Authors: Leandro Palencia
Russell se convirtió en una celebridad protagonizando la película
Outrageous!
(Richard Benner, 1977), un clásico de culto. Se basaba en el relato de Gibson "Making It", un documento sobre la convivencia en el pasado de ambos. En la cinta Russell es Robin Turner, un peluquero gay que anhela convertirse en un
drag queen.
Su interpretación fue recompensada con un Oso de Plata al mejor actor en el Festival de Berlín de 1978. Fue una de las primeras películas con tema gay en recibir una amplia distribución y al utilizar una narrativa clásica obligaba al espectador a identificarse con el protagonista, haciendo del héroe un "marica". Igualmente muestra que no todos los gays deben identificarse con ese estereotipo, tal como se puede desprender del personaje del taxista gay, con una apariencia más masculina. Otros activistas han puesto el acento en que la película no aborda las relaciones duraderas entre dos hombres y que se centra más bien en la amistad entre Turner y una mujer esquizofrénica. Además, también la critican porque el protagonista se odia a sí mismo por tener pluma y ser incapaz de comportarse como un heterosexual. Turner terminará manifestando «Nunca serás normal, pero eres especial y puedes pasártelo la mar de bien en este mundo».
El éxito de
Outrageous!
le permitió actuar en locales más prestigiosos y hacer giras por Las Vegas, Londres, Amsterdam, París, etc. Pero Russell fue un desastre para resguardarse de la presión de la fama, y su continuo abuso de sustancias más sus crecientes desórdenes psicológicos afectaron a sus representaciones, y por tanto a su carrera. En 1986 rueda en Toronto la secuela de
Outrageous!,
titulada
Too Outrageous!
(Benner, 187), que se centraba en la exitosa carrera del protagonista en Nueva York. Fue un fracaso. Russell se identificará públicamente como gay más que como bisexual pero se casó en 1982 con Lori Jenkins, una de sus fans. En 1973 había tenido con otra mujer a su única hija. Russell murió de complicaciones relacionadas con el sida, al igual que lo hizo Benner ese mismo año. Russell quería que inscribieran en su epitafio: «Él murió arruinado, engañado y maltratado por promotores y agentes deshonestos. Enterrado travestido, ella nunca será olvidada».
(Fecha y lugar de nacimiento desconocidos)
Abiertamente gay inició su carrera como guionista y productor a principios de los años setenta, profesión que ahora simultánea dando clases en la Universidad de Florida. Su obra más conocida es
Su otro amor
(Arthur Hill, 1982), la primera producción de Hollywood que trató honesta y serenamente —al menos así la vendieron— las relaciones gays. Pero ya en 1974, A Very Natural Thing, sobre un joven seminarista que abandona la Iglesia para embarcarse en su primera relación homosexual, fue publicitada como la primera película comercial escrita, producida y dirigida por un gay abierto, Christopher Larkin. En todo caso, Su otro amor fue un acontecimiento porque la aceptación de la sexualidad de sus dos protagonistas posibilitaba que se desarrollaran como seres humanos. De Sandler, cuya obra es escasa, también destaca La pasión de China Blue (Ken Russell, 1984), en la que Anthony Perkins encarna a un reverendo que usa un consolador al que llama Superman para hacerle partícipe de sus más violentas fantasías. Sandler declaró que «Como la mayoría de los gays yo crecí con las películas. En los años sesenta eso significaba ser maltratado con representaciones de gays como monstruos, psicópatas, suicidas o excusas para las bromas. El mensaje era claro: ser homosexual era malo, tener esos sentimientos enfermizo».
A. Scott Berg, su pareja de entonces, le animó para que escribiera una película que ofreciera imágenes positivas, donde los personajes gays no se disculparan ni se avergonzaran de su identidad sexual. Y así surgió
Su otro amor.
