Si firmaste un contrato, cúmplelo. Las palabras tienen valor, seamos fieles a nosotros mismos. No pactes con nadie, sólo con ti mismo, pero una vez que des tu palabra, sé fiel a ella. Cuando somos capaces de llevar a cabo lo que hemos prometido, nuestras relaciones, sean familiares, laborales o sociales son cada vez más óptimas. Un hombre fiel a sus palabras es confiable y apto para estar en m veles de poder y liderazgo.
Controlemos lo que sí podernos controlar: nuestras palabras. Porque aquello en lo que más piensas y de lo que hablas, en eso te conviertes. No funcionemos por emoción, sino por convicción. Hay personas que actúan según lo que sienten: "Me siento mal", "me siento bien" . Un día se sienten reyes, y al otro día, insignificantes. El lunes sienten que el trabajo es lo más importante pero el martes lo más importante es la familia; el lunes se casan con alguien porque sienten que lo aman, pero a la otra semana, se separan porque sienten que ya no lo quieren; sienten ganas de tener un hijo pero a la otra semana lo abandonan porque ahora sienten que les arruinó la vida. Es· esa gente que vive aromada un día y desanimada al otro y de acuerdo a lo que siente es como maneja su vida. Son personas que hoy dicen blanco y mañana negro. Tú no te muevas por ideas o estados de ánimos, hazlo por convicción. La convicción es la determinación y la seguridad acerca de algo. El gran problema de la sociedad de hoy es que no tiene gente con convicción.
"Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio."
Proverbio hindú
No te dejes llevar por tu mente; tu mente es lo más demente que tienes, la palabra de fe es la única y la verdadera.
Tienes que aprender a frenar tu mente y a crecer. Nadie va a hacer nada por ti, tú tienes que hacer por ti lo que debes hacer. Suelta la palabra y actúa en base a ella. Llénate de palabras de ánimo, de fe.
"No te muevas por gusto sino por convicción. Convicción no es un rito que se defiende a rajatabla sino que es una verdad divina que se ha hecho raíz en tu vida."
Habla con fe. Renueva tu mente, tus palabras se nutrirán de lo que crees. Cree lo que confiesas.
¿De dónde sale lo que yo creo? De lo que yo pienso.
Lo que yo pienso, lo creo; y lo que yo creo, confieso.
¿De dónde sale lo que yo pienso? De lo que yo oigo. Lo que yo confieso es lo que creo. Lo que creo viene de lo que pienso.
No permitas que tus pensamientos te arrastren. No te muevas por lo que sientes. Sé leal a la verdad, a tu convicción y no a tus sentimientos.
Hubo dos hermanos que un día dijeron: "Se puede volar" y todo el mundo se rió. Alrededor del año 1900 construyeron un avión y quisieron levantar vuelo. Uno de ellos lo consiguió, pero el avión se cayó y el piloto murió; el otro hermano enterró al fallecido pero no enterró su sueño y su fe; y entonces volvió a probar. Pasaron doce años y el hermano vivo mejoró su avión y voló sobre Nueva York. Por primera vez el hombre alcanzaba el cielo con una máquina.
Se puede morir todo alrededor tuyo, pero nunca entierres con tus muertos a tu fe, nunca entierres tus sueños.
Es común ver a ciertas personas que no pueden ser felices porque no expresan directamente lo que quieren, lo que desean o lo que piensan.
Piden, desean, anhelan pero no son específicos. Muchos tienen inmensos deseos en su corazón, en su mente anhelan alcanzar metas, pero no pueden ni saben expresarlos. Son esas personas que cuando les preguntas qué es lo que están esperando de la vida, responden "paz, amor, felicidad, salud, dinero". Y esos deseos no son malos, pero son indefinidos, metas abstractas imposibles de evaluar.
Cuando pedimos, necesitamos ser específicos; sólo así podremos enfocarnos en las estrategias que debemos diseñar para alcanzar nuestras metas. Necesitamos establecer cuánto queremos ganar, qué auto queremos, qué tipo de relación estamos buscando. De esta forma estaremos enfocados, y de esta manera podremos poner en acción lo que antes fue un deseo en voz alta.
