Lo que nadie te dice cuando te han dejado (3 page)

Si necesitas saberlo y sólo para cerrar este tema, hay fundamentalmente una razón por la que nos mienten: para proteger a alguien. A nosotros, a la misma persona que te está engañando, a otros. Si nos mienten para protegernos a nosotros es porque conocer la realidad nos haría aún más daño, o eso es lo que creen con o sin razón; pero ¿tenemos derecho a saber la verdad?

Pues mira, quizá sí o quizá no: tú creerás que debes saber todo lo que hay en la vida de otros que te afecte directamente, y es posible que la otra persona crea que lo que te afecta es simplemente que vuestra relación se ha terminado y el resto pasa a ser su vida privada... Pero este debate ya es estéril: repito, en la práctica ya sabes lo que hay y lo que tienes que hacer. Aplícate en salir adelante, en curarte, en recuperar tu destino y en aprender para ser más feliz en el futuro.

Simples mortales

Todo el mundo cree que tiene algo especial, y más en estas situaciones; lo cierto es que ni eres la primera persona de la Historia de la humanidad en pasar por algo así ni serás la última. No es que le tenga que ocurrir a todo el mundo, pero sí la mayoría de nosotros hemos conocido lo que es el desamor y algunos incluso pasamos mucho tiempo, días, semanas, meses, algunos quizá años, al límite de nuestra capacidad de sufrimiento. Y quienes no saben lo que se siente... Bueno, nadie puede asegurar que jamás le ocurrirá.

Es parte de la experiencia de ser humanos, así son las cosas.

Al empezar a escribir este libro estuve hablando con varias personas sobre el asunto, y todas sin excepción —que por supuesto atravesaron vivencias de este tipo cuando les tocó— coincidieron en que, aunque aquello no se lo deseaban a nadie, hoy día habían aprendido de lo que pasaron y se consideraban, ellos mismos y las relaciones que tenían actualmente, mejores gracias a que ya había errores y decisiones equivocadas que se ahorraban. Me gustó especialmente el argumento de uno de mis amigos, que ya después de los 60 y con mucho camino bueno y malo recorrido acaba de casarse de nuevo: me dijo "ya a estas alturas uno ha tenido una serie de experiencias de las que ha ido sacando sus lecciones y ahora hay muchos problemas que se ahorra, muchas meteduras de pata que ya no repite porque las hizo en su momento, y muchas cosas que ve con antelación para solucionarlas a tiempo". Y tiene razón.

Cualquiera que haya tenido más de una pareja en el pasado ha tenido que pasar por alguna ruptura; todos hemos sufrido, ahora te toca a ti. Igual que todos los demás saldrás de ésta, sacarás tus conclusiones y aprenderás, y en tus futuras relaciones la experiencia te hará ahorrarte algunos problemas —cometerás otros errores, de eso no se libra nadie—.

Cuando mires atrás recordarás "qué mal lo pasé cuando se rompió aquella relación", y quizá un día hables un día con un amigo sobre el tema y también, como todos, dirás que desde luego estas cosas no se las deseas a nadie pero que por supuesto son parte del proceso de madurez que te habrá l evado a ser hoy la persona que eres.

Lo que quiero que entiendas es que, aunque tú ahora sientas que todo esto te supera y que estás en "fase terminal", lo que te pasa es simplemente que no eres una máquina libre de sentimientos. Estás en el fondo de un pozo en el que casi todos hemos estado antes que tú alguna vez, y como te he dicho antes y te volveré a repetir después salir del todo está en ti y es exclusivamente tu responsabilidad. Sufres porque eres un ser humano, y como todo ser humano tienes dentro de ti el mecanismo que te hará superar la situación.

¿Volveré a ser feliz?

Esta pregunta suele atormentarnos cuando no sólo hemos dejado de sentirnos felices, sino estamos tan lejos de ese sentimiento que nos parece imposible recuperarlo. Pero hay más: ¿volveré a reír? ¿Disfrutaré de las pequeñas y grandes cosas? Y sobre todo, ¿volveré a amar?

