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Authors: Isaac Asimov

Tags: #Histórico

Guía de la Biblia. Antiguo Testamento (81 page)

Como el de Isaías, el libro de Miqueas denuncia las injusticias practicadas por los ricos contra los pobres, y mantiene el punto de vista de que la religión no es exclusivamente liturgia. En un pasaje muy famoso, el libro de Miqueas define lo que considera la esencia de la religión verdadera:

Miqueas 6.7.
¿Se agradará Yahvé de los miles de carneros y de las miríadas de arroyos de aceite?...

Miqueas 6.8.
¡Oh hombre!, bien te ha sido declarado lo que es bueno y lo que de ti pide Yahvé: hacer justicia, amar el bien y caminar en la presencia de tu Dios.

34. Nahúm

Nahúm

Nahúm

Este libro de tres capítulos se compone de un himno de alegría por la próxima destrucción de Nínive:

Nahúm 1.1. Carga de Nínive. Libro de la visión de Nahúm de Elcos.
[237]

(O, como dice la Revised Standard Version: «Oráculo sobre Nínive. Libro de la visión de Nahúm, de Elcos».)
[238]

Se desconoce la situación de la ciudad de Elcos, aunque algunos sugieren que debía estar al suroeste de Jerusalén en las proximidades de Morasti Gat, la ciudad natal de Miqueas (v. cap. 33).

El libro, que trata de la caída de Nínive como algo inevitable, probablemente no se escribiera mucho después del 612 aC, cuando las fuerzas aliadas de Caldea y Media tomaron la ciudad.

Nahúm 2.4/5. Sus carros ruedan con estruendo por las plazas (de Nínive)...

Nahúm 2.6/7. Se abren las puertas de los ríos, el palacio está sumido en el terror.

Nahúm 2.7/8. La reina es desnudada y sacada a luz...
[239]

Se desconoce el significado de Huzzab. Sí no es una especie de error del copista, puede ser un nombre simbólico de Nínive; o tal vez se refiera a alguna diosa Asiria o a un ídolo. La Revised Standard Version traduce así el pasaje: «... el palacio está sobrecogido; su dueña está desnuda...».

35. Habacuc

Habacuc.

Habacuc

Nada se conoce del profeta, porque el primer versículo del libro se limita a decir:

Habacuc 1.1.
La carga que vio Habacuc.

Desde luego, hay que descartar la referencia a Habacuc en Bel y el dragón (v. cap. 27).

Según parece, hay que fechar el libro poco después del de Nahúm, quizás hacia el 605 aC. Nínive ha caído, porque ahora son los caldeos quienes representan la amenaza mayor y sobre quienes recae la promesa de la ira de Dios. En realidad, esta concepción se apoya en un solo versículo. Cuando Habacuc se queja a Dios de las maldades practicadas en Judá, Yahvé le asegura que habrá un castigo:

Habacuc 1.6.
Pues he aquí que voy a suscitar a los caldeos...

36. Sofonías

Sofonías.

Sofonías

De Sofonías se da una genealogía más larga que del resto de los profetas:

Sofonías 1.1.
Palabra de Yahvé dirigida a Sofonías, hijo de Cusí, hijo de Guedalías, hijo de Amarías, hijo de Ezequías...

Resulta tentador suponer que la genealogía se extiende a través de cuatro generaciones para llegar a un personaje especialmente importante. Si es así, el Ezequías se referiría al rey de Judá, por lo que Sofonías sería el tataranieto de dicho rey.

Esto encajaría perfectamente con la fecha del libro, que se presenta así:

Sofonías 1.1.
... en los días de Josías.... rey de Judá
.

Josías también es tataranieto de Ezequías, y podría ser que Sofonías (como Isaías; v. cap. 23) sea miembro de la familia real y primo segundo del soberano reinante.

Sofonías denuncia la idolatría y cita las palabras de Dios:

Sofonías 1.4.
... exterminaré de este lugar los restos de Baal...

Este pasaje al menos habría que fecharlo antes de la reforma de Josías del 621 aC. Las sentencias de Sofonías habría que considerarlas en el ambiente del comienzo de la rápida caída de Asiria y de la creciente anarquía que se extendió sobre el Asia occidental, tal vez combinada con las incursiones finales de los nómadas cimerios (v. cap. 24).

El profeta ve todo ello como un anuncio del inminente día de Yahvé y como un ejemplo de sus características:

Sofonías 1. 14.
Se acerca el gran día de Yahvé...

Sofonías 1.15.
Día de ira es aquél, día de angustia y de congoja, día de ruina y de asolamiento, día de tinieblas y oscuridad, día de sombras y densos nublados.

37. Ageo

Ageo • Zorobabel.

Ageo

El libro de Ageo está fechado con bastante precisión:

Ageo 1.1.
En el año segundo del rey Darío..., fue la palabra de Yahvé, por mano de Ageo, profeta, a Zorobabel.... gobernador de Judá, y a Josué..., sumo sacerdote...

Darío accedió al trono de Persia en el 521 aC, por lo que el mensaje de Ageo se adelantó al 520 aC.

