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Authors: Leandro Zanoni

Tags: #Biografía, Historia, Otros

La gran manzana

 

Este libro nació con una muerte. El 5 de octubre de 2011 murió Steve Jobs y los medios de todo el mundo cubrieron la noticia como si fuera una estrella de rock, un futbolista del Real Madrid o un gran actor de Hollywood. Se refirieron a él como un "genio", "el creador del siglo XX" y hasta lo compararon con Leonardo Da Vinci, Thomas Edison y Albert Einstein. Nacía el mito. Su rostro fue tapa de los diarios y revistas más importantes: Newsweek, Rolling Stone, Wired, Time, Veja, etc.

Leandro Zanoni explora las razones del descomunal éxito de Apple. Desde el diseño de sus productos hasta las fabulosas tiendas en las principales ciudades del mundo, su mítica historia, la fascinante vida de Steve Jobs, los fanáticos de la manzana y la particular comunicación que hizo famosa a la marca.

El tridente imbatible iPod, iPhone y iPad son tres capítulos que examinan estos productos que ya son símbolos del nuevo milenio. Cómo fueron creados, qué nuevas conductas generaron en el público y en las industrias a las que pertenecen y el fenomenal negocio que permitió que Apple lidere el ranking de las empresas más cotizadas del planeta. Pero también esos capítulos ayudan a comprender la obsesión casi enfermiza de Apple por fabricar los mejores productos de la industria. Detrás del iPod y el iPhone también sobrevuela el espíritu de sus progenitores: la Apple II, Lisa, el Macintosh, la iMac.

Por último, un capítulo especial dedicado a algunos de los hombres y mujeres más importantes en la historia de Apple. Sin ellos, la empresa no sería lo que hoy es. Entre esos dieciséis nombres, el lector encontrará el espíritu y varias razones de los logros de Apple.

Leandro Zanoni

La gran manzana

Las 10 claves del éxito de Apple

ePUB v1.0

Coco
05.05.12

Título original:
La gran manzana

Leandro Zanoni, 2012.

Diseño portada: Random House Mondadori, S.A.

Editor original: Coco (v1.0)

ePub base v2.0

Para Gaby, mi cómplice.

Gracias, amor.

Introducción

La primera vez que tuve contacto con una Mac fue en la casa de mi tío Tito, a principios de los años ‘90, cuando yo empezaba mi adolescencia. Desde aquel día, siempre supe que Apple era diferente. No encajaba con el resto del mundo, que ya usaba Windows. Tenía un mouse con un solo botón. Sus archivos no eran compatibles con las PC y eso mismo, lo que para la industria y el mercado de computadoras era su espada de Damocles, para sus admiradores era toda una definición. Eran exclusivos, se entendían solo entre ellos. Apple era una marca, un estilo, una postura ante la vida. Esa manzana de seis colores con un mordisco era una identificación que los
maqueros
lucían con orgullo.

Te hablaban como poseídos sobre las bondades infinitas de su software, del diseño del hardware, de un tal Steve Jobs, sobre todo lo que Apple había inventado primero y le habían robado sin escrúpulos los de Microsoft, ese malvado de Bill Gates.

Este libro nació con una muerte. El 5 de octubre de 2011 murió Steve Jobs y los medios de todo el mundo cubrieron la noticia como si fuera una estrella de rock, un futbolista del Real Madrid o un gran actor de Hollywood. Se refirieron a él como un "genio", "el creador del siglo XX" y hasta lo compararon con Leonardo Da Vinci, Thomas Edison y Albert Einstein, entre otras figuras históricas. Nacía el mito. Su rostro fue tapa de los diarios y revistas más importantes:
Newsweek, Rolling Stone,
Wired, Time, Veja
, etcétera.

Las muestras simbólicas de su importancia fueron varias y muy significativas: desde el presidente Barack Obama hasta el cantante Bono de U2 le dedicaron unas palabras en público y hasta algunos propusieron que en Madrid exista una calle con su nombre. Durante dos días, Jobs fue llorado por varios miles de fanáticos que convirtieron a las más de trescientas tiendas de Apple en el mundo en auténticos santuarios religiosos con velas, manzanas y mensajes al más allá. Todos le daban las gracias por sus productos. ¿A quién lloraban? ¿Lloraban a un empresario multimillonario? ¿A un inventor? ¿A un visionario? ¿Lloraban acaso porque temían por el futuro de Apple?

Aquella misma noche le dediqué a Jobs mi columna quincenal en el diario
El Cronista
y la idea de este libro empezó a tomar forma. Tenía una misión difícil de cumplir: no quería escribir un libro sobre Jobs, sino uno que explorara las claves del increíble éxito de Apple, la empresa que él fundó junto a Steve Wozniak en 1976. Aunque Jobs fue una pieza fundamental en Apple y su sello se impuso en todas las áreas de la compañía, tomé una decisión: correrlo del foco principal del libro. La vida de Jobs tiene su capítulo pero intenté también explorar otras razones del éxito de la empresa. Espero haberlo logrado.

A partir de esa decisión, las claves de otros nueve capítulos comenzaron a surgir, pues estaban a la vista: el diseño de sus productos, el iPhone, el éxito del iPod, la revolución que provocó la tableta iPad, las fabulosas tiendas en las principales ciudades del mundo.

La sinuosa y mítica historia de Apple, plagada de anécdotas, logros, traiciones y vaivenes. Es la única gran empresa del mundo en la que su fundador fue despedido para volver diez años más tarde a rescatarla del ocaso al que estaba destinada. Desde 1997, las acciones de Apple se revalorizaron casi un 9.500%, llegando a valer cada una casi 600 dólares al cierre de este libro. Actualmente Apple es un fenómeno mundial cuyo tamaño distorsiona los índices de medición bursátil de los Estados Unidos. No es una exageración. A principios de 2012, los analistas financieros excluían a Apple de sus cálculos ya que su dimensión distorsionaba la evaluación real de la industria tecnológica.

