Read Por qué fracasan los países Online
Authors: James A. Daron | Robinson Acemoglu
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Prefacio
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Las ideas de Mohamed el Baradei se pueden encontrar en twitter.com/#!/ElBaradei.
Las citas de Mosaab el Shami y Noha Hamed proceden de Yahoo! News 2/6/2011, en news.yahoo.com/s/yblog_exclusive/20110206/ts_yblog_exclusive/egyptian-voices-from-tahrir-square.
Sobre las doce demandas inmediatas publicadas en el blog de Wael Jalil, véase alethonews.wordpress.com/2011/02/27/egypt-reviewing-the-demands/.
Aparecen citas de Reda Metwaly en
Al Jazeera
, 2/1/2011, en inglés. aljazeera.net/news/middleeast/2011/02/2011212597913527.html.
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CapÃtulo 1. Tan cerca y, sin embargo, tan diferentes
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Un buen análisis sobre la exploración española del RÃo de la Plata aparece en Rock (1992), capÃtulo 1. Sobre el descubrimiento y la colonización de los guaranÃes, véase Ganson (2003). Las citas de Bernardino de Sahagún proceden de Sahagún (1975), págs. 47-49. Gibson (1963) es fundamental en lo relativo a la conquista española de México y las instituciones que estructuraron. Las citas de Las Casas proceden de Las Casas (1992), págs. 39, 117-118 y 107, respectivamente.
En lo que respecta a Pizarro en Perú, véase Hemming (1983). Los capÃtulos del 1 al 6 cubren el encuentro en Cajamarca, la marcha al sur y la captura de la capital inca, Cuzco. Véase Hemming (1983), capÃtulo 20, acerca de Francisco de Toledo. Bakewell (1984) da una visión general del funcionamiento de la mita de PotosÃ, y Dell (2010) proporciona pruebas estadÃsticas que muestran los efectos persistentes que ha tenido en el tiempo.
La cita de Arthur Young se reproduce a partir de Sheridan (1973), pág. 8. Hay muchos y buenos libros en los que se describe la historia de los inicios de Jamestown: por ejemplo, Price (2003) y Kupperman (2007). Nuestro tratamiento está muy influido por Morgan (1975) y Galenson (1996). La cita de Anas Todkill procede de la página 38 de Todkill (1885). Las citas de John Smith son de Price (2003), pág. 77 («Victuals ...»), pág. 93 («If your king ...») y pág. 96 («When you send ...»). La Carta de Maryland, las Constituciones fundamentales de Carolina y otras constituciones coloniales están en Internet gracias al Avalon Project de la Universidad de Yale en avalon.law.yale.edu/17th_century.
Bakewell (2009), capÃtulo 14, comenta la independencia de México y la Constitución. Véanse Stevens (1991) y Knight (2011) sobre la inestabilidad polÃtica y los presidentes tras la independencia. El de Coatsworth (1978) es el trabajo pionero sobre las pruebas del declive económico en México después de la independencia. Haber (2010) presenta la comparación del desarrollo de la banca en México y Estados Unidos. Sokoloff (1988) y Sokoloff y Khan (1990) ofrecen pruebas sobre el origen social de los innovadores de Estados Unidos que registraron patentes. Véase Israel (2000) para consultar una biografÃa de Thomas Edison. Haber, Maurer y Razo (2003) proponen una interpretación de la economÃa polÃtica del régimen de Porfirio DÃaz que sigue en gran medida el espÃritu de nuestro debate. Haber, Klein, Maurer y Middlebrook (2008) amplÃan este tratamiento a la economÃa polÃtica de México hasta el siglo
XX
. En lo que respecta a la distinta asignación de tierras fronterizas de Norteamérica y América Latina, véanse Nugent y Robinson (2010) y GarcÃa-Jimeno y Robinson (2011). Hu-DeHart (1984) debate la deportación del pueblo yaqui en el capÃtulo 6. Respecto a la fortuna de Carlos Slim y cómo se hizo, véanse Relea (2007) y MartÃnez (2002).
Nuestra interpretación del desarrollo económico comparativo en América se basa en nuestra propia investigación anterior con Simon Johnson, sobre todo Acemoglu, Johnson y Robinson (2001, 2002) y también está fuertemente influida por el trabajo de Coatsworth (1978, 2008) y el de Engerman y Sokoloff (1997).
