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Authors: Nuria Roca

Tags: #GusiX, Erótico

Sexualmente

 

A través de varios monólogos, Nuria Roca describe situaciones reales, basadas en su propia experiencia o en historias que le cuentan, para abordar el tema del sexo. Y lo hace con un toque de humor y llamando a cada cosa por su nombre, sin tapujos. La autora relata sus conocimientos en materia de sexo, y sus vivencias en diferentes situaciones, con las que el lector se puede sentir identificado, y lo hace con el ingenio y chispa que la caracterizan.

 

Toca temas como la primera vez, el sexo y la convivencia en pareja, los sex-shop, las fantasías sexuales, la inocencia, el sexo en lugares poco comunes como en el gimnasio, las despedidas de soltera, etc. Es un libro divertido, atrevido y picante. La autora es una conocida presentadora de televisión, que cuenta sus experiencias en el sexo, con lo que puede provocar mucho interés. Cuenta con un prólogo de Pablo Motos.

 

Sexualmente
es un libro de sexo en el que se habla de experiencias sexuales. Tenlo claro.

Si buscas alguna guía de sexualidad o de consejitos prácticos para adolescentes te has equivocado de libro.

De todas formas, vete a la librería más cercana y cómpralo porque si lo lees vas a
entretenerte
,
sorprenderte
,
divertirte
y
excitarte
.

Nuria reflexiona sobre el sexo y cuenta experiencias que desearás que te sucedan a ti.
Tú sabrás con quién
.

Nuria Roca

Sexualmente

ePUB v1.2

GusiX
 
06.02.12

Sexualmente

EL LIBRO QUE TU [email protected] NO QUERRÁ QUE LEAS

Nuria Roca

Prólogo de Pablo Motos

 

Lugar y año de edición: POZUELO 2007

A las mujeres que se atreven a ser libres

y a los hombres que nos ayudan a conseguirlo

Prólogo. Nuria Roca y la rana que se tragaba los ojos

Hay dos razones por las que no me creo que Dios haya creado al hombre a su imagen y semejanza: la primera, que Él no se muere, que me parece un detalle sobre el que deberíamos pensar un poquito; y la segunda, que no es posible que el mismo Dios haya hecho a Nuria Roca tan perfecta y a mí tan mal, que parece que haya quedado el segundo en una pelea de hachas.

¿Cómo es Nuria Roca? Pues Nuria es como los pimientos de Padrón: imprevisible. Lo mismo te anuncia en la tele una crema anticelulítica que te hace en su casa un arroz al horno que te chupas los dedos. Otra de sus virtudes innatas es la de darle la vuelta a todo con una sonrisa. Nuria es capaz de decir que el dolor de espinillas es un buen método para encontrar muebles en la oscuridad, y nadie se lo discute, porque ese es otro de sus talentos: su capacidad angelical para convencer sin discutir. Más vale que Nuria no se empeñe en que hagas algo, porque lo haces de cabeza. Estoy seguro de que Nuria podría convencer a un señor de que montase un potro salvaje en pleno ataque de hemorroides. Y el señor reventaría su ano contento.

Cuando yo la conocí, Nuria era la inocente presentadora del
Waku, Waku.
A todos nos encantaba verla repartiendo Nicolasillos y preguntándonos cosas como: «¿Qué va a hacer la rana globo para espantar al escorpión estrábico?». Y siempre te sorprendía. De repente, la rana globo, en vez de hacer el globo, aspiraba sus propios ojos y se los escupía, sin piedad, al escorpión estrábico, que, ante el espectáculo, fallecía de vergüenza ajena. Fue después de ver esto cuando le propuse hacer el
Consultorio Sexymental
. Ella me miró con esa cara que sabe poner Nuria de «yo no he roto un plato en mi vida», y me dijo: «Contigo, sí». Yo absorbí mis ojos hacia dentro e intenté escupírselos, pero me hizo reír a destiempo y se me salieron por la nariz.

