Read Los cuadernos secretos Online

Authors: John Curran

Tags: #Biografía, Ensayo, Intriga

Los cuadernos secretos (68 page)

BOOK: Los cuadernos secretos
12.6Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

1962

Notas para 3 libros

Y. Los relojes (?)

Z. Misterio en el Caribe

X. Terreno de los Gitanos

X Terreno de los Gitanos

Un terreno y una carretera, un té en el pub… Relato sobre los accidentes allí acaecidos… el marido planea matar a su mujer… ¿un falso accidente de tráfico?

Dos años antes de la publicación encontramos una nueva fase de elaboración. De hecho, buena parte de este apunte inicial encontrará sitio en la novela. El gitano, el relato, el caballo, el «accidente» y la muerte, todos se emplean en
Noche eterna
:

1 de octubre de 1965

A. Terreno de los Gitanos

Un lugar donde se producen accidentes, etc. Una mujer que ve (¿una gitana?) su marido… pregunta por ahí… En realidad ya le han contado la historia… Finge que es la primera vez… Un tanto alterado… Un joven escéptico… Más fácilmente alterable por lo tanto.

La esposa está interesada… no nerviosa… un buen día la esposa ve la figura de un gitano… y sucesivamente va ideando cosas. La figura del gitano tal vez lleva un caballo por la brida (introducir el alfiler). El marido tiene un accidente… alguien lo ve por la ventana… Ella sufre heridas graves… shock… muere… En realidad por morfina

L
a dedicatoria de
Noche eterna
dice así: «A Nora Prichard, a través de quien tuve conocimiento de la leyenda del
Terreno de los Gitanos
». Nora Prichard era la otra abuela de Mathew Prichard, su abuela paterna. Vivía efectivamente en el Terreno de los Gitanos, cerca de Pentre-Meyrich, en el valle de Glamorgan, en Gales, en donde muchos años antes hubo un campamento que fue desmantelado, razón por la cual el jefe de los gitanos maldijo aquellas tierras. Tras los numerosos accidentes de tráfico que se produjeron en los alrededores, ese relato posiblemente apócrifo fue adquiriendo partidarios.

Una omisión clara en la novela es la referencia al marido en calidad de «joven escéptico»; no es ésta una descripción válida de Michael Rogers. Y, por descontado, no llega a estar presente en el «accidente» de Ellie. Nótese asimismo que en esta fase del trabajo en la trama sigue sin aparecer ninguna mención a que el marido orqueste la muerte de su mujer, y menos a que lo haga el narrador.

El Cuaderno 28 añade un importante mecanismo de la trama o, dicho con más rigor, lo toma prestado de «El caso de la mujer del portero»:

El asesinato del cianuro… cápsulas… el tranquilizante. Muere alguien (W)… cae por las escaleras… ¿trombosis? ¿Fallo cardiaco? Una ventana abierta. Se encuentra el cuerpo dos o tres horas después de la muerte. Y… da a su amigo una de las cápsulas; Z… muere… hay un vínculo aparente entre Z y W… esto es lo que confunde a todos

Originalmente, esta idea hubiera sido un tipo de libro distinto, pero, como bien se ve por lo que se reproduce a continuación, la cápsula de cianuro sí formó parte de
Noche eterna
. El apunte también contempla la importancia médica de que el cadáver esté al aire libre, o bien era preciso que no lo viera un médico hasta pasado un tiempo después de la muerte, para que los vapores del cianuro potásico se disiparan.

En octubre de 1966 la novela ya iba tomando la forma con que hoy la conocemos. Antes de decidirse por Greta, Christie sin embargo experimentó con otros personajes femeninos, aunque es difícil ver a cualquiera de ellos en el papel de Ellie Rogers, heredera de una fortuna de varios millones de libras:

1966 Oct. (en Estados Unidos) Proyectos

Terreno de los Gitanos

Aventurero… Jason… apuesto… ¿Australiano? ¿Americano? Su encuentro con la anciana señora Lee… el relato… El tramo de los accidentes, o Claire Holloway… da clases en un internado femenino o en un colegio universitario… su vieja amiga Anne… Marie… Claire… prima… Jason… o una chica
au pair
, Sidonie… su hermano o Hildegarde… punto clave… ¿están en el lío Hildegarde y J? ¿Han amañado el accidente? H es una chica tipo valquiria. Usar la idea del cianuro de potasio… cápsula

La idea del apuesto extranjero, Jason, se abandona en favor de Michael Rogers, un chico descarriado, originario de la clase obrera. Sólo podría hacer una conjetura en este punto: la ya anciana Christie se sintió a sus 75 años más cómoda al narrar la historia desde el punto de vista de un compatriota que desde el de un «aventurero extranjero». Y en cuanto adopta el cambio de nombre y pasa de Hildegarde a Greta hemos llegado al letal emparejamiento que se produce en el meollo de la novela. De hecho, a Greta se la compara con una valquiria varias veces en el transcurso de
Noche eterna
.

