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Authors: Friedrich Nietzsche

Así habló Zaratustra (49 page)

{320}
Zaratustra repite aquí lo mismo que ya ha dicho poco antes en De la virtud empequeñecedora, 2.

{321}
En el Evangelio de Lucas, 19, 41, aparece una escena parecida, en la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén sobre un pollino: «Así que Jesús estuvo cerca de Jerusalén, al ver la ciudad, lloró sobre ella y dijo: ¡Si también tú comprendieras en este día lo que lleva a la paz! Pero no, no tienes ojos para verlo».

{322}
Cita de Apocalipsis, 18,16: «¡Ay, ay de la gran ciudad!»

{323}
Las «columnas de fuego» son imagen bíblica; véase Éxodo, 13, 21: «Iba Jahvé delante de ellos, de día en una columna de nube, para guiarlos, de noche en una columna de fuego, para alum­brarlos».

{324}
En la cuarta parte, El despertar, 2, y La fiesta del asno, , se repiten como un estribillo estas palabras: «Hemos vuel­to a hacernos piadosos».

{325}
Si alguna vivencia personal de Nietzsche se transparenta aquí, sin duda estas palabras aluden al menos a dos episodios de su vida: la conversión al catolicismo de su amigo Romundt, que en otro tiempo convivió con él en Basilea; y el «arrodillarse» de Wagner ante la cruz, con su Parsifal. Sobre esto último, véase Ecce homo, y sobre todo La genealogía de la mo­ral. Véase aquí la nota 51.

{326}
Reminiscencia del episodio bíblico de Jonás, al que tragó una ba­llena. Véase Jonás, 2, 1. En la parte cuarta, Entre hijas del desierto, 2, aparece otra alusión al mismo episodio bíblico. Véase la nota 549.

{327}
Véase el Prólogo de Zaratustra, 6, donde los dos pri­meros compañeros de Zaratustra son el volatinero que cae de la cuerda y al que Zaratustra entierra, y el bufón que hace caer al pri­mero.

{328}
Alusión al Evangelio de Mateo, 18, 3: «Si no os hicierais como ni­ños no entraréis en el reino de los cielos.»

{329}
El vocablo alemán Kreuzspinne (araña con una cruz) subraya to­davía con más fuerza esta irónica designación de los sacerdotes.

{330}
Hay aquí una sarcástica alusión al espiritismo, tan de moda en Europa por la época en que Nietzsche escribió esta obra. El propio Nietzsche asistió a una sesión de espiritismo en Leipzig. Véase su carta de octubre de 1882 a P Gast, en la que le habla de ella.

{331}
Véase la nota 226.

{332}
Sarcástica alusión a la ópera de Wagner Crepúsculo de los dioses, tí­tulo que luego el mismo Nietzsche remedaría con su obra Crepús­culo de los ídolos.

{333}
Cita de las palabras de Yahvé en Éxodo, 20, 3-4: «No tendrás otro Dios que a mí. No te harás escultura ni imagen alguna de lo que hay en lo alto de los cielos, ni lo que hay abajo sobre la tierra, ni lo que hay en las aguas debajo de la tierra».

{334}
En esta tercera parte, De tablas viejas y nuevas, 11, se re­pite esta misma frase.

{335}
Un primer título pensado por Nietzsche para este capítulo era De la soledad.

{336}
En Ecce homo, Nietzsche cita este pá­rrafo dentro de su famosa descripción de la «inspiración».

{337}
Véase el Prólogo de Zaratustra, 10.

{338}
Véase, en la segunda parte, La canción de la noche, así como la nota 188.

{339}
Véase, en la segunda parte, La más silenciosa de todas las horas.

{340}
Juego de palabras, en alemán, entre begreifen (comprender) y an­greifen (atacar).

{341}
Más adelante, en la cuarta parte, La canción de la melancolía, repite Zaratustra estas mismas expresiones cuando, tras la Cena y los discursos sobre el hombre superior, sale un momento al aire libre.

