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Authors: Chuck Palahniuk

Tags: #Humor, Intriga

Pigmeo (27 page)

La cara del agente-yo ofrece un reluciente facsímil de expresión sonriente.

Entre los crédulos jueces, un profesor dice:

—¿La paz mundial? —Meciendo su cráneo para hacer el gesto de cabeza que significa «sí», dice—: La paz está
muy
bien.

En secreto, dentro de su máquina de pensar, sin voz alta, el agente-yo cita al profundo genio y generoso mentor León Trotsky: «Por todos lados, la babosa del humanitarismo deja su rastro de babas, ocultando la función de la inteligencia y atrofiando las emociones».

En realidad, el proyecto-recipiente etiquetado «Máquina de la paz» está destinado a distribuir abundantes neurotoxinas en las profundidades del corazón de la ciudad capital de Estados Unidos, pata-pumba, desencadenando su dispersión, con vistas al asesinato implacable de incontables sabandijas americanas.

La hermana-gata, que se encuentra presente, pulsa varias teclas de su pequeño teléfono y se lo aplica al oído. Presionando el teléfono contra el oído, dice:

—Vamos, papá... —Dice—: Contesta el
teléfono
.

En cuanto los depravados tiranos de América se hayan extinguido para siempre, entonces sí que reinará la paz mundial.

Tal como ha decretado la agente Magda, todos los proyectos oponentes generados por los estudiantes locales han de ser toscamente saboteados. Para asegurar el éxito de la Operación Estrago. La construcción de un simple mecanismo electromagnético destinado a reunir clips sujetapapeles hechos de alambre resulta frustrada mediante la inclusión de clips hechos solo de plástico. El modelo en miniatura de un volcán se ve privado de su erupción después de ser avituallado con el ingrediente gas fosgeno, que hace que el artefacto a punto esté de asfixiar letalmente al joven geólogo.

Todos los competidores trabajan frenéticamente para reparar sus proyectos estropeados. Químicos fracasados. Aspirantes a biólogos.

Solamente la hermana-gata sonríe, confiada de su proyecto. La hermana-huésped sigue posicionada al lado de la mesa plegable, con su propia placa, que tiene inscritos los méritos jactanciosos de su invención. La hermana contrae los músculos trapecios para que sus hombros se encojan hacia sus orejas y dice:

—Empezó como un regalo normal para el Día de la Madre. —Dice—: Pero luego se salió de madre...

La hermana-gata echa un vistazo a su teléfono diminuto y dice:

—Papá prometió que estaría aquí. —Dice—: ¿Dónde está?

En el momento en que los labios del agente-yo empiezan a proporcionar su conferencia oral de explicación de su proyecto del ADN, los ojos del profesor se cubren de unas cataratas que indican aburrimiento. Sus músculos oculares dejan de enfocar. Las pupilas de sus ojos se desvían hacia el jersey de punto de la líder de animadoras, la señora Zeppelines. El profesor mira lascivamente el blusón de la señora Rellenos de Jersey. Otro profesor parpadea con las cubiertas de piel de los ojos, junta las cejas en el medio y dice:

—Eh, ¿tú no eres el chaval que salvó a todo el mundo del francotirador loco?

La charla sobre la paz del agente-yo se ve interrumpida. El otro profesor que está llevando a cabo la inspección con su instrumento puntiagudo de escritura dice:

—¿Tú eres Pigmeo?

El otro profesor dice:

—¿El de la tele...? —Me ofrece su bolígrafo y también la libreta llena de notas que comparan los proyectos de ciencias de la competición y me dice—: ¿Me das tu autógrafo?

La mano del agente-yo estampa su firma encima de la hoja de papel. Firma en la segunda página. Y por fin firma todas las páginas como «Pigmeo», pese a que no es el nombre verdadero de este agente. La congregación de profesores, la banda de eruditos jueces, desdeña el proyecto de ciencias del agente-yo. En cambio, agarran la mano de este agente. Y se la agitan. Y luego emprenden un pequeño desfile para examinar la siguiente pieza en concurso.

El siguiente proyecto de ciencias es una forma de vida vegetal producida en un jardín hidropónico y expuesta como
Cannabis sativa
. Se convoca a los agentes de la ley. Hay protestas estridentes a favor de la inocencia propia, y el estudiante de botánica es puesto bajo custodia policial y rápidamente extraído del local. Sabotaje exitoso.

A continuación, el desfile de académicos eruditos llega al experimento inventado por la hermana gata-sigilosa. Apoyado encima de la mesa hay un misil de tamaño moderado, comparable con el proyectil de mortero ligero de la artillería japonesa de calibre 50 milímetros tipo 89, apodado «pierna». El misil va enfundado en una piel de plástico de color rosa. Pulimentada y suave. Con letras pintadas en la placa que dicen: «Éxtasis 2.0».

Y la hermana-gata dice:

—Permítanme que les presente la siguiente generación en materia de felicidad completa...