Lo que uno se está preguntando en realidad no es si aparecerá alguien a quien querer, no sabemos lo que nos deparará la vida (ahora hablaremos de eso), sino que si con todo esto, y la devastación interior que sufrimos, no se nos habrá estropeado "el mecanismo de la felicidad" para siempre. ¿Es el daño irreparable? ¿Quedarán secuelas que nos lastren el resto de nuestras vidas?

Empiezo por tranquilizarte: quizá te parezca difícil de creer en este momento, pero la respuesta es que puedes superarlo completa, absolutamente. Es más, ya lo he mencionado antes y volveremos a ello, seguramente aprenderás cosas que te ayudarán muchísimo tu vida y tus relaciones futuras. Hay gente que siempre ha compartido su vida con la misma pareja y no sabe lo que es el desamor; los menos. Casi todo el mundo ha tenido más de una relación, casi todo el mundo sabe lo que es sufrir por alguien a quien quieres, y la mayoría ha tenido después otras experiencias que han funcionado mejor entre otras cosas gracias a esas lecciones aprendidas que les han hecho tomar mejores decisiones en sus siguientes oportunidades.

Un caso real de mi entorno personal: el de una chica —entre 25 y 30 años— que, según sus propias palabras, "no había salido aún con nadie porque estaba esperando a su hombre perfecto". Por supuesto todas las opciones son respetables, pero a mí la pregunta que inmediatamente se me ocurrió al escuchar estas palabras fue "¿y cómo sabes que cuando aparezca el hombre perfecto tú serás perfecta para él?".

Nadie se comporta con su pareja cuando es un adulto maduro igual que cuando era un adolescente: no sólo porque nosotros somos distintos, sino porque hay errores que ya no cometemos y además porque la experiencia, a veces dura, nos ha enseñado qué es realmente importante para nosotros y qué no lo es tanto. Esta chica podrá saber lo que intuya o lo que le han contado, pero cualquiera que lea estas palabras y que tenga distintas vivencias al respecto sabrá a lo que me refiero... La madurez afectiva no se obtiene sólo según la edad que tengas.

Volviendo a las preguntas de antes, ¿puedes recuperar del todo esa parte de tu vida? Si, puedes, sin ninguna reserva. Eso sí, siempre que tú mismo no te entierres más y más aferrándote al pasado o a la irrealidad, negándote a superarlo, no asumiendo tu responsabilidad hacia tu propia vida. Curarte del todo depende de ti, tú decides.

"Alguien maravilloso te espera ahí fuera"

Mira, más vale que te hagas a la idea: nadie te garantiza cómo va a ser tu futuro. A lo mejor encontrarás el amor apasionado de nuevo, quizá vivirás el resto de tu vida en soledad; te irán bien las cosas o te irán mal.

Los que te quieren tratan de hacerte sentir bien mediante sueños, pero no te están diciendo lo fundamental: tu felicidad no puede depender de nadie más que de ti mismo.

Ponerte en manos de los demás, además de significar que renuncias a dirigir tu propia vida, te expondrá a que cualquiera a quien no le gustes pueda hacerte daño. ¿A ti te gusta todo el mundo? ¿Estás enamorado de todo el mundo? Pues lógicamente, por la misma razón habrá personas a las que tú no les gustes y que tampoco te amen a ti: acéptalo.

Pero claro, en momentos en los que eres especialmente sensible al desamor todo te hiere; y un rechazo que en circunstancias normales no te haría mucha mella —lástima, pero qué le vamos a hacer si estas cosas pasan— ahora te destrozará aún más de lo que estabas.

Y por otra parte está claro que si tu "curación" ha consistido en soñar que vendrá alguien a sacarte del agujero, tienes muchas más posibilidades de que por salir de él te agarres a una persona que no sea la correcta, o aceptes cosas que realmente no querrías aceptar. Conozco algunos casos concretos de personas que estando destrozadas tras una ruptura han caído en los brazos equivocados.