{342}
Véase, en esta tercera parte, De tablas viejas y nuevas, 11, y en la cuarta parte, El grito de socorro, El más feo de los hombres, y El signo.

{343}
Véase antes, En el monte de los olivos: «Si alguna vez men­tí, fue por amor.»

{344}
Véase luego, De tablas viejas y nuevas, 26.

{345}
Estas tres preguntas aluden, respectivamente, a los «tres males» ci­tados: voluptuosidad, ambición de dominio, egoísmo.

{346}
Alusión al concepto cristiano de «mundo», considerado como uno de los tres enemigos del hombre: mundo, demonio y carne.

{347}
«Sepulcros blanqueados» es expresión evangélica; véase el Evan­gelio de San Mateo, 232, 27: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros blanqueados! Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos muertos y de podredumbre; lo mismo vosotros: por fuera parecéis honrados, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y críme­nes».

{348}
Nietzsche ha venido usando la palabra compuesta alemana Herrs­chsucht (ambición de dominio), que ahora separa, para comentar su significado. El componente Sucht tiene también los significados de «codicia» y «enfermedad». Para entender bien esta frase será preciso tener en cuenta estos otros sentidos de Sucht.

{349}
Véase, en la primera parte, el capítulo titulado De la virtud que hace regalos.

{350}
Véase, en la primera parte, De la virtud que hace regalos, 1.

{351}
Véase la nota 248.

{352}
Véase el Evangelio de Lucas, 2, 34-35: «Y Simeón le dijo a María, su madre: “... y a ti una espada te traspasará el corazón, para que quede de manifiesto lo que todos piensan”».

{353}
Juego de palabras en alemán con dos términos de sonido pareci­do: Tinten-Fische (peces de tinta, calamares); acaso, en castellano, «chupatintas» (para seguir el juego verbal), y Feder-Füchse (zorros de pluma). La palabra alemana usual para decir «plumífero», «es­critorzuelo», es Federfuchser; por semejanza de sonido Nietzsche la transforma en Feder-Fuchs (plural, Feder-Füchse).

{354}
En la cuarta parte, La Cena, y La canción de la melancolía, 2, volverá a aludirse al gusto del estómago de Zaratustra por la carne de cordero.

{355}
«Cambiar de sitio los mojones» es frase clásica y muy antigua. Ya Solón dice (fragmento 24) que «en una ocasión yo removí los mo­jones de la negra Tierra, fijos en muchas partes; antes ella era es­clava, mas ahora es libre». Teniendo en cuenta la inmediata alu­sión de Zaratustra a la tierra, es posible que Nietzsche recordara aquí el citado fragmento de Solón.

{356}
Paráfrasis del Evangelio de Mateo, 19, 14: «Dejad que los niños vengan a mí.» Sin embargo, según Nietzsche, esto lo hacemos para impedir que se amen a sí mismos. Véase también antes, De la virtud empequeñecedora, 2, y la nota 302.

{357}
Véase, en la primera parte, De las tres transformaciones.

{358}
«El mejor de los mundos»: alusión a Leibniz.

{359}
El rebuzno se expresa gráficamente en alemán con las letras I-A, que también significan «sí» (Ja). De ahí la frase de Nietzsche. En la cuarta parte, El despertar, se hará amplio uso de esta posibilidad lingüística alemana.

{360}
Véase la nota 347.

{361}
Más adelante, De tablas viejas y nuevas, 19, volve­rá Zaratustra a la figura del «parásito».

{362}
Alusión a la frase de Pedro cuando en el Tabor quiere «levantar tres tiendas»; véase Evangelio de Mateo, 17, 4.

