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Authors: Michelle Nielsen

Creando a Matisse (3 page)

CREANDO A MATISSE: PRIMER PASO

Estamos reunidos con la profesora de Matisse y yo estoy sentada delante de ella, con el pulso acelerado y el estómago revuelto mientras le oigo decir: "Estamos muy preocupados por Matisse. No está progresando adecuadamente. No habla. Aún camina y actúa como un bebé. Si no vemos una mejoría rápida, vamos a tener que ayudarles a encontrar otro lugar para él."

Como la aceptación misma de Matisse en esta prestigiosa escuela se produjo en base a su estatus de niño con necesidades especiales, las palabras "progreso adecuado" no reflejan los criterios más exigentes. La situación es peor de lo que mi marido y yo hemos estado dispuestos a admitir ante nosotros mismos. La cruda realidad destroza los últimos jirones del escudo de mi negación, que ya se estaba viniendo abajo. Algo dentro de mí, ahora desprotegido, se rompe.

Empiezo a llorar incontrolablemente, y la profesora se siente azorada. A los pocos minutos consigo calmarme, me pongo las gafas de sol para ocultar mis ojos rojos y voy para casa. He estado soñando, pero ahora estoy despierta. ¡Completamente despierta!

Cuando llego a casa, salgo a la terraza de atrás para hacer mi meditación vespertina. Al principio me bombardean pensamientos de miedo y sentimientos de desesperanza, pero, al rato, mi mente se aquieta y se detiene. El dolor de mi corazón se alivia, y las ansiedades del pasado y el miedo al futuro se funden en el ahora. Aquí, todo está siempre bien.

Cuando abro los ojos, me siento fuerte y centrada. Oh, en mi realidad material todo sigue igual, pero yo soy una persona diferente. "¡Esto no va a ser así!", pienso con determinación y un sentimiento cercano a la alegría. "Ésta no va a ser la realidad de mi familia. Voy a usar mi proceso de manifestación para crear una realidad diferente para nosotros. ¡Matisse será un niño sano y se desarrollará normalmente!"

"El artista comienza con una visión, una operación creativa que requiere un esfuerzo. La creatividad requiere coraje."

Henri Matisse

PRIMER PASO: CLARIFICA UNA VISIÓN

Identifica lo que quieres manifestar tan claramente que puedas expresarlo en una frase. ¿Qué sueño o deseo quieres pintar y plasmar en tu realidad o en el mundo?

• ¿Quieres empezar un nuevo negocio, encontrar un compañero/a, salvar una especie en peligro de extinción o ponerte en forma?

• ¿Quieres curarte del trauma emocional, superar la devastación de un adulterio, acabar de una vez por todas con el hábito arraigado de agradar a los demás o acabar con el hambre en el mundo?

• ¿Quieres volver a la universidad, comprarte una casa nueva, ayudar a construir una nueva escuela, acabar tu disertación doctoral o hacer avanzar significativamente la causa de la paz?

• ¿Quieres escribir un libro, hacer una película, exhibir tus obras de arte, abrir tu propia empresa u organizar una misión humanitaria en un país del tercer mundo?

• ¿Quieres hacer el tránsito a un estilo de vida sana, emprender una nueva etapa en un país extranjero o ponerte de pie sobre un glaciar (aunque siempre te hayan dado miedo las alturas)?

"¡Conviértete en el artista de tu propia vida!" Hace unas décadas, cuando este lema se popularizó, los físicos cuánticos estaban a punto de descubrir lo que los videntes han sabido siempre: nosotros
somos
los artistas de nuestra propia vida. Manifestamos la realidad a través de nuestros pensamientos y de las emociones que les acompañan.


eres
el artista de tu propia vida. Yo
soy
la artista de la mía. Juntos, co-creamos el
mundo.
Tanto si tenemos habilidad con los pinceles como si no, pintamos lo que experimentamos en nuestras vidas y en las vidas de los que nos rodean, así como en las de aquellos que están a continentes de distancia.

