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Authors: Jasper Fforde

Tags: #Aventuras, #Humor, #Policíaco

Perdida en un buen libro

 

Tras recuperar la integridad de
Jane Eyre
y vencer al malvado Acheron Hades, los problemas continúan para la detective literaria Thursday Next: los cambios en el argumento de
Jane Eyre
hacen que la Jurisficción la persiga por haber alterado un clásico, el tío Mycroft se ha jubilado pero sigue haciendo peligrosos inventos, su flamante marido Landen ha sido «retrosustraído» y Thursday sigue perdiéndose en todo tipo de libros, desde
El proceso
de Kafka, hasta
Sentido y sensibilidad
de Austen, pasando por
Grandes esperanzas
de Dickens… Y eso sin olvidar el papel crucial de
El cuervo
de Poe, donde Thursday dejó encerrado al agente Shitt, de la todopoderosa Corporación Goliath.

Jasper Fforde

Perdida en un buen libro

Thursday Next 02

ePUB v1.0

Roy Batty
15.03.12

Título:
Perdida en un buen libro

Título original:
Lost in a Good Book

Autor:
Jasper Fforde

Año de publicación: 2002

ISBN: 978-84-666-3204-1

Este libro está dedicado a todos los ayudantes:


haces cosas por ellos.

Ellos
no podrían hacerlas sin ti.

Tu
contribución lo es todo.

No esperes lo esperado:

espera lo imprevisible.

Si esperas lo esperado

espero que sigas imprevisible.

De las enseñanzas de san Zvlkx

1

El programa de Adrian Lush

Muestras de índices de audiencia de las redes de televisión más importantes de Inglaterra, septiembre de 1983.

Network Toad

El programa de Adrian Lush
(miércoles) (entrevistas)

16.428.316

El programa de Adrian Lush
(lunes) (entrevistas)

16.034.921

Bonzo el perro maravilla
(suspense canino)

15.975.462

Mole TV

¡Di qué fruta es!
(premios en metálico a cambio de respuestas)

15.320.340

El 65 de Walrus Street
(culebrón, episodio 3.352)

14.315.902

Gente peligrosamente disfuncional discute en directo en la tele
(entrevistas)

11.065.611

Owl Vision

¿Will Marlowe o Kit Shakespeare?
(concurso literario)

13.591.203

¡Otra oportunidad de verlos!
(programa sobre extinción inversa)

2.321.820

Canal por cable Goliath (1 a 32)

¿Quién está mintiendo?
(programa concurso cómico corporativo)

428

Desde cunas hasta ataúdes: la Goliath. Todo lo que puedas necesitar
(docuganda)

9 (en disputa)

Red Neandertal

El club de las herramientas potentes
(especial fresadoras y lijadoras)

9.032

El cuenta cuentos
(especial
Jane Eyre
)

7.219

W
ARWICK
F
RIDGE

La guerra de audiencias

No pedí convertirme en famosa. Nunca quise salir en
El programa de Adrian Lush.
Y que quede claro ahora mismo: el mundo tendría que estar dirigiéndose hacia su inminente destrucción para que yo aceptase colaborar en algo tan estúpido como
Los vídeos de ejercicio de Tkursday Next.

Al principio la publicidad tras el reenlibramiento con éxito de Jane Eyre fue divertida, pero acabó cansándome. Estuve encantada de posar para sesiones de fotos, acepté entrevistas en los periódicos, aparecí, reacia, en
Olores de isla desierta
y, por suerte, no tuve que pasar por la vergüenza de
¡Nombra esa fruta, celebridad!
El público, como siempre fascinado por los famosos, había querido saberlo
todo
sobre mí tras mi excursión a las páginas
de Jane Eyre,
y dado que la Red de Operaciones Especiales tenía una fama similar a la de Vladimir el Empalador, los jefes de arriba pensaron que sería buena idea servirse de mí para fomentar un poco la popularidad más bien escasa de la organización. Como se esperaba que hiciese, me recorrí el mundo firmando, inaugurando bibliotecas, dando charlas y ofreciendo entrevistas. Siempre las mismas preguntas, siempre las mismas respuestas decididas por Operaciones Especiales. Inauguraciones de supermercados, cenas literarias, ofertas para publicar libros. Incluso conocí a la actriz Lola Vavoom, que me dijo que estaría absolutamente
encantada
de interpretarme si se llegaba a rodar la película. Me cansaba, pero peor aún…
era aburrido.
Por primera vez en mi carrera como detective literaria echaba de menos autentificar un Milton.

Me había tomado una semana de permiso al final de la gira para que Landen y yo pudiésemos dedicar un poco de tiempo a nuestra vida de casados. Me llevé todas mis cosas a su casa, redistribuí todos sus muebles, mezclé mis libros con los suyos y presenté su nuevo hogar a mi dodo,
Pickwick.
Ceremoniosamente, Landen y yo nos repartimos los armarios del dormitorio, decidimos
compartir
el cajón de los calcetines y luego discutimos a propósito..de quién dormiría en el lado de la cama que daba a la pared. Mantuvimos conversaciones largas y maravillosamente sin sentido sobre nada en particular, nos quedamos en casa para cenar, nos miramos un montón el uno al otro y todas las mañanas dormimos hasta tarde. Fue
genial.

