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Authors: Michel de Nostradamus

Tags: #Ciencia Ficción, Otros

Profecías (17 page)

XXXIII

Su última mano por Alus sanguinaria,

No se podrá por mar garantizar:

Entre dos ríos temerá militar mano,

El negro airado arrepentirse le hará.

XXIV

De fuego volante la maquinación,

Vendrá a turbar al Gran jefe asediado:

Dentro habrá tal sedición,

Que en desesperación estarán los derrotados.

XXXV

Cerca de Rion y junto o la blanca lava,

Aries, Tauro, Cáncer, Leo, Virgo,

Marte, Júpiter, el Sol quemará gran llanura,

Bosques y ciudades, letras escondidas en el cirio.

XXXVI

Ni bien ni mal por bátalla terrestre,

Llegará a los confines de Perusa:

Rebelde Pisa, ver malestar en Florencia,

Rey herido de noche sobre mulo en negra gualdrapa.

XXXVII

La obra antigua se terminará,

Del techo caerá sobre el grande mal ruina:

Se acusará un inocente condenado a muerte.

Nocente escondido, tallares bajo la neblina.

XXXVIII

A los deseosos de paz los enemigos,

Después de haber a Italia superado,

Negro sanguinario, rojo será comisionado,

Fuego, sangre derramar, agua de sangre coloreada.

XXXIX

El hijo del Reino por paternal rescate,

Expoliado será por liberar:

Junto al lago Trasimeno el azul cogido,

La tropa en rehén por excesivo beber.

XL

Grande de Maguncia para extinguir gran sed,

De su gran dignidad sera privado:

Los de Colonia se lamentarán tan vivamente,

Que el grande de espaldas al Rin sera echado.

XLI

El segundo jefe del Reino de Dinamarca,

Por los de Frisia y la Isla Británica,

Hará gastar más de cien mil marcos,

Para explotar en vano un viaje a Italia.

XLII

A Logmión sera dejado el reino,

Del gran Selín que realizará otro hecho:

Por las Italias extenderá su enseña,

Regido será por prudente contrahecho.

XLIII

Por mucho tiempo quedará sin ser habitada,

Donde el Sena y Marne riegan los contornos:

Del Támesis y marciales tentada,

Decepcionados los guardias creyendo rechazar.

XLIV

De noche por Nantes el Iris aparecerá,

Artificios marinos provocarán la lluvia:

En el abismo arábigo gran flota se hundirá,

Un monstruo en Sajonía nacerá de oso y cerda.

XLV

El gobernador del Reino muy discreto,

No queriendo consentir a la propuesta Real,

Maltesa flota por el contrario viento,

Lo entregará a su más desleal.

XLVI

Un justo será al destierro enviado,

Por pestilencia a los confines de Nonseggle,

Respuesta al rojo lo hará descarriado,

Rey retirando al Águila y a la Rana.

XLVII

Entre dos montañas los dos grandes reunidos

Abandonarán su fingimiento secreto,

Bruselas y Dolle por Langres agobiados,

Para Malinas ejecutar su peste.

XLVIII

La santidad en exceso fingida y seductora,

Acompañada de un hablar discreto:

La ciudad vieja y Parma por demás apresurada,

Florencia y Siena dejarán más desiertas.

XLIX

De la parte de Mammer gran Pontífice,

Subyugará los confines del Danubio:

Arrojar las cruces, por hierro y por pillaje,

Cautivos, oro, anillos más de cien mil rublos.

L

Dentro del pozo serán hallados los huesos,

Será el incesto cometido por la madrastra:

El Estado cambiado, se querrá ruido y escándalo,

Y habrá Marte esperando por su astro.

LI

Pueblo reunido ver nuevo espectáculo,

Príncipes y Reyes entre muchos asistentes,

Pilares hundirse, muros, pero como milagro

El Rey salvado y treinta de lós presentes.

LII

En vez del grande que será condenado,

Fuera de prisión, su amigo en su lugar:

La esperanza troyana en seis meses juntos nacida muerta,

El Sol en la urna, serán pintados ríos en glaciar.

