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Authors: Isaac Asimov

Tags: #Histórico

Guía de la Biblia. Antiguo Testamento (51 page)

De ese modo, se describe la muerte de Saúl y luego:

1 Crónicas 11.3.
... todos los ancianos de Israel vinieron ... a Hebrón ... Ungieron a David por rey de Israel...

No se alude a los siete años en que Isbaal fue rey de Israel en la Transjordania, ni a la deserción de Abner ni a las posteriores intrigas políticas (v. cap. 10). Se supondría que, en un momento de exaltación, David fue elevado a la realeza por unanimidad.

Una vez que se proclama rey a David, el cronista pasa a la toma de Jerusalén; de manera que ya tenemos al hombre que inició el culto en el Templo y el lugar donde se emplazó éste. Se cuenta con gran detalle el traslado del arca de la alianza a Jerusalén, igual que la frustrada intención de David de construir el Templo por sí mismo y las medidas que toma para que lo haga su sucesor. Luego se pasa a su muerte y a la sucesión de Salomón al trono. No se menciona la lucha dinástica entre Salomón y Adonías (v. cap. 11).

Bajo el punto de vista actual, la descripción del reinado de David es tan limitada y parcial, que parece una falsificación histórica. Pero sin duda no hay una intención consciente de falseamiento por parte del cronista, que no compartía nuestra concepción de la historia. Más bien trataba, a su juicio, de «hacer verídica» la historia, por decirlo así. Esto es, vio en la historia de la monarquía davídica un hilo central que deseaba mostrar más claramente a todos los hombres. Por tanto, eliminó lo que para él eran datos oscuros e inconexos y dio colores más vivos al hilo central para resaltarlo. El resultado es una historia que podríamos calificar de «impresionista» y, al igual que el del arte impresionista, su objetivo es el de destacar lo que la realidad pudiera ocultar.

Satán

En la historia del cronista, David sólo aparece en una ocasión con un aspecto no ideal: en relación con su pecado de elaborar un censo. Sin embargo, tal aspecto debió incluirse porque es parte fundamental del tema. Según la tradición, David vio al ángel (v. capítulo 10) en el terreno de una era, y allí fue donde se construyó el Templo. Aun así, la historia se cuenta con una diferencia importante.

En la versión preexiliar de la historia, se declara:

2 Samuel 24.1.
Volvió a encenderse el furor de Yahvé contra Israel, impulsando a David a que hiciera el censo de Israel y de Judá.

Sólo a Dios se le considera origen de todas las cosas, y es Dios quien inspira el impulso maléfico de David. Pero en la época del cronista, se veía como un indicio de blasfemia el hecho de suponer que Dios castigase a Israel inspirando un acto pecaminoso que luego utilizaría como excusa para el castigo. De ese modo, el cronista cuenta así la historia:

1 Crónicas 21.1.
Alzóse Satán contra Israel e incitó a David a hacer el censo de Israel.

La palabra hebrea
satan
significa «adversario»; es decir, alguien que se opone. No debe por qué tener un sentido sobrenatural, y la Biblia lo emplea de cuando en cuando para significar a un enemigo humano ordinario. Entonces, la palabra hebrea se traduce simplemente como «enemigo». Un caso semejante se presenta en el 1 Reyes, cuando Rezón de Siria se rebela contra Salomón:

1 Reyes 11.25.
[112]
Siendo enemigo de Israel todo el tiempo de la vida de Salomón...

Pero algún tiempo después de la cautividad babilónica, surgió el concepto de que existía un Enemigo sobrenatural; un ser cuya misión específica consistía en trabajar por el mal del hombre, igual que la de Dios era trabajar por el bien del hombre. El Satán con mayúscula carecía de poder para obligar a los hombres a cometer el mal, pero podía tentarlos para que pecasen y se rebelaran contra Dios; al sucumbir a tal tentación era cuando el hombre traía el mal al mundo.

Tal concepción resultó útil y contribuyó a explicar el origen del mal, porque siempre es difícil explicar la existencia del mal y del dolor en el mundo y el triunfo tantas veces evidente del mal sobre el bien frente a la existencia de un Dios omnipotente y bondadoso. Aunque se explique que el mal se produce como castigo a una humanidad pecadora, ¿de dónde proviene el mal que impulsa al hombre a pecar? De ese modo, resultaba conveniente la idea de un Satán sobrenatural que incitara al hombre al pecado.

Es muy probable que tal concepto viniera de los persas.

Hacia el 400 aC, época del autor de las Crónicas, los persas se habían convertido en la nación dominante de Asia, y es de esperar que el pensamiento persa tuviera gran influencia entre todas las naciones que, como Judá, estaban bajo su dominio. Y en especial, porque la religión persa acababa de organizarse a través de un gran profeta, Zaratustra (o Zoroastro, en la forma latinizada de ese nombre), hacia la época de la vuelta de la cautividad babilónica, y la tierra vibró, por decirlo así, con la nueva doctrina.

