Tanek enumera signos alfabéticos: I-C-O.
La horda organizada de alabados instructores emiten todos un gemido inmenso ante la victoria del agente Tanek. La audiencia enardecida estalla en improperios, deslizándose hasta sepultarse más hondo en los cojines de los asientos propios. Concentrados en escribir mensajes en los teclados diminutos de sus teléfonos personales. Torciendo los brazos propios para leer la hora en los relojes de muñeca.
El insistente codo afilado del agente Oleg repite su impacto en la caja torácica de este agente. Y me repite su pregunta:
—¿Lederhosen?
Me cuenta que el agente Tanek va a imitar a Portugal. Que la agente Magda fingirá ser delegada de Gran Bretaña.
Cita: «Resulta humillante quedarse de brazos cruzados mientras otros escriben la historia».
Los pies de este agente se posicionan junto al micrófono. Inclino la cabeza hacia atrás para que la boca se aproxime a la captación de voz. Las manos retuercen el palo de tal manera que el micrófono de altura graduable alcance su nivel más bajo, donde continúa quedando por encima de la cabeza del agente-yo. Los brazos juntos detrás de la espalda. Detengo mi avance para aguardar la descarga de palabras inglesas.
El ilustre instructor, con el dedo presionado contra la página interior del volumen, moviendo los labios despacio para articular el sonido de la palabra, se pone a pronunciarla por partes igual que hacen los niños. Los niños que son capaces de leer por primera vez. El instructor dice:
—Feo... cromo... ci... toma. —Posa la mirada en el escenario y repite la palabra—: Feocromocitoma.
Para que conste en acta: Ja. Palabra carente de dificultad alguna, sencilla de enumerar en forma de signos alfabéticos. Pese a todo, los ojos de este agente presencian a la audiencia con el aliento encerrado dentro de los pulmones expectantes. Los ojos de la audiencia no parpadean, sus dedos están cruzados para formar las cruces de la superstición. La hermana-gata más todos los estudiantes ansían que el agente-yo se confunda al enumerar los signos alfabéticos.
Y la boca de este agente dice:
—F-E-O...
Si yerro la enumeración, me transformo en héroe. En mártir. Igual que Moisés y Fidel Castro, rescataré a jóvenes como yo y los conduciré a la libertad y a una vida mejor.
La boca del agente-yo dice:
—C-R-O-M-O...
Una única voz masculina dice a gritos más allá de las candilejas:
—Deletréala bien, hijoputa, y eres un puto pigmeo
muerto
.
La boca de este agente dice:
—C-I...
Para que conste en acta, no es imposible que la amenaza de muerte se haya originado en un renombrado instructor.
Al momento siguiente, un objeto sale volando del público, una masa oscura emerge de las candilejas escénicas, pata-paf, impacta en los tablones escénicos y se desliza hasta llegar junto a los pies de este agente. El objeto proyectil volador: un diccionario inglés.
La boca del agente yo finaliza:
—T-O-M-A.
Se empieza a elevar un estruendo sordo. Bajo las luces escénicas, un diluvio atiborra el oxígeno, una lluvia descendente de objetos diversos. Diccionarios. Diccionarios de sinónimos. Impactando con gran estruendo en los tablones del escenario. La novela
Jane Eyre
.
El guardián entre el centeno
. Un volumen de letras de canciones del «Coro juvenil de Swing».
Los jóvenes americanos empiezan a disfrutar de un disturbio.
Al momento siguiente, la sirena de la alarma antiincendios empieza a chillar.
Empieza aquí el duodécimo informe del agente-yo, número 67, a su llegada al punto de distribución al público de propaganda religiosa de ciudad XXXXX. Comunidad periférica XXXXX. Fecha XXXXX. Para que conste en acta, el diablo Tony repite su ausencia.
Para que conste en acta, la capilla del culto de la comunidad ofrece un cajón de bronceado donde el desnudo supino recibe cicatrices bajo un cuerpo solar artificial. Ofrece infinitas variaciones de bebidas extraídas de granos secos de café. Ofrece una galería de hileras de máquinas destinadas a fortalecer los músculos mediante entrenamiento de resistencia. Por cada una de estas cosas, adicionalmente se perdonan las transgresiones morales del individuo. En el día de hoy de la semana que viene se ofrecerá alquiler de películas. El cajón para depositar las devoluciones de alquileres se encuentra estacionado al lado de la caja de las limosnas.
El hombre muerto falso de yeso sangra pintura roja. Peste a parafina quemada. Hedor a genitales de formas diversas de vida vegetal. Igual que la otra vez, todos los hombres están obligados a atarse el cuello con una banderola anudada de tela descendente de seda. Las mujeres llevan todas la cabeza cubierta. Sentada para controlar la máquina vociferante, el loro vetusto, la señora Lilly. Los labios del agente yo la saludan, diciendo:
—Cordial saludo al sagrado cadáver andante. —Digo—: ¿Cómo de putrefacto está hoy su glorioso cerebro?
