Envidia, sí, tal vez ¿competencia?, ¿pasiones descontroladas? La envidia no tiene ni sexo ni religión, ni clase social ni raza, es una emoción que afecta a cualquier individuo que no esté enfocado en su propia vida ni en sus metas. No es mayor ni menor, ni sana o enfermiza, ni buena ni mala.
Como cita el filósofo español Miguel de Unamuno: "
La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual
", a lo que Napoleón Bonaparte agregó: "
La envidia es una declaración de inferioridad.
"
El mundo está plagado de vidas obsesionadas en vidas ajenas, en logros de terceros; son vidas que no pueden ver lo que ellas mismas tienen por delante. Son vidas que se niegan a darle valor a aquellos logros y éxitos que han alcanzado. Se trata de personas que están cegadas ante el valor de sus propias vidas, vidas que poseen sin ser poseídas, sin ser disfrutadas ni explotadas al máximo nivel de gozo y de resultados.
Se trata de vidas que desean encarnarse en otras vidas; sin embargo, ¿serán capaces de tolerar y atravesar todo aquello que esas otras vidas han sobrellevado para llegar al éxito? ¿Podrán emular los esfuerzos, las pasiones, los trabajos, las millas extras, la energía enfocada, el tiempo, la dedicación, el estudio, la preparación, las metas y las estrategias diseñadas con esmero por quienes son envidiados?
"Nuestra envidia dura siempre más que la dicha de aquellos que envidiamos"
Francois de la Rochefoucauld
Un viejo dicho popular dice:
si miras mi éxito, mira también mi sacrificio
. Sin ser tan dramáticos pero sí realistas, es necesario reconocer que muchas de las personas que hoy están en un lugar de privilegio han sido constantes, han decidido pagar el precio de trabajar, esforzarse y mejorarse siempre un poco más. Han dedicado tiempo a escuchar a sus mentores, a superarse, a sanar cada emoción que lastimaba su estima y que los detenía en el camino a su sueño. Se trata de personas que no se detuvieron hasta cosechar la recompensa que les correspondía por su siembra.
Son personas que supieron sembrar y luego cosechar, que supieron hablar y pedir lo que necesitaban, golpear y derribar cada puerta cerrada sin detenerse, personas que conocían el principio que dice:
"
Si golpeas, se abrirá;
Si pides, se te dará;
Y si buscas, encontrarás.
"
Tu búsqueda personal es la que le dará el sentido a tu vida; tus metas y tus objetivos serán los que te liguen a tu destino; tus sueños y tu propósito enfocarán tu energía y tu accionar.
Soñar, proyectarse y ser cada día un poco mejor son los ingredientes de una estima sana que sabe que las limitaciones sólo están en la mente, que nadie le robó a nadie nada de lo que le pertenece, que la felicidad depende de lo que ella misma es capaz de poseer, que su valía no está en función ni de la aprobación ni de la mirada ajena, que su recompensa está esperando ser recogida y que el éxito que le aguarda tiene su nombre.
Una estima sana no busca reconocimiento ni fama ni se mueve por conveniencias, sólo está enfocada hacia una aprobación y satisfacción personal; si el resto llega, bienvenido sea, pero es libre de la adulación y de aquellos que la ejercen.
"
Aceptando que gustamos a quienes gustamos cuando somos romo somos, no querremos agradar a más gente cambiando nuestro carácter, porque entonces ni seremos ni gustaremos.
"
[3]
Nadie tiene derecho a compararte. No mires a nadie ni te distraigas, crece todo lo que puedas.
"Una demostración de envidia es un insulto a uno mismo."
Yevgeny Yevtushenko, poeta ruso
No compitas con nadie, no tienes que demostrarle nada a nadie. No tienes que llegar adónde el otro llegó, sólo superar tus logros y tus propios límites.
Tampoco tienes obligación de ganar el sueldo que percibe otro, sino de mejorar tus ingresos actuales. No estás obligado a tener el cuerpo de los modelos de turno para ser aceptado, sólo trabaja para poder gozar de una buena salud física y mental.
¡Sé la mejor versión de ti mismo, y seguro el
rating
va a estar de tu lado!
¿Qué sientes cuando otro te dice: "Me aumentaron al triple el sueldo", "me puse de novia con un modelo que tiene casa, dinero y me trata bien"?
¿Te molesta que hablen bien de otro? ¿Qué sientes cuando el otro se compró su automóvil y tú aún no accediste al crédito que necesitabas para comprarlo tú también?