LIII

El gran Prelado Céltico al Rey sospechoso,

De noche por curso saldrá fuera del reino:

Por Duque fértil a su gran Rey Bretaña,

Bizancio a Chipre y Túnez insospechoso.

LIV

A punta del día, al segundo canto del gallo,

Los de Túnez de Fez y de Begía,

Por los Árabes cautivo el Rey de Marruecos,

El año mil seiscientos y siete de Liturgia.

LV

Al chiflado Duque, ocupando el espacio,

Vela Arabesca ver, súbitamente descubierto:

Trípoli, Chio y los de Trapesonce,

Duque preso, Marnegro y la ciudad desierta.

LVI

La temida armada del enemigo Narbón,

Amedrentará muy mucho a las Respéricas:

Perpiñán vaciado por el ciego Darbón,

Entonces Barcelona por mar dará las picas.

LVII

Aquel que está mucho antes en el Reino,

Teniendo jefe rojo próximo a la Jerarquía,

Aspero y cruel y se hará tanto temer,

Sucederá a sagrada monarquía.

LVIII

Entre los dos monarcas alejados,

Cuando el Sol por Selín claro perdido,

Gran simultaneidad entre dos indignados,

Que a las Islas y Siena la libertad devuelta.

LIX

Dama en furor por rabia de adulterio,

Urdirá a su Príncipe conjuras a más no poder:

Pero en breve será cortado el vituperio,

Que diecisiete serán enviados al martirio.

LX

El Príncipe fuera de su territorio Céltico,

Será traicionado, engañado por intérprete:

Rouen, Rochelle por los de la Armórica

En el puesto dè Blaue engañados por clérigos y monjes.

LXI

El gran tapiz enrollado no mostrará,

Más que a medias la mayor parte de la historia:

Arrojado del Reino lejos áspero aparecerá,

Que en el hecho bélico cada uno querrá creerlo.

LXII

Demasiado tarde los dos las flores se habrán per­dido,

Contra la ley serpiente no querrá hacer:

De las fuerzas Lígures con una cofradía,

Savona, Albenga, por un monje gran martirio.

LXIII

Sólo la dama quedará en el reino,

El único siendo primero en el lecho de honor,

Siete años será de dolor atormentada,

Luego larga vida en el Reino por gran felicidad.

LXIV

No se llegará a ningún acuerdo de paz,

Todos los interesados obrarán por engaño,

De paz y tregua tierra y mar protestado,

Por Barcelona asaltada con habilidad la flota.

LXV

Gris y despacho semiabierta guerra,

De noche serán asaltados y pillados,

Despacho tomado pasará por la furia,

Su templo abierto, dos en la parrilla asados.

LXVI

En el fundamento de la nueva secta,

Serán los huesos del gran Romano hallados,

Sepulcro de mármol aparecerá cubierto,

La tierra temblará en Abril, mal enterrados.

LXVII

Al gran Imperio sucederá otro muy distinto

Bondad distante más de felicidad:

Regido por uno salido no lejos de la plebe,

Corromper reinos gran infelicidad.

LXVIII

Cuando los soldados furor sedicioso,

Contra su jefe hagan de noche hierro lucir:

Enemigo de Alba sea por mano furiosa,

Entonces vejar Roma y principales seducir.

LXIX

La piedad llegará sin tardar mucho,

Quienes daban se verán constreñidos a tomar:

Desnudos, muertos de frío, sed, malheridos,

Pasarán los montes suscitando gran clamor.

LXX

Como jefe del mundo el gran Chirén será,

Ningún otro después amado, temido, respetado:

Su fama y alabanzas los cielos sobrepasará,

Y del solo título de victorioso muy contentado.

LXXI

Cuando se quiera al gran Rey emparentar

Antes que haya del todo el alma rendida:

Aquel que menos vendrá a compadecerle,

Por Leones, de Águilas, cruz, corona vendida.

LXXII

Por arrebato fingido de emoción divina,

Será la mujer del gran fuerte violada:

Jueces queriendo condenar esta doctrina,

Víctima al pueblo ignorante inmolada.

