T
arde de domingo en la isla de La Grande Jatte
(1884-1886), de Georges Seurat (1859-1891), es una de las obras postimpresionistas más famosas del mundo. El cuadro, ejecutado con la famosa técnica del puntillismo o divisionismo de Seurat, capta una sosegada escena en la que una serie de personas se entretienen sentadas, paseando, pescando o navegando a las orillas del río Sena, cerca de París.
En los años previos a
La Grande Jatte
, Seurat había estudiado y experimentado con la óptica; estaba además influido por el tratado sobre el color de Ogden Rood,
Théorie scientifique des couleurs
(1881). Fue así como ideó un sistema científico para plasmar la luminosidad y el color naturales a través de puntos o manchas de pintura gruesos y superpuestos.
Un baño en Asnières
, de 1883, es un claro ejemplo de que el artista ya había experimentado tempranamente con esta técnica en una escena más amplia y también al aire libre.
Seurat comenzó a trabajar en el lienzo de 2 x 3 metros de
La Grande Jatte
en 1884, y lo terminó a tiempo para la exposición de 1885, que luego sería cancelada. Fue entonces cuando retocó múltiples partes del cuadro con una técnica denominada cromoluminarismo antes de presentarlo en la octava y última exposición colectiva de los impresionistas. « Desde que concibió la pintura hasta que la terminó, realizó 59 bocetos Preparatorios en papel, panel y lienzo que ilustran de forma fascinante el Proceso creativo del artista.
La pintura muestra la costa noroeste de la isla de La Grande Jatte que mira a la ciudad de Courbevoie, situada en la otra orilla del Sena La escena incluye 48 personas, 8 barcas, 3 perros y 1 mono. A la derecha se ve una pareja de pie que domina la composición: la mujer sujeta 2 collares, supuestamente para el perro y el mono que están a sus pies. A la izquierda hay un grupo formado por tres hombres, uno de los cuales va vestido de manera informal y fuma en pipa tumbado en el césped. A su lado —contrastando con el hombre de actitud relajada— aparece otro elegantemente vestido y sentado erguido y envarado. En el centro del cuadro se ve a una niña con un vestido de un blanco inmaculado, la única figura que mira al río. En la lejanía hay más personas, en grupos o solas. La escena alterna el tono relajado con el formal; los personajes parecen planos, como si los hubieran recortado en cartón y los hubieran pegado cuidadosamente sobre el paisaje.
Según explicó él mismo, el autor pretendía que el cuadro fuera un testimonio monumental del estilo de vida de la época que mereciera ser comparado con obras de arte antiguas de la talla del friso del Partenón. En 1924, Frederick Clay Bartlett compró
La Grande Jatte
para el Art Institute de Chicago, donde todavía puede admirarse hoy día. Por su parte, Stephen Sondheim insufló vida al lienzo sobre un escenario en el musical
Sunday in the Park with George.
Jueves, día 4
SEMANA 40
CIENCIA
L
os tres estados de la materia —sólido, líquido y gaseoso— se diferencian por la forma y el volumen de la sustancia en cuestión. Los sólidos tienen un volumen y una forma finita. Los líquidos cuentan con un volumen finito, pero su forma depende de dónde se encuentren almacenados. Los gases no tienen ni forma ni volumen definidos y se expanden indefinidamente si nada los contiene.
La materia se compone de moléculas y las moléculas de átomos, y es la naturaleza de unos y otras lo que determina el estado de la materia. Todas las moléculas tienen energía cinética: se mueven, y cuanto más se mueven más probable es que se alejen entre sí; no obstante, las moléculas —sobre todo las del mismo tipo— tienden a atraerse mutuamente. Es esta tensión entre la energía cinética y la atracción molecular la que provoca las distintas fases de la materia. La temperatura y la presión influyen enormemente en esta tensión: los aumentos de temperatura provocan que las moléculas se muevan a mayor velocidad, aumentando su energía cinética, mientras que los descensos de presión hacen que las moléculas se aproximen, incrementándose la atracción molecular.
En los sólidos las moléculas se mueven lentamente, vibrando o rotando, y la atracción molecular es muy elevada, lo que hace posible que se unan formando estructuras rígidas denominadas cristales o estructuras amorfas como el cristal. Dependiendo de la temperatura y la presión el mismo tipo de molécula puede formar múltiples estructuras distintas: por ejemplo, el carbón sólido puede convertirse en grafito o en diamante. Las distintas estructuras se denominan fases.
En los líquidos, la energía cinética es lo bastante elevada y la atracción molecular lo suficientemente baja como para que las moléculas se deslicen unas al lado de las otras sin dificultad. La mayoría de las sustancias sólo cuentan con una fase líquida, pero existen otras que presentan más de una: por ejemplo, el helio líquido cuenta con dos. En los gases, las moléculas apenas se atraen, por lo que se mueven con total libertad. Si las moléculas cobran suficiente energía cinética y apenas sufren presión, sus electrones —partículas diminutas con carga negativa— se separan del resto de sus átomos. Esta fase —denominada plasma— tiene lugar, por ejemplo, en las estrella
OTROS DATOS DE INTERÉS
1.