Todo lo que ha llegado a manifestarse alguna vez en la realidad vino al ser porque artistas creadores como nosotros dirigimos nuestra energía emocional y mental hacia ello. Todo lo que se
manifestará
alguna vez en la realidad llegará aquí del mismo modo: a través de los canales que abrimos en nuestras mentes y corazones. Sin embargo, la mayor parte de este trabajo creativo se produce
inconscientemente,
a través de los hábitos de pensamiento y sentimiento que hemos establecido a lo largo de nuestra vida.

Cuando tomas la decisión de trabajar con el universo para dar entrada en tu vida o en el mundo a algo que no forma parte de tu realidad actual, haces que este proceso de creación
inconsciente
se haga
consciente. Creas una visión.

Cuando creas una visión, das a tus pensamientos, sentimientos y acciones la dirección que necesitan para empezar a pintar la realidad que deseas y traerla a la existencia.

Cuando aprendas este sistema de manifestación, manifestarás
muchas
visiones. Algunas serán tan modestas como encontrar el atuendo adecuado para una ocasión importante, o acabar un proyecto laboral a tiempo. Otras serán mucho más ambiciosas y atrevidas. Podrían incluir curar tu cuerpo de una enfermedad terminal, generar una fortuna o asociarte con otras personas para acabar con el calentamiento global.

En cualquier caso, la primera visión que manifiestes usando estas herramientas siempre tendrá un lugar especial en tu memoria. A través de ella descubrirás tu verdadero poder de cambiar tu vida. Empezarás a desarrollar las habilidades que te fortalecerán para poder hacer realidad más visiones con creciente
eficacia
y
eficiencia.
Darás los primeros pasos en el camino de hacerte un Maestro Manifestador. Y lo que es más importante: tendrás un vislumbre de tu potencial como co-creador
consciente
del
mundo.

Y todo ello empieza cuando
clarificas
tu visión, aquí, en el
Primer Paso.

Los eruditos dicen... Las visiones nos preparan para nuevas experiencias

"Las visiones crean un estado integrado de preparación, un acoplamiento de nuestros sistemas neurales para estar en la modalidad de esa visión específica: podemos prepararnos para recibir, para sentir, para enfocarnos, para comportarnos de cierta manera."

Daniel J. Siegel, MD

The Mindful Brain: Reflection and Attunement in the Cultivation of Well-Being (177)

¿QUÉ QUIERES REALMENTE?

Cuando pienses en tus sueños y deseos, deja de lado los juicios. ¿Qué pedirías si Dios (¡o la Diosa!) te llamara por el teléfono mágico de la manifestación celestial y te dijera: "Nómbralo. Lo que realmente quieras. ¡Es tuyo!" ¿Cómo responderías si supieras que esa pregunta no puede tener respuestas equivocadas, siempre que surjan de tu esencia, de la verdad de tu ser?

En alguna parte de ti puedes desear que tus deseos sean altruistas, tan evidentemente santos y desinteresados como los del Dalai Lama o los de Madre Teresa. Podrías desear que fueran más ambiciosos para agradar a tu pareja, o podrías desear que se alinearan con lo que tus padres quieren para ti, o con las expectativas de la sociedad para alguien en tus circunstancias.

Pero desear no es
querer.
Para que tu visión ejerza el poder magnético de manifestar, tiene que ser genuina, tiene que surgir de la verdad profunda dentro de ti. No tiene por qué ser perfecta, ni ser comprendida perfectamente, pero tiene que ser honesta. Tiene que resonar con quién eres, en toda tu imperfecta perfección,
ahora mismo.

¿Qué quieres
tú?
¿Qué quieres
realmente?

DA UN SALTO DE FE

Ve más allá de la zona donde te sientes cómodo. Sé atrevido. ¡Sé valiente! Crea una visión que a tu mente racional le parezca demasiado ambiciosa, una visión que haga cantar a tu corazón. De hecho, toma la determinación de crear una visión que te exija suspender el sentido común, lo crees que es posible y lo que no. El arte de la manifestación empieza con un riesgo creativo, ¡un salto de fe!

Aprender el arte de manifestar la realidad es como aprender cualquier otro arte que emplee elementos físicos (pintura, escultura, música, poesía, etc.). Tu progreso es mayor y haces tu obra más interesante cuando te retas a ti mismo a ir más allá de tus límites, y de los límites que el entorno establece para ti.