{363}
Todo este largo capítulo alude antitéticamente a las «tablas de la ley» del Antiguo Testamento. Véase Éxodo, 24. El propio Moi­sés rompe las tablas más tarde: Éxodo, 32, 19. En Ecce homo dice Nietzsche: «Muchos escondidos rin­cones y alturas del paisaje de Nizza se hallan santificados para mí por instantes inolvidables: aquel pasaje decisivo que lleva el título “De tablas viejas y nuevas” fue compuesto durante una fa­tigosísima subida desde la estación al maravilloso y morisco nido de águilas que es Eza -la agilidad muscular era siempre máxima en mí cuando la fuerza creadora fluía de manera más abundante.»

{364}
En la cuarta parte, El signo, llegarán hasta Zaratustra la bandada de palomas y el león riente.

{365}
En Ecce homo Nietzsche emplea casi idénti­ca expresión: «Y así me cuento mi vida a mí mismo.»

{366}
En Ecce homo Nietzsche emplea casi idénti­ca expresión: «Y así me cuento mi vida a mí mismo.»

{367}
Reminiscencia del Evangelio de Mateo, 24,28: «Donde quiera esté el cadáver, allá se juntarán los buitres.»

{368}
Véase antes, en la segunda parte, De la cordura respecto a los hom­bres, y la nota 76. Esta imagen aparece por vez primera en el capítulo Del amigo, de la primera parte.

{369}
Véase la nota 121.

{370}
Véase la nota 14.

{371}
«Corazones de carne» es expresión bíblica que aparece en Eze­quiel, 11, 19-20: «Les arrancaré el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, para que sigan mis leyes y pongan por obra mis mandatos». También aparece en 2 Corintios, 3, 3: «Vosotros sois mi carta, escrita en vuestros corazones, carta abierta y leída por todo el mundo. Se os nota que sois carta de Cristo y que yo fui el amanuense no está escrita con tinta, sino con Espíritu de Dios vivo, no entablas de piedra, sino en tablas que son corazones de carne». Aquí Zaratustra rememora probablemente el segundo de los pasajes citados.

{372}
Negación de lo que se dice en el Apocalipsis, 22,17: «Quien tenga sed, que se acerque; el que quiera, que tome de balde el agua de la vida».

{373}
El sacrificio de las primicias es de origen bíblico. Véase Éxodo, 23, 19: «Llevarás a la casa del Señor, tu Dios, las primicias de tus fru­tos».

{374}
Juego de palabras, en alemán, entre los verbos gehorchen (obede­cer) -en el que aparece horchen (oír, escuchar)- y hóren (oír).

{375}
Frase de Heraclito. En este 8 hace Nietzsche un uso muy pecu­liar de la contraposición entre Heraclito y Parménides, según los viejos textos griegos. Por otra parte, todo el decorado figurativo se apoya en dos frases populares alemanas que aparecen aquí tex­tualmente: das Wasser hat keine Balken (literal: «el agua no tiene maderos», pero que corresponde aproximadamente a la expre­sión castellana «el mar es muy traidor»), e ins Wasser fallen (lite­ral: «caer al agua», pero en el sentido de «irse al agua», «malograr­se algo»).

{376}
Remedo de Jeremías, 16, 6: «El Señor me dijo: Predica estas pala­bras en los pueblos de Judá y en las callejas de Jerusalén».

{377}
Cita de Éxodo, 20. Estas dos prohibiciones aparecen en las «ta­blas» viejas.

{378}
Véase antes, De los apóstatas, 2.

{379}
En la cuarta parte, Coloquio con los reyes, el oír cómo uno de los reyes repite esta frase suya hará salir a Zaratustra de su es­condite.

{380}
«Flamencos»: este mordaz calificativo que Zaratustra da aquí a los cortesanos lo aplicará a los reyes en la cuarta parte, Coloquio con los reyes.

{381}
Alusión a la «tierra prometida» de los hebreos. Véase la nota 278.

{382}
Alusión a las cruzadas.

{383}
Véase, en la segunda parte, Del país de la cultura, y la nota 218. La frase siguiente es perífrasis, con cambio de sentido, de Éxodo, 20, 5: «Yo Yahvé... castigo la iniquidad de los padres en los hijos hasta en la tercera y la cuarta generación.»

