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Authors: John Curran

Tags: #Biografía, Ensayo, Intriga

Los cuadernos secretos (10 page)

El palomar entre los gatos

Parte del placer que se experimenta al trabajar en los cuadernos proviene del hecho de que cuando se pasa una página nunca sabe uno qué va a leer. La trama de la novela más reciente de Poirot en ese momento se puede interrumpir con un poema escrito para el cumpleaños de Rosalind; una página encabezada con optimismo, con un epígrafe que reza «Tareas por hacer», queda comprimida entre la última novela de la señorita Marple y una obra teatral inacabada. Un número de teléfono y un recado trastornan el fluir de las notas para una nueva obra de teatro radiofónico; una lista de nuevos libros interrumpe las intrincadas notas sobre el horario que sigue un asesino; una carta al director del
Times
altera el desarrollo de la nueva novela de Westmacott.

Se podría descubrir el final que originalmente puso a
La venganza de Nofret
o bien ponerse a tratar de resolver una pista en forma de crucigrama («– I – T – –»); se puede tropezar uno con el borrador de un relato inacabado sobre Poirot o con un listado de tipos de tulipán («granadero… escarlata real, don Pedro, púrpura con tonalidades de bronce»); se puede leer una carta al director del
Times
(«He leído con enorme interés el artículo del doctor A. L. Rowse en torno a su descubrimiento de la identidad de la dama oscura que aparece en los sonetos de Shakespeare») o un esbozo para
La ratonera II
.

Una ojeada al azar a través de los cuadernos ilustra algunos de estos aspectos. Una página de anotaciones, una breve lista de libros (publicados todos ellos en 1970), disposiciones para las compras navideñas y una cita que le ha llamado la atención interrumpen sucesivamente las notas que ha ido tomando para
Némesis
:

En algún lugar (¿Irlanda?) (¿Escocia?) (¿Cornualles?) vive una familia… él le escribe para pasar uno o dos días, o un fin de semana… se suma más tarde al viaje… (¿Tal vez ella ha enfermado, una fiebre pasajera, una afección producida por un fármaco que le ha sido administrado?)

Notas sobre libros

Deliverance
[Libramiento]
, de James Dickey

The Driver’s Seat
[El asiento del conductor]
, de Muriel Spark

A Start in Life
[La vida continúa]
, de Alan Sillitoe

Ir a Syon Lodge Ltd. (Crowthers)… a 20 minutos en coche desde Hyde Park Corner… por el camino del aeropuerto… ¿Compras de Navidad? Collingwood en Conduit Street

Comentario de McCauley: «Que a uno lo gobierne un metomentodo es algo que no puede la naturaleza humana soportar»

Cuál es el punto en que se concentra (un acusado que ha sido encarcelado) el hijo de R… un fracaso… R siempre supo cuándo le estaba mintiendo

La trama de
La muerte visita al dentista
y un listado de posibles ideas para relatos cortos quedan interrumpidos por un mensaje de carácter social que le ha transmitido su gran amiga Nan Gardner:

H. P. no se da por contento… Inquiere sobre los cadáveres… al menos uno aparece… Todo el fin de semana fuera… Podemos ir el jueves, Nan

Ideas (1940)

A. 2 amigas, dos solteronas mañosas, una de ellas malvada (la otra, camuflada), aportan sus pruebas, seguramente ante la señorita Marple

Una lista de ideas, algunas de las cuales formaron parte de
Muerte en las nubes
,
El misterio de la guía de ferrocarriles
y «Problema en el mar», queda en suspenso para dar lugar a tres páginas sobre los regalos de Navidad:

C. Asaeteado por una flecha, alcanzado por un dardo (envenenado) lanzado con una cerbatana

Jack
[su cuñado]
… ¿perro?

La señora E… Las fundas de la carta o del menú

La tía Min… El secante y el contenedor del papel con membrete

Barbara… El bolso y el pañuelo

Joan… ¿Un cinturón?

D. Ventrílocuo

E. Serie de asesinatos… P recibe una carta de un tipo al parecer demente

Primero… una anciana en el condado de York

Tragedia en tres actos
viene precedida por una dirección y un número de teléfono:

Toby, 1 Granville Place, Portman Street, Mayfair 1087

P sugiere que Egg aborde a la señora Dacres

En medio de «La captura de Cerbero» aparecen detalles sobre un viaje («Robin» es posiblemente Robin McCartney, dibujante encargado de las cubiertas de
Muerte en el Nilo
,
Asesinato en Mesopotamia
y
Cita con la muerte
):

Viuda joven… marido desaparecido, supuestamente muerto; P lo ve en «el Infierno»

Cualquier jueves, en el tren de la tarde, ver a Robin

Combinar con la idea del hombre que se ha hundido…

¿Muerto?

¿Un camarero en «el Infierno»?

