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Authors: Mario Benedetti

Tags: #Poesia

Inventario Uno 1950-1985 (19 page)

pero también
soy yo con todos los otros todos juntos

tuvo razón ibero que no está

por separado somos un soplido

un soplidito acaso meritorio

ah pero con los otros todos juntos

somos más de un pampero

ahora ya somos una tarde otoño

o tal vez una noche primavera

esto no lo hago adrede

pido excusas

siempre me cuesta un poco

recordar el futuro

a no preguntar más

qué será de nosotros

se acabó la derrota

en un surco cualquiera de la patria confiable

allí donde esparcimos nostalgias germinales

algo empieza a ocurrir está ocurriendo

inevitable pero lentamente

en la calma con gallos lejanísimos

si se alerta el oído se descubre

cómo alumbra o germina

no el país en pedazos que así éramos

sino este pueblo entero que así somos.

POEMAS DE OTROS

1973-1974

Para que pueda ser he de ser otro,

salir de mí, buscarme entre los otros,

los otros que no son si yo no existo,

los otros que me dan plena existencia.

OCTAVIO PAZ

TRECE HOMBRES QUE MIRAN

Mire la calle.

¿Cómo puede usted ser

indiferente a ese gran río

de huesos, a ese gran río

de sueños, a ese gran río

de sangre, a ese gran río?

NICOLÁS GUILLÉN

HOMBRE QUE MIRA EL CIELO

Mientras pasa la estrella fugaz

acopio en este deseo instantáneo

montones de deseos hondos y prioritarios

por ejemplo que el dolor no me apague la rabia

que la alegría no desarme mi amor

que los asesinos del pueblo se traguen

sus molares caninos e incisivos

se muerdan juiciosamente el hígado

que los barrotes de las celdas

vuelvan de azúcar o se curven de piedad

mis hermanos puedan hacer de nuevo

el amor y la revolución

que cuando enfrentemos el implacable espejo

no maldigamos ni nos maldigamos

que los justos avancen

aunque estén imperfectos y heridos

que avancen porfiados como castores

solidarios como abejas

aguerridos como jaguares

y empuñen todos sus noes

para instalar la gran afirmación

que la muerte pierda su asquerosa puntualidad

que cuando el corazón se salga del pecho

pueda encontrar el camino de regreso

que la muerte pierda su asquerosa

y brutal puntualidad

pero si llega puntual no nos agarre

muertos de vergüenza

que el aire vuelva a ser respirable y de todos

y que vos muchachita sigas alegre y dolorida

poniendo en tus ojos el alma

y tu mano en mi mano

y nada más

porque el cielo ya está de nuevo torvo

y sin estrellas

con helicóptero y sin dios.

HOMBRE QUE MIRA LA TIERRA

Cómo querría otra suerte para esta pobre reseca

que lleva todas las artes y los oficios

en cada uno de sus terrones

y ofrece su matriz reveladora

para las semillas que quizá nunca lleguen

cómo querría que un desborde caudal

viniera a redimirla

y la empapara con su sol en hervor

o sus lunas ondeadas

y la recorriera palmo a palmo

y la entendiera palma a palma

o que descendiera la lluvia inaugurándola

y le dejara cicatrices como zanjones

y un barro oscuro y dulce

con ojos como charcos

o que en su biografía

pobre madre reseca

irrumpiera de pronto el pueblo fértil

con azadones y argumentos

y arados y sudor y buenas nuevas

y las semillas de estreno recogieran

el legado de las viejas raíces

cómo querría que se escucharan

su verde gratitud y su orgasmo nutricio

y que el alambrado recogiera sus púas

ya que por fin sería nuestra y una

cómo querría esa suerte de tierra

y que vos muchachita

entre brotes o espigas

o aliento vegetal o abejas mensajeras

te extendieras allí

mirando por primera vez las nubes

y yo tapara lentamente el cielo.