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CapÃtulo 2. TeorÃas que no funcionan
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Las ideas de Jared Diamond sobre la desigualdad mundial aparecen en su obra
Guns, Germs and Steel
(1997). Sachs (2006) fija su propia versión del determinismo geográfico. Las ideas sobre la cultura están muy extendidas en las obras académicas, pero nunca han aparecido juntas en un único trabajo. Weber (2002) afirmaba que la Reforma protestante fue la causante de que Europa tuviera la revolución industrial. Landes (1999) propuso que los habitantes del norte de Europa desarrollaron un conjunto único de actitudes culturales que los condujeron a trabajar tenazmente, ahorrar y ser innovadores. En Harrison y Huntington, eds. (2000), se encuentra una afirmación contundente de la importancia de la cultura para el desarrollo económico comparativo. La idea de que existe algún tipo de cultura británica superior o conjunto superior de instituciones británicas está extendida y se utiliza para explicar el excepcionalismo de Estados Unidos (Fisher, 1989) y también patrones de desarrollo comparativo más en general (La Porta, Lopez-de-Silanes, y Shleifer, 2008). Las obras de Banfield (1958) y Putnam, Leonardi y Nanetti (1994) son interpretaciones culturales muy influyentes de cómo un aspecto de la cultura, o «capital social», como lo denominan, hace que el sur de Italia sea pobre. Si se desea consultar un estudio sobre cómo utilizan los economistas las nociones de cultura, véase Guiso, Sapienza y Zingales (2006). Tabellini (2010) examina la correlación entre la confianza que tiene la gente en los demás en Europa occidental y los niveles de renta per cápita anual. Nunn y Wantchekon (2010) muestran que la falta de confianza y capital social de Ãfrica está correlacionada con la intensidad histórica del tráfico de esclavos.
La historia relevante del Congo se presenta en Hilton (1985) y Thornton (1983). Sobre el retraso histórico de la tecnologÃa africana, véanse los trabajos de Goody (1971), Law (1980) y Austen y Headrick (1983).
La definición de economÃa propuesta por Robbins procede de Robbins (1935), pág. 16.
La cita de Abba Lerner aparece en Lerner (1972), pág. 259. La idea de que la ignorancia explica el desarrollo comparativo está implÃcita en la mayorÃa de los análisis económicos de desarrollo económico y reforma polÃtica: por ejemplo, Williamson (1990); Perkins, Radelet y Lindauer (2006), y Aghion y Howitt (2009). Una versión reciente y contundente de este punto de vista se desarrolla en Banerjee y Duflo (2011).
Acemoglu, Johnson y Robinson (2001, 2002) proporcionan un análisis estadÃstico del papel relativo de las instituciones y la situación geográfica y la cultura, en el que muestran que las instituciones dominan los otros dos tipos de explicaciones a la hora de aclarar las diferencias en renta per cápita actuales.
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CapÃtulo 3. La creación de la prosperidad y la pobreza
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La reconstrucción de las reuniones entre Hwang Py
ng W
n y su hermano procede de la entrevista realizada por James A. Foley a Hwang transcrita en Foley (2003), págs. 197-203.
La idea de «instituciones extractivas» procede de Acemoglu, Johnson y Robinson (2001). Tim Besley nos sugirió la terminologÃa de «instituciones inclusivas». La terminologÃa de «perdedores económicos» y la distinción entre éstos y los «perdedores polÃticos» procede de Acemoglu y Robinson (2000b). Los datos acerca de Barbados proceden de Dunn (1969). Nuestro tratamiento de la economÃa soviética se basa en Nove (1992) y Davies (1998). Allen (2003) proporciona una interpretación alternativa y más positiva de la historia económica soviética.