La historia de un joven doctor que después de ocho años de matrimonio se reconcilia con su verdadera condición. El guión utiliza elementos del melodrama clásico. Fue un proyecto arriesgado del que Metro Goldwyn Mayer optó por no cambiar ni un solo plano. Y eso que en los test de pantalla el público heterosexual se sentía incómodo con el beso entre los dos hombres. Sin embargo, el colectivo la estaba esperando con mucha expectación. Se llegaron a hacer dos campañas publicitarias. Una en que la película se asociaba con el mero melodrama, otra con un pós-ter en el que se veía a los dos protagonistas masculinos abrazados. En ambas comunidades Su otro amor resultó un fracaso. Pero a Sandler la experiencia le cambió la vida ya que decidió desarmarizarse públicamente cuando la película se realizó. Quería dar credibilidad a la historia que contaba. Le advirtieron que no lo hiciera, que dañaría su carrera o que la pondría en peligro, cosas que según él finalmente no sucedieron. Sandler, como le ocurría al personaje de Michael Ontkean, el joven doctor, pasó por «un período en el que me decía a mí mismo que mis tendencias homosexuales no eran más que una fase y que sólo estaba experimentado». Según Vito Russo, «No puedo negar el fuerte impacto psicológico que representa para una persona gay de catorce años ver al primer hombre gay en pantalla y que este sea Michael Ontkean. Mi primer homosexual en la pantalla fue Don Murray en
Tempestad, sobre Washington
(1962). Acaba cortándose el cuello».
Otra película aún más importante de 1982, hecha por un gran estudio y dirigida a un público mayoritario, fue
¿Víctor o Victoria?
(Blake Edwards) sobre una mujer (Julie Andrews) que se hace pasar por un transformista masculino que a su vez alcanza la fama representando a mujeres. Mientras, King Marchand (James Garner), el propietario del local, se enamora de Víctor y tiene una crisis de masculinidad hasta que se da cuenta de que el amor es más importante que otras consideraciones. La obra presenta en un contexto afirmativo y positivo una de las visiones menos problemáticas sobre la homosexualidad que ha ofrecido Hollywood. Víctor es representado en términos de género, sexualidad, clase y nacionalidad. O sea, que es una mascarada de ella (Victoria) ser él (Víctor): gay, aristócrata y de Europa del Este. Además, Robert Preston hace de maestro de ceremonias gay. Uno que es inteligente, atractivo y que proclama sin titubeos su homosexualidad. Carroll "Toddy" Todd es uno de los personajes más orgullosamente gays sin caer en los estereotipos, aunque algunos vieron en él un reflejo de Liberace. La película se inicia con Toddy en la cama con otro joven y a lo largo de la cinta su sexualidad es discutida abierta y francamente. Cuando se le pregunta desde cuándo es gay responde «¿Desde cuando tú sabes que eres soprano?». De todas las producciones de Hollywood de ese año enfocadas sobre los homosexuales —Su otro amor, Personal Best (Robert Towne) o Algo más que colegas (Jim Burrows)— ¿ Víctor o Victoria? fue la única que ganó aclamación tanto crítica como de público.
Aprovechando esta ola de películas "cotillas" respecto al estilo de vida homosexual se estrenó al año siguiente
Lianna
(John Sayles). Un cuasi documental que se centra en una mujer casada que se enamora de otra, desestabilizando la vida profesional y social de la primera. El director declaró que si la protagonista se sentía atraída por mujeres era «parte de su crecimiento, no una fase adolescente». Es decir, que su lesbianismo era una forma de encontrar la madurez personal. Los grandes estudios rechazaron este proyecto en el que el hijo de Lianna decía que «No me importa que mi madre sea una tortillera». Sayles tuvo que buscar financiación en organizaciones lesbianas, que a su vez eran reacias porque era un proyecto producido y dirigido por un hombre. La importancia de Lianna también estriba en que rechazó el voyeurismo en la representación de los actos sexuales de las lesbianas. Aunque esas escenas sugerían que en aquéllos predominaba el erotismo oral. A pesar de que la protagonista termine sola y rechazada fue entendido como algo positivo al reafirmar su identidad sexual contra la sociedad heterocentrista. Una mártir.
John Richard Schlesinger
16 de febrero de 1926 en Londres (R.U.) — 24 de julio de 2003 en Palm Springs (EE.UU.)
Osado e innovador fue uno de los primeros cineastas en introducir temas homosexuales en el cine mayoritario. Con sus películas intentaba «una mejor comprensión del ser humano», examinar la complejidad de las relaciones personales. Su filmografía muestra una preocupación por las relaciones de género, el problema del compromiso tanto en la vida como en las relaciones.