Al principio, en el
Consultorio
, era muy difícil saber cuál era su límite, de modo que yo me comportaba como los niños pequeños, que se ponen a tirar cosas al suelo para comprobar hasta dónde llega la paciencia de sus padres. En la selección de las cartas siempre incluía alguna más fuerte, a ver qué tal la encajaba. Un día le di una carta en la que una chica le contaba que fingía los orgasmos con su chico, con tan mala suerte que él la había pillado. Nuria, ante la mirada perpleja de todos, le enseñó a esa chica, y a todas las demás chicas del planeta Tierra, a fingir un orgasmo como Dios manda... Después de aquello, tres del equipo se fueron al baño, yo no me podía levantar y el técnico puso la publicidad con los dos brazos en alto. Ese día me di cuenta de cuál era el límite de Nuria: ¡Ninguno!

En otra ocasión me avanzó que iba a aprovechar cualquier carta para contar cómo se hacía la penetración blanda... «¿Mande?», dije yo. A lo que contestó: «La
penetración blanda
es una técnica oriental para ayudar en algunos casos de impotencia que consiste en introducir el pene en la vagina cuando está flácido, apretando como si fuese un tubo de pasta dentífrica. Una vez dentro, la pareja se queda abrazada hasta que las respiraciones de ambos se acompasan y, con el calorcito y el movimiento, aquello se alegra y se pone a funcionar. El reto es llegar al orgasmo sin moverte, sólo con los movimientos de las dos personas respirando cada vez más aguadamente». Después de esto pensé: «Esta chica o lee mucho o se ha metido en una secta».

Pero no. Es que Nuria es así. Es un poco como Amélie, pero mejorada, porque Nuria le va alegrando la vida a los demás sin ni siquiera proponérselo.

Nuria me ha descubierto muchos secretos de las mujeres. Por ejemplo, que es perfectamente posible que te ligues a una chica, que todo vaya perfecto y que cuando te vayas a ir a la cama con ella te diga que no, dándote cualquier excusa, y salga huyendo, dejándote allí con cara de conejo, cuando la verdadera razón por la que no se ha acostado contigo es que iba sin depilar... ¡Santo Dios! A los hombres, en ese momento, eso nos da igual. ¡Por nosotros como si tienen garrapatas! También me descubrió por qué a veces quieres quedar con una chica el lunes y te dice que no, y el martes, y te dice que tampoco, y el miércoles y el jueves y el viernes, tampoco. Pero si sigues insistiendo y le dices el sábado, entonces te dice que sí. La verdadera razón por la que te ha dado el sí es que ella piensa que si a partir de ese momento está una semana entera sin comer absolutamente nada, el sábado, posiblemente, cabrá en un vestido con el que está monísima. Es evidente, después de esto, que nosotros, a las mujeres, las amamos, las odiamos, las seguimos y las buscamos, pero no las entendemos.

Por eso es importante que, si eres un hombre, leas este libro y lo disfrutes. Porque está lleno de hallazgos que te harán conocer a las mujeres un poco mejor —de paso, también puedes fantasear con que la protagonista de las aventuras que aquí se cuentan es Nuria; de momento, eso no es ilegal—. Y si eres una mujer, te lo vas a pasar pipa con la mirada cómplice y desvergonzada de Nuria —por cierto, si eres mujer, que sepas que cuando los hombres hacemos el amor nos agotamos física y emocionalmente. ¡Dadnos un descanso, por favor! ¡Acabamos de perder tres millones de amigos!

En fin, dejaos de prólogo ya y pasad a la siguiente página. Pronto comprobaréis que Nuria es como las fantasías sexuales: mejora la realidad.