Pero algunas de estas ideas se descartaron, sin ir nunca más allá de las páginas de los cuadernos:

Terreno de los Gitanos… a la venta… se habla en el pub en que tendrá lugar la subasta. El subastador es desconocido para los lugareños… corren los rumores… se vende por muy poco… el subastador se queda atónito. Un viejo le dice Usted no es de aquí, aquí hay accidentes… es un sitio que da mala suerte… la anciana señora Lee

«No sé en nombre de quién actúa, pero le ha jugado usted una mala pasada… No le aporta nada con esto… habrá muerto dentro de un año» (Han pagado por persona interpuesta, deseosos de comprar el terreno a bajo coste)

¿Sufre el subastador un accidente cuando regresa? Un joven con unos quevedos como Ed(ward) Bolan… inteligente… ¿Construcción de un hotel, o de un bloque de pisos… con servicio de habitaciones, o un asilo de ancianos… O bien emplear para eso una casa antigua… Fleet House… una muchacha en la casa (tipo Mothercare)… una enfermera de hospital… encuentra a la anciana muerta… lejos de la casa

H
ay unos cuantos problemas con los detalles de la trama de
Noche eterna
, sobre todo los relativos a los personajes de Claudia Hardcastle y la gitana, la señora Lee. Primero se nos lleva a creer que Claudia ha visitado El Capricho que hay en la finca del llamado Terreno de los Gitanos por razones que no se especifican y que ha tomado una cápsula envenenada que se les cayó en un descuido a Michael y Greta cuando estaban manipulando las que toma Ellie (¿cuántas llegaron a fabricar?); ingiere la cápsula y posteriormente muere. Al mismo tiempo, Claudia se las ingenia para dejar caer un encendedor que es muy fácil de identificar. Esto resulta completamente inverosímil, incluso para los admiradores más indulgentes de Christie. Si hubiera conservado la idea inicial, en la que Ellie da la cápsula a una amiga (véase más arriba), la situación habría sido creíble.

Luego, el día en que muere Ellie, Greta ha planeado encontrarse con Claudia y pasar el día de compras (capítulo 17). Más adelante nos enteramos casi por puro accidente de que esto nunca llegó a suceder, porque los parientes de Claudia llegaron de improviso. En la biografía que publicó en 1984, Janet Morgan comenta que Collins pidió a Christie que aumentase el misterio sobre el autor del crimen realzando para ello el papel que desempeña una de las personas de confianza de Ellie. Esto podría explicar la improbable coincidencia que se da con la llegada de Cora el día de la muerte de Ellie. Pero también significa que el paradero de Greta no tiene explicación a la hora de la muerte, si bien esto no se menciona en ningún momento.

Asimismo, ¿cuándo es en efecto asesinada la señora Lee? ¿Y por qué llama la atención Michael sobre su desaparición? Sabemos que la ha matado (al final del capítulo 23), de modo que seguramente lo hace por el interés que tiene en que no se sepa nada de la muerte. A decir verdad, ¿cuándo la mata exactamente? A los cuatro días de llegar a Nueva York recibe una carta del comandante Phillpot en la que le informa de que el cuerpo de la señora Lee ha aparecido en la cantera, y le dice que «llevaba varios días muerta». Si la carta de Phillpot llega cuatro días después que él, esto da a entender que se echó al correo el mismo día en que Michael llegó a Estados Unidos, lo cual a su vez sugiere que asesinó a la señora Lee justo antes de marcharse a Estados Unidos. Así pues, ¿dónde ha estado ella entre ese momento y el de su desaparición (en el capítulo 21)?