Ninguna ha acabado siendo feliz; lo raro hubiera sido lo contrario.

No; tú tienes que recuperar tu vida, tú tienes que llegar al punto en que seas libre y no dependas de que aparezca alguien o no para ser feliz, tú tienes que potenciar tu valía personal y ser consciente de ella. Cuando estés en ese estado, te hayas recuperado y controles tu destino, decidirás qué hacer en el caso de que surja la posibilidad de entablar una relación con alguien. He insistido mucho en esto y aún lo haré más: primero recupera tu salud y tu libertad, después ya veremos qué decisiones tomas con respecto a tu vida.

¿Y ahora qué?

El trabajo interior

¿Y qué hay que hacer? ¿Cuál es el camino hacia adelante?

Lo primero es tener presente las reglas básicas de las que ya hemos hablado: por más que las repita no insistiré suficiente, no mires atrás y no te creas tus propios delirios.

Pero además hay otros frentes en los que se puede trabajar: realizar actividades que nos hagan sentir bien, trabajar otras fuentes de cariño o que refuercen nuestra autoestima, evitar los "tiempos muertos" ocupando cada día con cosas que nos gusten... Nuestra tentación es encerrarnos y revolcarnos en el dolor, dejarnos llevar por la corriente descendente y hundirnos cada vez más: tienes que luchar contra eso, con todas las fuerzas que te queden, aunque no sea lo que te pide el cuerpo, aunque no quieras.

Recuerda esto: en algunas situaciones de la vida, ésta entre ellas, para ser feliz hay que obligarse.

Estamos demasiado cerca

Antes de seguir quiero detenerme un momento en el caso de quien ha sido abandonado y, por cualquier motivo —trabajo, hijos, etc—, sigue en contacto habitual con su expareja. Esto puede hacerlo todo aún más doloroso o a veces ser un alivio aparente, pero desde luego la proximidad física no ayuda en nada a comenzar a marcar una distancia emocional.

Y esto último recuérdalo especialmente si te surge la posibilidad de un contacto sexual con esa persona: resistirse a una tentación así requiere un esfuerzo sobrehumano y tú ahora estás especialmente débil, pero si aún la amas acabará haciéndolo todo más duro y lo sabes. Hagas lo que hagas ten al menos la situación clara: ese momento no significará lo mismo para ti que para ella, lo que tú sientes no es lo que el a siente.

Eres un ser humano que atraviesa un período difícil, estás sufriendo y en medio de un cambio en tu vida, y además buscando reencontrarte de nuevo mientras te adaptas a la nueva situación. Ninguno de los extremos son sanos para ti: ni pegarte a tu ex arrastrando tus miserias ni negar la evidencia como si fuera posible hacerle creer que no te afecta y estás muy bien. Tómalo con naturalidad dentro de lo que permite la situación, ni exageres ni mientas esforzándote por falsear tu imagen, y dedícate a lo tuyo que ahora es lo más importante.

Fuentes de cariño

Luego hablaremos del amor de pareja, sea volviendo con tu ex o con alguien nuevo.

Como te dije antes, la estima personal y tu propia idea sobre tu identidad están relacionadas con el dolor que sientes al ser dejado; no es lo mismo que te abandonen cuando eres muy respetado y admirado, tienes éxito en todos los otros órdenes de la vida, que cuando la mayor parte del reconocimiento de ti mismo depende básicamente de quien ha dejado de dártelo.

