T
ÉCNICA
:
Anotación objetiva, con reproducción de conversaciones. Bloom aparece sólo visto desde fuera, y fugazmente, entre una atmósfera burlona y despectiva
.
R
EFERENCIA HOMÉRICA
:
Eolo (el dios de los vientos, como posible símbolo de la Prensa: la redacción del diario sería la cueva donde el dios tenía amarrados a los vientos)
.
[
8
]
De 1 a 2. Bloom se dirige a almorzar, cambia de idea y se limita a un breve tentempié. La sucesión de temas en la mente de Bloom —a remolque de lo que ve— es tan rápidamente cambiante, que daremos apenas unas claves de identificación: Se venden dulces: proveedor de Su Majestad: un prospecto que tirar «por ahí» de un predicador americano [
14
], «¡Elías viene!»: buena publicidad: la religión. Ve a la hermana de Stephen Dedalus: son quince hijos: la anticoncepción. Cruza el puente O’Connell: ahogarse: el hijo del prestamista salvado en [
6
]. Bloom hace un barquito con el prospecto: al agua: gaviotas famélicas: compra algo que darles de comer. Barca en el agua con anuncio: anuncios ilegales: médicos de venéreas anunciados en urinarios. ¿Y si él (Boylan) tuviera…? «Mejor no pensar». Oficina marítima: el reloj. Astronomía, ¿qué es
paralaje
?
Metempsicosis
: Molly no entendía. Ingenio de Molly: lista de sus admiradores. Hombres-sandwich anunciando «Hely’s». A Bloom le costaba cobrar, trabajando con Hely: así, en los conventos. ¿Fecha? Cuando se casó con Molly. Luego, 1894, murió Rudy: desde entonces Molly no quiere relación sexual con Bloom. Ese año, fiesta con el alcalde: gran éxito de Molly. Pasa un tipo de nombre no recordado. Nombre de un admirador de Molly: el tenor Bartell d’Arcy. Encuentra a la señora Breen (Josie Powell), viejo amor de Bloom: su marido está chiflado. Pregunta por la señora Beaufoy (en realidad, Purefoy) que lleva tres días con dolores de parto en el hospital (a donde irá Bloom en [
14
]). Un lunático les hace apartarse: la señora Breen cuenta sobre su marido lunático.
Irish Times
: anuncio por el que le escribe Martha —Bloom rechazó otra corresponsal, demasiado literaria. Éxitos del
Irish Times
: sus crónicas de cacerías. Bloom admira a las amazonas, a las mujeres enérgicas —una sudamericana, Mirim Dandrade, que conoció. La señora Purefoy: marido metodista, dolores de parto. Un sistema de seguros nacionales para ingresos mínimos. Vuelan palomas, bien alimentadas; bien alimentados guardias salen de comer; entran otros. Estatua sobre urinario. Guardias; recuerdos de choques con estudiantes. Se nubla el sol: «el sol de la autonomía irlandesa»: Bloom deprimido: irrealidad del mundo. Reaparece el sol: ve al hermano de Parnell. Pasa el poeta A. E. (George Moore) con una literata desastrada. Escaparate de óptica: gemelos: ¿qué es
paralaje
? ¿Preguntarle al profesor Joly? Luna llena hace quince días: él, Molly y Boylan paseaban —estos dos, cantando un dúo de amor, sus manos tocándose. Ve a Bob Doran: viejos tiempos mejores: cuando él tenía 28 años y ella 23: muerte de Rudy, ya no más relación sexual. Calle Grafton: comprar: ¿un acerico para Molly?: ropa interior, joyería, frutas, plantaciones en Palestina [
4
]; deseo voluptuoso de erotismo; hambre: almorzar; ir al restaurante Burton. Repelente aspecto de los hombres comiendo en el Burton. Mejor un tentempié en Byrne (en el futuro, socialización del acto de comer): vegetarianismo y sus ventajas. Entra en Byrne: está Nosey Flynn, bebedor, siempre sorbiéndose la moquilla. Pide borgoña y emparedado de gorgonzola (reflexiones sobre el alimento). Nosey pregunta por la señora Bloom: los conciertos, ¿los organiza Boylan? Boylan, promotor de boxeo.
