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Authors: Brian Lumley

El origen del mal (46 page)

Sus hombres, entretanto, encontraron señales dejadas por los corredores (miembros de la tribu que corrían libremente y a grandes distancias, que actuaban en calidad de agentes secretos de Lardis). Éstos corroboraron los puntos de enlace previamente establecidos tanto para el siguiente grupo de Viajeros, situado a una distancia solamente de siete kilómetros en cabeza, y el campamento original, a unos treinta o cuarenta kilómetros de distancia. Lardis se mostró satisfecho cuando su anzuelo se clavó en un enorme barbo, que izó a la orilla. Parecía que las cosas estaban ocurriendo exactamente tal como estaban programadas.

En cuanto a Jazz y Zek, mientras ella se bañaba en el río, él manipulaba su metralleta, liberando el bloqueo y engrasando las diferentes piezas, es decir, volviendo a dejar el arma en condiciones de ser utilizada. En el caso de una nueva confrontación, siempre sería mejor disponer de dos armas que de una. Jazz, además, había pedido que le devolvieran el resto del equipo, puesto que quería que por lo menos un miembro de la cuadrilla de gitanos con la que trabajaba, preferiblemente el propio Lardis, tuviera un conocimiento del funcionamiento de los diferentes instrumentos y, de manera especial, del lanzallamas. Cuando llegó su equipo, Jazz tuvo la sorpresa de comprobar que, al parecer, no había nadie que hubiera manipulado sus cosas desde que él hizo los paquetes. Y quizás así había sido mejor. En el fondo de uno de los fardos había un nido de granadas de fragmentación rusas, dotadas de un alto poder destructor. Tenían un tamaño parecido al de los huevos de gallina y recordaban a Jazz los huevos de chocolate envueltos en papel de plata del día de Pascua, ahora que las veía en la bandeja compartimentada y rellena de serrín de una caja de madera. Si alguien los hubiera manipulado, seguro que habría tenido que enterarse.

Lardis, camino del campamento, con el enorme barbo coleando colgado de su espalda, hizo un ademán a Zek y a Jazz desde la orilla del río y les gritó:

—Dejad que me desembarace primero de esto y después iré a ver esas cosas vuestras.

Contemplaron su corpulenta figura mientras se perdía de vista junto a la orilla del río y después continuaron haciendo lo que habían dejado interrumpido. Mientras Zek terminaba de secarse el pelo, Jazz probó el arma por última vez; tiró con fuerza de la pieza para cargarla y se vio recompensado con el claro, preciso y familiar chasquido de las partes metálicas del arma al encajar unas con otras. Después apretó el gatillo, y el cierre de la recámara saltó hacia adelante y se situó en su lugar. Jazz hizo un gesto de satisfacción, puso el seguro y metió un cargador completo en su interior. Tendió el arma a Zek y dijo:

—Vuelves a ser una potencia tanto en este mundo como en el otro. Todavía me quedan seis cargadores completos y municiones suficientes para rellenar cuatro de ellos. Es decir, cinco para cada uno. No es que sea precisamente un arsenal, pero mejor esto que nada.

Cogió una granada y la sopesó en la mano. Había que imprimirle un movimiento giratorio y tirar de la anilla. Aquella granada, llena de materia altamente explosiva, saltaría por los aires convertida en doscientas astillas metálicas curvas, cada una transformada en una hoz que, con la explosión, saldría despedida a la velocidad de una bala. ¡Sería devastadora! Ni siquiera el más poderoso de los vampiros podría nada contra ella. En el mejor de los casos, quedaría mutilado; en el peor para él, decapitado. Jazz se habría servido de ellas de haber sabido qué había hecho la gente de Arlek con sus granadas, aunque la metralleta había conseguido unos resultados más inmediatos.

Pero Zek condujo los pensamientos de Jazz nuevamente al momento presente:

—¿Quieres que te cuente cómo es el nido de águilas de lady Karen?

Jazz se puso de pie y dijo:

—Sí, mientras me baño. Comienzo a oler igual que tú el día en que nos conocimos. Yo en tu lugar no miraría… ¡es horrible!

Se desnudó, se quedó en calzoncillos e inmediatamente se dio un chapuzón en el agua. Después nadó hasta la orilla y comenzó a lavarse.

—De acuerdo —dijo—, hablemos de esos castillos de los vampiros. Tengo la sensación de que no va a ser muy agradable, pero si consideras que vale la pena contarlo…

Y Zek prosiguió su historia…

Capítulo 16

El nido de águilas de Karen - Harry en Perchorsk

Antes de empezar, permíteme que te diga que no hay ser humano capaz de describir con precisión cómo es un nido de águilas de un wamphyri. Me parece que nuestro idioma, como cualquier otro de los idiomas del viejo mundo, no dispone de las palabras adecuadas para describirlo. Y en caso de que las tuviera, la descripción sería tan repetitiva, tan llena de adjetivos desagradables, que el intento llevaría implícito el fracaso.

»Por esto me limitaré a contártelo todo tal como yo lo vi, como si quisiera describirte un cuadro o una sucesión de cuadros, sin demorarme demasiado en las anomalías y anormalidades grotescas de… ¡bueno, tú ya me entiendes!

