Authors: Paul Watzlawick
8.
La mayoría de las modalidades de humor se basan sobre una deliberada confusión entre miembro y clase; la afirmación de Groucho Marx que encabeza el presenta capítulo constituye un clásico ejemplo de ello. Con respecto a una consideración detallada de este tema, véase Fry (38).
1.
En el momento en que escribimos estas líneas, las
«fábricas»
de pornografía danesas continúan trabajando a toda marcha, pero su producción va a parar casi exclusivamente a aquellos países cuyos ciudadanos continúan estando
«protegidos»
por la ley contra aquélla.
2.
Así por ejemplo, el deplorable fracaso del experimento realizado en Estados Unidos con la prohibición no ha impedido a la república de la India incluir la prohibición, 14 años después de su abrogación en los Estados Unidos, entre sus leyes constitucionales, incurriendo así exactamente en los mismos problemas.
3.
Una tablilla babilónica de ladrillo, cuya edad ha sido calculada en 3000 años por lo menos, dice:
«La juventud de hoy está corrompida hasta el corazón, es mala, atea y perezosa. Jamás será lo que la juventud ha de ser ni será nunca capaz de preservar nuestra cultura.»
4.
O bien, de modo más absurdo aún, puede no existir incluso dificultad alguna, como mostraremos en el capítulo V.
5.
Para el lector que no está familiarizado con la terminología cibernética hemos de señalar que el
«feedback negativo»
se refiere a lo opuesto o distinto de una desviación existente. No se trata, por tanto, de un juicio de valor.
6.
El término
«función-paso»
, adoptado en la traducción castellana de la obra de ASHBYS, Introducción a la cibernética, podría ser más propiamente traducido por
«función escalonada»
. (N.d.T.)
1.
Afirma Kuhn:
«... como acabamos de ver, la ciencia normal lleva en definitiva tan sólo al reconocimiento de anomalías y crisis. Y éstas son liquidadas, no mediante deliberación e interpretación, sino por un acontecimiento relativamente súbito e inestructurado, similar a una reorientación gestáltica. Los científicos hablan por tanto con frecuencia de "una venda que cae de los ojos", de "un relámpago de inspiración", que iluminando un rompecabezas previamente oscuro hace posible que sus componentes sean considerados de un nuevo modo, el cual permitirá por primera vez su solución
» (62).
2.
El hecho de que gran parte de la comunicación humana se produce tácitamente a través de una ausencia de comunicación, es ignorado, en gran medida, por aquellos
terribles simplificateurs
que alegremente y con total irresponsabilidad adoptan la teoría y práctica de la comunicación, y tratan de fundamentar la psicoterapia de grupo y de la familia, las reuniones y simposios, etc., en la premisa, generadora de problemas, de que la comunicación ha de ser clara, directa, abierta, franca, en una palabra: total. Pero en lugar de conseguir una comunicación total, sus esfuerzos resultan, a lo sumo, totalitarios. Por lo que se refiere a un estudio tan franco como profundo acerca de este tema, véase el trabajo de Kursh titulado
The benefits of poor communication
(63). La absurda simplificación inherente a este enfoque se hace más evidente si recordamos que una de las leyes básicas de la teoría de la información es que la aparición, por ejemplo, de la letra
a
no significa «a» sino «no b a z». Así, sobre todo a este nivel tan básico de intercambio de información, el significado se comunica a través de aquello que no es comunicado. Compárese esto con lo que dice Lao Tse acerca del valor del espacio vacío:
«Treinta radios se encuentran en el cubo de rueda: en la nada que hay allí reside el que pueda utilizarse el carruaje. Se hace arcilla y con ella vasijas: en la nada que hay allí reside el que puedan utilizarse las vasijas. Se rasga una pared con puertas y ventanas para hacer habitaciones: en la nada que hay allí reside el que la habitación pueda utilizarse. Por eso, el ser es de utilidad, pero el no ser hace posible su uso»
(69, cap. II).
3.
ESTERSON (30) ha publicado recientemente una detallada descripción de esta clase de interacción familiar.
1.
Desde luego, los contrarios son más similares que la posición media a la cual excluyen. De hecho, los simplificadores proclaman que ciertas utopías existen ya. Podemos incluso afirmar que tanto el simplificador, como el utópico, se esfuerzan por lograr un mundo sin problemas; el uno negando que existan en absoluto ciertas dificultades, el otro, reconociendo su existencia, pero definiéndolas como fundamentalmente anormales y por lo tanto susceptibles de solución. Así, si intentamos separar estrictamente simplificaciones y utopías, es por motivos de sistematización y no debido a que no nos damos cuenta de la afinidad existente en la práctica entre las mismas.
2.