El zoroastrismo ofrecía una visión dualista del universo Había un principio del bien, Ahura Mazda (u Ormuz), y un principio del mal, Arimán, casi iguales y prácticamente independientes entre sí. La creación del mundo, su historia y su evolución eran incidentes en la eterna guerra celestial entre ambos principios, cada uno al frente de un ejército diferente de espíritus innumerables.

En tal concepción del universo, hay una calidad dramática que resulta atractiva y que penetró en el judaísmo hasta cierto punto. Se concibió un principio del mal, Satán, que no era independiente de Dios ni igual a Él. En cambio, se consideró que Satán, al igual que el hombre, era creación de Dios.

En épocas posteriores, se pensó que originalmente había sido un ángel, y hasta el jefe de los ángeles. Pero movido por el orgullo, se negó a obedecer a Dios y a doblegarse ante el hombre en la época de la creación de Adán. Por tanto, se le expulsó de los cielos junto con muchos de sus seguidores. Una vez caído, se vio atenazado por la envidia y una malicia infinitas, y se dedicó a la tarea de tentar a la humanidad para que cayese del estado de gracia, como él había caído.

Satán no se menciona como tal en ningún libro anterior al 1 Crónicas, pero las acciones del mal que surgían aquí y allá podían considerarse bajo una luz nueva. Y algo mucho más importante: se igualó a Satán con la serpiente que tentó a Eva en el jardín de Edén.

La historia de Satán, de su rebelión contra Dios y de su caída de los cielos constituye el núcleo central de
El paraíso perdido
, el gran poema épico de Milton, que se basa en los primeros capítulos del Génesis.

Además, Satán no realiza su misión maléfica sin permanecer bajo el firme dominio de Dios. Y es posible considerar que Satán cumple la necesaria función de tentar a la humanidad y de mejorar la naturaleza del alma manteniéndola fuerte, ejercitándola, por decirlo así, mediante tentaciones que debe superar. Entonces, Satán serviría como cedazo para separar a las mejores almas de las peores.

Parte de las funciones de Satán consistía en presentar a Dios un informe negativo de un hombre para desacreditarlo. (Esto se ve muy bien en el libro de Job.) En griego, «difamador» se dice
diabolos
(literalmente, «arrojar en medio», porque las palabras infamadoras son como obstáculos arrojados en medio del camino para impedir el paso), y de ahí viene el sustantivo «diablo» y el adjetivo «diabólico». La versión King James utiliza a veces la palabra «diablo» para referirse a los espíritus de la fertilidad de los bosques, que la Revised Standard Version llama «sátiros» (v. cap. 3), pero el Diablo con mayúscula es Satán. Satán, el Enemigo, es también el Diablo, el Calumniador. Los mahometanos llaman al Enemigo Eblis, que también procede de
diabolos
.

En el zoroastrismo, los poderes del mal que luchan bajo la bandera de Arimán son los «devas», pero no tienen nada que ver con «diablo». ¡Muy al contrario! La misma palabra existe en sánscrito, y en la India se aplica a los dioses y a los espíritus del bien.

No es muy sorprendente que los dioses de un pueblo sean los demonios de sus vecinos. Sin duda, el pensamiento religioso hindú penetraba en Persia en época de Zaratustra y, al rechazarlo, los persas estigmatizaron a los dioses extranjeros como demonios, igual que los judíos consideraban abominaciones a los dioses cananeos y como los cristianos convirtieron posteriormente a los dioses griegos y romanos en espíritus del mal.

La palabra «deva» no nos llego a través del persa, sino del sánscrito, y por tanto conserva su concepto divino. De ella tenemos el griego
dios
, el latín
deus
y el francés
dieu
, que significan «Dios», así como el adjetivo «divino».

14. 2 Crónicas

Jope • El monte Moria • Arabia • Roboam • Abías • Asa • Josafat • Joyada • Amazías • Ozías • Ajaz • Ezequías • Manasés • La oración de Manasés • Josías • Rey de los caldeos.

Jope

En cuanto al reinado de Salomón, lo que interesa al cronista es la construcción del Templo y sus riquezas. Como, según el cronista, los beneficios materiales acompañan a las acciones justas, y como no hay acción justa más grande que la construcción del Templo, la riqueza de Salomón se describe con exageración desmedida.

Salomón encarga a Hirán de Tiro (aquí llamado Hiram) los suministros necesarios para el Templo. Hirán accede:

2 Crónicas 2.15.
[113]
Nosotros cortaremos... la madera... y !a pondremos en balsas para llevarla por mar hasta Jope, y tú la harás llevar de allí a Jerusalén.