¿Envidia tal vez?
Salomón, uno de los hombres más sabios de la humanidad dijo: "
La envidia corroe los huesos.
"
Hay gente que ha sufrido artrosis, reumas y otras dolencias, sólo por envidia. Aunque te parezca mentira, la base de todas estas enfermedades muchas veces se origina en la envidia. La envidia siempre enferma y no sólo enferma el cuerpo físico sino que también amarga el espíritu.
El que te descalifica con palabras siempre tratará de buscar amigos: hablará con otros para envenenarlos, porque el envidioso no quiere que triunfes y querrá hacerte su aliado para que te enfermes. Aprende a escuchar lo que la gente dice.
Tanto el que te envenena como el que te descalifica tratará por todos los medios, de que no alcances tus sueños. El se encargará de boicotear cada uno de tus proyectos. Su lema es: "Si yo no puedo, él tampoco."
"La envidia y aún su apariencia es una pasión que implica inferioridad dondequiera que se encuentre."
Plinio el Joven.
La envidia es un sentimiento destructivo. Cuando tú eres el objeto de la misma, quien la siente es víctima de un deseo enfermizo de hacerte perder lo que has logrado. Si eres un hombre de éxito, siempre serás perseguido.
Sé inteligente, permanece alerta: cuando alguien prospera, mejora, avanza, siempre habrá alguien que estará mirando y envidiando su posición.
Si el que tiene envidia eres tú, si criticas, cuentas chismes o sientes celos, ésto será evidencia de que aún no has recibido aquello que buscabas porque no estás habilitado ni capacitado para hacerlo.
Necesitamos aprender a celebrar y festejar los éxitos ajenos. Si puedes hacerlo, significa que estás en condiciones de anticipar que lo mejor, y bendiciones aún mayores, están por llegar a tu vida.
Cada logro del otro debe ser un desafío para ti. El éxito del otro no debe ser motivo de envidia, sino fuente de inspiración. Aprendamos a encontrarle un giro de 180 grados a este sentimiento que sólo nos destruye y nos enferma.
"El número de los que nos envidian confirma nuestras capacidades."
Oscar Wilde
El éxito del otro debe inspirarte, llevarte a que analices cómo lo hizo, cómo lo alcanzó. La gente envidiosa sólo mira el automóvil que el otro tiene, quiere el sueldo que el otro percibe, pero no se detiene a pensar qué es lo que el otro hizo para alcanzar todo eso; sólo ve el final, pero no tiene capacidad de mirar el proceso.
Para poder alcanzar lo que el otro hoy tiene, tienes también que aprender a atravesar el proceso, a tener voluntad y coraje, fuerza, energía y temple para recorrer el camino.
Tal vez, mientras unos estaban comiendo un asado, otros estaban preparando un postgrado.
Si hoy ves que tu compañero de oficina recibió un gran ascenso, antes que nada, reflexiona: de las horas que ambos están en la oficina, ¿cuántas horas trabaja él eficazmente mientras tú tomas té, mate o café?
Quizá, mientras unos pasaban largas horas en pubs o bares, olvidando que una familia los esperaba en su casa, ellos, los que hoy son envidiados, estaban yendo al cine con sus hijos y su familia.
Por eso, si hoy, delante tuyo, hay alguien con una familia mejor que la tuya o con un gran logro profesional, su éxito no debe humillarte, sino que debe ser el puente para que te inspires y analices cómo llegó a su meta.
Puedes admirar en lugar de envidiar. La palabra
envidia
proviene del latín y quiere decir: "Yo veo". La palabra
admiración
también proviene del latín y significa: "Yo miro a". Envidiar quiere decir "mirar mal"; admirar implica "mirar a". Ambas tienen que ver con mirar; la diferencia es que la envidia trae bronca y la admiración, motiva.
¿Cuál es la diferencia? Envidiar es decir "te miro para destruirte", admirar "te miro para aprender cómo lo lograste."
Al oír una crítica, debernos observar si el crítico logró más que su víctima (seguramente no, y por eso critica).
El que te descalifica y calumnia, probablemente no puede tener el mismo brillo que ti, por eso calumnia.
Es importante que entiendas que el exitoso está cerca tuyo para motivarte, para que puedas alcanzar lo que él pudo lograr. Si él pudo, tú también podrás.
El éxito del otro debe servir para que movilices tus estructuras, sacudas tu conformismo y te sientas estimulado a ir por más.