Los pensamientos, sentimientos y creencias que has tenido hasta ahora han manifestado lo que actualmente ves en tu vida. Si quieres nuevas experiencias, tienes que estar dispuesto a pensar, sentir y creer de una manera nueva. Y eso siempre exige un salto de fe.

Ahora bien, un salto de fe exige al menos un poco... de fe. La fe genera su propia resonancia en tu cuerpo, una sensación particular. Es una combinación de inspiración, excitación y una emocionante sensación de que algo es posible, acompañada de otra sensación levemente atemorizante de incertidumbre. Entonces, ¿cómo puedes saber si estás experimentando la fe?

Si la idea de manifestar tu visión te eleva y te provoca la incertidumbre que puede sentir el pájaro que está a punto de abandonar el nido por primera vez, ¡estás apuntando a la diana que corresponde!

Si tu visión es más grande que tu capacidad de dar el salto, si te atemoriza más de lo que te inspira, no renuncies a ella. Simplemente revísala para darle unas proporciones más manejables por el momento. Después, cuando tengas un poco más de práctica, podrás expandirla. O usa este proceso de diez pasos para manifestar un aspecto particular de esa visión, y aborda el sueño mayor cuando hayas plasmado ese aspecto en la realidad, y con ello fortalecido tu fe.

Cuando clarifiqué originalmente mi visión para la curación completa de Matisse, sus problemas conductuales y de desarrollo eran tan serios que ponerse como meta el desarrollo normal exigía un salto de fe. Pero, gracias a mis experiencias anteriores en la manifestación de otras visiones -y a mi pasión por este proyecto, el más importante de mi vida- era capaz de dar el salto y estaba dispuesta a ello. Sentí la inspiración. Sentí la emoción. Sentí la posibilidad y el miedo. ¡Y salté!

A medida que avanzaba por el resto de los pasos, mi visión para la curación de Matisse se hizo rápidamente más ambiciosa. Se amplió para incluir, por ejemplo, habilidades verbales
avanzadas
en lugar de simplemente las que eran normales para su edad. (Y todo esto para un niño que apenas podía pronunciar palabra y tartamudeaba penosamente.)

Aun así, mi salto
inicial
fue suficientemente grande, pavoroso y emocionante como para ponerme en marcha completamente. Me llenó de la inspiración y de la motivación necesarias para empezar a crear mi nueva obra de arte; estuve impulsada por la fe durante las primeras etapas de la manifestación de mi hijo.

¡CLARIFICA, CLARIFICA, CLARIFICA!

El físico ganador del premio Nobel Richard Feynman dijo en una ocasión a un joven instructor que si no podía expresar con claridad una teoría a un alumno de primer curso de universidad, todavía no la entendía.

Los Maestros Manifestadores entienden lo que quieren. Sus visiones son claras como el cristal, y pueden describirlas con unas pocas palabras. Llaman a sus visiones por su "nombre propio" o, al menos, a las que manifiestan. Algunos Maestros Manifestadores son transformadores de todos los aspectos de la realidad, mientras que otros tienen habilidades de manifestación en ciertas áreas. Y pueden introducirte a ellas en segundos.

Por otra parte, las personas con muy pocas habilidades de manifestación a menudo responden a preguntas como: "¿Qué te haría sentirte feliz?" con descripciones largas y confusas, que revelan su incertidumbre y falta de enfoque. En realidad no saben lo que quieren. Van poniendo un poco de rojo aquí, un poco de azul allá, pero no tienen una visión coherente, ni siquiera la libertad creativa que se dicen a sí mismos que expresan. Sus lienzos y sus vidas son un caos.

Cuando fantaseas con hacer, tener o crear algo, estás soñando un sueño. Cuando estás dispuesto a invertir tu energía en ese sueño, se convierte en una visión. Y cuando tu visión se vuelve tan clara en tu interior que puedes resumirla en una frase, la comprendes lo bastante bien como para manifestarla.