Cowboy de medianoche
(1969) fue su primera película estadounidense. Tiene como protagonista a Joe Buck (Jon Voight), un rudo tejano semental heterosexual dispuesto a convertirse en gigoló en Nueva York, ya que, según él, allí carecen de hombres de verdad. Sin embargo, al principio deberá conformarse con clientes masculinos: un fanático religioso, un joven estudiante sin dinero y un tercero al que apalea y le introduce un teléfono en la boca. También se presenta una escena de chaperos en Times Square. La relación de Joe con el picaro Ratso (Dustin Hoffman), ¿es una amistad heterosexual idealizada o hay algo más (una historia de amor sin sexo, inconscientemente homosexual)? Vito Russo la tachó de «homosexuales como perdedores y monstruos» pero la cinta es una de las primeras traslaciones comerciales del universo y de los temas del cine underground que crearon el Nuevo Hollywood —ejemplificado por Buscando mi destino (Dennis Hopper, 1969)-. Cowboy de medianoche fue la primera película en recibir un Oscar aún teniendo la calificación X. Su éxito le permitió a Schlesinger rodar Domingo, maldito domingo (1971), donde trataba más explícitamente la homosexualidad. Versa sobre los diez días de rivalidad entre un hombre mayor (Peter Finch), una mujer divorciada (Glenda Jackson) y el joven escultor del que ambos se enamoran y reclaman su atención sexual (Murray Head).
La película presenta a los homosexuales como víctimas de una sociedad hostil. Fue una de las primeras en Hollywood en la que se vio un beso en la boca entre dos personajes gays. Mientras se rodaba el cámara preguntó al director, «¿De verdad es necesario todo esto?». Y Finch fue el primer actor en ser nominado a los Oscar encarnando a un gay. Schlesinger planteó la película como su declaración personal de que él era gay. Tal como dijo, «Yo nunca hice un secreto de ello. Creo que todo el mundo lo sabía desde que hice
Domingo, maldito domingo
aunque yo nunca haya sido de esos que lo gritan desde los tejados. Ian McKellen siempre estaba encima de mí para que lo hiciera, pero supongo que me desarmaricé adecuadamente cuando le apoyé para que aceptara su nombramiento después de que fuera atacado por Derek Jarman». Es su película más personal y la mayoría la considera la mejor. El doctor que encarna Finch tiene mucho de él: judío, no se avergüenza de sus preferencias sexuales, ama la música clásica (especialmente la ópera), es poco convencional, leal a su amante y a su familia. De hecho, «Es mi historia, mi propio domingo sangriento, mi relación con un joven. Nada como eso había sido puesto en la pantalla antes». Michael Cunningham, el autor de "Las horas", dijo que verla le salvó la vida, porque durante aquella época, como dice Boze Hadleigh, el cine mostraba que un hombre mayor era incapaz de ser feliz con uno más joven. Ya porque el mayor fuera un malvado, un traidor o un loco. Ya porque el joven le arruinaba, le endeudaba o moría.
En 1983 Schlesinger hizo para televisión
The Englishman Abroad
(1983), sobre el espía gay Guy Burgess. En 1991 adaptó la novela de David Leavitt El lenguaje perdido de las grúas, en la que tanto un padre como su hijo se desarmarizan. Algo casi perfecto (2000) fue su última película sobre una mujer (Madonna) que tiene un hijo con su amigo homosexual (Rupert Everett). Schlesinger quiso que los dos personajes hubieran decidido tener ese niño en vez de que fuera fruto de «una noche loca», pero Everett lo vetó. ¿Es posible formar una familia fuera de la convencional? La cinta muestra que a pesar de lo inestable que es la institución de la familia a finales del siglo XX los valores familiares están profundamente arraigados, asociados con la prosperidad y el orden social. Si tras la revolución sexual los homosexuales ya no tienen que ocultar sus inclinaciones sí se les ponen obstáculos legales, como negarles el matrimonio o la paternidad. La sociedad aún continúa siendo hostil al colectivo y se le margina. Everett colaboró en el guión pero no prosperó su demanda de aparecer en los títulos de crédito. Everett declaró que él y Madonna difuminaron intencionadamente la división entre sus personajes para permitir al público un «acceso real a nuestra vida».