HOMBRE QUE MIRA A TRAVÉS DE LA NIEBLA

Me cuesta como nunca

nombrar los árboles y las ventanas

y también el futuro y el dolor

el campanario está invisible y mudo

pero si se expresara

sus tañidos

serían de un fantasma melancólico

la esquina pierde su ángulo filoso

nadie diría que la crueldad existe

la sangre mártir es apenas

una pálida mancha de rencor

cómo cambian las cosas

en la niebla

los voraces no son

más que pobres seguros de sí mismos

los sádicos son colmos de ironía

los soberbios son proas

de algún coraje ajeno

los humildes en cambio no se ven

pero yo sé quién es quién

detrás de ese telón de incertidumbre

sé dónde está el abismo

sé dónde no está dios

sé dónde está la muerte

sé dónde no estás tú

la niebla no es olvido

sino postergación anticipada

ojalá que la espera

no desgaste mis sueños

ojalá que la niebla

no llegue a mis pulmones

y que vos muchachita

emerjas de ella

como un lindo recuerdo

que se convierte en rostro

y yo sepa por fin

que dejas para siempre

la espesura de ese aire maldito

cuando tus ojos encuentren y celebren

mi bienvenida que no tiene pausas.

HOMBRE QUE MIRA A UNA MUCHACHA

Para que nunca haya malentendidos

para que nada se interponga

voy a explicarte lo que mi amor convoca

tus ojos que se caen de desconcierto

y otras veces se alzan penetrantes y tibios

tienen tanta importancia que yo mismo me asombro

tus lindas manos mágicas

que te expresan a veces mejor que las palabras

tan importantes son que no oso tocarlas

y si un día las toco es solamente

para retransmitirte ciertas claves

tu cuerpo pendular

que duda en recibirse o entregarse

y es tan joven que enseña a pesar tuyo

es un dato del cual me faltan datos

y sin embargo ayudo a conocerlo

tus labios puestos en el entusiasmo

que dibuja palabras y promete promesas

son en tu imagen para mí los héroes

y son también el ángel enemigo

en mi amor estás toda o casi toda

me faltan cifras pero las calculo

faltan indicios pero los descubro

sin embargo en mi amor hay otras cosas

por ejemplo los sueños con que muevo la tierra

la pobre lucha que libré y libramos

los buenos odios esos que ennoblecen

el diálogo constante con mi gente

la pregunta punzante que me hicieron

las respuestas veraces que no di

en mi amor hay también corajes varios

y un miedo que a menudo los resume

hay hombres como yo que miran tras las rejas

a una muchacha que podrías ser vos

en mi amor hay faena y hay descanso

sencillas recompensas y complejos castigos

hay dos o tres mujeres que forman tu prehistoria

y hay muchos años demasiados años

de inventar alegrías y creerlas

después a pie juntillas

querría que en mi amor vieras todo eso

y que vos muchachita

con paciencia y cautela

sin herirme ni herirte

rescataras de allí la luna el río

los emblemas rituales

los proyectos de besos o de adioses

el corazón que aguarda pese a todo.

HOMBRE QUE MIRA EL TECHO

Siempre hay una jornada fuera de serie

en que uno logra sentirse sereno

pero está lejos de ser una canonjía

ya que la serenidad no es el mejor

de los estados posibles e imposibles

hoy por ejemplo tomo distancia

con respecto a las cosas y a mí mismo

y no por eso echo al olvido

qué joda era qué bueno era

estar adentro del entrevero

después de todo la famosa

serenidad es una isla

autorizada comonó y legal

aunque rodeada inexorablemente

por emociones clandestinas

todavía me siento un poco incómodo

en mis primicias de sereno

como quien entra en un traje nuevo

que tiene bajas las hombreras

pero el cuerpo y el alma son

animalitos de costumbres

mañana la incomodidad

será menor y en pocos días

me habré habituado a estar sereno

eso me llena a veces de alegría

es claro que se trata de una alegría serena

y en consecuencia uno no sale a dar abrazos

ni pega gritos ni le canta al cielo

a lo sumo archiva caricias y otros prólogos

por estricto orden cronológico

también llega a invadirme el desconsuelo

pero se trata de un sereno desconsuelo

y por lo tanto nadie solloza

ni dice mierda

ni putea

sencillamente

como un modesto mago

de rojo circo de domingo o de feria

tomo los naipes del amor

los barajo con parsimonia

y en las narices del viejo público

que es como hacerlo en mis narices

mágicamente los transformo

en nuevos naipes de amistad

lo único extraño viene a la noche

pues se presume que un sereno

ha de dormir serenamente

pero yo paso horas y horas

mirando el techo

o sea que

no sé hasta cuándo estaré sereno

porque la calma ya no da abasto

hay que confiar y yo confío

no hay mal que dure

cien años.