Sus fanáticos son otro motivo para analizar a Apple. Ninguna otra empresa de tecnología tiene seguidores tan fieles, capaces de tatuarse el logotipo o estar cinco días al aire libre para ser los primeros en comprar un teléfono. Sus seguidores tienen una devoción casi religiosa y asombra la fuerza con que resistieron durante los peores años, cuando Apple estuvo a punto, literalmente, de desaparecer.

El tridente imbatible de iPod, iPhone y iPad ocupan tres capítulos en los que se exploran esos productos que ya son símbolos del nuevo milenio. Cómo fueron creados, qué cosas cambiaron en la gente y en las industrias a las que pertenecen y el fenomenal negocio que permitió que Apple lidere el ranking de las empresas más cotizadas del planeta. Pero también esos capítulos ayudan a comprender la obsesión casi enfermiza de Apple por fabricar los mejores productos. Detrás del iPod y el iPhone también sobrevuela el espíritu de sus progenitores: la Apple II, Lisa, el Macintosh, la iMac.

La comunicación, la publicidad y la construcción de marca es otro sello indeleble de Apple. Un capítulo que resulta fundamental para comprender por qué hoy la manzana está primera en casi todos los ranking de marcas. Una marca que le permitió, entre otras cosas, vender productos más caros que los de sus principales competidores. Desde sus inicios Apple supo diferenciarse mediante su nombre, el logotipo, el marketing y la manera de comunicar sus atributos y valores en una industria formal y conservadora caracterizada por la seriedad y la mesura.

Detrás de la agencia Chiat\Day, la marca creativa de Lee Clow y el estilo provocativo, la ironía y el humor filoso de Steve Jobs lograron campañas inolvidables, como la de 1984 para presentar la Macintosh, hasta "Think Different" y las siluetas negras bailarinas del iPod.

El diseño de Apple tiene su lugar. La impronta obsesiva de Steve Jobs por la simpleza marcó a fuego productos admirados en todo el mundo. Pero también lo rodearon grandes diseñadores, desde el industrial alemán Hartmut Esslinger hasta el británico Jonathan Ive, responsable del diseño del iPod y lo que vino después.

Por último, me pareció justo dedicar un capítulo a contar quiénes fueron algunos de los hombres y mujeres que trabajaron duramente para que Apple sea lo que hoy es. Por supuesto que la lista podría ser más extensa, pero creo que en esas dieciséis personas se puede encontrar el espíritu de los principales logros de la empresa.

Los fans
I love my Mac

Apple es una religión. Para muchos, una filosofía de vida. Una postura frente al mundo. Es mucho más que una empresa multimillonaria que vende computadoras y productos electrónicos de diseño. Entender esto es fundamental para poder analizar con profundidad y amplitud el fenómeno que representa la empresa en la actualidad.

Apple tiene fieles dispuestos a demostrar su lealtad incondicional cuando sea necesario. Desde acampar día y noche en las puertas de los templos metalizados para ser los primeros en comprar el último modelo de iPad hasta tatuarse en su cuerpo el logo de la manzana. Fueron capaces de llorar y rezar frente a una tienda de Apple el día que murió su dios Steve Jobs y de ofrendar una manzana mordida en su honor.

No son tres locos. Son varios miles de feligreses. Verdaderos ejércitos de hombres y mujeres de cualquier edad cuya misión es custodiar las 24 horas la marca, la memoria de Jobs y, por supuesto, a todos los productos de la manzana.

Sobre Apple hay de todo: sitios, blogs, revistas, ropa, libros, programas de televisión, de radio y hasta documentales sobre sus fanáticos. Tal vez el mejor de ellos es
MacHeads
, filmado por los hermanos Kobi y Ron Shely y estrenado en 2009. La película muestra las vidas de varios miembros de este club mundial de seguidores y el increíble fervor religioso que sienten por Apple. Hay una chica que asegura no tener sexo con usuarios de Windows y un joven que dice que Jobs está entre las tres personas que más lo influyeron en su vida, junto a su padre y John Lennon. Sobre el final, suena la canción "I Love my Mac" ("Yo amo a mi Mac"), compuesta años antes por Daphne Kalfon, una fanática canadiense. La canción, seleccionada para el documental entre otras, se convirtió en un hit mundial y hasta tiene sitio web oficial.
[1]

Los fanáticos de Apple podrían haber salido de una secta. Se reúnen en comunidades en países como Perú, Nueva Zelanda, India, Francia, Chile, Noruega y Corea. Allí se cruzan desde usuarios expertos y avanzados hasta personas que por primera vez usan una Mac. El objetivo principal es el intercambio de información, pero también organizan eventos, venden productos usados y comparten sus experiencias. Estas comunidades oficiales se llaman Mac User Group (MUG) y hay más de mil alrededor del mundo. En la Argentina existen dos MUG oficiales, es decir, avalados por Apple y que figuran en el sitio oficial de la empresa.
[2]
Uno en Mar del Plata (llamado MugAR) y otro en Buenos Aires, bautizado MUG Argentina, con diez mil quinientos miembros registrados. Franco Giménez es su coordinador y dice para este libro:

Muy pocas empresas tienen el don de lanzar productos, y que automáticamente estén bendecidos por sus seguidores, con muy poca críticas aunque a veces no estén a la altura de sus pares en el mercado. Es que el aire de exclusividad que genera un producto de Apple, solo por tener la manzanita, es casi irrepetible... y entender el por qué, sería tan complejo como conocer lo que pasaba realmente por la cabeza de Steve a la hora de imaginar cada una de sus creaciones.

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