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Authors: Leandro Palencia

Hollywood queer (41 page)

LEISEN, MITCHELL

James Mithell Leisen

6 octubre 1898 Menominee (EE.UU.) — 28 de octubre de 1972 en Los Ángeles (EE.UU.)

Según David Chierichetti en "Mitchell Leisen, director de Hollywood" (1997) éste estuvo involucrado con el ambiente gay desde principios de los años veinte. Chierichetti encontró «una foto de un hombre guapo, fechada en 1919 con una críptica dedicatoria que decía: "Tienes razón, Mitch, incluso si son de seda". Fotos de Ramón Novarro e Ivor Novello con dedicatorias cariñosas. Leisen me dijo que una vez viajó desde Los Angeles a Nueva York en un camarote con su protegido, el diseñador de vestuario Gilbert Adrian. Adrian le despertó en mitad de la noche haciéndole cosquillas en la nariz con una pluma y Leisen levantó las cejas transmitiéndome la idea de que luego él y Adrian habían tenido sexo». Cuando en 1927 se casó con la mezzo-soprano Stella Yeager, Leisen sorprendió a todo el mundo. Quizá lo contrajo como tapadera, dado que ella era muy tolerante con las relaciones masculinas de él. Casi siempre vivieron separados —ella en París-. Leisen también mantuvo otros
affaires
con mujeres, e igualmente éstas siempre fueron muy condesciendes con sus veleidades homosexuales. Por ejemplo, a la vez que estaba con Natalie Visart mantenía una relación con Eddie Anderson, un piloto que le enseñó a volar, afición que les permitía estar frecuentemente juntos. Leisen hizo que Paramount Pictures le contratara como su ayudante de dirección, aunque a veces no aparece acreditado. A finales de los años treinta Visart comenzó a vivir abiertamente con Leisen y según Eleanor Broder, la secretaria de éste, él comenzó un tratamiento de inyecciones de hormonas con la esperanza de que le
curara
sus impulsos homosexuales. No lo logró. A mediados de la década Leisen había contratado al bailarín y coreógrafo Billy Daniels (1912-1962) para un espectáculo de
nightclub
y su afecto por él aumentó a la par que menguaba su relación con Anderson. Con este rompió cuando Leisen rodaba el musical
The Big Broadcast of 1938.
Anderson se había enamorado de una de las actrices y en vez de reunirse por las noches con Leisen lo hacia con ella en su camerino. A Leisen le dio un infarto y parece que desde entonces su personalidad cambió. Ahora era arrogante y mandón, abusaba de su poder. Como parte de esta transformación ya no le importaba que todo el mundo se enterara de su relación con Daniels, lo quisieran saber o no. Carole Lombard le dijo a su esposo Clark Gable «tengo dos grandes amigas: Mitch Leisen y Billy Haines». Nadie comprendía qué podía ver el refinado Leisen en el grosero Daniels. Leisen le facilitó trabajo en la Paramount y mandó forjarle dos tupés, uno con rizos y el otro lacio. A Daniels le incomodaban ambos y cuando ensayaba se los quitaba y no se los volvía a poner, hasta que un amigo le avisaba de que Leisen regresaba. Su relación duró hasta principios de los años cincuenta. Daniels no pudo desarrollar la carrera de director que quería Leisen y poco después tuvo una enfermedad que le hizo engordar muchísimo. Tras trabajar en Europa y regresar a Los Ángeles, Leisen le informó que la relación había acabado, según Kenneth Anger, porque Leisen había descubierto una indiscreción de Daniels. Al poco éste murió —uno de sus últimos trabajos fue para
La tumba india
(Fritz Lang, 1958)— y Leisen aseguró que se había suicidado con medicamentos, aunque el forense manifestó que se trataba de un ataque al corazón. Durante los años cincuenta Leisen se gana la reputación de estar obsesionado con el sexo, de que siempre está intentando ligar, incluso con hombres indudablemente heterosexuales. Esta conducta es en parte responsable de que le despidan en 1954 del rodaje de
Bedevilled.
Con una conducta abierta gay, le fue difícil volver a conseguir trabajos en una industria y sociedad homofóbica. Murió olvidado. Según Chieri-chetti, «El ser bisexual fue parte de la infelicidad general de Leisen y la vida hubiese sido más fácil si sus deseos se hubiesen dirigido claramente hacia uno u otro lado».