Cetro
favorito: otros recuerdos: reflexiones sobre alimentación: banquetes, hoteles elegantes, señoras escotadas. Molly, cuando se le entregó en el monte Howth: contraste con ahora. Buen tipo: «música helada de la escultura»: las diosas del museo, ¿tienen agujero posterior? Bloom va a orinar. Davy Byrne pregunta a Nosey sobre Bloom: es masón. Entran Paddy Leonard, Bantam Lyons y Tom Rochford, pidiendo de beber. Sale Bloom y se marcha por la calle. Ve un perro vomitando. Cenar:
Don Giovanni
. Perspectivas de cobrar los anuncios: comprar enaguas para Molly. Un muchacho ciego por la calle: injusticia cósmica: Justicia: pasa el juez Falkiner. Anuncio de la tómbola Myrus. Pasa «alguien» (Boylan). Bloom se refugia en el museo: nota que lleva en el bolsillo el jabón junto a la patata-talismán.
T
ÉCNICA
:
Palabra interior, en la mente de Bloom, excepto en el intervalo en que éste se retira a orinar, en la taberna de Byrne
.
R
EFERENCIA HOMÉRICA
:
Los Lestrigones (unos caníbales, por los clientes del restaurante Burton)
.
[
9
]
De 2 a 3. En el despacho del director de la Biblioteca Nacional, Dublín. Stephen, sin almorzar, pero con unos tragos en el cuerpo, expone sus teorías sobre Shakespeare ante un grupo: Bloom sólo aparece un par de momentos, muy en segundo término. (El lector hispano no especialmente interesado en Shakespeare tal vez prefiera saltar este capítulo, que le resultará un tanto oscuro, si bien con ello perderá parte de los
leitmotiv
—sobre todo, el «padre-hijo», en
Hamlet
, y el tema de los cuernos conyugales. Es de notar que las teorías en que Stephen dice no creer, a pesar de exponerlas brillantemente, eran tomadas bastante en serio por el propio Joyce y empiezan a serlo por algunos especialistas en Shakespeare.) Están presentes el poeta A. E. (George Moore) —personaje real, según ya se dijo—, John Eglinton, Lyster —bibliotecario cuáquero—, y luego, el bibliotecario Best —cuyo apellido, «mejor», sirve para juegos de palabras con el testamento en que Shakespeare legó a su mujer su
second-best bed
su «segunda cama»: más tarde, aparece Buck Mulligan, a quien Stephen ha enviado un telegrama en vez de acudir a la cita con él en un bar. Sin detallar las entradas y salidas, ni las fases de discusión, resumimos las hipótesis de Stephen: Shakespeare no debe identificarse tanto con Hamlet cuanto con el espectro del padre de Hamlet: para él, Hamlet vino a ser una versión literaria de su hijito Hamnet —muerto prematuramente, como el de Rudy de Bloom—. La adúltera madre de Hamlet, Ann, tendría algo de Ann Hathaway, la mujer de Shakespeare, de más edad que éste, y que probablemente le sedujo —el poema
Venus y Adonis
lo expresaría: luego, ausente el poeta en Londres, Ann le habría sido infiel con los hermanos del poeta, Gilbert, Richard y Edward (Richard tendría reflejo en Ricardo III; Edward en el hijo traidor del rey Lear).
El rey Lear
y
La tempestad
expresarían la reconciliación final entre los cónyuges, gracias a una nieta: sin embargo, el poeta no había olvidado sus agravios, y en el testamento legó a su mujer, no su mejor cama, sino su «segunda cama». Todo esto, en la exposición de Stephen, se apoya en doctrinas estéticas tomadas de Santo Tomás de Aquino —como en el
Retrato del artista
—, y se combina con consideraciones teológicas —ortodoxas o no— sobre el Padre y el Hijo en la Trinidad cristiana. Mulligan, que ha recibido un telegrama de Stephen con una cita de Meredith —en vez de su presencia en la cita—, llega dispuesto a burlarse de sus teorías, y compone un esbozo de parodia de «moralidad» dramática —la forma del teatro antiguo inglés—, como «inmoralidad». Los bibliotecarios y literatos presentes discuten seriamente las opiniones de Stephen —a quien, sin embargo, A. E. no invita a una posterior reunión literaria. Finalmente, Stephen se declara escéptico ante sus propias teorías, aunque dispuesto a que alguien las publique en forma de interviú, si le paga una guinea. Al marcharse, encuentran a Bloom —que apareció antes, fugazmente, pidiendo un periódico para copiar su anuncio—: es «el Judío Errante», según Mulligan. Una cita final de
Cimbelino
expresa sardónicamente una voluntad de aceptación de la realidad.
T
ÉCNICA
:
Más dramática que narrativa, con predominio del diálogo, pero también con vetas de palabra interior en la mente de Stephen
.