Para aplicar el Primer Paso como un Maestro Manifestador, clarifica tu visión hasta que puedas enunciarla con una sola frase, como la que escribí para mi hijo Matisse aquella tarde de hace un año:

"Matisse se está desarrollando, creciendo y hablando normalmente para su edad".

ENUNCIA TU VISIÓN "EN EL AHORA"

Como puedes ver, escribí mi versión clarificada para Matisse en presente: "Matisse
se está..."
en lugar de "Matisse
se desarrollará..."

Si enuncias tu visión en presente, la llevas a la realidad. Si la enuncias en futuro, es posible que nunca la realices en el
ahora.
De hecho, podrías manifestar el mantenerla siempre en el futuro, por la tendencia a pensar en ella en "términos de futuro".

En el Universo el
futuro
no existe. Sólo existe el
ahora.
De modo que el Universo interpreta tu pensamiento sobre algo "que ocurrirá en el futuro" como una intención de
fantasear
con respecto a lo que quieres, no de manifestarlo. Es como decirle al Universo que sólo quieres ver una película de tu visión, porque esa es la frecuencia energética que estás emitiendo.

Por lo tanto, asegúrate de enunciar tu visión como si
ahora
estuviera plenamente manifestada.

NO: "Me casaré con mi compañero/a de vida ideal".

SÍ: "Estoy casado/a con mi compañero de vida ideal."

¡Pero no te detengas ahí!

ENUNCIA TU VISIÓN EN TÉRMINOS POSITIVOS

Enmarca tu visión en una perspectiva de abundancia. Una declaración como "Estoy felizmente casado/a con mi compañero/a de vida ideal" te ayudará a manifestar la relación íntima y exitosa que realmente quieres más rápida y plenamente que "Estoy casado/a con mi compañero/a de vida ideal". (Sigue siendo buena, ¿pero por qué conformarse con menos cuando puedes tener lo mejor?)

Y lo que es más importante, evita frases que transmitan una sensación de carencia, resentimiento o envidia.

NO: "Nuestra compañía ha saldado sus deudas". 

SÍ: "¡Estamos libres de deudas!"

NO: "Mi editor por fin me ha pagado un adelanto que refleja mi valía."

SÍ: "¡He recibido un adelanto de 48.000 Euros!"

NO: "Tengo una nueva casa tan hermosa como la de mi hermana."

SÍ: "Vivo en una casa preciosa que expresa quién soy, lo mejor de mí."

¿Puedes ver la diferencia entre la resonancia emocional de estas dos series de enunciados? Los comparto contigo únicamente como ejemplos. Sin embargo, cuando escribí la primera versión de cada declaración, sentí que mi energía caía o se transmutaba en una forma negativa. Cuando escribí la segunda, me sentí elevada y energetizada.

Así de poderosas son las palabras, y así de importante es declarar nuestras visiones en términos positivos. El empleo de las palabras justas pueden marcar toda la diferencia en nuestros pensamientos y sentimientos sobre nuestras visiones. Y como nuestras emociones determinan las señales creativas que emitimos a nuestro campo energético interno y externo, es importante mantenerse animado, claro y lleno de integridad.

Si no puedes encontrar una manera completamente positiva de declarar tu visión sin perder una parte importante de su significado, simplemente usa los términos más positivos posibles.

NO: "Ya no me duele el cuello."

SÍ: "Mi cuello está libre de dolor y me siento genial."

ESTABLECE UNA FECHA DE MANIFESTACIÓN

Establecer una fecha de manifestación para tu visión, declarar un punto temporal específico en el que la verás emerger a la realidad, puede ayudar a que se presente en tu vida en el momento oportuno. (No quieres que tu visión se manifieste mucho después de que haya dejado de importarte).

Haz que tu fecha de manifestación sea ambiciosa para que pueda generar el doble de entusiasmo; establece una fecha que requiera un salto de fe.

Cuando clarifiqué mi visión para Matisse, pude dar un salto haciendo uso de la fe que ya había desarrollado en la abundancia del Universo y en mi sistema. Establecí la fecha exactamente un año antes, añadiéndola al principio de mi visión clarificada:

"Desde el 1 de noviembre de 2006, Matisse se está desarrollando, creciendo y hablando normalmente para su edad".