Jope, la moderna Jafa, era un puerto del Mediterráneo situado a unos cincuenta y seis kilómetros al noroeste de Jerusalén. Aunque no muy bueno, era el único puerto importante que se encontraba cerca de la capital, y por tanto el sitio más lógico a donde enviar materiales con destino a Jerusalén.

Entra por primera vez en la historia como una de las ciudades capturadas por Tutmosis III cuando el conquistador egipcio estableció su imperio en Asia. Cuando Egipto entró en decadencia, Jope cayó bajo el dominio fenicio. Se menciona en el libro de Josué como parte del territorio ideal de la tribu de Dan, pero no estuvo bajo dominio israelita en ningún momento antes de David (ninguno lo estuvo en la franja costera, que siguió siendo filistea por el sur y fenicia por el norte). Por tanto, salvo por la mención en Josué, ésta es la primera vez que Jope aparece en la Biblia.

Como puerto de Jerusalén, Jope tuvo gran importancia en la época de las Cruzadas; varias veces cambió de manos entre musulmanes y cristianos, pero al final cayó durante largo tiempo bajo dominio turco.

En 1909, cuando Palestina aún formaba parte del imperio otomano y Jope o Jafa era una ciudad marcadamente árabe, los judíos de la ciudad establecieron un barrio propio a cuatro kilómetros y medio al norte que llamaron Tel Aviv. Tras la Primera Guerra Mundial, cuando Palestina entró bajo administración británica, la ciudad judía, gracias a la inmigración y a la ayuda financiera del exterior, creció con rapidez hasta convertirse en una ciudad moderna según el patrón occidental.

En 1948, cuando Israel alcanzó la independencia, Tel Aviv sirvió de capital provisional hasta 1950, momento en que se fundó la nueva ciudad de Jerusalén. En 1950, Tel Aviv se unió con Jafa (de la que se habían marchado la mayoría de los árabes), formando un solo municipio. Tel Aviv/Jafa es ahora la mayor ciudad de Israel, con una población de unos cuatrocientos mil habitantes.
[114]

Jope posee la extraña distinción de ser una de las pocas ciudades cananeas que desempeñó un papel en la mitología griega. El héroe Perseo mató a la monstruosa Medusa en la lejana tierra de los hiperbóreos, y se apresuraba a su patria cuando divisó a una mujer desnuda que estaba encadenada a una roca en un monte de las afueras de la ciudad de Jope. Era Andrómeda, a quien su padre, Cefeo, y su madre, Casiopea, que eran el rey y la reina etíopes de Jope, ofrecían en sacrificio a un monstruo marino. La rescató, por supuesto.

Pero ¿por qué eran etíopes los soberanos de Jope? No hay que pasarlo por alto como si se debiese a la ignorancia geográfica de los creadores de los mitos griegos; tal vez podamos hacer las siguientes especulaciones:

Aunque las leyendas griegas pudieron alcanzar sus formas más tardías relativamente complejas a manos de los poetas de la Edad de Oro, sin duda se basaban en historias antiquísimas que se remontaban a un pasado oscuro. Las leyendas se sitúan en la época micénica, antes de la guerra de Troya, cuando Egipto era la mayor potencia del mundo y los faraones de las dinastías XVIII y XIX dominaban las regiones vecinas de Asia, incluida Canán. En consecuencia, resultaba bastante aceptable hablar del rey egipcio de Jope, refiriéndose al gobernador que administraba a las órdenes del faraón.

Pero en el siglo octavo aC, cuando Grecia se convertía en un país colonizador y sus naves surcaban las aguas más allá del Mediterráneo por vez primera desde la caída de los grandes reinos de la época troyana, se dio cuenta de que Egipto se hallaba entonces bajo una dinastía etíope. Era fácil llevar esa situación hacia el pasado y sustituir al rey egipcio de Jope por uno etíope.

El monte Moria

Empieza la construcción del Templo:

2 Crónicas 3.1.
Comenzó, pues, Salomón a edificar la casa en Jerusalén, en el monte Moria..., en el lugar que David había dispuesto en la era de Ornán, jebuseo.

De ese modo, el lugar del Templo se vincula con dos episodios pavorosos del pasado, algo que no hace la descripción del 1 Reyes. En la era de Ornán (llamado Areuna en 2 Samuel (v. cap. 10) David vio un ángel, y en la tierra de Moria, Abraham estuvo a punto de sacrificar a Isaac (v. cap. 1 ).

(Por otro lado, los samaritanos sostenían que Abraham casi sacrificó a Isaac en el monte Garizim, pues ésa era su montaña sagrada.)

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