 

Pablo Motos

1. De sexo no sabe nadie

Llevo cuatro años hablando de sexo en la radio y unos cuantos más desde que empecé modestamente a practicarlo. En la radio tengo la oportunidad de leer cientos de cartas de oyentes que exponen sus dudas sobre sexo. Más o menos disparatadas, más o menos desesperadas, más o menos divertidas, pequeñas o grandes, a la gente le asaltan dudas permanentes en esta materia. Todos los que nos rodean, los compañeros de trabajo, la gente que te cruzas en el
metro
, tus hermanos, tus padres, tus jefes, el de la ventanilla del banco, incluso tus suegros... Todos lo practican más o menos, mucho o poco, o poquísimo, pero todo el mundo alguna que otra vez ha experimentado el estímulo, la emoción y el placer en una relación sexual.

Yo, dentro de lo que cabe, he sido siempre una chica disciplinada, así que desde que mi amigo Pablo Motos me invitó a conducir un consultorio «seximental» en su programa de radio me puse a estudiar esta materia con todo el interés posible. Empecé por concienzudos documentales que trataban el tema de manera académica, muy impersonal. Explicando cada una de las partes de nuestros cuerpos con esos nombres tan horrorosos como perineo, cuerpos cavernosos, uretra, meato urinario, etc., que la verdad te dan tanto conocimiento como pocas ganas. Continué con programas de televisión donde explicaban una y otra vez la manera de introducirse vibradores con una incomparable destreza para no hacerse daño o cómo realizar una felación a tu chico sin clavarle los dientes. A estos programas hay que agradecerles el haber evitado un montón de lesiones desagradables.

Después me puse a leer decenas de libros sobre el tema. Desde los científicos hasta los de autoayuda; estos últimos siempre llevan por título una pregunta que empieza por la palabra «Cómo». Van desde el cursi
Cómo ser muy feliz amándote
hasta el inquietante
Cómo provocar el orgasmo mental
, pasando por el decidido
Cómo follar mucho y bien
. La sexual es, como cualquier otra, una literatura muy respetable.

Después de los documentales, los programas de televisión y los libros, investigué todo lo que pude sobre el cine porno. Pude más bien poco, porque las películas las veía en pareja y a los tres minutos de empezar ya notaba yo a mi chico inquieto, con los ojos como platos, incapaz de continuar mirando a la tele y dispuesto a abalanzarse sobre mí con sus más bajos instintos por todo lo alto. Así que la peli quedaba allí puesta de fondo sin que nadie prestara atención a los alardes de esos actores tan musculosos y tan depilados.

Después de tanta información, de leer cientos de cartas de oyentes del consultorio, de hablar con amigas y amigos, de tratar en la medida de lo posible de descubrir experiencias en primera persona, he llegado a la conclusión de que el sexo le gusta a todo el mundo, pero que de sexo realmente no sabe nadie. Todos tenemos unas nociones básicas sobre el tema, aunque en el sexo, como en casi nada, nadie tiene la última palabra. No creo mucho en los expertos y sí en los que quieren descubrir el sexo cada día para compartirlo con los demás. En eso está inspirado este libro, en experiencias que he compartido con gente anónima, con amigas, con oyentes, con novios míos y de otras, con novias de otros y de los míos. En definitiva, gente que quiere compartir, porque el sexo se comparte.

El sexo es dar y que te den, con perdón.

2. Todo es sexo

No es que yo no piense en otra cosa, pero lo cierto es que siempre te das de bruces con el sexo. Es inevitable. No estoy del todo de acuerdo con Freud en eso de que la fuente principal de nuestras neurosis sean los deseos inhibidos; tampoco con la frase de Woody Allen de que «en el mundo sólo hay dos cosas importantes, la primera es el sexo y la segunda no la recuerdo»; ni tampoco comparto del todo la teoría de mi amiga Esther, de la que hablaré mucho en este libro, y que, dando un paso más en el pensamiento de Freud y Allen, asegura que hay que aprovechar cualquier oportunidad, ya que «no hay nada que no se quite con un buen lavado». Mi amiga Esther suele ser así de contundente.

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