Para alguien más avanzado en la maestría de la manifestación, una fecha seis meses antes podría haber requerido el mismo salto de fe. Para un principiante de la manifestación, una fecha seis meses
después
podría haber supuesto la diferencia entre sentimientos como "¡Es imposible!" "¡Eso no puede ser!" y sentimientos como: "Sí, ¡creo que puede ocurrir!" Cuando establezcas tu fecha de manifestación, procura tener sentimientos parecidos a los que tuviste cuando diste tu primer salto de fe y clarificaste tu visión.

No tienes por qué elegir una fecha específica del calendario, aunque puedes hacerlo si lo deseas. A la hora de establecer plazos, simplemente selecciona un momento concreto que puedas reconocer con claridad cuando llegue, una meta hacia la que dirigir tu energía de manifestación. Las fechas con un significado emocional o social funcionan especialmente bien para la mayoría de la gente, potenciando las emociones positivas en torno al proceso de manifestación.

Yo establecí la fecha de manifestación de Matisse exactamente un año antes porque quería mirar atrás durante el aniversario de mi doloroso y crucial encuentro con la profesora de Matisse siendo la madre de un niño sano y feliz.

Estos son algunos ejemplos de visiones clarificadas con fechas de manifestación motivadoras:

"Es el primer día del verano de 2008 y he firmado contratos con doce estupendos nuevos clientes."
(En lugar de: "Conseguiré muchos clientes nuevos esta primavera.")

"Es el 1 de septiembre de 2009 y he conocido y me he casado con mi maravilloso/a compañero/a de vida".
(En lugar de: "Conoceré al hombre/mujer de mis sueños".) "Tengo mucho que celebrar en mi cumpleaños, porque los beneficios de mi empresa se han incrementado un 50 % desde Navidad." (En lugar de: "El negocio florecerá esta primavera, y ganaré más dinero.")

"Nuestro nuevo gimnasio de 500.000 Euros está construido y preparado para ser usado el primer día de escuela, en otoño de 2008."
(En lugar de: "El dinero que necesitamos para el gimnasio nuevo llegará y lo construiremos.")

"Es el 1 de enero de 2038 y todos los coches nuevos que se fabrican funcionan con energías renovables."
(En lugar de: "Cuando yo muera, los coches de gasolina habrán quedado obsoletos.")

Observemos cómo dos personas en situaciones muy diferentes podrían clarificar sus primeras visiones por medio de este proceso.

Jacob

Jacob
quiere
sentirse emocionalmente sano y pleno después de una separación repentina (y un divorcio pendiente), en la que no sólo ha perdido a su pareja de quince años, sino también su vida familiar con sus tres hijos pequeños.
Necesita
aliviar su dolor y su depresión, necesita serenidad ahora y esperanza para el futuro.

Probablemente, como es una persona práctica y aterrizada, al principio la creación de una visión clara y específica respecto a una situación tan intangible no le resulte fácil. Pero Jacob lo consigue anotando exactamente el aspecto que tendrá su visión y la sensación que le producirá cuando se presente en su vida.

Elige como fecha deseada unas próximas vacaciones (que de otro modo podrían ser un momento doloroso):

"Es el primer día del Hanukkah de este año y me despierto sintiéndome feliz, completo y en paz."

Ahora mismo, como su dolor es tan reciente, y ya estamos en octubre (Hanukkah es en diciembre), su visión requiere un notable salto de fe. Pero él está preparado para darlo, de modo que salta. Por el simple hecho de dar el salto, parte del dolor de Jacob se alivia inmediatamente. Su decisión de manifestar su propia curación ya está produciendo resultados.

María

María es diseñadora de artículos para niñas y propietaria de una cadena de boutiques que ofrecen exclusivamente su línea de ropa,
Dainty Divas;
se trata de diseños divertidos y femeninos para niñas pequeñas. Ella quiere que sus líneas de ropa y sus boutiques coticen en bolsa, en asociación. No tiene que esforzarse mucho para clarificar su visión; ¡es la razón por la que compró originalmente este libro!

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