R
EFERENCIA HOMÉRICA
:
Escila y Caribdis: el dilema entre dos peligros: el remolino que se traga los barcos y el monstruo que se traga a los navegantes —no vemos muy claro por qué. Según Frank Budgen, la filosofía platónica —la de los oponentes de Stephen— y la aristotélica —la del propio Stephen— son «los monstruos que acechan al pensador en los estrechos» [?]
.
[
10
]
De 3 a 4. Este capítulo consiste en 19 descripciones de personajes moviéndose a través de Dublín, a lo largo de itinerarios que a veces se cruzan unos con otros.
1. El Padre Conmee —figura real, como se dijo, rector del colegio Belvedere, donde hizo becario a Joyce—, descrito mediante su palabra interior, con mente benévola, devota y bien ordenada, se dirige a pedir asilo para uno de los huérfanos de Dignam, a cuyo entierro asistió antes Bloom. Va observando personas y edificios: ya en el campo, ve —y bendice— a una pareja de enamorados —luego se identifica al muchacho como Lynch.
2. Corny Kelleher, el funerario del entierro de Dignam, está en su establecimiento. Un brazo (de Molly Bloom) asoma por una ventana para echar una limosna a un inválido.
3. El inválido avanza sobre sus muletas, cruzándose con otros personajes.
4. Dos hermanas de Stephen llegan a casa: otra hermana está hirviendo unas camisas —para lavarlas— y tiene poco que darles de cenar: una de ellas alude a su padre, bebedor y arruinado. (El prospecto que Bloom tiró «por ahí», en forma de barco, navega bajo un puente.)
5. Blazes Boylan envía un cesto de fruta y vino a Molly Bloom, preparando su visita. Bloom, mientras, examina un carrito de libros usados.
6. Stephen habla en italiano con un maestro de música que quiere convencerle de que se haga profesional del canto.
7. La secretaria de Boylan alterna la lectura de una novela con el trabajo: Boylan llama y se entera de que Lenehan quiere verle a las cuatro —hora en que él piensa visitar a Molly Bloom— en el bar del hotel Ormond.
8. Ned Lambert enseña a un clérigo una antigua cámara en la abadía de Santa María. Aparece J. O. Molloy. Instantánea del hermano de Parnell jugando al ajedrez. Instantánea de la pareja sorprendida por el Padre Conmee. Ned y O’Molloy se van, pasando junto a unos caballos.
9. Tom Rochford enseña a unos amigos una máquina que indica qué número está en marcha en su
music-hall
. Pasa Richie Goulding, con la bolsa de documentos de su oficina legal. Se dispersan los amigos de Rochford contando diversas historias. Lenehan cuenta algo picaresco a propósito de Molly Bloom, pero admite que Bloom «tiene un toque de artista».
10. Bloom busca un libro para regalar a Molly: se queda con
Dulzuras del pecado
, del que le atraen unos párrafos de barata obscenidad.
11. El portero de la sala de subastas toca la campanilla. Empieza una carrera de bicicletas. Una hermana de Stephen, Dilly, encuentra a su padre, quien, bebido, se niega a ir con ella a casa, y muy de mala gana le da parte del dinero que le han prestado. Pasa la cabalgata del Virrey.
12. Tom Kernan, viajante de comercio, satisfecho de sus éxitos, repasa su conversación con un amigo. Se cruzan otras figuras, o son observadas —así, el cortejo del Virrey.
13. Stephen observa un escaparate de joyería. Sigue andando y encuentra a su hermana Dilly, sintiendo remordimientos de conciencia de no ayudarla, al notar su desnutrición, su mala ropa y sus pobres ilusiones —lleva un manual para aprender francés.
14. Simon Dedalus encuentra al llamado «Padre» Cowley —no es clérigo—, que se queja de estar amenazado de deshaucio por deudas. Aparece su amigo Ben Dollard, habiéndole obtenido un respiro.
15. Martin Cunningham y Jack Power van hablando, entre otras cosas, de la difícil situación de la familia del fallecido Dignam —aludiendo a la generosidad de Bloom. Pasa la comitiva del Virrey.
16. Buck Mulligan y Haines toman té con
scones
: aquél dice que Stephen está chiflado. Hay instantáneas de otros elementos anteriores.
17. El maestro de música que hablaba con Stephen va andando: detrás de él, va un chiflado ya visto en [
8
], quien tropieza con el muchacho ciego a quien ayudó Bloom en [
8
].