Los exiliados judíos habían vuelto a Jerusalén diecisiete años antes, y aún no se había reconstruido el Templo, debido sobre todo a la hostilidad de los habitantes del país (v. cap. 15). Por consiguiente, la tarea de Ageo consistía en estimular a Zorobabel y a Josué, dirigentes político y religioso de los retornados, a completar la tarea. Con nuevo vigor, y con el patrocinio de Darío (v. capítulo 15), los judíos pusieron manos a la obra y el Templo se reconstruyó.

Zorobabel

El último y breve discurso atribuido a Ageo tiene carácter mesiánico. Además, se nombra al Mesías, pues Ageo cita palabras de Dios:

Ageo 2.23/22. .
.. trastornaré los tronos de los reinos...

Ageo 2.24/23.
Aquel día..., te tomaré a ti Zorobabel..., mi siervo..., y te haré como anillo de sello, porque yo te he elegido...

Como Zorobabel era de ascendencia davídica (v. cap. 13) y como estaba al mando de la comunidad judía en la etapa de restauración del Templo, parecía lógico considerarlo como un posible Mesías, pero tal esperanza no sirvió de nada.

Después del 520 aC, no se sabe nada de Ageo, por lo que pudo morir de muerte natural poco después de su aparición en la historia judía. Después de todo, hay ciertos argumentos para considerarle un anciano porque en un momento determinado, al referirse al segundo templo que está en construcción, pregunta:

Ageo 2.4/3.
¿Quién queda de vosotros que viera esta casa en su primera gloria y cual la veis ahora? ¿No es verdad a vuestros ojos como nada?

Si se acepta la implicación de que Ageo conoció el primer Templo y podía hacer la comparación (por lo que invitaba a otros ancianos a hacer lo mismo), entonces es que era de edad avanzada. Aunque sólo tuviera catorce años en el momento de la destrucción del Templo en el 586 aC, tendría ochenta en el 520 aC. No sería sorprendente que a esa edad muriese de muerte natural.

Zorobabel también desaparece de la historia. Es lógico suponer que el ser objeto de profecías mesiánicas fue fatal para su utilidad como gobernador de Judea, al menos por lo que concernía a los persas. Efectivamente, después de esa época, sólo el sumo sacerdote fue el dirigente de la comunidad judía. Es como si los persas hubiesen decidido que sería demasiado peligroso dar también a los judíos un gobernador secular.

Durante los cuatro siglos siguientes, los judíos seguirían sin gobernador civil, hasta que llegó el tiempo de los Macabeos.

38. Zacarías

Zacarías • Satán • El Germen • Jadrac • Los pastores

Zacarías

Zacarías es contemporáneo de Ageo, y la actividad profética de ambos comenzó en el mismo año, 520 aC.

Zacarías 1.1.
El ... año segundo de Darío llegó la palabra de Yahvé a Zacarías...

En el libro de Esdras se menciona a los dos profetas:

Esdras 5.1.
[240]
Ageo, profeta, y Zacarías..., profeta, hablaron... a los judíos que había en Judá...

Sin embargo, mientras que el trabajo de Ageo acabó el mismo año en que empezó, Zacarías siguió profetizando al menos hasta el 518 aC:

Zacarías 7.1.
Sucedió que el año cuarto del rey Darío llegó la palabra de Yahvé a Zacarías...

Por tanto, fue Zacarías, posiblemente mucho más joven que el otro profeta, quien continuó la tarea de animar la reconstrucción del Templo después de que enmudeciera la voz de Ageo.

Satán

Zacarías . habla de los sufrimientos y derrotas de Judá y de la inminente restauración del reino en una serie de visiones que le ofrece un ángel, bastante parecidas a las del posterior libro de Daniel. En cierto momento, el cambio de la suerte de Judá se describe de la manera siguiente:

Zacarías 3.1.
Y me hizo ver a Josué, el sumo sacerdote, que estaba en pie delante del ángel de Yahvé y tenía a su diestra a Satán para acusarle.

Zacarías 3.2.
Y
(el ángel de)
Yahvé dijo a Satán: ¡Que Yahvé te reprima, oh Satán ... !

Zacarías 3.3.
Porque estaba Josué vestido de vestiduras inmundas...

Zacarías 3.4.
Éste
(el ángel)
mandó ...: Quitadle las vestiduras inmundas y vestidle las vestiduras de ceremonia.

Según parece, Josué representa aquí a la nación judía, revestida con los pecados de sus padres pero ya rescatada y elevada a la gracia y a la virtud simbolizadas por las nuevas vestiduras.

Los judíos de Babilonia no recibieron la influencia persa hasta el 538 aC, cuando Ciro conquistó Babilonia; pero menos de veinte años después, el dualismo persa había influido en el judaísmo de tal manera, que Satán empezó a desempeñar un papel. Aquí Satán cumple su función primitiva (también mostrada en el libro de Job (v. cap. 18), que quizás se escribiera un siglo después del tiempo de Zacarías) como una especie de fiscal contra la humanidad y, en especial, contra el pueblo judío.