Así que, mientras estás en este proceso, trata de aprovechar todo lo positivo que te venga del exterior; no será una solución pero te ayudará. Aparte de los típicos comentarios por solidaridad de tus seres queridos de los que hemos hablado antes, sé consciente de que realmente hay gente que te aprecia, que te valora, que una y otra vez elige estar contigo pudiendo no hacerlo. Si en el trabajo alguien reconoce algo bien hecho, si puedes ayudar a otro en algo y sentirte útil, si te llega el mensaje de que eres una persona valiosa de cualquier modo, sé consciente de ello y disfruta la sensación. No quiero decir que pases a depender de que los demás vean o no lo que haces, tú eres quien primero debe ver las cosas buenas como son; pero a veces no damos la importancia que deberíamos a los pequeños detalles de cariño, de admiración, de apoyo, de solidaridad, de "estoy contigo, quiero estar contigo", que nos llegan de quienes nos rodean. Son esas pequeñitas cosas con las que vivimos y que, de tanto estar ahí, se nos han vuelto invisibles y hemos dejado de apreciarlas... Es el momento de recuperarlas, nos hará sentir bien a nosotros mismos y de paso a los demás cuando noten que su gesto no ha pasado desapercibido.

Quiero detenerme un momento para hacerte un breve comentario sobre nuestra irresponsabilidad sobre algunas fuentes de cariño circunstanciales. ¿Qué quiere decir esto? Desde el que se compra una mascota porque necesita amor y luego, cuando se pasa la racha, deja de cumplir sus obligaciones hacia ella, hasta quien se acerca a determinadas personas porque se da cuenta de que son fuertes, de que le ayudan, de que le consuelan... Y una vez ha pasado todo no vuelven a preocuparse por ellas. Si tienes este tipo de tentaciones, recuerda que por muchos problemas que tengas no eres el centro del universo, los demás también tienen sentimientos y merecen ser tratados con respeto. Da igual lo fuerte que parezca alguien o las excusas que se te ocurran para actuar así: a nadie le gusta que le utilicen y tú no tienes derecho a hacerles sufrir para solucionar tu situación.

No te detengas

Tirarse en el sofá no ayuda, no hace falta que nadie te lo diga. Pero es lo único que te apetece; no, mejor dicho, ni siquiera te apetece. Es que no te apetece nada, pero esto es lo más parecido a "nada" dentro de tus opciones. La enfermedad del desamor llega a enloquecernos hasta tal punto que preferimos quedarnos en una situación que no nos da placer, e incluso nos alarga el sufrimiento, antes que hacer cosas que sí nos hacen sentir bien. Pero recuerda una de las reglas básicas: no confíes en ti mismo.

Oblígate a disfrutar, ten la disciplina de ser feliz.

La mayoría de las personas no se da cuenta de la importancia de tener una afición, un interés, algo a lo que dedicar el tiempo en que no están ocupados con sus deberes; pero la ausencia de algo tan simple está directamente relacionado con la infelicidad y la depresión.

Es lógico: si tu vida consiste en levantarte por la mañana para cumplir con obligaciones y solucionar problemas hasta que llega la noche, tus ratos de ocio —si los tienes— los has dedicado simplemente a matar el tiempo, no hay nada que te ilusione o marque una diferencia, y cuando te vas a dormir sabes que mañana te espera otro día igual, y así hoy, la próxima semana, el próximo mes, el próximo año y hasta el día en que te mueras, cualquiera se entristece o incluso puede caer en la depresión. Es que ¿qué sentido tiene todo esto?

Pero hay algo bueno: la diferencia entre vivir en la apatía y tener una actividad que te guste, que te ilusione, que te haga desear que llegue el momento de dedicarte a ello, sólo está en ti. Busca algo que te atraiga, encuentra los momentos para dedicarle regularmente y si hace falta planifícate el tiempo para asegurarte de que lo cumplirás, no dejes que otras ocupaciones te impidan dedicarte a ello, sé constante y no lo dejes, plantéatelo como una "terapia" a la que tienes que acudir sí o sí. En realidad así es: igual que si padecieras cualquier enfermedad muy grave no faltarías a las sesiones de rehabilitación porque "estás ocupado", ahora padeces el desamor y no debes saltarte tus sesiones de bienestar. Si buscar actividades placenteras y enriquecedoras es trabajar por nuestra salud en cualquier caso, es muchísimo más necesario cuando estás en lo más profundo de la enfermedad.

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