El hielo —agua sólida— cuenta con ocho fases distintas.
2.
Una de las fases del helio líquido resulta sumamente extraña. Si se vierte en un envase, se asentará en el fondo, escalará hasta el borde por un extremo y descenderá por la parte exterior.
3.
A temperaturas extremadamente bajas las moléculas apenas se mueven, lo que permite que se produzcan unas extrañas fases denominadas superfluidos, supersólidos y condensados de Bose-Einstein
Viernes, día 5
SEMANA 40
MÚSICA
E
xisten múltiples y encontradas opiniones respecto a Piotr Ilich Chaikovski (1840-1893) —que fue duramente criticado por sus contemporáneos—, uno de los compositores que más ha influido en el panorama de la música clásica. Mientras unos lo tachaban de mediocre, arrogante y sentimentaloide y le achacaban un escaso dominio de la forma, otros lo consideraban un nacionalista que componía directamente desde el corazón y que era lo bastante valiente como para seguir su instinto. Sea como fuere, sus piezas para orquesta se han labrado un lugar en los anales de la historia y son, como mínimo, una magnífica introducción al mundo de la música.
Nació en una ciudad minera situada a 900 kilómetros de Moscú, y fue un niño frágil y enfermizo. Lo enviaron a un internado y después al conservatorio de San Petersburgo. En 1866 fue nombrado profesor de armonía en el Conservatorio de Moscú y pasó a formar parte de un reducido círculo de compositores nacionalistas. En Moscú compuso la Sinfonía nº 2,
Pequeña Rusia
(1872) y otras muchas piezas sobre temas rusos.
En un principio no logró ganarse el aprecio de su tierra natal. Cuando se tocó su Concierto para piano nº 1 (1875) ante el gran maestro ruso Anton Rubinstein, fue calificado de «despreciable e insignificante». Sin embargo, en Boston cosechó un enorme éxito. No se hizo un nombre en Rusia hasta tiempo después, con piezas como Sinfonía nº 4 (1878).
Las obras más famosas de Chaikovski son la
Obertura 1812
(1888), la música de los ballets
El lago de los cisnes
(1875) y el atemporal
Cascanueces
(1892).
OTROS DATOS DE INTERÉS
1.
Chaikovski dirigió en el Carnegie Hall por primera vez en 1891. Posteriormente, escribió que era más famoso en Estados Unidos de lo que jamás había logrado serio en Europa.
2.
Falleció o bien por el cólera que contrajo al beber agua sin hervir o suicidándose con veneno ante una acusación que ponía en tela de juicio su hombría.
3.
Chaikovski era homosexual, pero para ocultarlo se casó en 1877 con una seguidora que lo adoraba, Antonina Milyukova. El matrimonio se rompió pocas semanas después.
Sábado, día 6
SEMANA 40
FILOSOFÍA
U
sted podría haber sido un poco más alto o un poco más bajo, y podría haber tenido más o menos amigos: todas son opciones posibles, pero no reales. Los filósofos califican de contingentes los aspectos del mundo que podrían haber sido diferentes. Sin embargo, hay cosas que no podrían ser de otra forma: por ejemplo, 2 + 2 no podría dar otro resultado que 4. Este tipo de cosas son necesariamente ciertas.
El problema de la modalidad consiste en identificar aquellas características del mundo que son contingentes y las que son necesarias, y en saber cómo diferenciarlas. La modalidad es una pregunta que persistiría aun cuando estuviéramos en posesión de todas las verdades del mundo pues, aun así, todavía podríamos cuestionarnos: ¿cuáles de estas verdades son necesarias y cuáles contingentes?
Casi todos los filósofos están de acuerdo en que la lógica es una verdad necesaria: si Sócrates es un hombre, y todos los hombres son mortales, entonces Sócrates es mortal necesariamente; es imposible que las dos primeras premisas sean ciertas y la tercera falsa. Del mismo modo, casi todos los filósofos están de acuerdo en que las matemáticas son necesarias: es imposible que 2 + 2 no sea igual a 4. Sin embargo, los filósofos difieren en otros temas, por ejemplo en si las leyes de la física del universo son necesarias o no. Tampoco se ponen de acuerdo en si existen verdades necesarias relativas a cosas individuales. Por ejemplo, que usted es un ser humano ¿es necesario o sólo contingente? ¿Podría usted existir sin ser un ser humano, por ejemplo siendo un gato o un perro de caza? pongamos un ejemplo extraído de la religión: si Dios existe, ¿existe necesariamente?