Véase el trabajo de Yalom y Yalom sobre Hemingway:
«Cuando la imagen idealizada es severa e inalcanzable, como lo era para Hemingway, las consecuencias pueden ser trágicas: el individuo no puede aproximarse en la vida real al plano sobrehumano de la imagen idealizada. Eventualmente interviene el sentido de realidad y se advierte la discrepancia entre lo que uno mismo desea y lo que es en la actualidad. En este momento, el sujeto se ve inundado por el odio hacia sí mismo, expresado a través de una miríada de mecanismos autodestructores, que van desde sutiles modalidades de autotortura (la vocecilla interior que susurra: "¡Dios mío, qué feo eres!", cuando se contempla uno al espejo) hasta la aniquilación total de sí mismo»
(111).
3.
El acrónimo corresponde a los
«Real Alternative Programs»
existentes en EE.UU., pero, además,
to rap
es una forma de slang que significa
«discutir, charlar»
. Los centros en cuestión acogen a los jóvenes deseosos de
«charlar»
, con el propósito de hallar soluciones prácticas (
practical alternatives
) a sus problemas. (N.d.T.)
4.
Cierto es que estas premisas son tremendamente simplistas, pero la diferencia esencial entre una simplificación y una utopía consiste que, en la primera, es negado el problema, mientras que en una utopía no sólo se advierte la dificultad, sino que se la aborda con todo fervor, aunque totalmente contraproducente.
5.
Recordamos a este respecto la historia de
Till Eulenspiegel
, que caminando por la ondulada comarca de las Ardenas, llora mientras desciende la falda de las colinas, mientras que ríe cuando trepa por las empinadas crestas. Cuando le preguntan por el motivo de su extraño comportamiento, contesta diciendo que al bajar las cuestas piensa en la subida que le espera al otro lado del valle, mientras que en las subidas anticipa ya el placer del fácil descenso.
6.
Confróntese con lo que afirma Laing:
«La ilusión o la desilusión pueden basarse en la misma fantasía. Existe una respuesta en alguna parte; o no existe respuesta alguna en ninguna parte. La conclusión viene a ser la misma en ambos casos»
(65).
1.
Esto, por tanto, es un ejemplo de tentativa de cambio 2 donde resulta adecuado un cambio 1 como hemos mencionado brevemente a finales del capítulo III. Es decir, se exige un cambio de actitud, no considerándose como lo suficientemente bueno un «mero» cambio de comportamiento.
2.
Esta afirmación tan sólo la conocemos indirectamente a través de una referencia contenida en la carta de san Pablo a Tito (1, 10-12):
«Hay muchos, especialmente entre los procedentes de la circuncisión, que se han rebelado; hacen discursos vacíos y con ello inducen a engaño. A estos hay que taparles la boca, ya que están echando a perder a familias enteras con enseñar lo que no se debe, y todo por una sórdida ganancia. Fue un cretense precisamente, profeta entre los suyos, quien dijo: 'Los cretenses son siempre embusteros, malas bestias, glotones, ociosos." ¡Y a fe que es verdadero este testimonio!»
San Pablo no nombra a Epiménides; sí, en cambio, Clemente de Alejandría, cuando afirma que Epiménides es el hombre
«mencionado por el apóstol Pablo en su epístola a Tito»
.
3.
Espontáneo: Voluntario y de propio movimiento; que procede de un impulso interior; que se produce sin cultivo o sin cuidado de los hombres.
4.
Ya hemos citado, a modo de ilustración, la negativa de Groucho Marx a inscribirse en un club que se mostrara dispuesto a aceptar, como miembro, a alguien de su calaña. Otro ejemplo sería el siguiente: imaginemos que hacia el 10 de diciembre, alguien compra una caja de christmas y solicita de la vendedora que se lo empaquete como para un regalo. Surge así una típica confusión paradójica entre el contenido (las tarjetas de felicitación de Navidad) y la forma de presentar el contenido (el empaquetado como regalo): si se trata de un regalo navideño, como lo indica su presentación, su contenido es absurdo, ya que los christmas se envían individualmente y antes de Navidad. Pero si los christmas han de ser utilizados así, el hecho de empaquetarlos como si se tratase de un regalo es absurdo. Es decir: si tan extraño empaquetado es un regalo de Navidad, no lo es, y si no lo es, lo es.
Durante uno de aquellos encuentros más bien amistosos y eventuales que al parecer tenían lugar hace mucho, mucho tiempo entre el Señor y el diablo, este último intentó demostrarle a Dios que no es todopoderoso, pidiéndole que crease una roca tan enormemente grande que ni él mismo pudiese saltar sobre ella. No nos ha llegado la respuesta que dio el Señor a esta petición, pero la historia parece ser que creó cierta perplejidad entre los escolásticos del siglo XII. Así por ejemplo, Hugo de San Víctor realizó una casi conmovedora tentativa para salvaguardar la omnipotencia divina, tentativa que constituye un buen ejemplo del callejón sin salida al que puede conducir un esfuerzo por resolver paradojas. En efecto, al final de su razonamiento, Hugo no ve otro modo de salir de la maraña en que se ha enredado al establecer sus «pruebas» sino negando categóricamente la capacidad de Dios para realizar lo imposible, llegando a la singular conclusión de que ser capaz de realizar lo imposible no es demostración de omnipotencia sino de impotencia:
Deus impossibilia non potest; impossibilia posse non est posse, sed non posse.