»El nido de águilas de lady Karen había pertenecido a Dramal Doombody, por lo que debe de ser perfectamente representativo de todos los nidos de águilas o de todos los castillos, si prefieres llamarlos así, asentados en el extremo superior de esas fantásticas columnas. Pero empecemos por las columnas propiamente dichas.

»Que yo sepa, se trata de un fenómeno natural y han sido formadas por las propias montañas en el curso de un lento retroceso. ¿Quieres saber por qué subsisten esas columnas mientras la tierra a su alrededor se desprende y se desmorona? Pues no lo sé, no soy geóloga. A lo mejor fueron en otro tiempo el núcleo de una serie de volcanes, cegado por un magma de basalto más duro que los conos existentes a su alrededor. Los cráteres hace tiempo que desaparecieron, pero subsisten esos cilindros titánicos. Todo esto es teórico, por supuesto, y de todos modos tiene poca importancia. Las columnas son reales y los wamphyri construyeron hace un tiempo inmemorial los nidos de águilas que se asientan sobre ellas.

»Sin embargo, si contemplas una de esas columnas a distancia, no ves el cuadro completo. Con esto quiero decir que no ves la columna de verdad. La columna está allí, dentro de su caparazón, pero lo que tú ves es el caparazón, que los wamphyri han ido construyendo a lo largo de los años en torno al núcleo interior. Así es que la pregunta siguiente debería ser: ¿de qué materia está hecha esta "piel" artificial?

»Mira, creo que la mejor manera de contestar a esta pregunta sería equiparando una de esas columnas al coral que se encuentra en ciertos bancos submarinos. La piedra está allí y el coral vivo forma una piel sobre la misma y después la piel muere y se convierte en piedra. Así es que en el banco submarino la "piel" es coral muerto, mientras que en las columnas… es carne muerta.

»Cuando hay que reparar o ampliar uno de esos nidos de águilas, los wamphyri crían criaturas cartilaginosas cuya única función consiste en tapar una abertura, pasar a formar parte de una pared o del tejado de una nueva sala o pasadizo. Lo que equivale a decir que sus cuerpos vivos forman el edificio o los materiales de reparación. Sin embargo, he dicho "crían" y no es la palabra exacta. En realidad, ellos no crían nada y lo único que hacen es limitarse a
cambiar
lo que ya existe. A lo mejor cogen un troglodita de los que tienen encerrados o castigan a un sirviente vampirizado que se ha mostrado remiso en su conducta o quizá roban un Viajero o dos de la Tierra del Sol. Todo lo que sea carne humana o subhumana es lo mismo para los wamphyri. La pueden coger, cambiar, adaptarla a sus necesidades individuales. Esas cosas cartilaginosas se colocan allí donde sea, mueren y acaban fosilizándose. Como originariamente son vampiros, puesto que fueron vampirizados, tardan mucho tiempo en morir… y a lo mejor ni siquiera mueren de la manera como nosotros entendemos la muerte, sino que lo único que hacen es envejecer y quedarse… fijados en su sitio.

»Lo que quiero decir es esto: que cuando uno se pasea por un nido de águilas, no pocas veces se encuentra rodeado de los huesos bruñidos y amalgamados y los pellejos duros y correosos de lo que en otro tiempo eran hombres. Y si uno mira con la suficiente atención, cosa que aprende rápidamente a no hacer, comienza a identificar las formas del costillar de las cajas torácicas, los fémures, las columnas vertebrales e, incluso…, me parece que ya me has comprendido.

»Los wamphyri soportan fríos extremos, lo cual no quiere decir que los prefieran, sino simplemente que los toleran muy bien. Con todo, cuando se encuentran sitiados, calientan sus columnas con un sistema de calefacción central extremadamente complicado. En la base de las columnas queman gases y canalizan el aire caliente a través de unas tuberías que, por lo general, no son otra cosa que enormes huesos huecos que caldean los diferentes niveles. Hay otros tubos que sirven para canalizar el gas, que puede ser quemado según las necesidades. Hay dos fuentes en las que se originan estos gases.

»Cada nido de águilas tiene su pozo de desechos. Para un wamphyri los "desechos" pueden ser cualquier cosa, desde residuos del cuerpo hasta cuerpos realmente desechados. Ya sabes de qué se alimentan los wamphyri. Bueno, de hecho no se sienten obligados a consumir ese tipo de cosas y pueden prescindir de la sangre e incluso vivir indefinidamente sin sustento alguno o variar sus dietas y consumir fibras vegetales, aceites diversos e incluso frutas, que recogen después de la puesta del sol en la Tierra del Sol. Tienen grandes almacenes donde guardan los alimentos, por no hablar además de las despensas en las que tienen en reserva trogloditas y Viajeros. En este caso vamos a considerar cuál es su dieta habitual.

