"Sólo me fío de las estadísticas que he manipulado."
Winston Churchill
Mientras mayores relaciones saludables tengamos en nuestra vida, menor es la posibilidad de que nos manipulen.
Aprender a cuidamos es un trabajo difícil, pero no imposible y debemos hacerlo.
Decir que "no" cuando es necesario, no está mal. Hay muchos "no" que son saludables.
Debemos aprender a distinguir qué nos hace bien y qué no, para poder elegir correctamente.
Elegir nunca sacrificar nuestra dignidad es una decisión que nos llevará lejos.
No dejes que te pasen por alto y evita justificar las acciones de los otros. Nada justifica el maltrato, no lo hagas una constante en tu vida. Si ya elegiste enfrentarte al hecho de que fuiste manipulado y decidiste que no vas a tolerar más eso para ti, ya estás en el camino al cambio.
Ahora bien: que hayas sido víctima de manipulación, no significa que tienes que vivir con sentimientos de odio y rencor. Quizás en el camino perdiste mucha autoestima, tu identidad quedó marcada, pero no dejes que eso siga envenenado tu vida.
Perdona a quienes te hicieron mal y pon tu vista de nuevo en tus objetivos porque si no, vas a seguir cargando con un fardo demasiado pesado durante el resto de tu vida.
Vuelve tu cara hacia las personas que te hicieron bien y sigue en búsqueda de relaciones sanas y que aporten a tu vida.
No cometas los mismos errores; en el día a día evalúa tus decisiones siempre teniendo en claro qué es lo que quieres para tu vida.
No te sacrifiques por ser amable de más. Si eliges no sacrificar tu dignidad, los frutos serán muchos y tu autoestima irá creciendo. Asume la dirección de tu vida y no dejes que nadie tome decisiones por ti. Son tus decisiones las que te llevan a convertirte en una persona manipulable o no.
Piensa que el hecho de que hayas sido víctima de manipulación sólo te sirvió para que nunca más te vuelva a pasar. Ahora conoces los diferentes tipos de engaños de esta gente y podrás desenmascararlos cuando se acerquen a tu vida.
Arriésgate a exponer tus pensamientos, destierra tus miedos. Toma decisiones propias y olvídate de los sentimientos de culpa o vergüenza. Ésta es la única forma en la que vas a ser libre de verdad, libre de cualquier tóxico.
Me gustaría ser mujer para poder ser besada por unos labios tan bellos como los míos.
UN NARCISISTA A SU NOVIA
"Espejito, espejito ¿hay alguien más lindo que yo?"
Soberbio, vanidoso, arrogante, fatuo, endiosado, inmodesto, pedante, petulante, narcisista, autosuficiente, satisfecho, engreído, presumido son todos sinónimos de una misma palabra: orgulloso. Son muchas, ¿verdad?
De sólo pensar que una persona reúne todos estos calificativos, esa persona ya tiene "mala prensa".
El orgulloso es aquel que tiene un exceso de confianza en sí mismo, en lo que dice, en lo que hace, en las decisiones que toma; para él todo lo que hace es perfecto, él es perfecto, él es Dios y él hace todo bien, y nada ni nadie pueden contradecirlo.
Todos alguna vez nos sentimos orgullosos por algo excelente o extraordinario que hicimos, nos sentimos satisfechos con nosotros mismos y eso no está mal; estar seguros de nosotros mismos es sano y beneficioso para nuestra estima. El problema surge cuando creemos que ese logro que obtuvimos nos habilita a pisotear, insultar o descalificar al resto de las personas que están cerca nuestro.
Sin más, ¿quién no se peleó alguna vez con un amigo, con su pareja, con su jefe y dejó de hablarle por un tiempo?, pensando: "¡que me llame él! yo no lo voy a llamar, ¿por qué lo voy a llamar yo?"
Tener confianza es bueno, pero un exceso de fe en una idea o en una determinada situación paraliza todo lo positivo que puede sucedemos.
"El orgullo es el complemento de la ignorancia."
Bernard de Fontenelle
El exceso de confianza no da margen para mejorar. Quien dice: "Lo que hice está perfecto" no analiza: "¿Cómo podría hacer para mejorarlo?"
No hablo de la autoexigenda del perfecdonismo, sino del hecho de que una persona sana siempre debe dejar un margen de duda para analizar lo que ha hecho.
Si en cambio tiene un exceso de confianza, esa persona tratará de explicar todo, de justificar todo, sin permitirse un margen para analizar: "¿Podría pensar de una manera mejor?"
Muchos piensan que podrían cambiar el mundo, terminar con el problema de desnutrición mundial, pero lamentablemente creen que sólo ellos serán capaces de establecer el cambio. Son personas que en cuyas mentes repica: "Yo soy el más inteligente, el más lindo, el más sagaz, el más todo". Ellos son todo.
"Si el hombre orgulloso supiese lo ridículo que aparece ante quien le conoce, por orgullo seria humilde."
Mariano Aguiló
El orgullo no es malo hasta un cierto punto. El problema radica en la medida exacerbada del mismo. Ese es el verdadero conflicto.
Una persona con exceso de confianza no puede mejorar y entonces, sin darse cuenta, se estanca.
Hay tres tipos de excesos de confianza:
"El orgullo de los pequeños consiste en hablar siempre de sí; el de los grandes en no hablar de sí nunca."