Actualmente se le considera un artesano menor, el epítome del director de cine gay debido a su elegancia visual y a su estilo artificial. Sus películas son un monumento
camp
al enfatizar el sentido de la superficie en detrimento del contenido. Según David Melville, en sus películas hay una ambigüedad sexual y moral, una persistente inversión de género, la mascarada de los personajes que actúan pues la identidad que encarnan a menudo resulta equivocada. Leisen es único representando a gays de forma directa, sobre todo su lado frivolo y cómico como Franklin Pangborn en
Una chica afortunada
(1937), Rex O'Malley en
Medianoche
(1939), Richard Haydn en
No hay tiempo para
amar (1943) o Mischa Auer en
Una mujer en la penumbra
(1944), esta última basada en la obra que escribió Moss Hart como homenaje al doctor Kubie. La primera cinta de Leisen,
Canción de cuna
(1933) se basada en la afamada obra teatral del español Gregorio Martínez Sierra, y es un drama extraño sobre una monja y su adoración "maternal" por una bonita huérfana.
El pirata y la dama
(1944) tiene una heroína travesti y un ballet de piratas travestidos que se besan en las mejillas y se basaba en un cuento de Daphne du Maurier.
En las rayas de las manos
(1947), con Marlene Dietrich, tiene un héroe andrógino. En todas ellas subvierte la noción de masculinidad hollywoodiana. Gomo en
Hands Across the Table
(1935), donde Carole Lombard representa al personaje "masculino" y Fred MacMurray al "femenino". En sus comedias y melodramas las parejas más antagónicas encontraban el amor verdadero y parecían vivir felices para siempre.

Según José Luis Guarner, en la década de los años treinta Leisen representó para Paramount lo que Michael Curtiz a la Warner Brothers en los cuarenta: el hombre de confianza para sacar adelante los proyectos más dudosos. Con cinco años le operan un pie deforme que le deja parcialmente cojo y encima el pie le sigue molestando el resto de su vida. Se pasa la infancia arreglando flores y diseñando el escenario de su teatro de juguete. Aburrido de trabajar como arquitecto se va a Hollywood. En 1919 conoce a Cecil B. De Mille y pronto le contrata como diseñador. De aquel, Leisen aprendió su credo: «La cámara no tiene oídos. Lo que quieras decir muéstralo en la pantalla». Con De Mille trabaja bastante y en
El signo de la cruz
(1932) diseña una obra extravagantemente depravada digna del
Satyricon
(Federico Fellini, 1969). Desde 1925 es director del departamento artístico de Paramount. Hacia 1946 su carrera comienza a declinar. Termina con una abundante producción televisiva. Billy Wilder y Preston Sturges contaron que si se hicieron directores fue porque no podían permitir que Leisen les siguiera destrozando los guiones. Ambos le describieron como un extravagante esteta gay que prefería la decoración al drama y los juegos de vestuario a los diálogos. Para Sturges era «un farsante presuntuoso» y para Wilder «ese marica que destrozaba mis guiones», o esa «loca estúpida». En todo caso, el primer gran colaborador de Wilder, con el que trabajó durante 20 años, fue Charles Brackett, de quien se rumorea fue un gay armarizado que mantenía a un joven.

LUCAS, CRAIG

30 de abril de 1951 en Atlanta (EE.UU.)