LXXIII

En una gran ciudad un monje y artesano,

Junto a la puerta alojado y en las murallas,

Contra Módena secreto, caúto al hablar,

Traicionar so color de esponsales.

LXXIV

La desechada al reino volverá,

Sus enemigos hallados de los conjurados:

Más que nunca su tiempo triunfará,

Tres y setenta a muerte muy asegurados.

LXXV

El gran piloto por el Rey será convocado,

Dejar la armada para un más alto puesto ocupar:

Siete años después será contrabandeado,

Bárbaro ejército hará a Venecia temblar.

LXXVI

La ciudad antigua de antenorada forja,

No pudiendo ya más al tirano soportar:

El mango disimulado en el templo cortar cuello,

Los suyos el pueblo a muerte vendrá a condenar.

LXXVII

Por la victoria del burlado fraudulento,

Dos ejércitos uno, la revuelta Germana,

El jefe asesinado y su hijo en la tienda,

Florencia, Ímola perseguidas en Romaña.

LXXVIII

Proclamar victoria del gran Selín creciente,

El Águila será aclamada por los Romanos,

Ticino, Milán y Génova en ello asienten,

Después por ellos mismos Basil gran reclamado.

LXXIX

Junto a Tesín los habitantes de Loira,

Garona y Saona, Sena, Tain, y Gironda,

Más allá de los montes levantarán un promontorio,

Conflicto dado, surcado el Po, onda sumergida.

LXXX

De Fez el reino llegará a los de Europa,

Fuego su ciudad y espada cortará:

El grande de Asia tierra y mar con gran tropa,

Azules, persas, cruz, a muerte conducirá.

LXXXI

Llantos, gritos y lamentos, alaridos, espanto,

Corazón inhumano, cruel, negro y despavorido:

Leman, las Islas, de Génova los mayores,

Sangre derramada, frío, hambre, a nadie gracia.

LXXXII

Por los desiertos del lugar, libre y arisco,

Vendrá a errar sobrino del gran Pontífice:

Muerto a palos por siete con pesado tronco,

Por los que después ocuparán Cife.

LXXXIII

El que tanto honor y caricias habrá tenido.

A su entrada de la Galia Belga,

Un tiempo después hará tantas rudezas,

Y estará contra la flor tan bélica.

LXXXIV

El que en Esparta Claudio no puede reinar,

Hará tanto por vía seductiva:

Que de un corto largo lo hará arañar,

Y contra el Rey hará su perspectiva.

LXXXV

La gran ciudad de Tarso por los Galos

Será destruida, cautivos todos a Turbán:

Socorro por mar del gran Portugalés,

Primero de verano, el día de San Urbán.

LXXXVI

El gran Prelado, un día, según un sueño

Interpretado contra su sentido,

De Gascuña le llegará un monje

Que hará elegir de Sens al gran Prelado.

LXXXVII

La elección hecha en Frankfurt,

No tendrá cuenta, Milán se opondrá:

Su más próximo parecerá tan fuerte,

Que más allá del Rin a los moros echará.

LXXXVIII

Un gran reino quedará desolado,

Cerca del Hebrón se habrán juntado:

Montes Pirineos le habrán consolado,

Cuando en mayo las tierras hayan temblado.

LXXXIX

Entre dos cepos, pies y manos atados,

De miel rostro untado y de leche sustentado:

Avispas y moscas fétidas, amor disgustado,

Previsiones falseadas, Cife tentada.

XC

El deshonor hediondo y abominable,

Después del hecho será felicitado:

El gran excusado, para no ser favorable,

Que a la paz Neptuno no será incitadò.

XCI

Del conductor de la guerra naval,

Rojo desenfrenado, severo, horrible peste,

Cautivo del mayor escapado en la basta:

Cuando nazca del grande un hijo Agripa.

XCII

Príncipe de belleza tan venerada,

Conducido al jefe, el segundo hecho traicionado:

La ciudad con la espada de polvo faz adusta,

Por muy grande homicidio el jefe por el Rey odiado.

XCIII

Un prelado avaro engañado por la ambición,

Nada demasiado grande que él no pueda pedir:

Sus mensajeros y él bien chasqueado,

Ver quién al revés el tronco cortaría.

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