François Marie Arouet, Voltaire
"La ciencia es orgullosa por lo mucho que ha aprendido; la sabiduría es humilde por lo que sabe."
William Cowper
-Yo pienso así, yo lo veo así
- Sí, pero tu matrimonio se está desgastando
- No importa, para mí es así y punto
Puro orgullo mental. Quienes se identifican con estas palabras son personas que tristemente piensan y se sienten como la única "Coca Cola del desierto", seres que no pueden, ni aún ante el dolor, detenerse a reevaluar sus propias vidas.
"El conocimiento acrecienta nuestro poder en la misma proporción en que disminuye nuestro orgullo."
Paul Bernard, Tristán
Los que siempre están de vuelta de todo son los que nunca fueron a ninguna parte.
El orgullo es como el mal aliento, todos lo perciben, excepto el que lo padece.
Tener confianza en nosotros mismos y en los demás es muy bueno y productivo, sin embargo necesitamos dejar un margen necesario para mejorar, cuestionar, reconocer los errores, superarnos, darle un Jugar a la equivocación y romper con el perfeccionismo que nos encierra en latas herméticas que no permiten que nada de lo nuevo y de lo mejor penetre en ellas. Seamos excelentes en todo lo que hacemos, la perfección sólo nos detendrá a mirar los detalles.
Sólo las mentes abiertas son capaces de comprender que todo puede ser mejorado, y que siempre podemos ir por más. El problema más grande que padecen Jos seres humanos es la parálisis mental, parálisis que les impide seguir soñando.
Si por momentos en tu vida la mente rígida y los pensamientos cerrados ocuparon gran parte de tu tiempo y de pronto decides ser libre de estas emociones tóxicas que sólo te detienen, el estanque se convertirá en un mero recuerdo.
"Lo que distingue al hombre insensato del sensato es que el primero ansia morir orgullosamente por una causa, mientras que el segundo aspira a vivir humildemente por ella."
J. D. Salinger
Desde el momento en que seamos capaces de romper con el exceso de confianza en nosotros mismos, estaremos listos para salir del estancamiento, tendremos claridad para enfocamos en los nuevos objetivos y conquistar cada uno de los sueños que hay en nuestra mente y en nuestra alma.
Cuando seas libre de la parálisis mental, no habrá muro ni cima que se haga grande delante tuyo! ¡Serás un escalador de alto rendimiento!
Cuando rompas con tu excesiva confianza, podrás cambiar el recorrido y hacer lo que nunca hiciste antes.
Una mujer dice: "¡Qué sed que tengo!, ¡qué sed que tengo! ¡qué sed que tengo!" Una vecina la escucha y le acerca un vaso de agua y entonces, tras beber, la mujer dice: "¡Qué sed que tenía!
"
Si llueven se molestan, si sale el sol también, si los saludaron de mala gana se enojan, si los saludas amablemente, se fastidian. El tema es quejarse, encontrar un motivo para pensar que el mundo está en contra de ellos y que nadie es capaz de entenderlos.
¿Quién es el que está a favor o en contra de quién? El quejoso siempre encontrará un motivo para quejarse. Por las dudas, hay que quejarse, incluso antes de averiguar o de preguntar, primero: ;la queja!
Existen personas que lo primero que hacen es quejarse. La queja es un lamento, una demanda, un reproche, una desazón, un disgusto, un reclamo permanente que lo único que logra es alejarte de la mejor gente. ¿A quién le gusta estar cerca de personas que siempre están dispuestas a encontrarle 11la quinta pata al gato?"
"Si tiene remedio, ¿por qué te quejas? Si no tiene remedio, ¿por qué te quejas?"
Proverbio oriental
Muchos son coleccionistas de quejas, dicen por ejemplo: "Me lastimaron", "me maltrataron", ¿quiénes?, les preguntan, y ellos responden indistintamente: "Mi jefe", "mi primo", "mi tío."
Y tal vez tengan razón, porque en realidad, sí fueron lastimados, vivieron injusticias; lo que no saben es que al expresarlo permanentemente a través de la queja la solución al conflicto se aleja cada vez más y su mente se convierte en una "mente de langosta."
¿Tienes
mente de langosta
?
Veamos, responde estas preguntas:
Si contestaste a una de estas preguntas con un "sí", es que tienes mente de langosta.
La queja sólo produce insatisfacción, siempre mostrará descontento, resentimiento, disgusto; refleja una emoción encapsulada que termina enfermando no sólo tus pensamientos, sino también tu cuerpo.
Muchas personas hacen de la queja un hábito, una forma de vida, pensando que si se siguen quejando, el problema desaparecerá; creen que a través de la demanda continua el conflicto va a ser solucionado, o que quizás, otro ser humano bondadoso se apiadará de su situación y solucionará su problema.
Son personas que se lamentan todo el tiempo, sin darse cuenta de que con su discurso se atan aún más al pasado y a la dificultad, reviviendo viejas penas y culpándose tal vez por no haber podido aprovechar tal o cual oportunidad. Miedos, inseguridades, inquietud, aflicción y dolor son sentimientos por los cuales atraviesan las personas
quejosas
, convirtiéndose así en
seres tóxicos
para sí mismos y para los que están a su alrededor.