Como bien se puede ver, la creatividad de Christie no era excluyente: era capaz de urdir la trama de un asesinato a la vez que concertaba una cita de carácter social, o bien consideraba un arma asesina a la vez que confeccionaba una lista de lectura, o bien sopesaba a fondo un móvil al tiempo que transcribía unas instrucciones de viaje. A lo largo de los cuadernos es en todo momento Agatha Christie, Reina de la Novela de Detectives, sin dejar de ser nunca Agatha, miembro de su familia.

Móvil y oportunidad

Una de sus creaciones más personales, Ariadne Oliver, suele considerarse a grandes rasgos el álter ego de la propia Christie. La señora Oliver es una escritora de ficción detectivesca de mediana edad que ha cosechado bastante éxito y es prolífica, además de haber creado a un detective extranjero, el finlandés Sven Hjerson. Detesta las cenas y los festejos de carácter literario, tener que pronunciar discursos, colaborar con un dramaturgo; ha escrito
Un cadáver en la biblioteca
y no fuma ni bebe. Las similitudes son muy notables. No puede quedar ningún resquicio a la duda de que cuando habla la señora Oliver en realidad oímos a Agatha Christie. En el capítulo 2 de
El templete de Nasse House
, la señora Oliver resta importancia a su ingenio:

—Nunca es tan difícil pensar a fondo en las cosas —dijo la señora Oliver—. Lo malo es que piense una en demasiadas cosas, y que entonces todo se complique más de la cuenta, de modo que al final sea preciso renunciar a más de una, lo cual siempre es una agonía.

Y posteriormente, en el capítulo 17, dice:

—Quiero decir… ¿qué se puede decir en verdad sobre el modo en que escriba una sus libros? Me refiero a que primero hay que pensar en algo, y cuando se ha pensado a fondo una tiene que obligarse a sentarse y escribirlo. Eso es todo, no hay más.

Así de sencillo era: por espacio de cincuenta y cinco años, así fue exactamente como lo hizo su creadora.

El proceso de producción, como ya hemos visto, era azaroso y estaba sujeto a toda clase de incidencias. Sin embargo, es precisamente esa especie de intervención del azar lo que se transformaba en un gran éxito de ventas cada año, que en el caso de muchos años fue bastante más que el típico éxito de ventas. Durante más de cincuenta años entregó a su agente por Navidad el consabido «Christie para las Navidades»; a lo largo de veinte años estrenó en los teatros del West End londinense una obra teatral tras otra, algunas con un enorme éxito de taquilla; tuvo ocupados casi en todo momento a los directores de las publicaciones periódicas con el proceso de edición de sus últimas colaboraciones. Y todo ello, las novelas, los relatos y las obras teatrales, fluía con la precisión armónica y la puntualidad del cambio de la guardia.

Así pues, si bien es cierto que no seguía un método en particular, o no al menos en el sentido de poner en funcionamiento un sistema cuya validez estuviera demostrada, refinado a lo largo de sus muchos años de dedicación a la literatura, sabemos que esta apariencia indiscriminada que muestran las anotaciones y la construcción de las tramas es precisamente eso, mera apariencia. Y llegado el momento terminamos por entender que, en realidad, esa manera de avanzar a merced del azar es justamente su método: ésa es su manera de trabajar, de crear, de escribir. Era capaz de sacar un gran partido mental del caos, que la estimulaba más que la rigidez del orden; a decir verdad, la rigidez ahogaba su proceso creativo. Y así se explica que los cuadernos se puedan leer del derecho y del revés, que salten de un título a otro en una misma página, que en cuadernos distintos se repitan y se desarrollen las mismas ideas, y que su caligrafía a veces sea imposible de leer.

El Cuaderno 15 y la trama de
Un gato en el palomar
ilustran algunos de estos puntos. Habla consigo misma sobre la página:

¿Cómo convendría abordar todo esto? ¿En una secuencia, o remontándose de la mano de Hércules Poirot, a partir de la desaparición… en el colegio, posiblemente un incidente trivial, pero que de algún modo está relacionado con el asesinato? De acuerdo, pero… ¿el asesinato de quién? ¿Y por qué?

Sopesa las posibilidades, especula, las enumera:

¿Quién es asesinado?

¿Una muchacha?

¿La profesora de educación física?

¿Una criada?

¿En el extranjero, en Oriente Medio? ¿Quién podría conocer a la muchacha de vista?

¿Y a quién conocería la muchacha?

La señora U ve a alguien por la ventana… Podría ser…

¿Una nueva amante?

¿Alguien del personal de servicio?

¿Una alumna?

¿Un padre?

El asesinato…

¿Podría ser Una chica (parecida a Julia/parecida a Clare?

¿Un padre, el día de visita del colegio?

¿Una profesora?

¿Alguien que recibe un disparo o es acosado en el campo de deportes?

