueños que siempre se concluyen
me iré otra vez inoportuno
y apostaré por el que pierde
y volveré cuando ninguno
me necesite ni recuerde
y con el tímido derroche
de una paciencia vengadora
tendré las dudas de la noche
sin las respuestas de la aurora
cuando me canse la rutina
de que me ultrajen y me roben
cuando me canse de esta ruina
me mudaré a la luna joven
ah tierra-luna tierra-luna
atrás quedó la suerte perra
atrás los muertos y la guerra
adiós
ah tierra-luna tierra-luna
me pongo hoy las alas de oro
y cielo arriba cual meteoro
me voy
alguna vez mi vida quieta
verá estallar en el pasado
mi triste y cándido planeta
que se creyó civilizado
ah tierra-luna tierra-luna
mundo caótico y podrido
pierrot de arriba me despido
adiós
Êstes poetas são meus
CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
Roque leonel ibero rigoberto
ricardo paco otto-rené javier
cuántas veces y en cuántos enjambres y asambleas
los habrán (mal) tratado de pequeñoburgueses
se habrán quedado solos con su antigua costumbre
de razonar / o solos con el rigor científico
solos con un impulso moral / solos en una
soledad no querida no buscada
solos con sus amores al prójimo a la prójima
con la preocupación de que los segregaran
solos para entender todo y a todos
cuántas veces y en cuántas esperanzas o rutas
habrán andado a tientas a relámpagos
dejando reposar el tiempo la poesía
y ellos infatigables reventándose
sabiendo que no eran los pequeños burgueses
que los rudos compañeros decían
que no eran los flojos los librescos
mirándose al espejo hasta desentrañarlo
como narcisos nunca / mirándose autocríticos
jamás desalentados / tratando de encontrar
el resquicio la brecha el socavón el mérito
de ser como los otros o algo así
cuántas veces y en cuántos insomnios duermevelas
habrán considerado la pena o el atajo
de borrar la poesía / de borrarse
como poetas / borrar el modesto delirio
y juntar las palabras las volátiles
y cambiarlas por otras las concretas
y revolucionar las veinticuatro horas
y ponerse el esquema y quitarse los tropos
y andar al mismo paso / nadar el mismo río
y fabricar así la infundada esperanza
de ser iguales a los otros / ser
igualmente juzgados y medidos
cuántas veces y en cuántas lagunas y memorias
habrán querido ser / luz roja / tierra verde
y compartir la lucha a pedacitos
aprender sangre a sangre el alfabeto
cual si no lo supieran / desde abajo
arder en la bondad elemental
sentir la furia como un calofrío
continuar el amor sin los alertas
compañerísimos en las difíciles
jocundos en las fáciles
igualmente medidos y juzgados
pero un día una noche una friolera
arriesgaron el cuerpo la miseria los versos
supieron de repente que la ley era vieja
que los suaves poetas aunque se desgañiten
aunque venzan al viento y a la luna
disponen de una sola ocasión decisiva
a fin de que los rudos queridos compañeros
admitan que no siempre / pero a veces /
ésos de la palabra ésos de calma en cierne
pueden ser valerosos como un sueño
leales como un río
fuertes como un imán
lo grave es que su única ocasión
es morir
una forma tal vez de desmorirse
defendiendo una causa por la que otros
no precisan la muerte para ser aceptados
para ser abrazados y creídos
cuántas veces y en cuántas sustancias y cegueras
se habrán empecinado en los candores
y buscado argumentos con rabia / resistido
para apuntarle al enemigo / al plomo
que venía en el aire aniquilando
matando desmintiendo desabrigando ardiendo
y habrán desesperado la esperanza
de arrinconar confianza o de inspirarla
y sin embargo / luego / en un segundo
en una balacera eucaristía
en la revelación del fogonazo
en la fortuna sin promesa y última
en un instante breve como un sorbo
sin argumentos / sin palabras / tiernos
tristísimos por fin y despegados
en ese parpadeo que no cierra
deshechos y rehechos de coraje
estallados de fe / muertos de pena
dejaron de aspirar cuando el destello
cuando el sabor final y la vislumbre
cuando cambiaron la amargura tibia
de pequeño burgués por la de mártir
Cuando sólo era
un niño estupefacto
viví durante años
allá en colón
en un casi tugurio
de latas
fue una época
más bien
miserable
pero nunca después
me sentí tan a salvo
tan al abrigo
como cuando empezaba
a dormirme
bajo la colcha de retazos
y la lluvia poderosa
cantaba
sobre el techo
de zinc
a china zorrilla
Allá en mis nueve años circulaban
dos tipos de tranvías
los amarillos de la transatlántica
los rojos de la comercial
pero aparte de que fueran alemanes o ingleses
había una tremenda diferencia
en la comercial viajaba yo
en la transatlántica unos desconocidos
el treinta y seis iba a punta carretas
y a las seis y cuarto de la mañana frágil
cuando se levantaba como niebla el rocío
yo lo tomaba a diario para asistir
al deutsche schule de la calle soriano
era un horario para gente estoica
razón por la que íbamos sólo dos pasajeros
yo sentado adelante junto a la ventanilla
y bien atrás un viejo bajito y honorable
siempre de traje oscuro y con barba canosa
que leía su diario y jamás me miraba
hoy me gusta pensarlo / aquel puntual usuario
seguro que tomaba el crujiente tranvía
en una vaga esquina del siglo diecinueve
pero en aquel entonces hubo alguien / mi padre
que dijo ése es el poeta nacional
ése es don juan zorrilla de san martín
lo cierto
fue que el augusto nombre no me reveló nada