{384}
Véase la nota 248.

{385}
Stroh dreschen («trillar paja») tiene un significado obvio: trabajar y no sacar nada. En alemán tiene además el significado de «decir tri­vialidades». Así se entiende mejor la referencia a los «parloteos».

{386}
Das Maul verbinden (amordazar el hocico, poner el bozal) es fra­se empleada por Lutero, en su traducción de la Biblia; véase Deu­teronomio, 25, 4: «No le pondrás bozal al buey que trilla».

{387}
Cita literal de Tito, 1, 15: «Para el puro todo es puro; en cambio, para el sucio y falto de fe no hay nada puro: hasta la mente y la con­ciencia las tiene sucias».

{388}
Con esta misma frase comienza también el capítulo de la segunda parte titulado De la chusma.

{389}
Véase la nota 304.

{390}
«La barca de la muerte» es expresión que viene de la Antigüedad clásica: Caronte llevaba en su barca los muertos al Hades.

{391}
Remedo del Evangelio de Lucas, 16, 21: «Hasta los perros venían y lamían sus úlceras» (aplicado al mendigo Lázaro).

{392}
Paráfrasis irónica de lo narrado en el Antiguo Testamento, Eze­quiel, 8, 3: «Y Yahvé alargó una a manera de mano y me cogió por los cabellos y el espíritu me elevó entre la tierra y el cielo y me con­dujo a Jerusalén en éxtasis.

{393}
Véase, en esta tercera parte, Del espíritu de la pesadez.

{394}
En Ecce homo cita Nietzsche el pá­rrafo que va desde «el alma, en efecto, que posee la escala más alta...» hasta aquí, y añade: «pero esto es el concepto mismo de Dioniso».

{395}
Cita del Evangelio de Juan, 13, 14: «Si yo, pues, os he lavado los pies, siendo vuestro Señor y Maestro, también habéis de lavaros los pies unos a otros. Porque yo os he dado ejemplo vosotros obréis según mi ejemplo».

{396}
Véase, en la primera parte, De la guerra y el pueblo guerrero.

{397}
Los dos vocablos empleados por Nietzsche (dreinschaun, drein­haun) explican mejor, con su sonido similar, la afirmación de que «es una sola cosa».

{398}
«Ya no es tiempo de reyes»: cita de Hölderlin, La muerte de Empé­docles.

{399}
Para entender mejor los dos párrafos anteriores es necesario cono­cer los varios juegos de palabras a que en ellos se entrega Nietz­sche. Está en primer lugar, el verbo schliessen, que puede tener al menos tres significados, empleados sucesivamente por Nietzsche: (Ehe)schliessen: casarse, enlace matrimonial; schliessen: sacar una conclusión; schliessen: soldar.

Por eso dice Nietzsche: tened cuidado de que vuestro schliessen (enlace) matrimonial no sea un mal schliessen (conclusión preci­pitada), pues si vuestro schliessen (soldar) ha sido muy rápido, puede romperse (brechen). Aquí entra el segundo juego de pala­bras, ya que (Ehe)brechen significa: cometer adulterio. En síntesis: aquel casamiento que, por ser una conclusión precipitada, está mal soldado, se romperá con el adulterio.

El juego de palabras continúa. Dice Nietzsche: es mejor brechen (romper) el matrimonio con el adulterio que no biegen (torcerlo). En este momento Nietzsche introduce dos palabras inventadas por él, por analogía con Ehe-brechen, en las que se da además una aliteración: Ehe-biegen (convertir el matrimonio en algo torcido) y Ehe-lügen (convertir el matrimonio en una mentira). Y por fin, el último juego verbal. Dice una mujer: yo he adulterado ([Ehe]brechen), pero antes el matrimonio me había roto (bre­chen) a mí. Aquí habría que añadir otro matiz, cuando Nietzsche dice que de un mal schliessen (sacar una conclusión, derivar, se­guirse una conclusión) se sigue (folgt) una ruptura de esa conclu­sión.

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