»Cuando devoran una persona y no quieren que se convierta en vampiro, los restos de la comida van a parar al pozo de los desechos junto con otros residuos. Ten en cuenta que cada una de estas columnas que alberga un nido de águilas puede contener mil seres o más y podrás hacerte una idea de lo que hay dentro de ese pozo de desechos. Por supuesto que los gases se generan en grandes cantidades. Se trata de gases que se queman generalmente cerca de la fuente, en las entrañas de la columna. Los conductos usados por los wamphyri son sistemas no totalmente estancos, por lo que si se liberasen gases de este tipo… el ambiente que reinaría en el resto del nido de águilas sería irrespirable.

»En los niveles inferiores están los establos en los que se encuentran las bestias del gas. Su nombre describe cuál es su función. Se trata de vejigas vivas de gas, igualmente carentes de inteligencia que las criaturas cartilaginosas. Su única función consiste en la producción de gas. Se alimentan de hierbas toscas y de un poco de grano y, como es obvio, el gas que producen estas bestias es bastante parecido al metano. Creo que no es necesario dar más explicaciones…

»En cuanto al agua, ya te he dicho que los wamphyri, a su manera, son seres sumamente limpios. Lady Karen se bañaba con frecuencia, tan a menudo como yo. Yo la había observado mientras se bañaba y era como si tratase de sacarse de encima la contaminación que padecía su cuerpo, cosa que naturalmente era imposible. Pero no por ello dejaba de intentarlo. Hablaba con altivez a sus servidores, pero en realidad no era más que una pobre chica asustada, ya que esto era lo que había sido en realidad.

»De todos modos, sabes muy bien que el agua no sube tan fácilmente como el gas. En nuestro mundo tiene que ser bombeada para subirla a las montañas o impulsada a presión; en otros casos es conducida a través de un acueducto desde una fuente situada a mayor altura. Los nidos de águilas tienen sus sistemas de captación, consistentes en unos pellejos inclinados hacia adentro situados en todos los niveles. Sirven para canalizar el agua de la lluvia hacia unos grandes barriles provistos de un sistema que hace que el agua desbordada vaya a parar a otros barriles. Cuando llueve, los pozos situados al pie de las columnas están llenos hasta los bordes y, cuando los depósitos están repletos, se dejan los pellejos colgantes igual que banderas. De hecho, llevan tejido el escudo de los wamphyri, por lo que también tienen la función de estandartes. Sin embargo, las lluvias no son frecuentes y, si un nido de águilas fuera sitiado, este sistema por sí solo no supondría una garantía. Por esto hay que contar con una reserva.

»¿Sabes qué quiere decir "atracción capilar"? Es la manera como sube la savia a través de un tallo o el agua entre paneles de vidrio. Los wamphyri se sirven de la atracción capilar para elevar el agua desde sus pozos hasta la parte superior de sus nidos de águilas. Los tubos por dentro de los cuales circula el agua son literalmente tubos capilares, al igual que esos mismos tubos tan estrechos que conectan venas y arterias. Se trata de verdaderos tubos capilares, Jazz, cuyos propietarios se encuentran tumbados formando plácidos montones, llevando una falsa vida, en las habitaciones secretas situadas en lo alto de los nidos de águilas. Son habitaciones secretas, porque los wamphyri no toleran a sus criaturas salvo en los lugares que les corresponden. Conocen la diferencia que existe entre lo que es aceptable y lo que no lo es. Y el lugar que corresponde a algo cuyas venas cuelgan dentro de unos tubos que recorren un kilómetro o más a través de una columna es, evidentemente, la parte superior de dicha columna. Y como en realidad resultan indecorosos, los wamphyri los tienen escondidos.

»Fui a parar no sé cómo a esta habitación, entre sus habitantes, en el nido de águilas de lady Karen. Lo único que recuerdo del hecho es esto: que encontré la habitación y que después alguien me encontró a mí y me sacó de ella. Me había desmayado. Mi cerebro no había registrado nada de aquel episodio, salvo el que había ocurrido y nada más. Y supongo que si recordé esto fue sólo a la manera de advertencia, por si alguna vez lo olvidaba y volvía a extraviarme por aquel mismo camino. No es necesario añadir que nunca más volví a perderme por él.

»Otra cosa que había en las regiones inferiores eran los refugios de los guerreros. Los guerreros están encerrados, igual que los leones de los anfiteatros romanos, en un estado parecido al de la muerte por inanición. En cualquier caso, estarían en ese estado si no fuera porque, al igual que los wamphyri, no necesitan comer. Cuando comen, toman invariablemente carne, preferiblemente viva. Son carnívoros puros, creados para desgarrar, mutilar, matar… y devorar. Su recompensa en la batalla es comer hasta hartarse. Acuden volando a la batalla, aterrizan desde las columnas y espurrean a través del cielo igual que calamares gigantescos; sin embargo, si salen victoriosos, muy pronto se hacen tan voluminosos que ya no pueden volver a sus nidos de águilas por medio del vuelo y tienen que regresar atravesando las llanuras cubiertas de piedras lo mejor que pueden. Aparte de servirse de ellos durante las batallas propiamente dichas, los wamphyri también los utilizan para sitiar a los Viajeros. Después, si tienen éxito, son recompensados con un banquete ocasional.

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