El anciano loro responde retorciendo las arrugas para componer sonrisa y dice:
—A tomar por culo, capullín extranjero.
El padre-huésped asciende al altar para posicionarse junto a la cuba vacía de agua. La cuba ha sido vaciada después de que la agente Magda intentara asesinar por ahogamiento bajo sus manos al diablo Tony. Con el agua ausente, ahora la cuba vacía está rodeada de un círculo de cintas amarillas que llevan impresas a lo largo de su contorno las palabras inglesas AVISO AVISO AVISO AVISO... Las paredes laterales del interior de la cuba todavía están manchadas con marcas de marea de color rojo sangre. Desde su posición inmediatamente por debajo del hombre que sangra pintura, el padre-huésped, el enorme padre-vaca jadeante dice:
—Os alegrará saber que el reverendo Tony se está recuperando bien. —Dice—: Los estupendos paramédicos de esta comunidad informan que sufrió una cosa que ellos llaman «hemorragia submucosa de garganta», provocada por sus gritos...
El diablo Tony sepultado al fondo del agua, anclado allí con fuerza por la presa de brazos de la agente Magda. Ruido de gritos, y al momento siguiente grito de burbujas, y al momento siguiente grito de sangre.
Desde los asientos de la inmediación de este agente, una voz susurra en voz baja. La hermana-gata dice:
—Eh, Pigmeo, ¿me quieres hacer un favor muy grande?
Desde la lejanía del otro lado de la capilla del culto, Magda observa a este agente y a la hermana-huésped.
El susurro de la hermana-gata dice:
—Es sobre las Naciones Unidas en Miniatura de la semana que viene. —Dice—: Nadie quiere ser Estados Unidos... ¿Tú querrías?
Para que conste en acta, este agente es solicitado para representar a la nación americana en la sala de consejos, para que sirva en consejo de seguridad y cree políticas.
El susurro trae un aroma a humo de soldar, al plomo fundido que conecta los circuitos del misterioso proyecto de la hermana, y el susurro dice:
—Un favor especial... —La hermana-huésped levanta la mano, con los dedos rectos como si estuviera emitiendo un juramento o votando, y dice—: Te lo juro, te debo un favor de los grandes.
A condición de que este agente actúe en calidad de delegado de Estados Unidos, la hermana-huésped quedará en deuda. Enorme atractivo.
La hermana-gata dice:
—Además, la señorita Matthews te dará créditos extra en ciencias sociales. —Dice—: Y además, después celebraremos un Baile de la Paz Mundial.
Tal vez a modo de favor de redención, para cumplimentar su obligación, la hermana-huésped podría abrir su vagina para que el agente-yo depositara su semilla. Permitiendo que este agente complete la fase uno de su tarea, la Operación Estrago. Tal vez —esperanza imposible, sueño situado más allá de lo inalcanzable— la hermana-gata considere la posibilidad de ejecutar su baile ritual con este agente.
La hermana continúa diciendo:
—Yo voy a ser Swazilandia. Las Naciones Unidas son igual que Halloween pero más politizadas. —Dice—: Mi hermano va a ser Ceilán. Se cree que, como nadie sabe una mierda de Ceilán, se lo podrá inventar todo.
Desde el otro lado de la capilla, los labios de Magda forman palabras, articulando en silencio la cita del gigante magnético y atractivo fascista Benito Mussolini: «El destino de las naciones va íntimamente ligado a sus poderes de reproducción».
Le digo a la hermana-gata que de acuerdo... solamente si la hermana-huésped acepta que este agente la acompañe durante su siguiente incursión secreta. Que me aplique pintura negra en la cara del agente-yo, me ponga atuendo negro y asista a misión secreta para aventurarnos a través de ventana durante la siguiente escapatoria planeada para la noche de hoy.
La hermana-gata dice:
—No lo sé... —Lleva a cabo una rotación de la cara a un lado, luego al otro y a continuación repite el gesto para que su cabeza diga «no». Y añade—: Es algo un poco ilegal...
Desde la distancia, los pechos de la agente Magda presentan mayor volumen, son más redondos y llenan más el jersey. Por arte de magia ominosa, los pechos de la agente 36 se han inflado deprisa.
Cita: «El destino de las naciones va íntimamente ligado a sus poderes de reproducción».
La hermana-gata dice en voz baja:
—Tienes que jurarlo. —Dice—: Jura que te caerás muerto si se lo cuentas a alguien. —Dice la hermana-huésped-: La verdad es... que soy
espía
.
La cara del agente-yo pone las cejas arqueadas para mostrar sorpresa, con la boca bien abierta y la mandíbula caída. Y este agente dice:
—No. —Dice en voz baja—: ¿Espía?
La hermana-gata inclina la cabeza hacia delante, luego la inclina hacia atrás y a continuación repite el gesto para que su cabeza se mueva afirmativamente. Y dice:
—Ahora júralo.