El mismo día que nació le abandonaron en el asiento trasero de un coche estacionado junto a una gasolinera. A los ocho meses le adopta una familia muy conservadora. A finales de los años sesenta Lucas comienza a empaparse de ideas izquierdistas y a sentirse atraído por los hombres. Tras graduarse en teatro y escritura creativa en 1973, su profesora y mentora, la poeta Anne Sexton, le aconseja que continúe su carrera en Nueva York. Allí, mientras trabaja de día en diversos oficios, por la noche actúa, canta y baila en pequeños musicales de Broadway. No sólo debuta en el coro de la obra de Stephen Sondheim, "Sweeney Todd" (1979), sino que éste le insta a que persiga una carrera como escritor más que de actor. En 1981 un amigo de Lucas le muestra al director y productor Norman René uno de sus borradores dramáticos, y desde entonces hasta los siguientes quince años se convierten en colaboradores.

Lucas manifestó que su desarmarización fue esencial para su crecimiento como literato. Para él, un artista debe contar lo que ha visto e imaginar lo que no pueda conocer, reflejar su experiencia. Por eso un artista tiene la capacidad de hablar de los miedos y esperanzas que les interesan a las personas, sean heterosexuales o
queer.
Porque los artistas «no representamos a nadie salvo a nosotros mismos. Mi obra habla de mí, de mi época, no para todos "los homosexuales" o
"queers"».
Su obra explora provocativamente el amor en todas sus variantes, así como el significado de la familia. Sus referencias a la cultura pop, su humor ingenioso y la fluidez de sus composiciones pronto atrajeron la atención de los productores de Hollywood. Cuando le solicitaron proyectos él propuso uno sobre el impacto del sida en un grupo de amigos. Más tarde Lucas comentará el silencio glacial que llenaba la sala de reuniones después de cada una de sus sugerencias.

El resultado fue
Compañeros inseparables
(Norman René, 1990). Quiso incluir en el reparto al actor Peter Evans, su primer amor, pero éste murió de sida el año anterior al estreno. Mientras daba los últimos retoques al guión, Lucas también compuso para los escenarios "Prelude to a Kiss" (1990).

Trata de una mujer que el día de su boda recibe el beso de un extraño y misteriosamente ambos intercambian sus cuerpos. Un cuento de hadas sobre la existencia del amor verdadero. Mary-Louise Parker interpretó el papel del hombre en el cuerpo de una mujer y se convirtió en una estrella de Broadway. No obstante, algunos críticos
queer
se refirieron a Lucas como «un escritor gay armarizado» porque la obra teatral no se centraba en los personajes homosexuales. Meg Ryan protagonizó la versión cinematográfica en 1992
(Hechizo de un beso,
René) y en esta ocasión a nadie le gustó.

Tras la experiencia de colaborar con las
majors
de Hollywood y sentir la presión comercial Lucas crea "The Dying Gaul" (1998), que fue su homónimo debut como director cinematográfico en 2005. Se basa en el mito de Fausto, pero focalizado en el tema de la venta del alma, de la pérdida del compromiso del artista. Peter Sarsgaard es un guionista gay a quien un productor de Hollywood bisexual (Campbell Scott) le promete un millón de dólares si cambia a los amantes homosexuales de su obra por una ortodoxa pareja heterosexual ya que, según Scott, el público no iría a ver una película que representara positivamente a los gays y deberían sustituir a las víctimas del sida por mujeres. Sarsgaard, en conflicto, se ve envuelto en un
ménage à trois
con la esposa del productor (Patricia Clarkson). Parece que el contenido de las obras de Lucas es bastante autobiográfico, como lo fue en la comedia negra
Reckless
(1995, René), película protagonizada por Mia Farrow, una mujer inocente y confiada al estilo del "Cándido" de Voltaire en la que Lucas quiso exponer sus sentimientos por el abandono tras su nacimiento. En su obra teatral "Singing Forest" (2004) habla del cambio social de los homosexuales desde los años treinta hasta el siglo XXI, cuando éstos son considerados como heterosexuales, es decir, envueltos en complicadas vidas amorosas sin que ello conlleve un resultado fatal.

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