En la literatura de ciencias sociales, existe un gran volumen de investigación relacionado con nuestra teorÃa y nuestro argumento. Véase Acemoglu, Johnson y Robinson (2005b) para obtener una visión general de estas obras y de lo que hemos aportado a esta investigación. La visión institucional del desarrollo comparativo se basa en una serie de trabajos importantes. Resulta especialmente notable el trabajo de North; véanse North y Thomas (1973), North (1982), North y Weingast (1989), y North, Wallis, y Weingast (2009). Olson (1984) también proporcionó una explicación muy influyente de la economÃa polÃtica del crecimiento económico. El de Mokyr (1990) es un libro fundamental que relaciona a los perdedores económicos con el cambio tecnológico comparativo en la historia mundial. La noción de perdedores económicos está muy extendida en las ciencias sociales como explicación de por qué no se logran resultados de polÃtica e instituciones eficientes. Nuestra interpretación, que se basa en Robinson (1998) y Acemoglu y Robinson (2000b, 2006b), difiere al hacer hincapié en la idea de que el obstáculo más importante para la aparición de instituciones inclusivas es el temor de las élites a perder su poder polÃtico. Jones (2003) proporciona una historia comparativa rica que destaca temas similares, y el importante trabajo de Engerman y Sokoloff (1997) sobre América también subraya esas ideas. Una interpretación de economÃa polÃtica pionera sobre el subdesarrollo africano fue desarrollada por Bates (1981, 1983, 1989), cuyo trabajo tuvo una gran influencia en el nuestro. Los estudios pioneros de Dalton (1965) y Killick (1978) destacan el papel de la polÃtica en el desarrollo africano y, sobre todo, en cómo el temor a perder el poder polÃtico influye en la polÃtica económica. La noción de perdedores polÃticos estaba implÃcita previamente en otros trabajos teóricos sobre la economÃa polÃtica, por ejemplo, Besley y Coate (1998) y Bourguignon and Verdier (2000). El papel de la centralización polÃtica y las instituciones estatales en el desarrollo ha sido destacado sobre todo por sociólogos históricos que seguÃan el trabajo de Max Weber. El trabajo de Mann (1986, 1993), Migdal (1988) y Evans (1995) es notable. En Ãfrica, el trabajo sobre la conexión entre el Estado y el desarrollo se subraya en Herbst (2000) y Bates (2001). Recientemente, los economistas han empezado a aportar trabajos a este campo; por ejemplo, Acemoglu (2005) y Besley y Persson (2011). Finalmente, Johnson (1982), Haggard (1990), Wade (1990) y Amsden (1992) destacaron que fue la economÃa polÃtica concreta de los paÃses del este de Asia lo que les permitió tener tanto éxito desde el punto de vista económico. Finley (1965) defendió la idea pionera de que la esclavitud era responsable de la falta de dinamismo tecnológico en el mundo clásico.
La idea de que el crecimiento bajo instituciones extractivas es posible pero también es probable que pierda Ãmpetu se subraya en Acemoglu (2008).
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CapÃtulo 4. Pequeñas diferencias y coyunturas crÃticas
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Benedictow (2004) proporciona una visión general definitiva de la peste negra, aunque sus cálculos sobre la mortalidad que causó la peste son controvertidos. Las citas de Boccaccio y Ralph de Shrewsbury se han reproducido a partir de Horrox (1994). Hatcher (2008) ofrece una explicación convincente de la anticipación y la llegada de la peste a Inglaterra. El texto del Estatuto de los Trabajadores está disponible en lÃnea en el Avalon Project, en avalon.law.yale.edu/medie val/statlab.asp.
El trabajo fundamental sobre el impacto de la peste negra en la divergencia entre Europa oriental y Europa occidental es de North y Thomas (1973) y, sobre todo, de Brenner (1976), cuyo análisis de cómo la distribución inicial del poder polÃtico afectó a las consecuencias de la peste negra ha influido enormemente en nuestro punto de vista. Véase DuPlessis (1997) sobre la Segunda Servidumbre en Europa oriental. Conning (2010), Acemoglu y Wolitzky (2011) desarrollan formalizaciones de la tesis de Brenner. La cita de James Watt se ha reproducido a partir de Robinson (1964), págs. 223-224.
En Acemoglu, Johnson y Robinson (2005a), primero presentamos el argumento de que fue la interacción entre el comercio atlántico y las diferencias institucionales iniciales lo que condujo a la divergencia de las instituciones inglesas y, en última instancia, a la revolución industrial. La noción de la ley de hierro de la oligarquÃa se debe a Michels (1962). La idea de una coyuntura crÃtica fue desarrollada por primera vez por Lipset y Rokkan (1967).