Al cuarto día de estar de permiso, entre el almuerzo con la madre de Landen y la notable primera pelea entre
Pickwick
y el gato del vecino, recibí una llamada de Cordelia Flakk. Era la agente de relaciones públicas de OpEspec de mayor rango en Swindon y me dijo que Adrian Lush quería que apareciese en su programa. La verdad es que la idea no me enloquecía… ni tampoco el programa. Pero tenía su lado positivo.
El programa de Adrian Lush
se emitía en directo y Flakk me garantizó que se trataría de una entrevista «sin cortapisas», posibilidad que me resultaba muy atractiva. A pesar de mis múltiples apariciones, la verdadera historia sobre
Jane Eyre
estaba todavía por contar, y hacía bastante tiempo que tenía ganas de dejar mal a la Corporación Goliath. Flakk me aseguró que sería el final de la gira publicitaria y me decidí. Aparecería en
El programa de Adrian Lush.

Unos días más tarde fui sola a los estudios de Network Toad; Landen tenía una fecha de entrega, que se aproximaba con rapidez, y debía ponerse al trabajo en serio. Pero no pasé mucho tiempo sola. Tan pronto como entré en el descomunal vestíbulo, un traje verde leche cortada se me acercó directamente.

—¡Thursday,
cariño!
—gritó Cordelia, agitando las cuentas—.
¡Me
alegra tanto que hayas podido venir!

El código de vestimenta de OpEspec especificaba que nuestra apariencia debía ser «circunspecta», pero estaba claro que en el caso de Cordelia no se habían tomado la orden al pie de la letra. Era imposible imaginar a alguien con menos aspecto de ser un funcionario público. En su caso, las apariencias resultaban muy engañosas. Ella era OpEspec desde los tacones de aguja hasta el pañuelo rosa y amarillo que llevaba atado al pelo.

Me lanzó un beso.

—¿Qué tal Nueva Zelanda?

—Verde y repleta de ovejas —respondí—. Te he traído un regalo.

Le entregué un corderito de peluche que balaba de forma francamente realista cuando lo ponías boca abajo.

—¡Qué adorable! ¿Cómo te va la vida de casada?

—Muy bien.

—Excelente, cariño, os deseo lo mejor. ¡Me
encanta
lo que te has hecho en el pelo!

—¿En el pelo? ¡No me he hecho nada en el pelo!

—¡Exacto! —respondió Flakk con rapidez—. ¡Es tan increíblemente propio de ti!

Hizo una pirueta.

—¿Qué te parece el modelito?

—Llama poderosamente la atención —respondí ambiguamente.


Estamos
en 1985 —me explicó—, los colores chillones son el futuro. Un día te dejaré darle un repaso a mi vestuario.

—Creo que tengo calcetines de color rosa por alguna parte.

—Es un comienzo, cariño. Oye, has sido muy paciente con esa gira de promoción; te estoy muy agradecida… y también OpEspec.

—¿Lo suficientemente agradecida como para darme un puesto que no sea de detective literaria?

—Bueno —murmuró Cordelia reflexionando—, primero nos ocuparemos de lo primero. Tan pronto como termines con la entrevista de Lush, tu petición de traslado recibirá una atenta valoración, te lo
prometo.

No resultaba demasiado prometedor. A pesar de los éxitos en mi trabajo, todavía deseaba moverme dentro de la Red. Cordelia me agarró del brazo y me llevó a la sala de espera.

—¿Café?

—Gracias.

—¿Problemas en Auckland?

—La filial de la Federación Brontë causó algunas dificultades —le expliqué—. No les gustó el nuevo final de
Jane Eyre.

—Siempre hay algunos descontentos —comentó Flakk—. ¿Leche?

—Gracias.

—Oh —dijo, mirando fijamente a la leche—. Está caducada. No importa. Escucha —añadió con rapidez—, me encantaría quedarme y mirar, pero un tonto de OpEspec 17 clavó en Penzance por error una estaca a un gótico; va a ser un infierno de relaciones públicas.

OE-17 era la división encargada de liquidar a licántropos y vampiros. A pesar del nuevo procedimiento de confirmación de «tres puntos», un cadete nervioso con una estaca bien afilada podía causar
muchos
problemas.

—Aquí todo está perfecto. He hablado con Adrian Lush y con los otros para que no haya disgustos.

—¿Los
otros?
—pregunté, suspicaz de pronto—.
¿Disgustos?
¿Qué tienes en mente?

Cordelia hizo un mohín.

—Ordenes nuevas, Thursdaycariñodulzura. Créeme, estoy tan descontenta como tú.

No lo parecía, la verdad.

—Nada de cortapisas, ¿eh? —Sonreí, pero Flakk no parecía compungida.

—Es una necesidad, Thursday. OpEspec necesita tu apoyo en estos momentos de dificultad. El presidente Formby ha pedido que se investigue si OpEspec vale realmente el dinero que se invierte en ella… o si es necesaria.

—Vale —acepté—, pero ésta será
definitivamente mi última entrevista,
¿vale?

—Claro que sí —aceptó Flakk excesivamente rápido, para luego añadir con histrionismo—. Oh, Dios mío, ¿ya es tan tarde? Dentro de una hora tengo que tomar la nave aérea a Barnstaple. Ésta es Adie; ella cuidará de ti y… —Cordelia se me acercó un poco de más—. ¡Recuerda que perteneces a OpEspec, cariño!

—¿Cómo voy a olvidarlo? —murmuré mientras una chica vigorosa que agarraba una tablilla se me acercaba desde donde había estado esperando, cortés, para respetar nuestra intimidad.

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