¿Qué explicación tiene la piedra con la nota que la envuelve y que dice: «Fue una mujer quien mató a su esposa» (en el capítulo 20)? La suposición es que se trata de otra parte de la trama (de lo contrario, ¿por qué había de mencionarse?), si bien parece que no tenga mayor sentido, ya que no vuelve a aparecer. Y si en realidad es una información apropiada, ¿significa que Greta es al fin y al cabo la mujer del capote rojo de la que habla la mujer de cara sonrosada en el capítulo 18 y en la investigación, en el capítulo 19? Ya se nos ha contado (en el capítulo 16) que posee un capote rojo.

La respuesta a la mayoría de estos problemas tal vez haya que buscarla en la insistencia que Collins puso en que se incrementase el elemento de misterio. Un mecanoscrito anterior, significativamente distinto, demuestra que todos estos desarrollos se añadieron con posterioridad, de puño y letra de la propia Christie. En ese borrador previo, la señora Lee no muere, sino que regresa a Market Chadwell tras pasar un tiempo con otro grupo de gitanos en otra parte del país; Ellie, por descuido, da a Claudia, que también padece la fiebre del heno, una de las cápsulas (ésa era la idea original de Christie) tomada de entre las demás antes de que Greta y Michael hayan introducido las cápsulas envenenadas; todas las referencias al capote rojo son adiciones manuscritas. Parece que se hayan insertado cuatro párrafos entre «Cuatro días después de mi llegada a Nueva York» y «Pareció que fuese una coincidencia imposible», en una página manuscrita, en el capítulo 22. Asimismo, aparece en forma de inserción manuscrita la línea que dice: «Quiero más que empujar a una anciana para que caiga en una cantera», ya al final del capítulo 23. No tengo ninguna duda de que todas estas enmiendas se hicieron para cumplir con la desatinada idea del editor, empeñado en que la novela fuera de misterio. Lejos de su propósito, introducen cabos sueltos en una trama que ya tenía una tensión hermética. La Reina de la Novela Detectivesca tendría que haberse fiado de su criterio y recurrir a sus propios mecanismos.

A la sazón llegamos a la idea definitiva y crucial que había de diferenciar
Noche eterna
de prácticamente todo lo demás que escribió Agatha Christie. Nótese que originalmente se propuso que el narrador fuera un arquitecto resuelto a construir un edificio, aunque en la novela el papel del arquitecto de Ellie es atribuido al enigmático Santonix:

¿Idea? Narrada en primera persona… por un arquitecto…

«Tuve conocimiento del Terreno de los Gitanos gracias al bueno de Simon Barlow…» etc. Lo va a estudiar. La casa perfecta… conoce a una chica

¿Qué es lo que quieres?

Quiero treinta mil libras

¿Para qué?

Para construir una casa

Sin ese narrador que no merece la confianza del lector habríamos tenido una novela diferente, probablemente una novela indiferente. A fin de cuentas, la idea del triángulo eterno, en la que dos de los ángulos conspiran para matar al tercero, no es nueva ni en la literatura en general ni en la novela de detectives en particular, y mucho menos lo es en Agatha Christie. La originalidad radica en los trucos posteriores que pueda tejer la autora en torno a la idea. Y justo al final de su trayectoria Agatha Christie quiso desplegar todos los trucos de que fue capaz, sorprendiendo a todo el mundo… todavía una vez más. Si
Noche eterna
estuviera relatada en tercera persona, gran parte de su devastador impacto se habría diluido mucho.

Este esbozo inexplicablemente se halla en el Cuaderno 35, mientras trabaja en la trama de
Cinco cerditos
(1943), si bien es sin duda el dibujo de cubierta de
Un triste ciprés
(1940). Junto con el árbol aparece seguramente un ataúd… ¿acaso de madera de ciprés, como en la cita?

Esta página del Cuaderno 66 es uno de los muchos ejemplos de las notas de Agatha en las que aparece el dibujo de los tres peces entrelazados, como los traza Lois Hargreaves en «La casa en donde acecha la muerte»
(Matrimonio de sabuesos)
. Es el símbolo que posteriormente se empleó en el diseño de la cubierta de la edición completa, Edición Greenway, de los libros de Agatha, que empezó a publicarse a finales de los años sesenta y se prolongó a lo largo de los setenta.

BOOK: Los cuadernos secretos
12.6Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

Other books

The Pigman by Zindel, Paul
Mike Guardia by American Guerrilla
Human Cargo by Caroline Moorehead
Desert Guardian by Duvall, Karen
The War of the Worlds by H. G. Wells
Fifty-Minute Hour by Wendy Perriam
Wool: A Parody by Howey, Woolston


readsbookonline.com Copyright 2016 - 2024