El Germen

Para Zacarías, como para Ageo, la perspectiva de la terminación del segundo Templo era una indicación clara del advenimiento del Mesías, el anunciado vástago de la línea davídica, que reinaría sobre un Jerusalén ideal. Así, después de que atavían a Josué con vestiduras limpias, le dicen en la visión de Zacarías:

Zacarías 3.8.
Escucha, pues, Josué... He aquí que yo hago venir a mi siervo «Germen».
[241]

Aquí se utiliza la metáfora de Isaías de que el Mesías es el nuevo vástago que surge del tronco marchito de la línea davídica.

Al menos en este caso, el vástago no se refiere simplemente a un indefinido rey ideal del futuro. Se le nombra:

Zacarías 6.9.
Llegóme la palabra de Yahvé, diciendo:

Zacarías 6.11.
Toma de ellos plata y oro y haz una corona y ponla en la cabeza de Josué.... sumo sacerdote,

Zacarías 6.12.
y dile: ... He aquí que el varón cuyo nombre es «Germen», y...

Originalmente, este pasaje parecía referirse a dos hombres, porque Zacarías dice que se le ordenó hacer «coronas» (en plural), lo que significaría que al menos habría dos. En vez de suponer que las dos coronas se pondrían sobre la cabeza de Josué, sería más lógico pensar que una sería para Josué y la otra para una segunda persona, la que se presenta a Josué como «Germen». Se describe a Germen corno a alguien que «edificará el Templo de Yahvé», y éste sólo puede ser Zorobabel. Al igual que Ageo, Zacarías nombra así Mesías a Zorobabel.

Y continúa:

Zacarías 6.13.
Edificará
(Germen o Zorobabel)
el Templo de Yahvé, se revestirá de majestad, se sentará y dominará en su trono y el sacerdote
(Josué)
se sentará en su solio, y habrá entre ambos consejo de paz.

Parece que un corrector posterior alteró este pasaje eliminando toda referencia a Zorobabel, debido a que esta parte de la profecía pronto se probaría incierta, pues desapareció el gobierno secular. Por otro lado, la línea de sumos sacerdotes prosiguió sin romperse durante los siglos siguientes, de modo que no habría que quitar el nombre de Josué.

Jadrac

Los seis capítulos últimos de este libro no parecen de la mano del Zacarías que escribió los ocho primeros. Se modifica el estilo del lenguaje, cambia radicalmente el escenario en el que se habla, y hay referencias a acontecimientos que no encajan en la época inmediata a la vuelta del Exilio.

Esta última sección del libro empieza así:

Zacarías 9.1.
Oráculo. Palabra de Yahvé. En la tierra de Jadrac y de Damasco...

Esta parte del libro no está fechada con tanta precisión como la primera, que señala la cronología en dos sitios diferentes; tampoco se expresa el nombre del profeta.

Según parece, Jadrac, ciudad que no se menciona en ninguna otra parte de la Biblia, está al norte de Siria, y los primeros versículos del capítulo noveno describen el paso de un ejército conquistador por el territorio de Siria y Filistea:

Zacarías 9.3.
Tiro se ha construido un baluarte...

Zacarías 9.4.
Pero he aquí que el Señor se apoderará de ella.... y quedará consumida por el fuego.

Zacarías 9.5.
... No habrá ya rey en Gaza...

Resulta tentador ver en este pasaje una referencia a Alejandro el Magno, cuando se adentró en esa región del mundo habitada por los judíos. En el 333 aC, Alejandro derrotó a Darío III de Persia en la batalla de Iso, al extremo noreste del mar Mediterráneo, y a unos seiscientos cuarenta kilómetros al norte de Jerusalén. Luego marchó hacia el sur, apoderándose de toda Siria (Jadrac y Damasco) sin librar combate. Menos Tiro, toda Fenicia capituló. Sin duda, al recordar su heroica defensa contra Nabucodonosor (v. cap. 26), se fortificó y resistió.

Pero Alejandro el Magno era un enemigo más peligroso que Nabucodonosor. El asedio duró siete meses, en los cuales tanto la defensa como el ataque fueron desesperados; al final, Alejandro venció y Tiro fue destruida en el 332 aC. Alejandro también sometió a Gaza después de un asedio obstinado, ejecutando a su gobernador persa.

Las sorprendentes victorias sobre el imperio persa, al que los judíos habían considerado invencible durante dos siglos, debieron sugerir un carácter sobrenatural. Alejandro podía ser un instrumento en manos de Dios para trastornar los grandes reinos de la tierra y preparar el camino para el advenimiento del reino mesiánico. Desde luego, los judíos no trataron de incorporarse a la resistencia contra Alejandro, y los ejércitos del poderoso conquistador atravesaron su territorio sin hacerles daño.

Si la carrera de Alejandro el Magno es efectivamente lo que inspira este pasaje, el autor debió de adoptar la idea de que el gran poder militar atribuido por profetas anteriores al Mesías se cumplía en la forma de un rey pagano. Ahora aparecería el Mesías verdadero con un aspecto completamente diferente para traer el Estado de paz ideal que debía acompañarlo. Una vez descritos los asuntos militares podía destacarse el aspecto no militar, la humildad, la naturaleza pacífica del Mesías:

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