HOMBRE QUE MIRA SIN SUS ANTEOJOS

En este instante el mundo es apenas

un vitral confuso

los colores se invaden unos a otros

y las fronteras entre cosa y cosa

entre tierra y cielo

entre árbol y pájaro

están deshilachadas e indecisas

el futuro es así un caleidoscopio de dudas

y al menor movimiento el lindo pronóstico

se vuelve mal agüero

los verdugos se agrandan hasta parecer

invencibles y sólidos

y para mí que no soy lázaro

la derrota oprime como un sudario

las buenas mujeres de esta vida

se yuxtaponen se solapan se entremezclan

la que apostó su corazón a quererme

con una fidelidad abrumadora

la que me marcó a fuego

en la cavernamparo de su sexo

la que fue cómplice de mi silencio

y comprendía como los ángeles

la que imprevistamente me dio una mano

en la sombra y después la otra mano

la que me rindió con un solo argumento de sus ojos

pero se replegó sincera en la amistad

la que descubrió en mí lo mejor de mí mismo

y linda y tierna y buena amó mi amor

los paisajes y las esquinas

los horizontes y las catedrales

que fui coleccionando

a través de los años y los engaños

se confunden en una guía de turismo presuntuoso

de fábula a narrar a los amigos

y en ese delirio de vanidades y nostalgias

es difícil saber qué es monasterio y qué blasfemia

qué es van gogh y qué arenques ahumados

qué es mosaico y qué agua sucia veneciana

qué es aconcagua y qué es callampa

también los prójimos se arraciman

crápulas y benditos

santos e indiferentes y traidores

e inscriben en mi infancia personal

tantas frustraciones y rencores

que no puedo distinguir claramente

la luna del río

ni la paja del grano

pero llega el momento en que uno recupera

al fin sus anteojos

y de inmediato el mundo adquiere

una tolerable nitidez

el futuro luce entonces arduo

pero también radiante

los verdugos se empequeñecen hasta

recuperar su condición de cucarachas

de todas las mujeres una de ellas

da un paso al frente

y se desprende de las otras

que sin embargo no se esfuman

de las ciudades viajadas surgen

con fervor y claridad

cuatro o cinco rostros decisivos

que casi nunca son grandilocuentes

cierta niña jugando con su perro

en una calle desierta de ginebra

un sabio negro de alabama que explicaba

por qué su piel era absolutamente blanca

ella fitzgerald cantando

ante una platea casi vacía

en un teatro malamuerte de florencia

y el guajiro de oriente

que dijo tener un portocarrero

y era una lata de galletitas

diseñada por el pintor

del racimo de prójimos puedo extraer

sin dificultades

una larga noche paterna una postrera charla

síntesis de vida

con la muerte rondando en el pasillo

el veterano que transmitía

sin egoísmo y sin fruición

algunas de sus claves de sensible

el compañero que pensó largamente en la celda

y sufrió largamente en el cepo

y no delató a nadie

el hombre político que en un acto

de incalculable amor

dijo a un millón de pueblo la culpa es mía

y el pueblo empezó a susurrar fidel fidel

y el susurro se convirtió en ola clamorosa

que lo abrazó y lo sigue abrazando todavía

la gente la pura gente

la cojonuda gente a la orientala

que en la avenida gritó

tiranos temblad

hasta que llegó al mismísimo

temblor del tirano

y la muchacha y el muchacho desconocidos

que se desprendieron un poco de sí mismos

para tender sus manos y decirme

adelante y valor

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