18. Un huérfano de Dignam va a comprar unas salchichas, entreteniéndose en mirar escaparates, sin ganas de volver a su triste casa. Se cruza con un elegante —Boylan—: reflexiones sobre la muerte de su padre.
19. El Virrey —o Lugarteniente General— recorre Dublín en su comitiva, recibiendo las miradas, y a veces los saludos, de casi todos los personajes del capítulo.
T
ÉCNICA
:
La lacónica descripción objetiva alterna con trozos de palabra interior —también bastante lacónica— en algunos personajes —Stephen y Bloom, sobre todo
.
R
EFERENCIA HOMÉRICA
:
Las Rocas Errantes (de que Circe habla a Ulises como peligro en la navegación)
.
Estructuralmente, pero sólo en tal sentido, este capítulo asume un carácter de síntesis del elenco humano del libro y de la ciudad.
[
11
]
De 4 a 5. Este capítulo empieza enumerando cincuenta y siete elementos verbales que irán apareciendo a lo largo de él, como los motivos anunciados en la obertura de una ópera —el capítulo es de intención y temática musicales.
En el bar del hotel Ormond hay dos camareras detrás de la barra: Lydia Douce, de pelo de bronce, y Mina Kennedy, de pelo de oro. No hay clientes: ellas miran por la ventana la comitiva del Virrey —y a Bloom que pasa. El camarero del comedor les trae té. Mientras Bloom mira un escaparate con imágenes de la Virgen, ellas se ríen de él. Entra Simon Dedalus, pidiendo whisky: luego Lenehan, que espera a Boylan y trata de coquetear con Mina, absorta en un libro, imitando a un maestro que enseña a leer. Simon nota que han cambiado el piano de sitio: lo ha afinado el muchacho ciego de antes. (Bloom compra papel para escribir a Martha: ve el calesín de Boylan.) Simon Dedalus se sienta al piano. Entra Boylan. Luego entra Bloom, con Richie Goulding, para hacer su retardada comida y observar a Boylan, sonreído por las camareras y ya en retraso para su visita a Molly Bloom. Lydia Douce, rogada, hace chascar una liga en el muslo. Se va Boylan, seguido por Lenehan. Entran «Padre» Cowley y Ben Dollard, que piden a Simon Dedalus que cante. Recordando un concierto, hablan de Molly Bloom, sin advertir a Bloom en el comedor, sumido en errantes pensamientos que se centran en Molly y Boylan. Simon Dedalus canta
M’appari
, de la ópera
Martha
, de Flotow. (Entran el abogado Lidwell, y otros clientes.) Bloom, mientras habla con Goulding, piensa amargamente que Boylan, en su tintineante calesín, ya va a visitar a Molly: con ello se mezclan otras cosas, el aria cantada por Simon Dedalus, de
Martha
, cuando él iba a escribir a su Martha: en el clímax de la emoción musical los nombres de Simon, el Lionel de la romanza, y Leopold, se funden en «Siopold». (Boylan avanza tintineando hacia su visita.) Bloom se pone a escribir a Martha. (Boylan deja discretamente su calesín y continúa en un coche de alquiler hacia casa de Molly Bloom.) Bloom escribe. Lydia Douce hace oír a Lidwell una caracola que ha traído de sus vacaciones: Bloom recuerda cierta canción sobre bañistas, popularizada por Boylan. «Padre» Cowley toca el minuet de
Don Juan
—tema de seducción, en la errante mente de Bloom, que juega también con música de cámara (
chamber music
) y el ruido de Molly en la bacinilla nocturna (
chamber pot
). (Boylan llama a la puerta de Molly: golpes del bastón del afilador ciego, al caminar.) Ben Dollard canta
El muchacho rebelde
, cuya letra se mezcla con lo que ocurre en torno: el muchacho rebelde había perdido a su padre y sus hermanos luchando por la libertad: «último de su nombre», antes de unirse a los rebeldes de Wexford, se confiesa, pero el confesor resulta ser un militar disfrazado, que le hace ejecutar. Mientras Dollard canta la balada, Bloom paga para irse, pensando en Molly y Boylan —traición, como en la balada—: todos escuchan con placer. Imágenes del cuerpo femenino, perfecto instrumento musical. Mientras todas aplauden el final, Bloom sale a la calle, sintiendo los gases de la sidra que tomó en la comida. Para evitar que le vea una prostituta conocida, mira un escaparate con un retrato de un patriota, mártir de su causa, cuyas palabras finales, impresas en el retrato, tienen como contrapunto la descarga de sus ventosidades.