Cuando pidas algo, sé específico. No seas vueltero. Afirma lo que estás esperando recibir, pídelo y llama a las cosas por su nombre. Si no conoces cuáles son tus derechos, nunca vas a poder pedir bien, como conviene correctamente. A diario nos encontramos con personas que asumen una actitud errónea en el momento de pedir lo que esperan recibir. Y aquí está la respuesta, el porqué unos reciben y otros no. "Pides y no recibes porque pides mal": pides dudando y la duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y llevada de una parte a otra. ¡Pide de acuerdo a lo que estás esperando recibir!
Sin embargo, muchas personas suelen hablar y pedir de las siguientes maneras:
"Me voy a comprar un helado, porque tengo ganas de comerlo", dicen: "Horas encerrado acá, trabajando, muriéndome de calor, y nadie hace nada por mí."
Ahora bien, si en este momento te identificas con este estilo de personas, piensa por un momento: ¿Por qué no mejor pedir las cosas por su nombre y decir: "Quiero un helado"?
¿Cuál es el problema de que lo hagas?
Lo que sucede es que la mayor parte del tiempo pensarnos que no tenernos la capacidad para expresar lo que querernos o peor aún, que no nos merecernos aquello que desearnos. Y esto es falso. Todo, aún los aspectos más ínfimos, fue creado para que podamos disfrutarlo.
"No sólo de palabras vive el hombre, pese a que en alguna ocasión tenga que comérselas."
Adlai Stevenson
Si uno no puede expresar en palabras todo lo que desea, termina "comiéndose" todos esos sentimientos. Lo malo del caso es que si nos comernos lo que transcurre dentro nuestro, nos estaremos comiendo a nosotros mismos.
"El comienzo del fin de la vida ocurre el día en el cual guardamos silencio ante las cosas que nos importan."
Martín. L. King, Jr.
Podernos hablar por emoción, sentimiento, opinión o fe.
Emoción es lo que siento ahora, sentimiento es lo que vengo sintiendo desde hace mucho tiempo. Éstos últimos muchas veces terminan siendo resentimientos, es decir, sentimientos que evolucionan con el tiempo y que, si no son expresados en palabras como debieran ser, terminan lastimando nuestro cuerpo.
Necesitamos aprender a hablar y a darle valor a cada palabra que enunciamos. Las palabras tienen poder para construir pero también para destruir; dependerá de nosotros cuáles elegiremos para comunicamos. Para crecer y estar sanos necesitarnos a aprender a transmitir nuestros sueños, metas y proyectos.
Es tiempo de bendecir nuestra vida, de emitir palabras de aliento, de sabiduría, de proyección, de poder, de fe, de vida.
Mientras estemos hablando de vida, nuestros sueños se irán cumpliendo.
"Las palabras no sólo se ven o se oyen, sino que además brillan."
Alfonso Sastre
"
Un "no" pronunciado con la más profunda convicción es mejor y más grande que un "sí" enunciado sólo con el propósito de complacer o, lo que es peor, de evitar un problema
" decía Mahatma Gandhi.
Para tener más salud y más éxito necesitarnos decir más "no" a determinados hechos y a ciertos tipos de personas.
William Ury decía: "
El arte de liderar no está en decir "sí", sino en saber decir "no". Muchas veces no logramos decir "no" cuando deseamos hacerlo y sabemos que deberíamos.
"
Para superar esta situación, debemos:
Diferentes tipos de
personas tóxicas
:
Un consejo: para caminar con salud, no reacciones ante las palabras de la gente. Aprende a:
"
La forma como comunicamos el "no" y el hecho mismo de hacerlo, determina la calidad de nuestra vida.
"
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Démosle valor a cada palabra que decimos: no digamos "sí" cuando en realidad queremos decir "no", no tengamos miedo a perder ni a dejar de ser aceptados o amados o tenidos en cuenta por saber decir un "no" certero y eficaz a tiempo. Respetemos cada "no" que digamos.
El escritor William Ury describe en su libro "El Poder de un no Positivo" los tres grandes dones de un "no positivo" :
Un primer y certero "no" muchas veces es el principio del camino que necesitamos recorrer para llegar a establecer vínculos interpersonales sanos y acuerdos exitosos.
"Decir "no" significa, ante todo, decirse "sí" a uno mismo y proteger aquello que uno valora."
William Ury
Si crees en las palabras que dices a diario y las llevas a acciones concretas, dejarás de vivir de falsas expectativas, de la gente y de las limosnas que puedan darte. Si te aferras a la palabra de fe, comenzarás a ver todos tus sueños cumplidos, harás lo que nunca hiciste y las cosas viejas serán borradas. Todo, de ahora en más, será un hecho nuevo.