Las manos de la hermana levantan el misil y lo blanden ante las miradas de todos los jueces, a continuación ella lo describe como un milagro de las prótesis fálicas. El aparato fálico es capaz de conectarse inalámbricamente con la World Wide Web, descargar software suplementario y actualizar su programación. Diseñado para simular situaciones sexuales múltiples que van desde el pene vacilante esgrimido por un joven adolescente hasta la gama alta de violaciones insensatas por parte de soldados del ejército. Imita los miembros genitales de cualquier arquetipo global. El usuario solamente tiene que introducir el código de la situación para activarla.

Además, se jacta de que también se puede ajustar la temperatura de superficie del falo. Una amplia variedad de tonos cálidos para circunstancias de frío. Y durante el clima caluroso, el falo se puede servir frío, a fin de aliviar la temperatura interna del usuario. La hermana explica las ventajas en términos de coste en comparación con el precio de un aire acondicionado central de tipo convencional.

A modo de capacidad extra, el falo incluye la posibilidad de reproducir música grabada. Con capacidad de almacenamiento de más de mil quinientos archivos de canciones, audiolibros, conferencias académicas y lecturas religiosas. Puede sincronizar la vibración estimuladora con el ritmo de la música. Se sugiere la posibilidad de educar al usuario, de infundirle informaciones sabias y conocimientos incorporados mientras la pelvis del consumidor se convulsiona.

—Además —dice la hermana-gata, cerrando las cubiertas de los ojos para subrayar sus inclinaciones de la cabeza que significan «sí»—, el acabado higiénico es antimicrobial. —Dice—: Y... después de esto, ya no querrás meterte
nada más
dentro.

—¿Cómo? —dice el erudito juez, soltando pequeña risa—, ¿Y no funciona a base de fusión nuclear?

La hermana-gata ofrece una sonrisa débil y dice:

—Esa característica la introduciremos con el Éxtasis 2.1.

La hermana-huésped explica que el falo es totalmente compatible tanto con la plataforma IBM como con Apple.

Contiene sensor de posicionamiento global para poder orientarte en todo momento vía satélite.

Cuenta con generación automática de códigos de error, y con cada uso lleva a cabo una comprobación del sistema propio. Dispone de activación retardada para funcionar como reloj de alarma. Y a la inversa, de detenimiento programado para cesar automáticamente el funcionamiento cuando el metabolismo del usuario indica que está dormido.

Otra característica estándar es el que el falo utiliza la conductividad de la piel para medir los niveles de glucosa del usuario, monitorizar los electrólitos de los fluidos corporales y realizar test de colesterol en los sueros. Regula el ciclo de la ovulación. Potencia la memoria. Coordina tu vestuario. Aumenta las millas por consumo de gasolina.

Y en secreto, este agente recita sin voz alta: «... erbio... europio... fermio...».

Lo más fácil es que sea la hermana-huésped quien reciba el premio superior de la feria de las ciencias. No este agente. En cambio, será la hermana-gata quien viaje para competir en las finales celebradas en la ciudad de Washington, Distrito de Columbia. Frustrando el objetivo de la Operación Estrago.

Todos los agentes observan con ansiedad: Bokara, Sheena, Mang, aterrados ante la posibilidad de que ese artefacto milagroso reciba los mayores galardones y usurpe la oportunidad de clasificarse para la competición nacional.

Al momento siguiente, el profesor solicita una demostración del aparato. Exige que le muestren cómo se activa el falo milagroso.

Situada en el foco de las miradas de todos los presentes, la hermana-gata manipula el misil, utiliza el control escondido en la base del artefacto y activa el mecanismo para iniciar la transformación del plástico de color rosa en un tono de rosa más intenso, más cercano al rojo. Al momento siguiente, el falo se pone a latir, a vibrar, a temblar y a estremecerse. El invento se convulsiona, oscila y experimenta sacudidas. El proyecto danza, revolotea y da saltitos. De su interior emerge una dulce melodía musical, el trino de una melodía armoniosa.

Las caras de los numerosos profesores esbozan amplias sonrisas.

La hermana-gata sonríe.

Y de repente, aumenta la intensidad de las sacudidas del falo. La maquinaria empieza a experimentar convulsiones, terremotos, brincos. Un fino penacho de humo de color blanco emerge erráticamente del caparazón de plástico. El falo humeante salta descontrolado, se retuerce salvajemente y suelta un humo oscuro, de color negro.

La multitud de los presentes retrocede un paso y se retira a una distancia segura mientras el falo escupe una llama en miniatura, una llama roja, amarilla y azul. Ahora suenan chillidos lastimeros, nada de dulce música. El falo demoníaco y gritón abandona la mesa de un salto y sale disparado por el suelo de la exposición, persiguiendo a los aterrados jueces. Dejando tras de sí un rastro de humo negro, una cola de cometa de llamas anaranjadas, el falo asesino y chillón suelta escupitajos de plástico derretido y rebota en persecución de los estudiantes espantados. Acosa a los jóvenes aullantes. El falo inflamado y vociferante caza a los muchachos entre chillidos.