Los labios del agente-yo se expectoran en la palma de la mano propia y extienden la mano ensalivada hacia la hermana-gata. Este agente acepta representar a la nación americana únicamente si hay apretón sellado de manos.
Espero un momento largo, y otro, y al cabo de otro la hermana-gata posa la mirada en el charco de saliva. En el momento final, extiende la mano propia cubierta de escupitajo. La hermana-huésped envuelve y agarra con los dedos entrelazados para albergar entre ellos el cúmulo de fluido cálido y resbaladizo.
Empieza aquí el informe decimotercero del agente-yo, número 67, en el recinto de la cámara de consejos de las Naciones Unidas en Miniatura, celebradas en el barrio residencial de la ciudad XXXXX. Sesión de asamblea general XXXXX. Fecha XXXXX. Para que conste en acta, el agente-yo actúa en calidad de delegado de Estados Unidos, ataviado con el apropiado y tradicional cubre-cabeza de ala ancha de los pastores de vacas, cubierto con lentejuelas reflectantes de colores azul, blanco y rojo. Los pies enfundados en unas botas asociadas con la profesión de pastor de vacas. Prestadas por la madre-huésped. De avestruz desollada. El resto del atuendo lo compone el blusón de tela negra con las palabras inglesas impresas: «Propiedad de Jesús», tejido para ajustar apropiadamente en el enorme tipo corporal endomórfico obeso norteamericano. Los bajos del blusón cuelgan sueltos rozando las rodillas del agente-yo.
Este agente, designado secretario general en funciones para supervisar las Naciones Unidas en Miniatura.
Para que conste en acta, mis colegas delegados exhiben coloridos atuendos que representan sus propias diversas tierras nativas. La dama delegada de Malawi lleva pantalón de harén de gasa de color rosa, tan fino que no oculta el tanga de bikini negro que lleva debajo. El tradicional cordón negro que parte el trasero y separa las nalgas. Pese a ser caucasiano, el delegado masculino de Gabón lleva dashiki, con muchos insectos fabricados con plástico negro, moscas comunes falsas pegadas a la piel del propio rostro pálido con impregnación de adhesivo de maquillaje de látex. El delegado masculino caucasiano de Qatar se ha envuelto el torso en bandolera con incontables tiras de munición de ametralladora, y se dedica a levantar su puño de joven caucasiano de pelo rubio a modo de saludo estilo Black Power.
Todos los jóvenes caucasianos delegados del Tercer Mundo, adornados con collares de dientes falsos de animales, con el pelo lacio peinado en forma de trenzas pegadas al cráneo, rastas o extensión de peinado estilo afro. Todos los caucasianos con aperturas nasales rectas y estrechas, un rasgo genético heredado para repeler las precipitaciones europeas, hoy se sientan detrás de placas de escritorio con los nombres: GUYANA, PERÚ, GAMBIA, BIRMANIA, GUINEA ECUATORIAL. Se abanican a ellos mismos usando frondas de palmeras. Azotan los propios hombros con cordeles para ahuyentar a unas moscas tse-tse no presentes. Se quejan sin parar de la malaria. Discuten la calidad del agua fresca para beber. Comparan tasas de mortalidad infantil.
Suspendido del techo, el tablero de puntuaciones. Sujeta a la pared, una cesta sin fondo hecha de cuerdas entrelazadas para insertar pelotas dentro. El suelo dorado de baloncesto de madera bruñida no se permite pisarlo con calzado de suela oscura por miedo a que los talones estropeen y dejen marcas de patinazos. La misma ubicación de recinto deportivo donde se celebró el ritual de bailes desenfrenados de apareamiento.
La dama delegada de Kiribati está sentada a horcajadas en las piernas del caballero delegado de Tuvalu, los representantes de ambas naciones enfundados en pieles indecentes de animal tigre artificial, taparrabos desarrapados, dibujándose mutuamente con pluma de bolígrafo tatuajes falsos que imitan símbolos de Senegal en la superficie interior alta de la piel del muslo pálido del otro.
La dama delegada de Nepal va engalanada con velo transparente sobre la cara y lleva el pecho oculto por un sujetador de monedas doradas resplandecientes. Ejecuta baile desenfrenado de las caderas. El caballero delegado de Bután lleva hueso de animal inserto en moño de pelo, con la cintura rodeada de falda de hierba y blandiendo una lanza. Otra dama delegada va adornada con sostén de cocos. Otra con sari. Otra con kimono. Otro caballero lleva pañales como Gandhi. Otro lleva chaqueta de Nehru. Turbante. Sombrero cónico de culi. Jactándose con falda plisada a cuadros.
No hay delegado que no corteje a algún compañero de apareamiento. Los delegados cumplen con el imperativo de la reproducción.
Forman alianzas comerciales. Forjan tratados de paz. Negocian bajadas de las barreras arancelarias.