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Authors: Justin Scott

Tags: #Aventuras

El cazador de barcos (65 page)

Hardin siguió la estela del petrolero hasta el final, luego se quedó mirando el vacío y le susurró un último adiós a Carolyn. El mar ya había empezado a allanarse recubriendo el humeante torbellino. Cuando las olas hubieron rellenado el espacio que antes ocupaba el
Leviathan
, Hardin cogió la mano de Ajaratu y fijaron un rumbo que les llevaría mar adentro hacia los océanos del mundo empujados por los vientos alisios.

FIN

AGRADECIMIENTOS

Fueron muchas las personas que tuvieron la amabilidad de ayudarme en mis investigaciones.

Deseo dar las gracias a Stephen Fisher por haberme enseñado el arte de la navegación.

El capitán Giuseppe Catelli, el segundo oficial Franco Valzania y la tripulación del gran petrolero
Skandia
de la Esso me ofrecieron su hospitalidad y gran cantidad de información, y otro tanto puedo decir del capitán de la flotilla de la Esso Franco Fenucci y el capitán Wlodzinüerz Grzesiak, el segundo ofícial Stefan Grosiki y el oficial de radio Czeslan Starczyk, así como la tripulación del M. S.
Román Pazinski
, y también Peter Carling y John Fisher del Servicio de Prácticos del puerto de Southampton y la isla de Wight. El capitán Donald Clark, Norman Toomer y sobre todo Donald Ellis fueron mis generosos anfitriones en la refinería de la Esso en Fawley, Inglaterra.

Entre las restantes personas que compartieron sus conocimientos conmigo debo citar a R. J. Moore, Tony Hazell y John Blackwell del departamento de demandas de la Lloyd's; Jorma I. Leskinen; Michell C. GibbonsNeff de Sparkrnan & Stephens; Greg y Roben Grey; Susan Szita Gore; Daniel David de Sky Books International; John Costello; David James M. P.; Ian Brett del Servicio de Información Británico; Tom Mahoney; y Kennett L. Rawson.

Muchos aventureros náuticos son escritores sorprendentes, entre ellos quisiera citar a Bernard Moitessier, Joshua Slocum, Richard Maury, Errol Bruce, K. Adlard Coles, Sir Francis Chichester y Hal Hoth; y, sobre el tema de los grandes buques, a Noel Mostert. Las fotografías y textos de Marión Kaplan cuentan en bellas imágenes la historia de la lenta desaparición de los laúdes.

Y, finalmente, gracias por su constante apoyo y fe en mi trabajo, señorita Laura Patrick.

JUSTIN SCOTT, nació en Nueva York en julio de 1944. Hijo de escritores profesionales, se crió en Long Island donde la familia llevaba una extraña doble vida, pues a pesar de vivir en una pequeña ciudad de América, tenían sus ojos más pendientes de la vida en Nueva York que de la atmósfera semirrural del este de Long Island.

Justin Scott está licenciado en Historia y, como la mayoría de los autores norteamericanos, trabajó en muchos empleos para ganar dinero. Ha conducido barcos y camiones, construido casas, vendido zapatos, e incluso ha dirigido una revista. Es un perfeccionista al que le gusta el trabajo bien hecho, y es autor de varios libros que ha publicado bajo distintos seudónimos.

Notas

[1]
Se refiere a la costumbre de la Marina Real británica de administrar los castigos de flagelación en domingo. (N. de la T.)
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[2]
Nombre despectivo que daban los norteamericanos a los soldados norvietnamitas o del Vietcong. (N. de la T.)
<<

[3]
«Bazofia» en yiddish (N. de la T.)
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