Y en ese mismo momento, el diminuto teléfono de la hermana-huésped emite su llamada. Una llamada imperiosa.

La hermana-gata se aplica el teléfono a la oreja y dice:

—¿Papá?

Esquivando la trayectoria del falo asesino en llamas, la hermana-gata dice:

—¿Estás en la
cárcel
?

Y en ese mismo momento, las mandíbulas del agente-yo se abren, sus piernas dan un brinco, y la boca de este agente se cierra con fuerza, afianzándose alrededor del misil en llamas, zas-ñaca. ejecutando un perfecto Bocado del Bulldog. Aplastando el falo renegado. Las muelas desactivan la amenaza.

Todos los presenten golpean las palmas de sus manos entre sí. Un estruendoso aplauso cacofónico. Intentan golpear con las palmas los omóplatos de este agente.

La saliva del agente-yo sabe a soldadura, el aroma de la hermana-gata durante todas las noches que se pasó esforzándose por construir su artefacto. El dulce sabor al trabajo de la hermana-huésped. A todo ese esfuerzo desperdiciado. El aroma amargo de la culpa. Este agente expectora los restos masticados del cohete calcinado.

El profesor golpea con el zapato los restos chamuscados de la invención y dice:

—Gracias a Dios que no ha pasado mientras alguien lo tenía
metido
...

Y le concede el honor máximo a este agente. El héroe del día de hoy. El héroe de las Naciones Unidas en Miniatura. El héroe de la feria local de las ciencias.

El total de los reunidos emprende un clamor verbal. Unidos en una sola voz, cantan:

—¡Pig-me-o! —Cantan—: ¡Pig-me-o! —Cantan—: ¡Pig-me-o!

Cita: «Por todos lados, la babosa del humanitarismo deja su rastro de babas, ocultando la función de la inteligencia y atrofiando las emociones».

Contemplando las ruinas del falo antes amenazador y gritando por el teléfono, la hermana dice:

—Pero, papá, ¿
por qué
te han detenido?

Y en el mismo momento que supone la mayor victoria estratégica del agente-yo —elogiado estruendosamente por todos, después de conquistar el falo y sabotear los proyectos de la competición—, en ese momento exacto, la hermana-huésped empieza a berrear por el teléfono. Los ojos de la hermana gata-sigilosa empiezan a derramar agua en abundancia.

COMUNICADO TRIGÉSIMO

Empieza aquí el informe trigésimo del agente-yo, número 67, visitando nuevamente el centro de distribución de propaganda religiosa de la ciudad de XXXXX. Sentado entre la multitud de ciudadanos, la muchedumbre perezosa y vacua de ciudadanos del estado de XXXXX. Los miembros filosóficamente laxos, moralmente despreciables y culturalmente agotados de la comunidad de XXXXX. Reunidos a fin de deshacerse del cadáver del diablo Tony para dárselo como alimento a los moradores del suelo.

Nido de serpientes. Guarida americana del mal. Panal de corrupción.

El ataúd que contiene al diablo está situado en la misma posición dentro de la capilla en que antes estuvo ubicado el ataúd del matón amarillo-claro. En la misma ubicación donde antes estuvieron los ataúdes de los delegados tiroteados de Zaire, de Timor Oriental, de Egipto y de Brasil.

Al inicio de la ceremonia, todos los cilindros de parafina con cordeles dentro tienen los cordeles inflamados. El espacio está perfumado por los genitales de las exuberantes formas de vida vegetal. La estatua del hombre sigue muerta, y el yeso sigue derramando pintura roja. Subida al altar de la capilla del culto, la zombi lisiada, el tambaleante esqueleto vetusto, Doris Lilly. Encorvado junto al ataúd que alberga los restos mortales del diablo putrefacto Tony, la estimada señorita Lilly dice, tosiendo con estruendosos ruidos de flema por el micrófono:

—Debido a la ausencia de nuestro ministro laico, Donald Cedar... —Dice—: Me han pedido que diga unas palabras sobre la trágica defunción del reverendo Anthony...

El padre-huésped Don Cedar, la enorme vaca jadeante, está ausente en el día de hoy.

Las zarpas llenas de tics de la madre-pollo, sus garras, se dedican a destrozar pañuelos de papel arrugados y deshacerlos en forma de pedacitos infinitos. La madre-huésped huele a dosis doble extra de Xanax, suda en abundancia y en la pelvis no le zumba la batería de ningún misil. Sus entrañas están vacías de misiles vibradores de plástico.

Para que conste en acta, hasta el día de hoy las habilidades del agente-yo han aniquilado a dos sabandijas americanas, han extinguido a dos parásitos corruptos: el francotirador del instituto y el pedófilo. Y sin embargo no percibo sensación de saciedad. No discierno el cumplimiento de la misión. No estoy satisfecho con esas matanzas, solo soy consciente de los elevados números de sabandijas que quedan por asesinar.

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