La obra poética de Lorca constituye una de las cimas de la poesía de la Generación del 27 y de toda la literatura española. La poesía lorquiana es el reflejo de un sentimiento trágico de la vida, y está vinculada a distintos autores, tradiciones y corrientes literarias. En esta poesía conviven la tradición popular y la culta. Aunque es difícil establecer épocas en la poética de Lorca, algunos críticos diferencian dos etapas: una de juventud y otra de plenitud.
Federico García Lorca
Primeras canciones (1922)
ePUB v1.4
Mística16.07.12
Título original:
Canciones
Federico García Lorca, 1922.
Diseño portada: Mística
Editor original: Mística (v1.0 a v1.4)
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IICiprés.
(Agua estancada)
Chopo.
(Agua cristalina)
Mimbre.
(Agua profunda)
Corazón.
(Agua de pupila)
IIIMe miré en tus ojos
pensando en tu alma.
Adelfa blanca.
Me miré en tus ojos
pensando en tu boca.
Adelfa roja.
Me miré en tus ojos.
¡Pero estabas muerta!
Adelfa negra.
IVEl remanso del aire
bajo la rama del eco.
El remanso del agua
bajo fronda de luceros.
El remanso de tu boca
bajo espesura de besos.
Media lunaYa viene la noche.
Golpean rayos de luna
sobre el yunque de la tarde.
Ya viene la noche.
Un árbol grande se abriga
con palabras de cantares.
Ya viene la noche.
Si tú vinieras a verme
por los senderos del aire.
Ya viene la noche.
Me encontrarías llorando
bajo los álamos grandes.
¡Ay morena!
Bajo los álamos grandes.
Cuatro baladas amarillasLa luna va por el agua.
¡Cómo está el cielo tranquilo!
Va segando lentamente
el temblor viejo del río
mientras que una rama joven
la toma por espejito.
IIEn lo alto de aquel monte
un arbolito verde.
Pastor que vas,
pastor que vienes.
Olivares soñolientos
bajan al llano caliente.
Pastor que vas,
pastor que vienes.
Ni ovejas blancas ni perro
ni cayado ni amor tienes.
Pastor que vas.
Como una sombra de oro,
en el trigal te disuelves.
Pastor que vienes.
IIILa tierra estaba
amarilla.
Orillo, orillo,
pastorcillo.
Ni luna blanca
ni estrella lucían.
Orillo, orillo,
pastorcillo.
Vendimiadora morena
corta el llanto de la viña.
Orillo, orillo,
pastorcillo.
IVDos bueyes rojos
en el campo de oro.
Los bueyes tienen ritmo
de campanas antiguas
y ojos de pájaro.
Son para las mañanas
de niebla, y sin embargo
horadan la naranja
del aire, en el verano.
Viejos desde que nacen
no tienen amo
y recuerdan las alas
de sus costados.
Los bueyes
siempre van suspirando
por los campos de Ruth
en busca del vado,
del eterno vado,
borrachos de luceros
a rumiarse sus llantos.
Dos bueyes rojos
en el campo de oro.
PalimpsestosSobre el cielo
de las margaritas ando.
Yo la imagino esta tarde
que soy santo.
Me pusieron la luna
en las manos.
Yo la puse otra vez
en los espacios
y el Señor me premió
con la rosa y el halo.
Sobre el cielo
de las margaritas ando.
Y ahora voy
por este campo
a librar a las niñas
de galanes malos
y dar monedas de oro
a todos los muchachos.
Sobre el cielo
de las margaritas ando.
CorredorSobre el cielo
El bosque centenario
penetra en la ciudad,
pero el bosque está dentro
del mar.
Hay flechas en el aire
y guerreros que van
perdidos entre ramas
de coral.
Sobre las casas nuevas
se mueve un encinar
y tiene el cielo enormes
curvas de cristal.
Primera páginaPor los altos corredores
se pasean dos señores.
(Cielo
nuevo.
¡Cielo
azul!)
… se pasean dos señores
que antes fueron blancos monjes.
(Cielo
medio.
¡Cielo
morado!)
… se pasean dos señores
que antes fueron cazadores.
(Cielo
viejo.
¡Cielo
de oro!)
… se pasean dos señores
que antes fueron…
Noche.
Claro de relojA Isabel Clara, mi ahijada.
Fuente clara.
Cielo claro.
¡Oh, cómo se agrandan
los pájaros!
Cielo claro.
Fuente clara.
¡Oh, cómo relumbran
las naranjas!
Fuente.
Cielo.
¡Oh, cómo el trigo
es tierno!
Cielo.
Fuente.
¡Oh, cómo el trigo
es verde!
CautivaMe senté
en un claro del tiempo.
Era un remanso
de silencio,
de un blanco silencio,
anillo formidable
donde los luceros
chocaban con los doce flotantes
números negros.
Por las ramas
indecisas
iba una doncella
que era la vida.
Por las ramas
indecisas.
Con un espejito
reflejaba el día
que era un resplandor
de su frente limpia.
Por las ramas
indecisas.
Sobre las tinieblas
andaba perdida,
llorando rocío,
del tiempo cautiva.
Por las ramas
indecisas.
FEDERICO GARCÍA LORCA
, nació en el municipio de Fuente Vaqueros, Granada (España), en el seno de una familia de posición económica desahogada, el 5 de junio de 1898, y fue bautizado con el nombre de Federico del Sagrado Corazón de Jesús García Lorca; su padre fue Federico García Rodríguez (1859-1945), un hacendado, y su madre, Vicenta Lorca Romero (1870-1959) fue la segunda esposa de su padre,5 maestra de escuela que fomentó el gusto literario de su hijo.
Desde los 2 años, según uno de sus biógrafos, Edwin Honig, Federico García Lorca mostró su habilidad para aprender canciones populares, y a muy tierna edad escenificaba en miniatura oficios religiosos. Su salud fue frágil y no empezó a caminar hasta los cuatro años. Leyó en su casa la obra de Víctor Hugo y de Miguel de Cervantes. Como estudiante fue algo irregular. De niño lo pusieron bajo la tutela del maestro Rodríguez Espinosa, en Almería, ciudad en la que residió con su familia entre 1906 y 1909. Inició el bachillerato de vuelta a su provincia natal y abandonó la Facultad de Derecho de Granada para instalarse en la Residencia de Estudiantes de Madrid (1918-1928); pasado un tiempo, regresó a la Universidad de Granada, donde se licenció en Derecho, aunque nunca ejerció la abogacía, puesto que su vocación era la literatura.
La ubicación meridional de Granada, donde se encontraba viva la herencia mora, el folclore, el oriente y una geografía agreste, quedó impresa en toda su obra poética, donde los romanceros y la épica se funden de manera perceptible. Después de su madre, fue Fernando de los Ríos quien estimuló el talento del entonces pianista en favor de la poesía; así, en 1917 escribió su primer artículo sobre José Zorrilla, en su aniversario.
La España de García Lorca era la de la Edad de Plata, heredera de la Generación del 98, con una rica vida intelectual donde los nombres de Francisco Giner de los Ríos, Benito Pérez Galdós, Miguel de Unamuno y, poco después, Salvador de Madariaga y José Ortega y Gasset imprimían el sello distintivo de una crítica contra la realidad de España.
Influyeron, además, en la sensibilidad del poeta en formación Lope de Vega, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Manuel Machado, Ramón del Valle-Inclán, Azorín y el Cancionero popular.
Murió ejecutado tras la sublevación militar de la Guerra Civil Española, por su afinidad con el Frente Popular y por ser abiertamente homosexual.