5.
Análogamente, en una obra, que, con el título de
"Sensuality for Singles"
, pretende brindar «esotéricamente» unos consejos prácticos, puede leerse:
«La obtención de un maduro placer sexual en las relaciones íntimas es resultado de un plan cuidadosamente establecido...»
6.
Véase en este sentido (86) y Szasz (87).
1.
Eventualmente nos dábamos cuenta de que tal estado de cosas se halla directamente vinculado a la estructura jerárquica de todo lenguaje, comunicación, aprendizaje, etc. Como hemos señalado en el capítulo I, expresar o explicar algo requiere un salto a un nivel lógico por encima de aquello que ha de ser expresado o explicado. No se puede llevar a cabo una explicación al mismo nivel; se ha de utilizar un meta lenguaje, pero este meta lenguaje no siempre está a disposición de uno. Efectuar un cambio es una cosa, comunicar acerca de dicho cambio es otra; se trata sobre todo de un problema de correcta tipificación lógica y de crear un meta-lenguaje apropiado. En investigación psicoterápica es muy corriente que psicoterapeutas especialmente dotados e intuitivos piensen que saben por qué están haciendo lo que hacen, pero sus explicaciones no están a la altura de los resultados. Y por el contrario, muchos escritores bien dotados se asombran e incluso se molestan al ver que otros son capaces de leer en sus obras significados más profundos que los que ellos mismos planearon. Así, mientras que los primeros creen conocer o saber, pero al parecer no saben, los segundos parecen conocer más de lo que aceptan reconocer; lo cual nos recuerda la cita de Laing:
«Si no sé que no sé, pienso que sé; si no sé que sé, pienso que no sé.»
2.
Se plantea aquí una cuestión obvia: ¿qué habría sucedido si el psicólogo escolar hubiese tenido ocasión de estudiar este problema? Lo más probable es que el caso hubiese sido diagnosticado de fobia escolar y, según la mitología profesional del psicólogo, la necesidad de dependencia del niño, la hiperprotección por parte de la madre, los aspectos simbióticos de su relación mutua, eventualmente un conflicto conyugal entre los padres, causante del problema del comportamiento de la niña, habrían sido objeto de psicoterapia. Si a los veintiún años de edad la hija incurriera en dificultades emocionales de cualquier género, tendría ya un historial psiquiátrico que abarcaría hasta su infancia y ello, a su vez, empeoraría el pronóstico. Con respecto a este ejemplo se pueden elevar, desde luego, todo género de objeciones. La más probable es la de que la facilidad con la que tuvo lugar el cambio demuestra que aquí no existía una fobia auténtica. Remitimos a Salzman (82) al lector que se interese por este argumento.
3.
Resulta notable lo raramente que se pregunta seriamente «¿qué?». En lugar de ello, o bien se considera que la índole de la situación es lo bastante evidente, o se la describe y explica sobre todo en términos de «por qué», con referencia a sus orígenes, sus razones, sus motivos, etc., más bien que a los acontecimientos observables ahora y aquí.
4.
Estos hallazgos empíricos no van en desacuerdo con consideraciones de orden general, si éstas son pensadas hasta sus conclusiones lógicas. Existen dos posibilidades: 1) La significación causal del pasado es tan sólo un mito fascinante, pero inexacto. En este caso, la única cuestión es la pragmática: ¿cómo puede producirse del modo más eficiente un cambio deseable del comportamiento presente?; 2) Existe efectivamente una importancia causal auténtica del pasado con respecto al comportamiento presente. Mas ya que los acontecimientos pasados no se pueden hacer cambiar, como es obvio, o bien nos vemos forzados a abandonar toda esperanza acerca de un posible cambio, o hemos de admitir que — al menos en algunos importantes aspectos — el pasado ejerce influencia sobre el presente tan sólo a través de la interpretación presente de las experiencias pasadas. Si así es, la significación del pasado no es cuestión de «verdad» y de «realidad», sino de considerarla aquí y ahora de un modo más bien que de otro. En consecuencia, no existe razón alguna que obligue a asignar al pasado una primacía o una causalidad en relación con el presente, y ello significa que la reinterpretacíón del pasado es sencillamente uno de los múltiples modos de poder influir sobre el comportamiento presente. En este caso, por tanto, volvemos a la única cuestión importante, es decir, a la cuestión pragmática: ¿cómo se puede producir del modo más eficaz un cambio, en el sentido deseable, del comportamiento presente?