Muchas veces envidiamos lo rápido que el otro ha avanzado mientras nosotros permanecemos en el mismo lugar. A veces nos parece que adelantamos dos pasos y retrocedemos tres, y entonces nos preguntamos y nos cuestionamos y terminarnos enfermándonos. Lo que sucede es que, en muchas oportunidades, si recibiésemos todo junto no sabríamos que hacer con ello. Por eso es que mientras vas creciendo y aprendiendo vas recibiendo. Las grandes bendiciones, los grandes éxitos, suelen llegar de a poco, para que tus enemigos no te destruyan a causa de la envidia.
Tal vez haya proyectos que se estén demorando, pero cuando los recibas será porque no habrá enemigo, ni envidia, ni celos cerca que puedan destruirte y enfermarte.
"Te lo daré poco a poco para que las fieras del campo no te devoren."
La Biblia
Todas las decisiones que tornamos se basan en lo que sentirnos, y todo lo que sentimos se basa en lo que pensarnos.
Si cambio mi manera de pensar, cambio mi manera de sentir, y si cambio mi manera de sentir, entonces también cambio mi manera de decidir y por ende de recibir.
Si tus pensamientos y tu mente son limitados y angostos, cuando llegues a la meta por cierto te la creerás. Pero si tu mente y tus objetivos son ilimitados nunca vas a sentirte omnipotente, porque siempre habrá más por conquistar, siempre habrá más para soñar.
Hoy, ocúpate de ti:
No importa cuánto dolor hayas sufrido, ni cuánta gente se haya corrido de tu vista, ni cuántas traiciones hayas padecido: a la larga entrarás a la tierra de tu bendición y verás cumplido cada uno de tus sueños. Y recuerda: si cuando consigues tu propósito sabes ser una bendición para otros, un nuevo nivel de prosperidad, de éxitos, de riquezas, de salud y de dicha te estarán esperando. Al que sabe dar, aún más se la dará. Sé un motivador nato y no pierdas de vista tu propósito.
Los éxitos grandes los recibiré poco a poco para que la envidia de los que me conocen no me lastime"
La Biblia
Prepárate: no hay envidia ni celos que puedan detenerte, destruirte ni limitarte. ¡las cosas grandes están llegando!
¡Excelente trabajo!, lástima que lo entregaste tarde.
UN JEFE A SU EMPLEADO
Muchas personas desperdician a diario minutos y horas de su tiempo tratando de descalificar a todo aquellos que se encuentran a su alrededor. Pareciera ser que disfrutan al menospreciar y rebajar a los demás, sea cual fuere la tarea que están realizando o el vínculo que tengan con las víctimas.
Si alguna vez padeciste este tipo de ataque verbal, es posible que te hayas cuestionado el origen de estas agresiones, que te hayas preguntado cuáles fueron las causas que las motivaron y, seguramente, no hayas encontrado la respuesta.
Podemos proponer diferentes teorías y suposiciones: sin llegar a ninguna conclusión única sí podemos de todas maneras darnos cuenta de que el descalificador tiene como objetivo controlar nuestra autoestima, hacernos sentir "nada" ante los demás, para que de esta forma, él pueda brillar y ser el centro del universo.
Si haces algo, el descalificador te criticará por accionar y si no accionas, te juzgará por no hacerlo. Su especialidad son los dobles mensajes y los mensajes ambivalentes. Los descalificadores hoy te endiosan y mañana te bajan del pedestal en un instante. Juegan juegos crueles que pretenden desestabilizar tus emociones y robarte los sueños.
Su idea es que vivas desconfiando, te sientas inseguro y seas dependiente de sus palabras y opiniones.
Invalidar, descalificar, manipular son los objetivos, las metas del descalificador. Él procura tener control y poder sobre tus emociones, tu alma y tu razón para luego destruir tu estima y que entonces que pases a depender absolutamente de él. ¡Es un digno representante de la gente tóxica!
Sin embargo, no todas son malas noticias. Podemos recuperar el control de nuestras emociones, de nuestra estima y ser libre de cada uno de los descalificadores. ¡Podemos desintoxicamos!
Aprendamos a reconocerlos y a accionar de la forma más productiva y eficaz para que nadie salga herido ni perjudicado.
Conocer e identificar el
modus operandi
del descalificador nos permitirá neutralizar sus ataques, defendernos y resguardarnos inteligentemente, y así coartar y limitar su avance y sus intenciones.
Comencemos a visualizar las tácticas y las estrategias del descalificador: