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Authors: Jaime Rubio Hancock

Tags: #FA

El problema de la bala (18 page)

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Sí, todos esos contactos eran prostitutas, pero Salvador Bienvenido no podía pasarse las veinticuatro horas del día trabajando. En cambio, gracias al Viagra, podía al menos intentar pasar muchas de esas horas en un burdel.

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Business to business.

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Peer to peer.

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Arturito.

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EJEMPLO DE ENTRADA EN EL BLOG DE ROCA
Las nuevas tecnologías han permitido que la actividad humana, que es la actividad de los humanos que a su vez son seres sociales y por tanto socialdemócratas, se manifieste también en los nuevos medios sociales de internet, permitiendo las relaciones y comunicaciones inter, intra y transpersonales sin necesidad de coincidir en tiempo y espacio, cosa que antes no sucedía, ya que nadie escribía cartas por ejemplo. Y eso es lo que nos diferencia de los animales: la facilidad para poner ejemplos. Pídanle ustedes un ejemplo a un perro y ¿qué conseguirán? ¿Dos, tres ladridos?
Awwwsome es mi proyecto personal y permitirá a todo el mundo poner ejemplos aprovechando la fortaleza de las redes sociales 2.0, superando este mundo de perros en el que la comunicación no era tan importante y los ejemplos apenas una sucesión de ladridos.
Lo más importante es que hay que ser conscientes de que este mundo nuevo implica que las empresas tendrán que adaptarse o morir. No es el mundo el que se adapta, sino nosotros los que nos adaptamos a este mundo cambiante. Y no cabe duda de que la mejor manera para adaptarse es contratando nuestros servicios y contando así con nuestra flexibilidad, nuestros conocimientos y nuestra experiencia en gestión de comunidades y comunicación social.
Ya lo explicaba en una conferencia que no di, pero esbocé hará apenas dos o tres semanas. Hemos asumido como perfectamente normal que apretemos un botón y podamos bajarnos una película o publicar un texto idiota, pero antes uno apretaba un botón y, o bien venía el ascensor o por el contrario lanzaba misiles nucleares intercontinentales. Está claro por tanto que en el sector de los botones había sin duda un importante nicho de negocio en el espacio intermedio que hay entre volver a casa y acabar con la humanidad. Nosotros somos tan conscientes de eso que en mi empresa se ha prohibido el uso de cremalleras: todas las braguetas llevan botones. Precisamente porque sabemos que no podemos permitirnos quedarnos atrás.

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Y más teniendo en cuenta las circunstancias en las que mi padre perdió el pelo, que no tenían nada que ver con la genética. De joven, tomando unas cervezas con unos amigos, comenzó a discutir con uno de ellos sobre el siempre conflictivo tema de las sardanas. Mi padre llegó a decir en tono seguro y despectivo: “¡Que me quede calvo esta misma noche si la letra de
La Santa Espina
no es de Joan Maragall!” Nada más despertarse y ver todo ese pelazo en la almohada y no en su cráneo, supo que se había equivocado y que el letrista era Àngel Guimerà.

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Se fue a un burdel, sólo que aún dudando por culpa de la imagen mental del celador, agarró por el brazo y se llevó a una de las habitaciones a un travesti. Luego se diría a sí mismo que todo fue un error y que no se dio cuenta hasta el final, pero teniendo en cuenta lo que se llevó a la boca bien al principio, aquella excusa le resultó difícil de creer incluso a sí mismo. Pero acabó creyéndosela. Sólo tuvo que insistir un poco.

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El funcionario también se fue de putas al terminar su jornada laboral y temiendo asimismo volverse maricón del todo por haberse sentido atraído por los senos de un preso. Sin embargo, él no cometió el mismo y supuesto despiste de Bienvenido y acabó manteniendo un medianamente satisfactorio (para él) encuentro con una señorita que decía llamarse Svetlana y ser bielorrusa, cuando en realidad se llamaba Isabel y era de Jaén. Imitaba muy bien el acento bielorruso, eso sí era verdad. Le salía mejor el alemán, pero había poca demanda de alemanas.

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En realidad, sólo la camisa, pero era por no estropear el dicho bíblico.

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Posiblemente algún lector estará preguntándose cómo es posible que un juez que ya hubiera llevado mi caso y que además hablara con la prensa no se inhibiera. Lo cierto es que sí se inhibió: me llamó “chulito” cuando en realidad quería llamarme “gilipollas prepotente”. Entre otras cosas. Se podrá decir lo que se quiera acerca de la justicia española, pero no es de recibo poner en duda la integridad ética de los profesionales que cuidan de su práctica. Debería daros vergüenza.

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Medicamento para la artrosis.

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Medicamento para la gota.

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Medicamento para la hipertensión.

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Medicamento contra la mircoidosis, que a su vez es una enfermedad inexistente que ataca los globulos verdes, que son unas células inexistentes de la sangre cuya función es desaparecer al reaccionar con la Loxomacina.

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Medicamento contra el cáncer de codo. Muy eficaz en los estadios I y II. De todas formas, la jueza moriría poco después, por culpa de una sobredosis accidental de Ricipaína. Al venir en frasco, se le cayeron todas las píldoras en la boca y siempre había sido una firme partidaria de “lo que se toca, se come, y más si es con la lengua”, frase que especialmente en su juventud y durante su noviazgo con el que después sería su marido, le había traído muchas alegrías.

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Medicamento para endurecer las nalgas. Indicado en caso de sedentarismo extremo y nalgas blandas.

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Al confundir la droga con harina, primero le pareció un soborno bastante idiota y luego se lo dio a su cocinera, que al ser colombiana no sospechó que aquella sustancia harinosa fuera otra cosa que harina. La aprovechó para hacer un par de pasteles y unas cuantas croquetas de pienso compuesto que sí, tres días más tarde de la vista acabarían con la vida del presidente del Tribunal Supremo, de su mujer y del perro, al que le dieron a oler las sobras. La criada fue acusada de asesinato, pero sólo sería condenada por la muerte del perro, ya que el juez y su señora estaban tan mayores que su abogado logró presentar el suceso como un caso de eutanasia que fue de hecho aplaudido por una opinión pública más que conmocionada por el hecho de que una persona pudiera llegar a ser mayor algún día y no viviera eternamente por debajo de los treinta y ocho años. Eso sí, lo del perro la llevó a pasar quince años en la cárcel. Sobre todo porque era un perro muy graciosote.

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Correcto. También pañales extragrandes, caramelos de anís, mantas de lana, zapatillas de felpa y boinas de andar por casa.

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Medicamento para la otitis crónica.

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Medicamento para tratar los infartos provocados por señoritas de ídem.

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Eh, eh que acaba el capítulo y aún no he salido.

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¿Tú quién eres?.

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El de antes, el que quería salir en una novela. Me dijiste que al final.

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No sé si lo sabes, pero te estás cargando toda la tensión del capítulo.

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Pues haberme dicho de venir en otro momento.

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De todas formas, ¿tú quién eres? ¿Qué puedo explicar de ti?

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Soy David, un auxiliar administrativo, pero me gusta mucho leer. Mi mujer se llama Mari Carmen.

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Después de colarse en el juicio, David regresó a casa. Antes de lo normal, ya que aquel día no había ido a trabajar. Allí descubrió a su mujer en la cama con el vecino del sexto, un señor gordo que olía a fuet. Sin ni siquiera pararse a oír las excusas de su esposa, David se abalanzó sobre el señor gordo, que le dio una patada y le tiró contra el armario. Este armario se cayó encima de David y le dejó tetrapléjico. Pasó los siguientes treinta años de su vida viviendo con su esposa y el gordo, de quienes acabó haciéndose muy amigo, ya que en el fondo no eran mala gente.

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Eres un cabrón de mierda.

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No haber molestado.

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Como su propio nombre indica, Ciudad Real es imaginaria. Se trataba obviamente de uno de los primeros intentos en ciudades imaginarias y el resultado fue tan escasamente satisfactorio que hubo que añadirle el adjetivo “real” al nombre para que la gente creyera en su existencia. De todas formas y gracias a la inercia del funcionariado, esta ciudad sigue apareciendo en los mapas y documentos oficiales, creando incluso confusión entre no pocos manchegos que afirman ser nativos y residentes de este municipio y que cuando son interrogados acerca de calles, plazas y lugares, no es difícil averiguar que en realidad y aunque ni lo sepan se refieren a otros pueblos y ciudades más o menos cercanos.

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Ojo: el alcalde, no el alcaide.

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Su dedicación era tal que más de una vez se había llevado trabajo a casa e incluso de fin de semana, en ocasiones para satisfacción de su novio, que apoyaba totalmente su carrera.

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Calmante.

[58]
Calmante.

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