Está la princesa Maynasita…

o… una actriz que se hace pasar por una alumna

o… una actriz que se hace pasar por la profesora de educación física

Se recuerda el trabajo que aún le queda por hacer:

Poner orden… final del capítulo

Capítulo III… Queda mucho por hacer…

Capítulo IV… Queda mucho por repasar (seguramente, terminar el capítulo con «Adam el Jardinero»… Lista de profesoras… (o siguiente capítulo)

Capítulo V… Cartas más extensas

Notas sobre la revisión… un poco sobre la señorita B

Prólogo… Mecanografiar los añadidos

Capítulo V… Algunas cartas nuevas

Y, para aliviar la perspectiva, se dedica a resolver un crucigrama. Se trata de un pasatiempo de sobra conocido, consistente en utilizar todas las letras del alfabeto en una sola frase. En su personal solución, aporta una versión alternativa, aunque le falta la Z.

A D G J L
M P S
V Y Z

THE QUICK BROWN FOX JUMPS over gladly
[5]

Muertes rememoradas

En
Cartas sobre la mesa
, a la señora Oliver se le pregunta si se ha servido dos veces de la misma trama.

—En
El asesino del loto
—murmuró Poirot— y
La pista de la cera de la vela
.

La señora Oliver se volvió hacia él, resplandeciente en los ojos un destello de apreciación.

—Muy inteligente por su parte. De veras, muy inteligente. Y es que, en efecto, esas dos son exactamente la misma trama…, sólo que nadie más ha reparado en ese detalle. En una son los papeles robados durante una fiesta informal, un fin de semana, del gabinete, y el otro es un asesinato que tiene lugar en el bungaló de un agricultor de Borneo.

—Pero el meollo de ambas historias resulta que es el mismo —dijo Poirot—. Es uno de sus trucos más finos.

Igual sucede con Christie. Utilizó y volvió a utilizar estratagemas propias de la trama a lo largo de toda su trayectoria; recicló relatos breves para darles forma de novelas, cortas o no; es frecuente que en los cuadernos especule acerca de la ampliación o la adaptación de un título anterior. Los cuadernos son buena muestra del modo en que, si bien descartaba una idea por el momento, lo dejaba todo al alcance de la mano, para echarle un vistazo en una etapa más avanzada. Y cuando hacía eso, como dice en su
Autobiografía
: «Ahora mismo no consigo recordar qué era exactamente, pero a menudo me sirve de estímulo». Se servía de los cuadernos como recordatorio y agenda, a la vez que los utilizaba como caja de resonancia.

El primer ejemplo que tenemos data de mediados de los años cincuenta y está relacionado con estos relatos: «El apartamento del tercer piso» y «El misterio del cofre de Bagdad»; aparece rodeado en el cuaderno de notas tomadas para «La locura de Greenshaw» y
El tren de las 4:50
. El segundo ejemplo, que hace referencia a «El pudding de Navidad», data de comienzos de 1960, mientras el último, relativo a «La sombra en el cristal», seguramente es de 1950:

Desarrollo de los relatos

El apartamento del tercer piso… asesinato cometido antes… vuelve a recoger el correo y huellas, etc., explicación… ¿el ascensor? Se equivoca de piso

¿El cofre de Bagdad o un biombo?

¿Idea? A persuade a B de que esconda a B

Cofre o biombo cuando la señora B… que tiene un lío con C… C da una fiesta… B y A llegan de pronto… B esconde a A… lo mata… y se marcha

Versión ampliada de El pudding de Navidad… Puntos de importancia

Un rubí (propiedad de un príncipe de la India… ¿o de un gobernador que se acaba de casar?) en el pudding

Un libro o una obra teatral a partir de La sombra en el cristal

¿La idea del vidrio? (Señor Q)

El ABC del asesinato
[6]

Uno de los sistemas de creación que utilizó Christie durante la mayor parte de su periodo más prolífico es la enumeración en forma de lista de una serie de escenas, bosquejando tan sólo aquello que deseaba incluir en cada una y adjudicando a cada escena individual un número o una letra; esta idea de ordenamiento, en los tiempos en los que era imposible soñar siquiera con los ordenadores y con las teclas para «cortar y pegar», posiblemente se inspira en su experiencia de dramaturga. Con posterioridad reordenaba los apartados correspondientes a esas letras para que se acoplasen a las intenciones de la trama. Pese a mantener ese proceso creativo y caótico, este plan alfanumérico no siempre lo seguía al pie de la letra, e incluso cuando empezaba por él lo abandonaba en ocasiones para optar por un enfoque más lineal (véase el ejemplo de
La casa torcida
, más adelante). Y en ocasiones el patrón del libro terminado no seguía con exactitud la secuencia originalmente planeada, debido tal vez a razones posteriores, de edición y corrección.

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